miércoles, marzo 20, 2013

Pase a degüello

Una derrota de visitante y otra de local sentenciaron el fin del ciclo. Un nuevo nombre ingresa en la lista de fracasos que llevan la firma de la falsa pertenencia con la estrecha colaboración de sus socios en tropelías dentro y fuera de la cancha. Dirigencia inepta, jugadores indiferentes, parodistas a sueldo y barras bravas mantenidos pueden arrogarse la exclusiva responsabilidad de una intrascendencia instalada a perpetuidad. La historia se repite con diferentes protagonistas, en una seguidilla sin retorno, donde el afortunado que saca la sortija primero intenta desarrollar una idea y después resulta que se topa con escollos que lo sobrepasan y condicionan poniendo en jaque su capacidad.

El último pasajero agotó el recetario entre aciertos y errores, sin embargo nadie podrá endilgarle falta de seriedad o connivencia con intereses espurios más allá de la diplomacia necesaria para moverse en un medio signado por la hipocresía como cimiento de las relaciones. En el obituario no habría que dejar de mencionar el papel jugado por la muchachada; mañosos veteranos siempre disconformes, mediocres que hacen su aporte cada tanto, purretes obligados a demostrar más de lo que en realidad son y algún que otro comprometido hasta que las circunstancias decretan lo contrario. Ensamblar fragmentos tan heterogéneos puede resultar una tarea imposible, son varios los que pueden dar fe.

La renuncia indeclinable y los trillados "no le encontré la vuelta" y "lo mejor es descomprimir" cerraron la etapa que se pretendió respaldar con un ofrecimiento extemporáneo sólo para sostener la imagen de un proyecto inexistente. Simulaciones con fecha de vencimiento. Ninguna convicción dirigencial puede sostener un proceso si los resultados se niegan a aparecer; ningún apoyo es honesto si la danza de nombres comienza antes del hecho consumado. El próximo que recale en la estación de la impostura -candidatos sobran- también deberá someterse a las decisiones estratégicas que imponen las apócrifas políticas imperantes, por lo que pueden avizorarse más frustraciones en el corto y largo plazo.


APOSTILLAS

Arrullo celestial. El coro que entona las estrofas más temidas por el primer mandatario se hizo escuchar nuevamente. Es tal el reconocimiento de la afición hacia la figura presidencial que cuando un hilo se rompe, todos los dardos van a parar a su espalda aunque una guardia pretoriana intente mantenerla a salvo. De paso, ella también ligó. Pagá la cuota laralalá y por la plata no se alienta laralalá fueron los hits que coronaron la jornada. Una institución con buena gente.

Paritarias abiertas. Después del papelón de la fecha anterior, reproducido por todos los medios nacionales, el impresentable vice intenta calmar a las fieras, siempre tan dispuestas a dar la nota. Los últimos incidentes en los que se vieron involuntariamente implicadas son un mensaje para quien sepa interpretar. Si no hay aumento del subsidio ciertas situaciones desagradables pueden repetirse y nadie quiere que la entidad pague los platos rotos. Pelando billetera.

Feria americana. La dupla interina ya lo sabe. Si pega un par de buenos resultados sigue hasta fin de torneo. La falta de recursos hace que se apele a la vieja y conocida treta de tirar nombres, algunos de prestigio, para despistar hasta ver lo que pasa. Mientras por otro lado, el parodismo rastrero se encarga de dibujar la realidad con titulares destacando la presteza de una dirigencia abocada a llenar el espacio vacío. De tan gastado que está, ese hueso ya no lo quiere ningún perro.

Plata tirada. Uno buscaba información de primera mano y el otro su minuto de fama. Ultimo partido de visitante, incidentes en las adyacencias del estadio, pregunta equivocada al destinatario correcto. "¿Cómo se maneja la barra cuando viaja de visitante?" La respuesta, con pelos y señales, no dejó lugar a dudas. Que después no digan yo no sabía, yo no fui. A confesión de partes, relevo de pruebas. El chupalerche primero y el impresentable vice, tal para cual.