lunes, septiembre 27, 2010

Con dedicatoria incluida

Para disipar tanta humareda no hizo falta que soplara un ventarrón. La lluvia purificó las almas cual baño sanador y depuró el aire enrarecido que se respiraba en el barrio Centenario. Muchos fueron testigos del despertar de la actitud y el compromiso que pidió días atrás el entrenador que ya es historia. ¿Qué pasó? ¿La motivación apareció como por arte de magia? Porque si apoyaban la continuidad, como reflejaron ante cuanto micrófono requirió sus pareceres una vez consumada la despedida, tales cuestiones deberían haberse puesto de manifiesto mucho tiempo antes. En las gradas, las especulaciones al respecto dibujaron una catarata de argumentos. Al final, la satisfacción por la victoria sepultó las murmuraciones.

Un interinato nunca logra cambiar de un plumazo los defectos enquistados en lo profundo; sin embargo, fue evidente que el estado de mal humor general devino en energía positiva para ofrecerle a la afición el primer triunfo de local en meses. Tal vez, despojados de la presión que acarreaban desde antes de iniciar el torneo; quizás, dejando de lado el desconcierto de tanto cambio táctico y posicional, los protagonistas sintieron una especie de liberación que les permitió sacudirse el polvo de una etapa desgastada. Si bien los adoradores de la anterior conducción lamentaron, una vez consumado el triunfo, el adiós anticipado, desde otro costado no hubo ninguna duda en considerar que con la impronta otomana el resultado hubiera sido otro.

Con la apertura de un nuevo horizonte, algo raro está sucediendo; no hay expectativas, sólo mucha prudencia en las apreciaciones. La herida sufrida caló tan hondo que la masa colonista prefiere tomar con cautela el período que hoy será inaugurado. Por lo pronto, los interrogantes que comienzan a circular tienen que ver con las formas más que con el contenido. ¿Habrá depuración? ¿Se producirán modificaciones sustanciales? ¿Sólo se aplicarán mínimos retoques? ¿O se hará borrón y cuenta nueva? El ciclo cerrado tuvo muchos privilegios e innumerables beneficios. No cualquiera acepta, concientemente, rodearse de obsecuentes a sueldo en pos de una ambición personal, ignorando el límite entre lo verdadero y lo falso. En esta etapa se verá si ciertos manejos se repiten o pasan a formar parte del pasado.


APOSTILLAS

Genio y figura. En medio de la lacrimógena despedida, el primer mandatario dimensionó, en su justa medida, la figura del renunciante en comparación con la propia. “Cuando lo traje estaba en China y haciendo pésimas campañas en México”, disparó ante el asombro de los presentes, quienes después evitaron mencionar la polémica sentencia. ¡Hasta la sepultura!

Precio bonificado. La dupla interina consiguió los tres puntos más baratos de la actual gestión. Acostumbrada a tirar manteca al techo, la falsa pertenencia cree que el éxito va de la mano de lo costoso; sin embargo, la gente de la casa, siempre relegada al elenco de reparto, acomodó las piezas para sacar adelante un resultado después de cinco meses de sequía. ¡Una ganga!

Viuda e hijas. A pesar de la movida que los chupalerches intentaron promover para que la hinchada despidiera al mayorista de humaredas con vítores y banderas en agradecimiento por los servicios prestados durante dos años y medio, nadie se acordó del ex. Tanta energía puesta en el proyecto de la continuidad, ahora tendrán que remarla de nuevo. Volver a empezar.

