viernes, diciembre 27, 2013

Ojo de tigre

Extinta la falsa pertenencia, una nueva conducción hizo pie en tierra arrasada. Bailando sobre las cenizas, los vencedores pasaron del letargo arrullado por el silencio cómplice al grito victorioso de raíz fraudulenta. Todo vale en el carrusel del sentimiento que no entiende de razones. La contundente adhesión dejó en claro que para ganar la confianza de la masa no hace falta hablar con la verdad, con el mutismo colaboracionista alcanza; no hacen falta proyectos, con el manual de la perogrullada es suficiente; no hace falta respetar estatutos ni reglamentos, con exhibir entre los antecedentes el distintivo de una celebrada actitud antideportiva basta y sobra. Para la conciencia media, consagrar a una figura sin pasado político fue la mejor opción, el aire fresco que muchos reclamaban después de haber aceptado mansamente que el peor latrocinio prosperara frente a sus propias narices.

Los alaridos de alegría se acallaron con la noche; al día siguiente, las sorpresas empezaron a caer como granizo en verano caliente. Hoy las prioridades se amontonan y todo resulta urgente. El entrenador, alguien dispuesto a afrontar el peor de los destinos y con serias posibilidades de cobrar poco y en cómodas cuotas; el plantel, diezmado gracias a la catarata de pedidos de libertad de acción que fueron presentando los indigentes que no cobran hace ocho meses. Las deudas por servicios impagos, los reclamos de proveedores; detrás de cada puerta aparece una obligación pendiente. La reconstrucción desde el vaciamiento parece misión imposible, mucho más teniendo en cuenta que los recientemente fugados huyeron en compañía de las pruebas incriminatorias. Todo parece indicar que, llegado el momento, las denuncias serán lo menos importante.

En medio de la vorágine desatada en los últimos días, se conoció una noticia que causó revuelo. A pesar de su declarado compromiso, el capitán renunció a remar en la peor tempestad de los últimos tiempos. Enigmáticas sonaron las palabras que, al respecto, susurró el flamante presidente a los medios. Primera prueba de que será en vano esperar claridad en ciertos aspectos. Según los movimientos iniciales, los recién llegados también encapsularán explicaciones inconvenientes. Los viejos hábitos son difíciles de erradicar. Lo cierto es que, pasada una semana y con cuarenta y tres miembros de comisión directiva dedicados al trabajo, ya deberían tener un panorama más o menos claro del terreno pisado. Demostrar que tanta gente no está ociosa también es una cuestión emparentada con la responsabilidad. La transparencia está por verse. La austeridad se da por descontada.

domingo, diciembre 22, 2013

La herencia maldita

Todo tiene una explicación. La falsa pertenencia no fue un aborto de la naturaleza. Hace tres años, un tramposo ochenta y cinco por ciento le abrió las puertas del vale todo cuando ya había dado sobradas muestras de soberbia e ineptitud. Ahora nadie quiere hacerse cargo, es más fácil despotricar y ponerse el disfraz de pobre estafado en lugar de aceptar que durante siete años el espejo reflejó la misma imagen de uno y otro lado. A las puertas de un nuevo error, las secuelas se hacen un festín con quienes están dispuestos a tropezar dos veces con la misma piedra. El poder de fascinación de ciertas figuras, que parecen hechas a la medida de las circunstancias, es tan grande como la ignorancia de los futuros embaucados. La insoportable levedad del medio resulta tierra fértil para que germinen los dos bandos.

Para entender lo que vendrá no hace falta recurrir a un incunable, tampoco a una videncia. La magnitud del daño no es sólo una cuestión de coyuntura, las consecuencias están dispuestas a marcar el rumbo hasta que el verdadero cambio disipe la niebla de la historia negra para dar paso a un futuro libre de pecado original. Mientras los vestigios de una leyenda apócrifa siga manipulando conciencias laxas, adoradoras de fantásticas quimeras, la capacidad de trastabillar seguirá intacta, ya sea de la mano de ilustres o ignotos cómplices ocasionales. Tal vez, el escarmiento sea el único capaz de mover los cimientos de la fantochada enquistada en las entrañas del perdedor consuetudinario. Quizás, haga falta descender a los infiernos para que el calor del averno calcine el talento y la predisposición para el fracaso.

