domingo, agosto 01, 2010

Geniol con coca


Semana movidita, como para calentar los días previos al inicio del torneo. Si bien toda la atención se la llevó la desopilante comedia de enredos protagonizada por el dios en desgracia, el traidor de turno y el don mayor, la fauna autóctona también dejó su huella estampada en el lodo del absurdo. Mientas el once sabalé sigue poniéndose a punto enfrentando a combinados de segunda categoría; la sexta incorporación –según apunta el pasquinejo vernáculo– se cae, a pesar de tener todo acordado con el excelentísimo señor presidente y de “las ganas por jugar en Colón” que demostró en tiempo de negociaciones; el único pibe que apuntaba para anotarse en el debut se lesiona; hace punta una agrupación de cara a las próximas elecciones.

El sainete del delantero con probadas dotes pugilísticas acaparó el interés de la afición durante toda la semana. Los periquitos a sueldo que repiten a pie juntillas el verso oficial fueron los encargados de ponerle un toque de suspenso al relato de nunca acabar. Que está preparando las valijas, que está yendo hacia el aeropuerto, que está tramitando el check-in. Lástima que nunca apareció. Ahora, la lumbrera del sur deberá aplicar, según le dijo al chupalerche primero, “un viejo plan A mío”. ¡A la pipetuá! El mundo rojinegro espera ser sorprendido, una vez más, por la habilidad del primer mandatario para resolver entuertos y afines. Confía totalmente en su buen ojo, por lo que no duda de que la alternativa colmará sus expectativas.

Por otra parte, un viejo conocido de la falsa pertenencia largó en punta la carrera por la presidencia. Cuestión que no le mueve un pelo al elenco estable. Ninguna figura antagónica, por más mesurado perfil que curta, tendrá chances si marcha sola a la contienda. Mal que le pese al arco opositor, cada uno por su lado, no tendrá una pizca de oportunidad frente a la estructura armada por quienes se aferraron al poder cual garrapata muerta de hambre. Ni siquiera un campeonato mediocre logrará mover los cimientos que, a fuerza de prebendas de todo calibre y a todo nivel, supo construir la charanga enquistada en la entidad del barrio Centenario desde hace ya cuatro años. De todas maneras, a no desesperar. La pasión sigue intacta.