Derecho de admisión. La situación económica de la emisora asoleada no debe ser de las mejores. Aceptar un avisador enfrentado con la dirigencia sólo podría justificarse en casos extremos. La negada mutual tuvo su espacio en las mañanas obsecuentes y llamativamente apareció auspiciando la transmisión del sábado. Todo un ejemplo de pluralismo gravoso.

viernes, septiembre 24, 2010

Bienvenida realidad


Algunos hablaron de duelo. Otros hablaron de viudas. Hoy, en las mañanas obsecuentes, invitado al diálogo a modo de homenaje póstumo, él mismo comparó la situación con “un velatorio”. Y sí, había mucho en juego. Mucho más que las ilusiones de la afición. El verso del proyecto estaba sustentado en la continuidad. De ahí hacia abajo, todo dependía de un solo nombre. Un nombre que ya es historia. ¿Y ahora qué? El novel cuerpo técnico tendrá que lidiar con la presión del momento político que se avecina. Si consigue resultados favorables, el discurso de la sucesión delineada en perfecta y absoluta comunión con el “diseño deportivo”, le dará a la dirigencia oxígeno hasta diciembre. Caso contrario, la hecatombe será total.

Imaginar un escenario de cuatro derrotas consecutivas no sería disparatado. Esa fue su última cosecha al frente de un equipo que, finalmente, perdió la categoría. El ambiente interno también está predispuesto para seguir de capa caída. Por lo tanto, levantar el ánimo del plantel deberá figurar al tope de las premisas; más allá de cualquier cuestión aleatoria, una despedida, a poco de iniciado el torneo y como consecuencia de malas actuaciones, siempre es traumática, mucho más si se valora el tiempo que llevaba el ciclo. El flamante entrenador, comparte puntos en común con el saliente, tal vez demasiados; sin embargo, quienes lo conocen, destacan una personalidad de pocas pulgas. La relación con los veteranos dará que hablar.

Para el recuerdo quedará, entonces, el intento de imitar a las instituciones consideradas serias. Los proyectos a largo plazo son el ideal a alcanzar, siempre y cuando la entidad esté por encima de todo. Cuando entran a tallar intereses personales la historia se transforma en historieta, dejando al descubierto las concepciones falaces. Esta nueva etapa aparenta seguir los mismos lineamientos que la anterior, la celeridad con que se cerró el vínculo significa algo más que eficiencia en la negociación; si así fuese, si sólo se apunta a un fructífero corto plazo y vanas promesas para conservar espacios de poder pues habrá que esperar otro final anunciado. A partir de la próxima semana empezará a jugarse el destino de la falsa pertenencia.

martes, septiembre 21, 2010

Tránsito a la inmortalidad

Renuncia. Aceptada. Súplica generalizada: “Uno más y no jodemos más”. Decisión revocada. Consulta con la almohada. Dimisión ratificada. Fin de la era otomana. La goleada precipitó los planes que contemplaban una despedida de local. En concordancia con su manifiesta volatilidad, ni la promesa del final cumplirá. Sería una puñalada en medio del corazón, partir con la cabeza gacha frente al rival de toda la vida. El remolino que envolvió a los protagonistas, una vez finalizado el encuentro, generó marchas y contramarchas dentro del vestuario y, en razón de escasos minutos, se cocinó un papelón a la medida de la falsa pertenencia. Hoy se anunció la extinción de la continuidad, otra ficción que pasa a mejor vida.

Un terrible dolor de cabeza para el excelentísimo señor presidente, quien apostaba a que la cháchara aguantara hasta fin de año. Considerando la ineptitud en materia futbolística de los cráneos dirigenciales, el sucesor, antes de asumir, tiene los días contados. El que acepte esta canoa a la deriva, tendrá que vérselas con los clavos que deja el mayorista de humaredas y, paralelamente, con los vicios que alentaron los jerarcas de este nuevo fracaso a través de un entramado de relaciones con visos de perpetuidad. La fachada del club modelo atraerá incautos a montones; sin embargo, una vez puesta a rodar la ruleta de la flamante etapa, el elegido se dará de bruces con una realidad incontrastable. ¿Cuánto tiempo se puede vivir rodeado de aromas nauseabundos.

