martes, marzo 18, 2008

Las aguas bajan turbias


A medida que transcurren las horas, una certeza se va instalando en el seno de las diferentes agrupaciones políticas rojinegras que acudieron a las reuniones llevadas a cabo en el día de ayer. La tan mentada convocatoria es otro bluf de este grupete impresentable que pretende sostener una puesta en escena destinada a calmar los ánimos de todos los sectores interesados en aportar ideas para salir de este atolladero mientras GL, fiel a su estilo, busca salvador en Baires.

Y en este punto habría que encender una luz de alerta. La principal fuerza opositora, que debería aprender de algunos viejos zorros, conocedores de los manejos dirigenciales, está pecando de ingenua al ser partícipe de una treta dilatoria. A ninguno de los “cuatro nefastos” (MGA dixit) le interesa la opinión de quienes están afuera. Pero claro, no es fácil cargar con el estigma que la persigue: si opina pone palos en la rueda y si no opina disfruta del fracaso ajeno.

Mientras tanto, el vocero oficioso tira nombres imposibles insistiendo con la “operación distracción”; un personaje funesto queda descartado; y el ahora interino, quien pidió la titularidad hasta el final del campeonato, demuestra su compromiso con la causa. “Sin duda que estoy acá porque soy un referente”, dijo. A propósito de lo cual se imponen un par de interrogantes: ¿referente del fracaso? ¿referente de la soberbia? En fin, será cuestión de multiplicar plegarias.