jueves, febrero 14, 2013

Pronóstico reservado

Fueron cuatro. Podrían haber sido cinco. Y hasta seis. La presentación en sociedad dejó patitieso hasta al más optimista. Una derrota en la primera fecha, ante uno de los mejores del torneo pasado, figura en los planes de cualquiera; una goleada vergonzosa, no. Para colmo de males, la vapuleada hizo trizas las excusas de ocasión, justamente porque el rival no exhibió ni una sola de las más trilladas. Ni estuvo falto de fútbol, ni lento de reacción, ni duro en el aspecto físico, ni desajustado entre líneas por la presencia de incorporaciones, ni improvisado por contingencias de último momento. Simplemente resultó una máquina demoledora que le pasó el trapo sin demasiado esfuerzo, dejándolo "knock out".

Una vez producida la hecatombe, la afición no dudó en cuestionar con dureza a los catorce hacedores del bochorno por lo que consideró fue un desastre en todo sentido. El entrenador también se llevó una buena parte de las críticas a raíz del planteo pergeñado para la apertura de la competencia. Así fue como aparecieron las dudas acerca de lo realizado durante la pretemporada y el tan mentado trabajo, más allá del fallido cambio de esquema, para ajustar una línea que padeció sobremanera durante el último semestre. Y no sólo el resultado abrió un surco profundo entre las escasas expectativas previas y la realidad; la actitud enardeció a quienes esperaban, por lo menos, algo de dignidad en cancha.

Se esperan cambios que reviertan con urgencia la triste imagen del debut. Después del duro golpe, la paciencia de las gradas acusa una sensación térmica elevada; para bajarla nada mejor que un ajuste que incluya cirugía mayor, aunque ciertos intereses pasen a estado de hibernación a la espera de mejores condiciones climáticas. El técnico sabe que se quedó solo, sin el respaldo de quien le ofreció el conchabo; si la muchachada no acompaña, le será difícil transitar en calma el camino que recién comienza. Y si al desamparo se le suman los rumores de conflictos internos y dificultades económicas, el panorama puede complicarse sobremanera. Los próximos compromisos pondrán a prueba la resistencia de su espalda.


APOSTILLAS

Stravaganza. El runrún que alerta sobre unos cuantos sueldos adeudados suena cada vez con más fuerza. Mientras tanto, el excelentísimo señor presidente anda jactándose de presidir la entidad pionera en el fútbol doméstico que inaugurará el nuevo sistema de ingreso a los estadios. Para desparramar la buena nueva no escatima en megáfonos varios; para aclarar cuestiones institucionales álgidas, no sabe/no contesta.

Calientes. El cuerpo técnico no podía creer lo que sus ojos veían. Por eso, al momento de dar la cara el entrenador fue contundente. "Este no es mi equipo", sentenció balbuceando bajito. Con una extensa perorata intentó explicar las causas de la abultada derrota y se hizo cargo de las responsabilidades que le competen. También preanunció cambios, por lo que se espera guillotina para algunos y champú para otros. Con escoba o escobillón, da igual.

Añoralgias. Cada día que pasa más se extraña al goleador histórico. No sólo en cuestiones relacionadas con su especialidad -el arco rival- y con el arte de manejar puertas adentro el grupo, sino también en las ocasiones adversas. Después de la tercer pepa, nadie tuvo el valor de pedirle en voz baja clemencia al rival de turno. Al actual capitán le faltan horas de vuelo para ser un digno merecedor de la honrosa cinta.

Escandalosos. La banda que anima el espectáculo anduvo haciendo fierros durante la vuelta a casa. Ni bien se supo del incidente, el impresentable vice puso en marcha el operativo retorno. Los socios deberían ser puestos en conocimiento de que con su invalorable aporte mensual colaboran en la contratación de un exclusivo estudio de aves negras encargado de devolver las almas sanas y salvas a su terruño. Que no decaiga la fiesta.