miércoles, diciembre 09, 2009

Abrazo de despedida

Colón es sufrimiento. Tal vez por eso, una vez finalizada su participación en el torneo, debe esperar definiciones de terceros para saber en qué puesto de la tabla cerrará este buen ciclo y si deberá o no jugar repechaje para entrar de lleno en la copa. Su parte la cumplió, le ganó, aunque con una impensada dosis de aflicción, a un equipo de segunda categoría, jugando como últimamente dictó la línea del agotamiento físico tan pregonada por los propios actores para justificar los bajos rendimientos de este último tramo del año. Ahora sólo le resta aguardar, cual nervioso espectador, el fin de la película para programar los próximos pasos.

Y lo que viene no será cuestión sencilla de resolver. Se avecinan horas de negociaciones, tiras y aflojes, triunfos y derrotas individuales, en la pelea por la continuidad de todos los protagonistas que hicieron posible esta realidad rojinegra. Los primeros chispazos ya comenzaron a encender la calentita fogata de intereses que se pondrán en juego de aquí en adelante. Las declaraciones del iluminado primer mandatario no hicieron más que confirmar que el objetivo de esta dirigencia es permanecer; el colchón de puntos conseguido le asegura tranquilidad para afrontar un año en donde deberá abocarse a concretar grandezas anunciadas.

Por su parte, el entrenador apuntará los cañones a conseguir refuerzos de peso para coronar con un título su paso por SF, de otra forma lo conseguido durante dos años de sacrificio personal sólo quedará en los anales de la estadística. Está claro que lo único que agrega jalones al uniforme de buzo son las preseas que inscriben un nombre en la exclusiva lista de los campeones. Los números favorables, figurar entre los cinco primeros, pasar un par de fases en una competencia internacional, no significan demasiado; menos cuando la afición está ávida por festejar la primera medalla de la historia. Al parecer, ese horizonte aún está lejano.


APOSTILLAS

Falso testimonio. En el marco del nuevo empadronamiento de socios que comenzó por estos días, el excelentísimo señor presidente hizo referencia a que gracias a esta novedosa modalidad “ya no vamos a tener que controlar tanto para retener mil quinientos carnets truchos o falsificados durante un año”. ¿Habrá hecho efectiva la denuncia del caso?

Con el último aliento. Al maestro también lo afectó la seguidilla de partidos. Sus intervenciones en la previa y post partido estuvieron a la altura de un enano de jardín. Contradicciones a granel, incoherencias por tonelada y trabucadas de principiante, hicieron juego con la verborragia indescifrable de su coequiper al relato. El que mucho abarca…

Alto el fuego. Para no pasar el papelón del año, los organizadores de la festichola provincial del deporte –primereada por los horneritos de lata–, cortaron de cuajo todo tipo de crítica hacia la dirigencia sabalera. Como buenos mercaderes del parodismo vernáculo, el trío apostado en el área, levantó la bandera blanca con tal de no recibir un desplante histórico.

Mentiras más, mentiras menos. Según el chupalerche segundo, la lesión de FB, que le impidió desplegar todo su potencial durante el torneo, fue una “pubalgia”. Hete aquí que el pasquinejo vernáculo, en nota firmada, sostiene que “la dolencia que lo tuvo a maltraer fue una lesión en su tobillo derecho”. Deberían ponerse de acuerdo considerando que comparten el jefe.