martes, junio 07, 2011

Latiendo a contramano

El ser humano es dual por naturaleza. Espíritu, materia; amor, odio; bueno, malo; blanco, negro; así como infinidad de contrastes que le impiden tener una mirada más abarcadora de su propio universo. Tal vez por esa característica inherente a los fanáticos mortales es que buena parte de la afición creyó ver un planteo inteligente donde otra vio una temerosa mezquindad. Frente a un rival que de «grande» sólo mantiene el histórico mote, muchos esperaban una actitud futbolística más agresiva. Sin embargo, el sabalé prefirió meterse atrás y atacar de contra. Con un adversario tan necesitado, decididamente volcado al ataque, alguna iba a salir. ¿Esa es la identidad que pretende el entrenador? ¿No será que es lo único a lo que puede aspirar con este plantel tan limitado?

Inevitablemente, una pregunta se desprende del melindroso discurso post partido. Si éste es el Colón que el técnico quiere ¿se animará a repetir el sistema en condición de local? Ofrecer un espectáculo amarrete en el cementerio de los elefantes no debería figurar en los planes de quien pretende encarnar el gusto de una parcialidad exigente y perdurar en el puesto. Por lo pronto, si es que la dirigencia insiste con su ratificación al "proyecto" (¿?), habrá que acostumbrarse a declaraciones efectistas, pro jugadores, en lugar de hechos concretos que se traduzcan dentro del campo de juego como el toque de un conductor sapiente y trabajador. Porque hasta ahora, no hay diferencias con la etapa anterior; con aumentar las horas de entrenamiento no alcanza.

La dualidad también se puso de manifiesto respecto de la actitud del goleador histórico para con los hinchas del club de sus amores. Golazo, manos juntas sellando los labios para ahogar un grito ignorando a su gente e implorar perdón por la osadía a la parcialidad en desgracia. ¿Respetuoso con la banda o desagradecido con la sangre y luto? ¿Agradecido con la banda o irrespetuoso con la sange y luto? ¿Héroe o villano? Lo cierto es que al futuro gerente técnico se lo vio, contrariando la esencia que lo identifica, demasiado preocupado por los nervios ajenos, calmando y poniendo paños fríos ante los exaltados ánimos de los protagonistas con destino de promoción. Al final, para la televisión impúdica, lo traicionó el subconciente. Aunque intentó enmendar, lo dicho, dicho estaba.


APOSTILLAS

Perejil en maceta. Dicen las malas lenguas que el excelentísimo señor presidente está muy deprimido. A las paupérrimas actuaciones del primer equipo -que precisamente no causan envidia a nivel nacional-, el primer mandatario suma la falta de un juvenil apto para la venta que le salve el próximo semestre. Se viene una pretemporada en carpa y bolsa de dormir.

Saldo negativo. Entre divisiones inferiores, programas "sociales" reclutadores de talentos, convenios con instituciones de todo el país y las constantes pruebas a cargo de las áreas especializadas en la materia, la cantidad de pibes que pasa por el club no se condice con los resultados obtenidos hasta el momento. Y pensar que algunos piden veinte años de paciencia.

Gato por liebre. En la previa, las huestes del maestro estuvieron como locas tirando nombres de posibles incorporaciones. Como siempre, cuando faltan algunas fechas para finalizar el torneo y con el equipo dando pena, comienza a correr el tsunami -ya no la ola- de rumores respecto de los probables arribos. La soplada de la dirigencia no dejó afuera a ningún talento.

Asuntos internos. Al parecer, el servilismo consuetudinario del chupalerche primero está generando malestar en el pasquinejo vernáculo. Llamó la atención nota crítica hacia la dirigencia y el entrenador, firmada por un director y publicada en la edición digital del domingo pasado; así como también la falta de precisión en la primera línea. Uno peor que el otro.