jueves, septiembre 27, 2012

La chatita empantanada

Así como la carrera ascendente, exclusiva dominadora de la escena durante los capítulos iniciales, entusiasmó por demás, la descendente está poniendo en duda todo lo que antes resultó motivo de elogio. En la previa, el encuentro agotó los boletos por lo que ambos podían ofrecer de diferente en un contexto donde noventa minutos de mediocridad saturan antes de cumplido el tiempo reglamentario. Y arrancó como para no defraudar al impresionante marco, con lujos incluidos. Hasta que a los doce golpeó de lleno la realidad. De un lado, mucho dominio de juego pero cero efectividad; del otro, precisión y adentro en el primer avance profundo. La más acabada expresión de un trabajo colectivo inteligente frente a otro en vías de parecerse.

Frente a la coyuntura, los protagonistas insistieron en minimizar lo que algunos ya se animan a calificar de bajón. Sumar dos puntos de doce y recibir siete goles en contra en cuatro partidos no parece una cuestión tan liviana como para sintetizar que todo se arregla con un simple ajuste de "detalles". Algo no funciona como al principio. Lo peor del caso, es que el punto muerto llega en un momento crucial. La doble competencia no da respiro y el rival del torneo paralelo aparece como uno de los obstáculos más difíciles de superar. Tras cartón, uno de los mejores equipos del lote protagonista local espera con los colmillos afilados para seguir su camino a la cima. Dos compromisos que pondrán a prueba el temple y la capacidad futbolística de la muchachada.

Por su parte, el entrenador habló de virtudes del adversario y de defectos propios. Echó mano al consabido subterfugio del merecimiento y decoró su discurso con obviedades. Algo confundido, primero equiparó rendimientos y después reconoció una mala tarde. Lo cierto es que la tranquilidad de los primeros triunfos comienza a diluirse y la preocupación a dominar la escena. Para completar la ventisca en contra, como es costumbre, aparecieron rumores acerca de descontentos, malas influencias y hasta abandonos a punto de ser consumados. Para superar el mal clima, un resultado positivo en el próximo compromiso copero sería suficiente. Retomar la línea perdida, daría un buen espaldarazo para remontar también en el certamen doméstico.


APOSTILLAS

Anuncio opacado. En lugar de vapulear el micrófono para hacer lo que más le gusta, tuvo que ocuparse de desmentir rumores, como siempre, malintencionados. Cansado de los que ponen palos en la rueda, de los que permanentemente generan dudas, desestimó problemas de cartel entre los goleadores históricos. Somos todos los que estamos y estamos todos los que somos. Palabra santa.

Asunto sellado. Sentado a la siniestra del padre, el flamante "correveydile" también expresó su disgusto por el runrún del momento. Nada más falso que el bisbiseo que lo involucra en mezquindades, personalismos o intereses poco claros. Quien dude de su amor incondicional a los colores debería arder en el infierno, aunque entiende que son gajes del oficio, esto le pasa sólo a los famosos.

Dos en uno. Con la lucidez que lo caracteriza, el guardameta explicó el por qué de la alicaída actualidad. "La liga que tuvimos en los primeros partidos no está de nuestro lado", balbuceó con un dejo de nostalgia. Por su parte, el defensor charrúa no ocultó su fastidio por lo que consideró críticas desmedidas hacia la línea de fondo. Las malas rachas y las voces en contra no son bien recibidas.

Por la vuelta. Durante la transmisión de la emisora asoleada, se supo del regreso del ex encargado de seguridad, aquél que se fuera por disidencias con el impresentable vice en cuanto al manejo de las relaciones carnales con ciertos socios caracterizados. La reacción del hemisferio pensante de la dupla no se hizo esperar. Pidió a los gritos una comunicación para pedir explicaciones. ¿Le habrán atendido el teléfono?

martes, septiembre 18, 2012

Pájaros en la cabeza

El carácter y la convicción futbolística que le posibilitaron cosechar diez de los doce puntos en juego en las primeras cuatro fechas, entraron en un peligroso rellano. La operación matemática que determinó dos de los últimos nueve disparó controversias en una afición que le había tomado el gusto a bajar la pendiente a toda velocidad. Y no existe nada más decepcionante, para quienes gozan conduciendo un bólido descontrolado sin cinturón de seguridad. que colisionar con la certidumbre de un obstáculo insalvable. Luego del empate, las discusiones circularon por el carril de las disyuntivas. Perder puntos por no renunciar a la búsqueda o ganarlos aplicando la ley de la mezquindad.

Es innegable que todos disfrutan de la consolidación de una idea determinada expuesta con criterio en cancha, pero la puja que enfrenta a la búsqueda permanente de la superación, aunque no rinda lo esperado, con la ansiedad por sumar resignando lo que sea necesario, acorrala el análisis teñido de pasión en un callejón sin salida. En el foco de la contradicción, el técnico fue el apuntado. Falta de reacción para cerrar el partido cuando el triunfo era un hecho consumado y lentitud a la hora de hacer los cambios. La defensa ancló en un páramo indefinido. Que sí pero no, que no pero sí. Conforme pero preocupado. Dudas, explicaciones poco convincentes, reflejos del desconcierto.

