domingo, diciembre 13, 2009

Tiros al aire


La pirotecnia no está prohibida, sin embargo no hay duda de que es peligrosa. Especialmente la considerada trucha, esa que suele hacer mucho ruido –la más apreciada por quienes acusan algún tipo de complejo de inferioridad– pero que también puede dejar diferentes secuelas, tales como ridículas chamuscaduras en los dedos o marcas permanentes en rostro y extremidades. Es tiempo de celebraciones, muchas historias acarician el final y por lo tanto los estrépitos están a la orden del día. A Colón, en cuestión de festejos, le tocó un impensado alargue. La verdadera fiesta, digan lo que digan los lambiscones a sueldo, podría darse recién los primeros días de febrero, junto con la definición de la fase eliminatoria de la copa.

En cuanto a este último punto, la hilarante discusión de la semana tuvo su epicentro en las mañanas obsecuentes, envío que siguió la línea mediocre por donde acostumbran a hacer equilibrio los tres animadores de tan desopilante bazofia radial, quienes comenzaron hablando de “repechaje” –según el mataburros: última oportunidad que se da a un equipo para que continúe en una competición– para finalizar la semana rectificándose, a raíz de específicas ordenes de arriba, respecto de la valoración del concepto. Entonces, de un día para otro, lo que sonaba a menudencia, pasó a ser “primera fase”, obviamente evitando toda referencia a los términos “eliminación directa” tal y como observa la confederación organizadora.

Semántica aparte, lo cierto es que las especulaciones previas acerca del rival más débil, del grupo más accesible, y demás etcéteras, esas que nunca faltan en boca de estos adalides de la ventajita adicional, se hicieron trizas anoche, luego del resultado que selló el destino del sabalé. Mañana, después del duelo de rigor, seguirán con el tema que acaparará las discusiones de la afición: los refuerzos. Como cada fin de torneo, los nombres rimbombantes –salidos de boca del ilustrísimo primer mandatario– coparán la parada. El problema es que esta vez la dirigencia, en su fuero más íntimo, no está tan convencida de completar los cupos, ni de traer estrellitas, porque la certeza de la doble competencia cayó en un cono de sombras. Habrá que seguir a la espera.