
Obstáculos como el del viernes habrá unos cuantos; desilusiones, tal vez, no tantas. Y no porque en los cálculos previos se descartara una derrota, sino porque nadie hubiera podido imaginar que la estrategia del dt resultaría tan ineficaz. Es cierto, anteriormente las variaciones le salieron bien, pero, en esta ocasión, el singular dibujo diseñado para no perder confundió más a sus propios dirigidos que al rival. Más allá de que pareció funcionar en los primeros minutos, las intenciones se fueron desdibujando a medida que el adversario se acomodó en la cancha. Habrá que aceptar, entonces, que Colón jugó uno de los peores partidos de la era AM; sin embargo, en frente tuvo al gran candidato. Como paliativo, sirve; aunque con vistas al futuro es evidente que semejante vapuleada enciende una luz de alerta.
Al término del encuentro, el entrenador reconoció la jerarquía del contrincante pero insinuó la excusa del cansancio por la seguidilla de compromisos; sin embargo, el agotamiento de los muchachos tiene otra explicación. Todos los que entran al campo de juego demuestran un grado de compromiso tal con el conductor que no reconoce límite de exigencia. En el caso del goleador histórico, la pretensión de superarse a sí mismo, y también la de demostrarle a sus detractores que puede por amor a la camiseta, conspira en contra de un rendimiento parejo y mesurado. Así las cosas, no sería extraño que, con el avance del campeonato, las lesiones se sucedan con mayor asiduidad. A siete fechas, unos cuantos ya acusaron recibo y otros tantos están enclenques. Un desafío importante para el matasanos y el preparador físico.
Lo concreto es que, cerca de mitad de campeonato, en lugar de afianzarse, el sabalé muestra dudas y la afición desvelo. Es hora de que empiecen a llegar los triunfos de local, única forma de asegurar la mayor cantidad de tripletes. Sin dudas, la deuda pendiente pasa por ganar en el Brigadier; por demostrar que, en casa, ningún visitante puede aspirar a un resultado favorable. No falta mucho para conseguirlo. La vuelta del 20 inspirará a sus compañeros e infundirá presencia y respeto en la delantera. Atrás y en el medio habrá que recuperar la solidez, apelando a la rotación si las circunstancias lo ameritan. Protagonistas sobran y ni uno solo querrá desentonar cuando se presente la oportunidad. Retomar la senda de los cincuenta puntos será como volver a posar los pies sobre la tierra. Decepcionante pero real.
APOSTILLAS