Por su parte, los protagonistas coincidieron en minimizar los síntomas de alarma. Se negaron a hablar de "bajón", prefirieron llenar el espacio vacío con conceptos tales como "errores" y "bronca". De todas maneras, fue imposible ocultar la inquietud del momento, especialmente por lo que el corto plazo les tiene reservado. No es buen momento para titubeos, salvo que el inicio haya sido producto de un envión anímico sin una verdadera base sustancial. Para el entrenador, la más mínima sospecha es un problema. Si el rendimiento sufre una retracción en estas instancias, la historia menos añorada corre riesgo de repetirse. Los próximos rivales serán la medida para encuadrar el futuro.


APOSTILLAS

Pasadizo secreto. No todo es un lecho de rosas, en ocasiones el crecimiento trae aparejadas consecuencias desagradables. El excelentísimo señor presidente sigue preocupado por los colados que no le permiten recaudar lo suficiente para retener a los buenos valores de inferiores. Algunos sospechan que la sideral cifra que tiró se escapa por otro lado.

Se viene el estallido. Durante el fin de semana, los rumores corrieron como reguero de pólvora. Problemas de cartel entre goleadores históricos habrían causado la renuncia del joven secretario técnico. Sin necesidad de contar con palabra oficial alguna, el pasquinejo vernáculo se encargó de desmentir cualquier mala nueva. La casa está en desorden.

Pelotazo en contra. Otra vez la artillería pesada apuntó al guardameta. Las voces más críticas no dejan de reclamarle mayor compromiso y decisión a la hora de enfrentar a un rival con intenciones "non sanctas". Cuando el arco resulta violentado sin encontrar demasiada resistencia, sus condiciones técnicas quedan en el ojo de la tormenta. Ojo al piojo.

Diamante en bruto. El purrete no sólo es habilidoso, también es sincero. Primero hizo un golazo y después se responsabilizó por la jugada que terminó en el empate del local. Las veces que enfrentó los micrófonos demostró aplomo y sensatez, dos cualidades que lo destacan entre el piberío que anda en la pavada. Si no descarrila, le espera un porvenir promisorio.

miércoles, septiembre 12, 2012

Paredón y después

La inesperada derrota dividió las aguas por donde navegan las sensaciones. Entre quienes a lo largo de cinco fechas cabalgaron airosamente sobre el lomo del triunfalismo dejó una herida profunda, pero de cicatrización rápida y casi indolora. El popular lema, aunque trillado, sirvió para pasar el mal trago con la dignidad que la postura requería. Un tropezón no es caída y la recuperación está a la vuelta de la esquina. La idea futbolística tiene permiso para abrirle un resquicio al ocasional traspié porque no es infalible, sí firme y segura. También echaron mano a las justificaciones que suelen regurgitar los serviles de siempre. El cansancio hizo lo suyo, afectando el rendimiento de una muchachada desacostumbrada al ritmo de la doble competencia. Con el debido descanso, vuelve la normalidad.

En la otra orilla, los reproches por el resbalón arreciaron. Ni siquiera el invicto de diez encuentros consecutivos menguó las críticas de los que se resisten a apostar fuerte a favor del ciclo. Las frustraciones están tan frescas que parecen negarle un lugar al optimismo. Junto al resultado adverso resurgieron las dudas. En medio de un aquelarre de conocidos demonios, saltaron los dardos envenenados para todos y cada uno de los actores. No se salvó ni el técnico. Que otra vez los viejos vicios del guardameta, que los centrales fallaron en la coordinación, que los laterales se diluyeron en un mar de yerros, que la contención estuvo desacertada y lenta, que la creación perdió ante la estrategia local, que la presencia ofensiva fue intrascendente y que los cambios resultaron tardíos.

El toque de moderación, como para derramar un poco de cordura y calmar a los extremos, lo puso el entrenador una vez finalizado el cotejo. Habló de falta de sorpresa y movilidad, defendió a la dupla de ataque en un intento por resguardarla de las reprobaciones, reconoció las virtudes del rival y aseguró contracción al trabajo para corregir errores. Lo cierto es que después de dejar en el camino cinco de los últimos seis puntos disputados, el concepto de juego, el impulso anímico y la consecuente andanada de elogios, sufrieron un freno significativo. Está en los protagonistas demostrar la predisposición necesaria para retomar el camino perdido, si es que la intención y el compromiso puestos de manifiesto en las primeras fechas sigue intacto. Los escollos son parte de la travesía, la superación también.


APOSTILLAS

Navegación por instrumentos. Favorecido por el viento de cola, el primer mandatario dejó la nave en piloto automático para dedicarse a menesteres más gratificantes. Mientras las buenas nuevas dominen la escena, los enconos intestinos permanecerán en estado latente. En cuanto las ráfagas roten volverá a ponerse en peligro la sustentación. ¡A disfrutar del momento!

