domingo, septiembre 02, 2007

Error más error, igual derrota


Los triunfos consecutivos auguraban una victoria, o por lo menos pronosticaban una contienda disputada. Nadie barajaba la posibilidad de un resultado desfavorable. Es más, los números previos insuflaban aires triunfalistas. Pero la cruda realidad asestó un duro golpe, difícil de asimilar. ¿Quién es el padre de la derrota? Es la pregunta que se hace todo SF. O, sería mejor corregir… ¿quiénes son los padres de la derrota? El candidato que arrastraba historia, cayó ante el que la remaba de atrás. Y ahora todos se miran con recelo buscando en lo profundo a los verdaderos culpables de tamaño revés. Por el momento, aceptar que se cortó de cuajo la “continuidad del cambio” (pavo real rostizado a la lámpara solar dixit) no es tarea sencilla; aunque el fútbol –de eso se trata, claro– siempre dé revancha.

Igualmente no habría que olvidar que Colón “tiene todo para estar mejor”; las bajas son pasajeras y cuando se reincorporen, el engranaje volverá a funcionar acompasado. Después de todo, una mala tarde la tiene cualquiera. Eso sí, para los progenitores de la hecatombe: paredón. Un frío análisis debería dejar afuera de las lapidarias críticas al infortunado Chitzoff, quien encima de estar relegado al banco, cuando le toca entrar no pega una. En el reparto de abucheos, quien debe concentrar la multitud de impugnaciones es el capitán. ¿Hasta cuándo, el entrenador va a bancar a este zombi de guantes blancos, que ni siquiera puede pegar un grito para ordenar su propia área, que ni siquiera da muestras de conocer el reglamento? ¡Mamita! Si el dt tiene intención de sumar puntos, tendrá que arriesgarse y cambiar.

Así las cosas, hay toda una semana para reprimendas, replanteos y reposiciones. Habrá que hablar y mucho, para llegar al próximo compromiso con el ánimo recompuesto y las aspiraciones intactas. El equipo ha demostrado tener potencial para disputar un puesto más arriba que la consabida mitad de tabla, sólo falta el valor necesario para aplicar algunos retoques que favorezcan el funcionamiento general. Tal vez un simple movimiento consiga darle al conjunto la solidez que por ahora le falta. Y el domingo puede ser una gran ocasión para demostrar cuán importante es la ambición del entrenador y de los entrenados, entre otras cosas porque es indudable que en este torneo los cucos están en extinción. A partir de hoy se vienen “buenos tiempos”, un clima que el sabalero no puede desaprovechar.


APOSTILLAS

Investigación trunca. El Salieri vernáculo quiso salvar el buen nombre y honor del “magíster” en convocatorias y afines. Radkievich no es el “che pibe” que embolsa treinta mil mangos mensuales por hacer “trámites” ante la Afip. Pero entonces… ¿quién es?

¡No va más! El gran Alfio anduvo por SF coordinando acciones para zafar de la gayola. El viaje le trajo reminiscencias de tiempos idos. “Esto se arregla con un par de buenas manos, enseguida vuelvo”, dicen que afirmó confiado, mientras cruzaba el Paraná.

Fin de fiesta. La cábala de Totono Grisales se cayó. Está de visita su primo-hermano y como los triunfos se sucedieron, el jovencito extendió su estada en la ciudad. La idea era partir después del próximo encuentro. Ahora habrá que acudir a la macumba.

Extraña pareja. El delfín caído y el señor de los neumáticos conformarán otra de las fórmulas presidenciales que disputarán las próximas elecciones. No sólo se extrañan las mieles del poder, también se añoran los periplos internacionales.