miércoles, abril 20, 2011

Rebobinando la cinta

El hombre de la casa pasó el examen con un aprobado. El termómetro local acusaba una temperatura tal que por lo menos el empate sirvió para aplacar el estado de calentura que la afición atemperaba con paños fríos sobre la frente. De todos modos, hubo miradas opuestas. Los más optimistas advirtieron una buena recuperación en el orden futbolístico y en el grado de compromiso que pretenden ver durante noventa minutos en el rectángulo de juego; los menos, percibieron más de lo mismo frente a un rival disminuido en sus fuerzas y que invitaba a sacar un mejor resultado. Los primeros esperan que el nivel vaya en aumento; los otros, no se hacen ilusiones. En el seno de la comisión "apuestan" a estirar el ciclo sin mayores sobresaltos.

Por el lado de la muchachada hubo coincidencia. Una renovación siempre viene acompañada de aire fresco; que la brisa sacuda modorras varias depende de los mismos que hace una semana se arrastraban en la cancha. El desgaste que acusan muchos de los protagonistas difícilmente pueda ser remontado por obra y gracia de un simple cambio en la conducción técnica. Con el fracaso reciente, unas cuantas falacias quedaron al descubierto; pretender taparlas reflotando el discurso de la pertenencia es otro canto de sirenas sólo apto para oídos distraídos. Si la cosa no funciona, si los números entran en picada, el conmovedor argumento presidencial va a pegar un giro de ciento ochenta grados y la película comenzará a rodar de nuevo con perorata acorde.

El ratificado hasta fin de torneo aspira a tocar la fibra íntima del plantel y, en su afán, desenterrar la mística que hace años el sabalé arrumbó en el rincón de los recuerdos. No tendrá mucho tiempo para lograr la hazaña. A esta altura del partido, las probabilidades ya han inclinado la balanza hacia el lado de la intrascendencia. Este plantel no conoce el significado de la palabra que supo marcar el rumbo en épocas pasadas. Este plantel, sus ocasionales entrenadores y la dirigencia en su conjunto no hablan el mismo idioma que quienes supieron de proezas y respeto por la camiseta. Este plantel, sus ocasionales entrenadores y la dirigencia en su conjunto manejan a la perfección un dialecto que sabe de términos como joda, verso, embuste y similares. Cuando eso se acabe, otra será la historia.


APOSTILLAS

Usina de ideas. Con su decisión, el excelentísimo señor presidente no sólo aspira a que las gradas le perdonen la vida al entrenador si su ciclo se transforma en fiasco; también anhela que el parodismo crítico se apiade del susodicho en caso de que el infortunio toque a su puerta. El que no va a salvarse de unos y otros, ante otro fracaso, será el ilustre ideólogo. Preparen... apunten...

Violín en bolsa. Luego de varias desmentidas, y ocultamientos incluidos, pudo confirmarse la presentación del goleador histórico ante el instituto del que es abonado y su pedido de disculpas públicas por proferir insultos discriminatorios hacia los rivales de la quinta fecha. ¿Alguna vez aprenderá a comportarse como lo que dice ser dentro de un campo de juego? La veinte cotiza en baja.

Mordiendo talones. La agrupación que lidera el máximo exponente de la oposición salió a plantar bandera respecto de la última gran decisión de la dirigencia. Mediante un comunicado dejó sentado su "repudio y disconformismo" por las políticas coyunturales que intentan tapar "la carencia de recursos económicos y financieros". ¡Atenti la falsa pertenencia! El adversario le va a jugar de contra.

Aceite aguado. Al chupalerche primero, la obsecuencia consuetudinaria lo ha sacado de su eje. De tanto justificar lo injustificable ya no sabe cuando el negro juega bien o mal. Obviamente tampoco entendió por qué lo fueron al último pasajero; aunque intentó leer entre líneas y esbozar un teoría, con la cosa juzgada. ¿Los jugadores no lo querían? Igual que la sopa, no le hace mal a nadie.