martes, enero 06, 2009

Año nuevo, hábitos viejos


La renovación del calendario no implica, necesariamente, cambios. La mayoría de las veces, el inútil sigue siendo inútil, el mendaz sigue siendo mendaz y el charlatán sigue siendo charlatán. Los primeros días del año fueron testigos de la vuelta al trabajo del plantel y del inicio de la pretemporada; pero, al parecer, todo está como era entonces. Negocios calamitosos, movimientos desventajosos y cantidades industriales de palabrerío barato. Un prólogo archiconocido que pronostica tempestades. Aunque esta vez habría que hacer una salvedad: la afición está sobre aviso. Nadie, ni siquiera el más ingenuo, apuesta a ganador. Si bien, por lo bajo, la expectativa madura casi intacta, la realidad desvanece cualquier tipo de desborde.

Los desastrosos manejos del "biondo gnocchi" no sólo han llevado a Colón a pelear cada torneo por no caer en la zona crítica de la tabla de posiciones, sino que también han minado de forma indiscriminada las arcas de la entidad. Si en algo se ha esforzado esta cd, es en dilapidar los dineros del club sin ponerse colorada. Contratos siderales a profesionales improductivos, transacciones a pérdida, jugadores ociosos, lujos exorbitantes y variedad de menudencias para la gilada. Con semejante panorama resulta increíble que algunos impresentables hablen de "seguir adelante con esta política" porque "el socio nos dio nuevamente el respaldo al frente de la institución". De esta forma, no habrá corazón que aguante lo que el futuro depare.

No obstante, será cuestión de esperar el desarrollo de los acontecimientos para saber si la inepta dirigencia se decide a reforzar a un rival directo; si trae, a instancias del dt, otra caterva de turistas despreocupados; si se desprende de capital sin evaluar las condiciones más convenientes; si insiste con las sorpresas "que van a llamar la atención no sólo de los colonistas sino de todos los santafesinos" (RM dixit) y demás paparruchadas por el estilo. Lo cierto es que el próximo torneo define destinos y lo que se pone en juego no da para seguir en la senda de la pavada generalizada. O todos los interesados se calzan los pantalones largos o la temporada venidera verá a la sangre y luto transitar por caminos no deseados. Así de simple.