lunes, abril 13, 2009

Arañando la punta


Estaban todos. Los que van siempre, los que van sólo cuando vienen los grandes y los que no van nunca. Nadie quiso faltar a la cita. Nadie quiso desaprovechar la ocasión de sentirse partícipe de un momento único. Acontecimientos de tamaña naturaleza no se viven con frecuencia por estas tierras. Y el marco estuvo a la altura. Tal vez porque por primera vez en mucho tiempo, once tipos vestidos de rojo y negro consiguieron despertar un sentimiento dormido, algo más significativo que la inercia de concurrir a la cancha por mera costumbre cada fin de semana. Tal vez porque la afición estaba urgida por encontrar una razón de peso para exteriorizar tanta euforia contenida después de un largo tiempo de masticar frustraciones.

Sin embargo, la fiesta no fue completa. El triunfo esquivó el convite. Y casi, casi, se malogra la velada completa. Si no hubiera sido por un arquero que apareció en silencio, sin alharaca, sin laureles, sin verso falso ni grandilocuente, sin gestos tribuneros, sin amigotes en los medios que elevaran su figura al infinito por unos pesos, la historia estaría contándose en otros términos. Y vale la pena destacar la importancia de este humilde laburador de los tres caños en la formación actual porque no es casualidad que la defensa se muestre sólida sabiendo que a sus espaldas se planta un guardavalla confiable. ¿Cuánto hacía que a Colón no lo salvaba su número uno? La memoria busca y tarda demasiado en encontrar una respuesta.

Ojalá este muchacho que superó los treinta, sea tomado como ejemplo por los más pibes. Un jugador que esperó pacientemente su turno y que no desaprovechó la oportunidad que le brindó la coyuntura de un conjunto en busca de su norte. Ahora deberá demostrar que puede sostener este rendimiento con actuaciones parejas si su intención es, como aparenta, seguir creciendo en su carrera. Porque, para cualquier profesional que se precie, el objetivo no se agota al llegar a primera división. Si bien el camino suele definirse con la titularidad, consolidarse en el puesto y aspirar a mayores desafíos son los peldaños subsiguientes que todo futbolista ansía escalar. Unos cuantos mueren en el intento, pocos afrontan el reto.


APOSTILLAS

Se lo tienen merecido. El impresentable vice no para de meter la pata cada vez que abre la bocota. Consultado acerca del papel de la oposición en tiempos de buenaventura, se jactó de haber cooptado a algunos traidores, que ya llevan un tiempo sumados a la falsa pertenencia, “hace (apenas) una semana”. Semejante ninguneo les ha hecho honor.

Los tapó el humo. Ahogado en la espesura de la humareda que día a día azuza el cráneo a cargo de la sección deportes, el pasquinejo vernáculo sigue desinformando asquerosamente. ¿Así que el veinte de mayo es fecha fifa? ¿Así que el dt de la selección tiene apuntados en su lista a cinco jugadores sabaleros? ¿Y los reyes magos existen?

Los hermanos se han desunido. Llamó la atención de propios y extraños el esmero con que la emisora académica difundió la noticia sobre la supuesta visita de cortesía de la afip a la entidad del barrio Centenario. Del lado de la dirigencia, la palabra que más circuló fue “traición”. Del otro, se alzaron de hombros y a otra cosa mariposa.

Reciprocidad intermitente. Las huestes del maestro volvieron a sufrir las medidas restrictivas de la dirigencia en el predio rojinegro. En medio de la soledad más absoluta, un día feriado, se encontraron con prohibiciones varias. La calentura de quienes creen que por callarse muchas cosas van a ser especialmente considerados, provoca risa.


BONUS TRACK: Un comentario realista