Tren fantasma. Para desmentir los rumores que anunciaban una traición en potencia, el goleador histórico conversó con los rastreros todo terreno. De paso, entre insólitos tartamudeos, procuró explicar su rol dentro de la ociosa estructura. Una especie de "che pibe" con injerencia en espacios ya ocupados. La superposición de figuritas, otra bomba de tiempo.

Sin comentarios. Los rostros de la derrota no son para nada agradables. Escudándose en la incomodidad del escenario, ningún intérprete quiso poner la trucha para explicar, ante los micrófonos vernáculos, las causas del desliz. Calladitos la boca, en fila india, subieron al bus masticando bronca. Calma, en la próxima victoria se pelean por hablar.

Pocas nueces. El hijo pródigo se hizo cargo del papel que en cancha encarnaba el líder negativo, porque el capitán no tiene ni el carácter ni el peso específico necesario para asumir la responsabilidad. Protestas y berrinches más que juego y actitud. Por ahora las alegrías esperadas por el excelentísimo señor presidente brillan por su ausencia.

miércoles, septiembre 05, 2012

El fuego sagrado

Sellado el pase a segunda fase del torneo paralelo entre vítores y elogios merecidos, continuó su empecinado camino en aras de confirmar por qué ya aparecen las primeras tibias voces que hablan del mejor equipo del torneo. Como en los viejos buenos tiempos, sin estridencias, tratando de sepultar los estigmas y sorprendiendo hasta a los más optimistas, el equipo expuso en cancha la versión que las gradas exigían hace años. Buen manejo cuando la ocasión lo amerita, actitud cuando falta calidad, y por sobre todas las cosas ese plus que se espera de quienes están convencidos de, y comprometidos con, una idea. Mérito del entrenador y también de los protagonistas que, lejos de las influencias negativas que dominaban la intimidad, dimensionaron el poder de sus propias condiciones.

Más allá del empate, la respuesta, en todo sentido, a la continuidad de responsabilidades de los últimos días, reconcilió a la muchachada con su gente en una demostración recíproca de sentimientos. El campo de juego es un proscenio donde indefectiblemente queda expuesto un combo de voluntades y capacidades que tiene su natural correlato en las tribunas; si uno irradia lo que las otras reclaman, no importa el resultado porque la conexión se manifiesta expresa e inalterable. Por primera vez en mucho tiempo, la afición está recibiendo lo que reclamaba. La pasión impide ahondar en los cuestionamientos de tiempo y lugar. ¿Por qué ahora sí y antes no? Mientras los responsables evitan reconocer errores y se enfocan en el triunfalismo de ocasión, algunos ensayan explicaciones en voz baja.

Los requisitos para salir campeón no están escritos en ningún decálogo; sin embargo, los factores determinantes pueden encapsularse en un puñado de enunciados que delinean el camino a seguir a los interesados. Así como las fórmulas exactas no existen, ciertas acciones conjuntas inyectan una buena dosis de convencimiento hacia la consecución de las metas. Si este ciclo no alcanza la presea máxima pero sigue dejando su huella en cualquier arena, igual se llevará el reconocimiento de la gente. La exigencia es un mito creado por los mismos que después, a la hora del fracaso, buscan refugiarse en alegorías bastardas para huir del escarnio público y seguir su derrotero trashumante sin mácula ni remordimiento. En el llano lo más importante es la dignificación de los colores, ni tanto ni tan poco.


APOSTILLAS

Alegre mascarita. Agitando la bandera de la revolución de inferiores, el primer mandatario aprovechó las cámaras para ensalzar no tanto a los purretes representantes de la asonada, sino su condición de estadista visionario y el trabajo que bajo sus lineamientos se está llevando a cabo en las canteras. Lástima que se olvidó de contar que algunos tenían destino de destierro y quedaron de resaca.

Buena gente. Acorralado por el hemisferio pensante de la dupla que anima los mediodías asoleados, un bufón del rey quedó patitas hacia arriba en un fallido intento por disfrazar de impoluta a la podredumbre. Con un séquito tan limitado resulta lógico que su majestad cristianísima saboree en soledad las mieles del poder. El que nace para batir el parche nunca llega a tocar el piano.

Kung fu panda. El hijo pródigo volvió al ruedo, entró a los veintidós minutos de la etapa final y mandó la bocha a guardar ciento veinte segundos después. Al final se descontroló y vio la amarilla en el tercer tiempo. Frente a las cámaras vapuleó al hombre de verde. "Cuando jugás contra los grandes no te cobran igual", sollozó. Posteriormente reconoció que "la protesta fue desmedida". Punto a favor.

Peso pesado. La frustración por el empate en el final calentó los ánimos de los protagonistas que consideraron oportuno reclamarle respetuosamente a la terna arbitral por una jugada previa al gol de la visita. En el tumulto, el guardameta se desquitó con un escudo policial al que le dio una clase de urbanidad y buenos modales. Y pensar que hace unos días los energúmenos venían de la sierras.