domingo, julio 22, 2012

Fumando bajo el agua

Mientras otras penan por la crisis, la afición sabalera debería agradecer. Visionarios como el excelentísimo señor presidente, pocos. La figura del secretario técnico no sólo se pergeñó para levantar la imagen institucional en cuanto a proyección hacia el afuera, también se ideó para calmar las aguas en el adentro. Un acierto más del primer mandatario. Buena pilcha, faroles claros, voz pausada, conceptos simples y certeros, honestidad brutal pero con clase. De paso, las metidas de pata corren por su cuenta y orden. Primero fue el noventa y nueve por ciento de posibilidades de despedida para el guardameta titular; después, una grata sorpresa que todavía no apareció; y por último, la factibilidad de una dupla ofensiva monocolor.

Lo bueno del caso es que el gran tuiteador queda libre de pecado y la prensa malintencionada sin "puchinball", porque no da para vapulear a un prócer nacional aunque lo pillen en orsai. Excelente estrategia. En tanto, el parodismo vernáculo hace malabares para pasar el invierno escaso de primicias que valgan la pena, pendiente de un "trending topic" de entrecasa; cuestión que le provoca una inmensa satisfacción, hay que ver cómo se entusiasma cada vez que usa la red para mofarse de los medios pretendidamente bien informados. Por lo pronto, entre tuit y tuit, sigue en la dura, ardua y trabajosa tarea de remar en la indigencia, confiado en que su innato don de dirigente sagaz le permitirá traer bueno y barato, cuando la oferta esté regalada.

Otra interesante movida, aunque no de su autoría, lo tiene ocupado. La venta de porcentajes de juveniles, que intentó manejar bajo el más estricto hermetismo -anda buscando quién fue el que filtró el plan para desterrarlo de su círculo íntimo-, es un as que tiene en la manga. Haciendo caso omiso a los manuales que dan cuenta de los desenlaces que suelen deparar este tipo de prácticas, pretende llevar adelante una política agresiva en materia de captación de recursos para ponerle la tapa a los agujeros económicos y mantener a flote la nave, agitando el libreto de la austeridad. Como broche de la semana, otra pegada; una donación para demostrar compromiso social y cerrarle el pico a los que hablan de reconocimiento de culpa. Notable.