lunes, mayo 14, 2007

Primera prueba superada


Algún día tenía que volver el triunfo al Brigadier. Y quiso la divina providencia que fuera un soleado domingo de otoño, a cancha llena, con el aliento constante de sinfónico fondo. Con el agite de banderas sangre y luto como colorida escenografía y los acordes de la marcha sabalera repicando en los redoblantes de la banda militar. Marco perfecto para la victoria. Una victoria que significa mucho más que tres puntos; una victoria que vuelve más tangible la esperanza y que dispersa los oscuros nubarrones que ensombrecían el futuro rojinegro. Falta todavía, ésta sólo fue la primera de las seis duras pruebas que tiene por delante Colón de SF. Las fechas venideras deberán servir para afianzar un planteo futbolístico que pueda ser sostenido en el tiempo, más allá de los nombres que integren el primer equipo. Ese sería el verdadero espíritu de un proyecto serio de largo plazo.

De lo visto el domingo en el estadio del barrio Centenario hay un par de aspectos que pueden considerarse interesantes. El primero, la estrategia de juego agresiva que durante los 90 minutos se intentó llevar adelante; con altibajos, con sobresaltos, pero siempre haciendo prevalecer un criterio netamente ofensivo. Claro, hay muchos vicios por cambiar. Por ejemplo, la infinita calesita del Caio, quien debería aportar más inteligencia y menos despliegue físico inútil. Por ejemplo, la levedad de Barrado, quien por suerte insistió con el centro que terminó en el primer gol local. Por ejemplo, la escasa capacidad para la marca de Esmerado, quien suele deambular extraviado por la verde gramilla. La segunda cuestión destacable, la voluntad de Jerez y Merlo, dos juveniles del club que afrontaron con actitud una parada complicada. Para descartar, Juan Fernández, un caso perdido.

Los tres pilares del equipo, sin dudas, fueron Falcón –atento en los relevos–, Totono –criterioso en el manejo de la pelota–, y José Sand –sagaz y contundente al momento de pisar el área–. Respecto del entrenador, resulta prematuro dimensionar el nivel de cambio que puede imprimirle a este plantel desgastado. Si bien los mismos protagonistas se encargaron de resaltar sus facultades comunicativas y su poder de llegada a la fibra íntima del jugador, con eso no vasta. Habrá que esperar los próximos acontecimientos. Por otro lado, no hay dudas de que la presencia de LA en SF ha acaparado la atención de los medios porteños. Un detalle que no debe haber pasado desapercibido para la dirigencia colonista. Nadie puede ignorar que los encuentros no sólo se disputan en la cancha, el poder de la tv también tiene su peso específico, tanto que puede jugar a favor o en contra dependiendo de la dimensión de la figura en cuestión. Y en ese sentido, el flamante DT, corre con ventaja.

APOSTILLAS

¡Chau Tito, chau Tito, chau Tito, chau! Se sospecha que el agresor de Sand fue un asesino a sueldo, pagado por el gran definidor. Los maledicentes de siempre afirman que la mosca la puso el monje negro.

Cada vez que Tombolini sale a “cazar” un centro, tiembla la tribuna. En lugar de afianzarse con los años, el arquero cada día ataja peor. La seguridad bajo los tres palos, sigue brillando por su ausencia.

El Caio se cansó de correr por la 168. Ahora anda dando vueltas por la Circunvalación. Pudo saberse que los aplausos del estadio fueron una manifestación de júbilo por su salida y no en reconocimiento por su actuación.

Mientras Iriarte, en pocos minutos, hizo un desparramo, Teté ni tocó la redó. Uno puede ser un cambio cantado que aporte dinamismo en los segundos tiempos. El otro puede mascar banco a pesar de su elevado costo mensual.