A horas de la crucial decisión, con las únicas voces que nunca se callaron fuera de competencia y los hacedores del desastre tirando patadas al aire como insecto moribundo, los pocos votantes se debaten entre viejos conocidos, oportunistas de ocasión y partícipes necesarios del pasado reciente. Sea quien sea el ganador, el panorama no da para festejos; sin plantel, sin técnico, sin recursos, plagado de deudas, en el umbral de la desafiliación, el elegido deberá sortear una crisis sin precedentes. Esta vez no hay capacidad de maniobra, las presiones pueden poner en jaque a la nueva conducción en cuestión de días. Hará falta muñeca pero también templanza para pilotear la nave en medio de la tormenta. Todo indica que el lunes próximo tomará las riendas el presidente que llevará en sus espaldas el estigma del descenso.

viernes, diciembre 13, 2013

El gen egoísta

Terminar el torneo en descenso directo no es la peor noticia, todavía restan diecinueve fechas con posibilidades de revertir la situación. Terminar con una entidad acéfala tampoco, dentro de pocos días una nueva conducción se hará cargo del despiporre generado por la falsa pertenencia. Los principales problemas radican en las deudas acumuladas, la falta de recursos y la enorme y ociosa estructura montada como si de un estado paralelo se tratara. Si los ganadores de las próximas elecciones no recalan con un bagaje cargado de ideas, la realidad le asestará un duro golpe al futuro. Encauzar el descalabro no será sólo cuestión de dinero, ni de inversores, hará falta mucha muñeca para reconfigurar tanta dilapidación sin resultados. El verbo negociar pondrá a prueba la capacidad de conjugación de los electos.

Desenterrar la inmundicia escondida con vileza y sigilo por la dirigencia en fuga será otra tarea impostergable de quienes asuman el próximo mandato. No deberán interponer excusa alguna si no quieren ser un eslabón más de la red de encubrimiento de la impúdica corruptela que dejó al club en estado terminal. No deberá importar cuánta podredumbre quede expuesta, ni cuánto afecte directamente a la arrogancia incentivada durante siete años de aparente opulencia. Ocultar, de la manera que fuese, una mínima porción de la farsa que explotó la necesidad de figuración de tantos años postergados, marcaría el inicio de otro ciclo fraudulento anclado en la repetición de errores. Que la afición sepa en qué medida se dejó enredar en la telaraña del engaño, formará parte del aprendizaje.

Los comicios determinarán en qué proporción la masa societaria habilitada para sufragar capitalizó la experiencia reciente. De todas maneras, ya existen indicios de que desde la misma historia se habilitará el equívoco como para no perder la costumbre. De ahí a tropezar con la misma piedra, un paso. Ciertas inclinaciones explican el por qué de los constantes fracasos. Despedazar con fiereza modelos caídos en desgracia y después defender y aceptar maniobras propias de lo censurado pone en evidencia las contradicciones que le dan aire a las sombras recurrentes. El espejo está a la alcance de la mano. Tomarlo y mirar lo que refleja ayudaría a comprender el empecinamiento en transitar caminos que no llevan a ninguna parte. El error de la víctima es no darse cuenta que es su propio victimario.


APOSTILLAS

Pozo vacante. Corren apuestas para saber dónde está escondido el ex primer mandatario. Mientras los rumores sobre impunidad, según la lista que gane, corren como reguero de pólvora, la afición despunta el vicio de barra brava intimidante por las redes sociales, tejiendo envalentonada amenazas virtuales al renunciado y sus cómplices. Por las dudas, ninguno asoma la nariz.

Bono navideño. Dicen las malas lenguas que el impresentable vice metió "las uñas" en el padrón con inconfesables intenciones. Como a la dirigencia en fuga no le da el tiempo ni el piné para borrar los rastros incriminatorios, está dale que dale con la maquinita multiplicando socios activos con el propósito de embarrar la cancha. Con un par de candidatos, afirman, la inmunidad ya está acordada.

Rojo furioso. La cuenta solidaria resultó un papelón más, acorde con quienes la propiciaron y con los arrastrados que inflaron la iniciativa. Muchos todavía esperan que con la misma rapidez con que se prestaron para las cámaras, aclaren cuánto se juntó y en manos de quién se depositará lo recaudado. Aunque la cifra haya sido irrisoria, los números habría que blanquearlos públicamente.