El costado hilarante de la situación lo pondrán los rastreros chupalerches –hoy, aunque disimulando, retorciéndose en lo profundo–, machacando con lo exitoso (¿¡!?) del proceso y, ya sin la presencia de quién los iluminó, como nunca nadie antes, en materia futbolística, exaltando lo que queda y, en especial, elevando hasta la estratósfera la figura del primer mandatario con vistas a diciembre, jugados por mantener a salvo su propia quintita. Para quienes, dadas las circunstancias, lo menos importante es el nombre del substituto, la consigna pasará por abocarse a tirar dudosa info respecto del brillante futuro del “biondo gnocchi” como firme aspirante al sillón del don, a modo de pantalla mediática. A prepararse para lo que viene.


APOSTILLAS

Repensando tácticas. Para quien tiene grandes aspiraciones, no hay nada peor que saberse rodeado de ineptos e impresentables. El vice puede ser un incondicional todo terreno pero su nivel es tan de cuarta que no le sirve para posicionarse en las altas esferas. Y los chupalerches son tan limitados que en lugar de sumar, le restan. Se busca operador con más de dos dedos de frente.

Echando culpas. El impresentable vice apuntó los cañones contra socios y simpatizantes. Acerca de la nula predisposición del club para fletar micros cuando el sabalé juega de visitante dijo que “dejó de hacerse porque no se llenaban y Colón tenía que hacerse cargo” del lucro cesante. Se estima que a medida que vayan acercándose los días preelectorales se revea la decisión.

Succionando calcetines. “Estamos imponiendo un estilo.” “Nos están llamando para jugar torneos en Inglaterra.” “Tenemos una sensibilidad social que muchos no tienen.” “El programa «Colón en tu barrio» marcha sensacional.” Las apreciaciones del eficiente director ejecutivo del fútbol neonato-infanto-juvenil pintan una realidad inocultable. La falsa pertenencia no tiene parangón.

Derrapando feo. Durante una mañana y media, el chupalerche primero despotricó en contra de la dirigencia rival porque no le permitía “al dueño del otro 50 por ciento del pase” hacer uso de un jugador; hasta que el chupalerche tercero procedió a desasnarlo, aclarándole que la institución rojinegra tiene contratados los servicios del volante en cuestión sólo a modo de préstamo. Lamentable.

domingo, septiembre 12, 2010

Como almitas en el purgatorio

Atrapado en su propia telaraña de mentiras y supuesta filosofía futbolística, el entrenador palpita su inexorable despedida mientras hace cálculos. “Me voy a ir de local”, anunció días atrás. Pensaba sacar un triunfo el viernes y después arañar un par de empates en los siguientes cuatro para ganar tiempo a la espera de que “el equipo se acomode solo”, como gusta decir sin medir el verdadero sentido de sus palabras. Ahora el reloj lo acorrala frente a un fixture complicado. Con una formación cambiante, con rendimientos individuales paupérrimos, con un sistema de juego indescifrable, difícilmente pueda torcerse el rumbo. A esta altura, hasta los mismos protagonistas acusan un mareo imposible de superar en el corto plazo.

El laberinto dialéctico también sacude los cimientos del “proyecto”. Si se equivoca en el armado, siempre hay un chivo expiatorio que paga con su retirada porque hay que mover las piezas en función de la táctica; si la pifia en un cambio, la excusa es un problema físico del saliente; si alguno no merece estar en cancha, la explicación pasa por la confianza depositada –una prédica efectiva para tapar el error de determinadas incorporaciones–; si el resultado no es favorable, faltó suerte en la definición. Cuando le vuelve a dar una oportunidad a quien elogió hasta el absurdo, después lo mata en la conferencia post partido. Y lo que nunca falta, luego de cada decepción, el latiguillo de la “bronca por haber defraudado a la gente”.

En rigor, esta campaña es la más cara –aspiraciones incluidas– desde que se inició la era otomana, y, hasta el momento, el mayor fiasco de la falsa pertenencia. No sólo porque se alentaron indebidamente ínfulas ficticias, como la promoción de inferiores, los convenios improductivos, las obras de dudoso financiamiento, y la organización de un evento continental que no genera interés masivo, sino porque los logros prometidos continúan siendo parte de una ilusión inalcanzable. La continuidad es una buena propuesta siempre y cuando esté basada en lineamientos sólidos, coherencia en los objetivos, honestidad en los manejos y humildad en el discurso. Las fachadas sobrecargadas, que ocultan intereses espurios, no sirven.


