viernes, enero 17, 2014

Caminos bifurcados

Hace poco más de un año, el ex primer mandatario se frotaba las manos y pedía una cifra millonaria por un habilidoso producto surgido de la revolución de inferiores. La afición se hizo eco de la maravilla y festejó por anticipado. El parodismo rastrero, encargado del trabajo fino, venía marcando el camino replicando comentarios de supuestas eminencias en la materia que lo señalaban como candidato a alumno destacado de privilegiada escuela de cracks europeos. Sin embargo, existen ciertos postulados no escritos, acuñados por la sabiduría popular, que no fallan. Al pibe lo inflaron de tal manera que la caída fue directamente proporcional a la altura a la que lo elevaron quienes hicieron de la soberbia una marca registrada. Abucheado por su propio público, el proyecto de estrella terminó comiendo banco y sufriendo en llaga viva la fiesta de despilfarro retórico que lo llevó del paraíso al infierno en apenas días.

En cuestión de ingresos, cerrada su transferencia al fútbol brasileño, la nueva conducción embolsó menos del diez por ciento de lo que pedía la banda en fuga. Dadas las circunstancias, peor es nada. Respecto de la joyita devaluada, tampoco puede quejarse; la historia, que en realidad está en sus albores, no terminó tan mal. Un destino de jerarquía lo espera si aprovecha, con compromiso profesional, la oportunidad. Más allá de la juventud, la adaptación no es fácil, menos para quien no logró quemar las etapas tal y como dicta el manual del futuro promisorio. De ahora en más, libre de presiones indeseables, tendrá el espacio suficiente para demostrar su total valía, si es que existe un potencial que aún no pudo revelar. Por el lado de las gradas, agradecen el gesto que, dicen los que saben, demostraría su agradecimiento a los colores que lo vieron nacer. A las opiniones a sueldo otra vez les tocó chapotear en el fango de la vergüenza.

Con el panorama de quiebra virtual planteado, los billetes frescos se evaporarán más rápido de lo que demoraron las negociaciones. La advertencia del gremio que comanda el instigador del golpe a la falsa pertenencia, no deja espacio para las especulaciones. Las inhibiciones comenzaron a llegar y con ellas la estigmatización de los inhibidores. Quienes creen medir todo con la vara de la pasión, ya pusieron el grito en el cielo porque un puñado de ingratos pretende cobrar los servicios prestados. Una afrenta imperdonable. A la millonada en contratos impagos deben sumarse las deudas que aparecen hasta debajo de las piedras, muertos dejados por las personas no gratas que insisten en eludir responsabilidades como cobardes sin remedio. Así las cosas, el trabajo recién empieza. No es novedad que las complicaciones irán in crescendo. Otra buena nueva. La comisión investigadora y la convocatoria a figuras que no deben quedar afuera de la institución.