Guirnalda fosforescente. No llamó la atención el silencio del chupalerche primero, el análisis crítico de la cuestión institucional nunca fue su fuerte; ni la postura del pasquinejo vernáculo que, a través de unas jinetas peleadas con la gramática, tiró un par de líneas caídas de la palmera. Siguiendo la acostumbrada senda de subestimación al lector, la aceitada maquinaria de cobertura mediática de la falsa pertenencia lavó sus manos sin el más mínimo remordimiento.

martes, diciembre 03, 2013

La última cena

Mientras el derrumbe institucional encuentra su correlato en la cancha, los candidatos se aprestan a dirimir diferencias en un campo minado. No importa que la miseria sea un hecho, no importa que la magnitud del daño sea inconmensurable. Esta vez sin estridencias, con negociaciones, con idas y venidas, las listas empiezan a armarse para ofrecer alternativas al desquicio generalizado; aunque, como siempre, el interés esté concentrado en un ex acostumbrado a sacar de paseo su mito en cada elección. Contra reloj, los aspirantes barajan nombres en lugar de propuestas. Para seducir, nada mejor que un apellido en apariencia ilustre antes que un plan de salvataje coherente y consensuado entre los sectores con mayor representatividad. Un signo de los tiempos que corren.

Así las cosas, el clamor popular, tan proclive a la confusión, celebró con especial énfasis la decisión de una figura inesperada que ingresó a la arena política con el pie izquierdo. La honestidad intelectual no parece una virtud entre quienes, de una u otra forma, han sido parte del universo de la falsa pertenencia. Habrá que esperar el dictamen de la junta y posteriormente la difusión de los programas de trabajo para evaluar la seriedad de algunas candidaturas. En la misma línea, merecen una mención especial los pretendientes al sillón que nunca alzaron la voz contra el latrocinio pergeñado por la gestión en fuga, tal vez en concordancia con la particular miopía de la afición que suele ver en la crítica al desempeño de las personas un ataque a la institución. Discernir no es tarea fácil.

Como telón de fondo, la última imagen resultó una instantánea de la historia reciente. Los mártires, guarecidos detrás de una demagogia inconsciente, arrojando a las gradas los restos de una inmolación impensada. Los aplaudidores del circo, testigos irrespetuosos del suplicio, disputando los jirones de la ofrenda. Lo que queda de una leyenda, fragmentos de la memoria, devorada por su propia gente en medio de un dramático ritual caníbal. Igual que el elogio de la soberbia deglutió la pasión. Igual que la ineptitud incineró el patrimonio. Igual que la fragmentación abraza la incertidumbre. Para retomar el camino perdido hace falta mucho más que buenas intenciones. Hace falta madurez para valorar proyectos, inteligencia para optar por lo idóneo, interés y responsabilidad para no repetir errores.


APOSTILLAS

Nuevos conversos. Como por arte de magia, están apareciendo hasta debajo de las piedras detractores del ex primer mandatario. Ahora resulta que todos fueron engañados, estafados, burlados, traicionados y demás ados habidos y por haber. Parece mentira. Todo a raíz de un problemita económico-financiero. Si los cheques no hubieran alzado vuelo, la omertá seguiría vivita y coleando. Un detalle no menor.

Varita mágica. Con la falsa pertenencia muerta y enterrada reapareció el innombrable y gustosamente se prestó a la requisitoria parodística. Confesó su compromiso con el mal momento, no quiso estigmatizar a nadie pero le envió un mensaje a los idos, negó su participación en los próximos comicios y se ofreció para dar consejos a quienes lo soliciten. Por ahora se abstuvo de recomendar a quién no votar. La voz de la experiencia.

Gestito de idea. Un puñado de ex dirigentes salió del ostracismo para proponer negocios con el patrimonio del club en nombre del compromiso con los colores. La preocupación se hizo extensiva a los restos de la dirigencia que, ni lerdos ni perezosos, le colgaron un cartelito de siete cifras al escaso material vendible. El innombrable retrucó pidiendo ayuda desinteresada. La pasión es sorda, ciega y muda, pero no tonta.

Plato frío. Mientras el hemisferio sentimental de la dupla a cargo de la transmisión asoleada se quebraba al ver volar las camisetas hacia la tribuna, el pensante le sacaba chispas a su momento de gloria. Sin temor a la réplica, se despachó contra el renunciante con cuanto improperio encontró en el diccionario de la lengua española. Tantos años con la gestión atragantada ya le estaba afectando la salud. La venganza de los justos.

viernes, noviembre 29, 2013

El calvario de los benditos

Como en un gesto de resignación, la palabra más temida empezó a circular con naturalidad desde que la ignorancia y la buena fe recibieron el tiro de gracia. Los primeros que la sacaron del arcón de los recuerdos fueron los protagonistas. La impusieron de prepo en los medios y de allí empezó a bajar impregnando la piel de la incrédula afición. Los jugadores se sienten descendidos. Para ellos, la pérdida de la categoría es un hecho irreversible. No son los únicos responsables pero, en un intento por mantener a salvo su dignidad, asumen la parte que les corresponde en el descalabro. Bajos rendimientos individuales, malas actuaciones y silencios cómplices representan sólo una porción del combo. En cierto sentido, se sienten los patos de la boda; víctimas y victimarios en la escena del crimen.