APOSTILLAS

Condena fiscal. A pesar de la desmentida del primer mandatario, la oposición constató la existencia de la deuda de unas cuantas cuotas de un convenio acordado con la afip. La mentira, uno de los preceptos fundamentales de la actual dirigencia, sería sólo un mínimo detalle si no fuera porque está en juego la situación patrimonial de una institución concursada.

Frente abierto. A los conocidos malestares de un delantero en desgracia y un volante con mal genio, se sumó el fastidio del defensor desplazado por segunda vez consecutiva durante el primer tiempo. La relación entre el entrenador y sus dirigidos acusa incipientes grietas. Para calmar las aguas la idea es congraciarse con los veteranos que mantienen la tropa bajo control.

Feliz día. En el prode analítico del maestro, la sentencia más jugada tiene un casillero preferencial. “Colón lo pudo ganar, pero también lo pudo perder”, opinó haciendo gala de su mal ganado apelativo. Comentarios tan sesudos y certeros distinguen al parodismo vernáculo que se esfuerza por enriquecer su labor cotidiana en pos de ofrecerle lo mejor a la opinión pública.

Pergaminos arrugados. El denodado empeño de los chupalerches a sueldo por salvaguardar la figura del técnico, fue pisoteado por los mismos protagonistas, quienes pusieron en evidencia los falaces argumentos con que ciertos títeres rastreros intentan manipular la realidad. Tanto CL como JL reconocieron no estar bien ni física ni futbolísticamente. ¿Y ahora qué dirán?

domingo, septiembre 05, 2010

Terapia de grupo

No fue tan difícil. Ni siquiera necesitó recetas mágicas. Le resultó menos complicado que pensar un cambio. La estrategia tuvo dos facetas fundamentales. Una, la hizo pública. La otra, quedó en la intimidad. Por un lado, incentivó a la muchachada haciendo hincapié en la certeza de que el rival no iba a contar con cuatro titulares. Por el otro, hundió el bisturí hasta el fondo: “Si no ganamos, doy un paso al costado”. Con estas palabras, tal y como confirmó uno de los protagonistas al finalizar el encuentro, el entrenador intentó avivar el fuego sagrado, por estos días casi extinguido, que alimenta el amor propio en circunstancias adversas. Lo consiguió. Sus dirigidos sacaron pecho y jugaron como para salvaguardar su pescuezo un tiempo más.

Como acostumbra decir el parodismo vernáculo, apelando al lugar común, esta victoria le dará aire para trabajar con tranquilidad durante la semana. Pero ¿es posible hablar de recuperación? Con un tanto producto de un obsequio del adversario. Con una etapa inicial para el sufrimiento. Con un once titular dónde nadie sabe quién es quién ni de qué la va cada cual, el sabalé parece más un crucigrama indescifrable que una sopa de letras apta para un primero inferior. Es saludable que los jugadores le demuestren su apoyo al técnico, con mayor actitud y compromiso –como él mismo pidió–, pero el funcionamiento lejos está de verse asomar; un par de arrestos de calidad no son señales suficientes, ni siquiera esperanzadoras.

El transcurrir del torneo dirá hasta dónde consiguen estirar la continuidad del “proyecto”, con el humor de la afición fluctuando al ritmo de los resultados. La velada calma que amanece junto a un triunfo, rápidamente se transforma en decepción a la luz de un empate, mientras que se multiplica en repudios de la mano de una derrota. Demasiado vaivén para soportar sobre una sola espalda. Aunque el técnico intente tocar la fibra íntima de la masa colonista apelando a la sensiblería barata, algo se hizo añicos. Y los únicos responsables son quienes creyeron en la subestimación como arma de seducción y encantamiento, ignorando a la realidad que posiciona a todo proceso serio por encima del espasmo burbujeante de una ficción armada para soñar.


APOSTILLAS

Honestidad brutal. El primer mandatario salió a dar su versión, a la prensa porteña, respecto de las declaraciones del sabueso vernáculo que demanda dinero fresco. “Le gustan los micrófonos”, dijo, con conocimiento de causa. Los montos reclamados tienen que ver con “una deuda que es posterior a la conducción de esta directiva” (recontrasic). ¡Clarísimo!

Estropajo multiuso. Mientras el “biondo gnocchi” se hizo cargo de los medios nacionales, al impresentable vice le tocó lidiar con los menos importantes. A media lengua aclaró que el ente recaudador miente y que ellos son ejemplo de buena conducta fiscal. Paradójicamente, lo que más molestó fue que el tema se expusiera públicamente. Mejor no hablar de ciertas cosas.

Marea roja. Después del triunfo que le dedicaron sus dirigidos, le tocó a él devolver favores. “Nunca hablé de falta de actitud”, rectificó. Es comprensible. Tanto parloteo intoxica a cualquiera. La mala intención de cierto parodismo doméstico no tiene límites. No dijo lo que dijo, o no quiso decir lo que dijo, o entendieron mal lo que dijo. ¡Quemá esa grabación!

Patitos desbandados. Las frases hechas le vienen de perilla para no ir más allá de lo que su capacidad intelectual admite. Hablar de “operación de prensa” sin fundamento ya no es tomarle el pelo a la audiencia, es tomarse el pelo a sí mismo. Menos mal que opina de fútbol. Si tuviera que analizar temas trascendentes no lo salvaría ni su árbol genealógico. ¡Patapúfete!

jueves, septiembre 02, 2010

Baldazo de agua fría


Hacía rato que la falsa pertenencia no la pasaba tan mal. Al calamitoso arranque de torneo, y su consecuencia directa –llámese la posible finalización de un ciclo pensado tan próspero como longevo–, se le sumó la noticia de que el fisco, avalado por el máximo tribunal en la materia, reclamará catorce palitos más de deuda vía concurso preventivo de acreedores. Una mala nueva desparramada como reguero de pólvora por el mayor sabueso regional en cuanto medio quisiera hacerse eco –pasquinejo vernáculo autoexcluido– de tamaña muestra de sagacidad estatal. Cuestión que los hizo pensar dos veces antes de salir a contestar y quedar en off side con el organismo inquisidor. No sea cosa que la lupa baje a escudriñar hasta niveles insospechados.

También se dio a conocer que esta impecable, intachable e impoluta gestión anda atrasada –“en unas cuantas cuotas” – en el pago de un plan de facilidades al que adhirió tiempo atrás (vaya a saber para cancelar qué cosa) y que está en proceso administrativo la verificación de una deuda reciente que “rondaría los tres millones y medio de pesos” por “no aplicar adecuadamente la normativa reglamentaria en materia de retenciones (del impuesto a las ganancias)”. Llama la atención que, primero, se incumpla en moneditas cuando hay tanto billete poderoso para otras cosas; y, segundo, que semejantes detalles se le hayan pasado por alto al departamento jurídico-contable que tan bien asesora a la dirigencia en la confección de los balances anuales.

En cuanto a figuritas se refiere, el titular del ente recaudador local dejó en claro que el goleador histórico saldó sus obligaciones impositivas, pero que la denuncia penal en su contra, como “partícipe necesario de la maniobra de evasión”, sigue su curso normal. En la misma situación judicial se encuentran el innombrable, su ex delfín y el colombiano GH. Con seguridad, unos cuantos pesos más o menos, a pagar en cómodas cuotas, no harán mella en las arcas rojinegras, pero sí dejarán cicatrices en la figura de JNV –en especial si es que realmente está pensando en volver– y en el excelentísimo señor presidente, quien lleva un buen tiempo adjudicándose, por adelantado, el triunfo sobre la afip. Otro herido: el juez de la convocatoria, sospechado por lo bajo de fallar, en primera instancia, a favor de Colón a cambio de «un» millonario incentivo.