Para encarar lo que falta no hay fuerza de voluntad. Las energías han abandonado a los más experimentados y los pibes, que deberían disfrutar de la tan ansiada llegada a primera, sufren en carne propia una herencia no deseada. Algunos ya se fueron, otros están en vías de irse. No hay con qué encarar el próximo semestre. El panorama es desolador. Las gradas tampoco están ajenas. El aliento fue decayendo paralelo al latrocinio. Con la incredulidad a cuestas, los pocos que aún agitan las banderas intentan mostrarse incólumes; sin embargo, los cachetazos no ceden y cada día una mala nueva empuja hacia las profundidades de lo indecible la vapuleada soberbia con que creyeron conquistar un universo que nunca les fue propio. El costo de pretender cambiar la esencia está saliendo demasiado caro.

Así las cosas, las voces que preanuncian males mayores no aceptan someterse a las pautas del silencio y la realidad no deja lugar a la duda. La acefalía es un hecho, las deudas se multiplican, las deserciones no cesan. El fútbol en estado desesperante, la entidad a punto de colapso efectivo. Los únicos que están firmes son los candidatos a administrar los despojos de una institución saqueada con la anuencia de su gente. La fragmentación, otro mérito de la falsa pertenencia, pinta un cuadro de situación inédito. El muestrario incluye de todo un poco. Sobran exponentes del mutismo interesado, que sabían y callaban, que participaron y huyeron; inexpertos bañados de voluntarismo, ignotos bajo sospecha y reincidentes sin culpa. Hay para todos los gustos, hasta para los que quieran repetir la experiencia.


APOSTILLAS

Baúl de sorpresas. Mientras el impresentable vice niega el repudio generalizado del plantel, las malas lenguas andan diciendo que el ex primer mandatario ocupa un lugar en la mesa de negociaciones por sideral deuda en defensa de sus propios intereses. Cuando ingresen las nuevas autoridades, si la impunidad no gana la batalla, la caja más famosa de la mitología griega va a quedar hecha un poroto.

Albañal disponible. El director ejecutivo del fútbol neonato-infanto-juvenil fue otro que se tomó el buque entre gallos y medianoche. La renuncia del líder de la falsa pertenencia y el excremento que no para de aparecer por todos lados, arrastraron a unos cuantos. El modus operandi fue el mismo que el de su mecenas; primero la excusa de la salud, después el adiós sin explicaciones. Antes de que lo rajen, se rajó solo.

Trabajo insalubre. Nunca imaginó que el rol de capitán le traería tantos dolores de cabeza. Primero salió a dar la cara para contar que fueron víctimas inocentes del cuento del tío, después fue el encargado de comunicar el rechazo a viajar en compañía de algún dirigente y por último se despachó con un "no tenemos dirigentes" frente a las cámaras de la televisión impúdica. No ve la hora de hacer el traspaso de cinta.

Haciendo roncha. Los medios nacionales se acordaron de que hay vida más allá de sus narices y por un par de días hicieron foco en la catástrofe vernácula. Las caídas venden y las estruendosas ni qué hablar. Un puñado de notas bañadas de acuosa moralina bastaron para darle la razón al ex primer mandatario. "Vengo a cambiar la historia del club porque me sobran pelotas para hacerlo." Dicho y hecho.

miércoles, noviembre 20, 2013

El infierno tan temido

Todos se quedaron solos y vacíos. La dirigencia, sola con su soberbia e ineptitud; los jugadores, solos con su candidez e ignorancia; la afición, sola con su bronca y su pena; y el parodismo servil, solo con su conciencia. Los acontecimientos se precipitaron por decisión del plantel profesional, harto de engaños y mentiras. Convalidadas por el gremio, en una movida con un extraño aroma a redada, las acciones emprendidas por los jugadores dejaron en evidencia, en vivo y en directo para los cuatro puntos cardinales del país, la caótica y vergonzosa situación en la que la falsa pertenencia sumió a la centenaria entidad. Y los gritos desencajados se convirtieron en renuncia indeclinable. La caída resultó más estruendosa de lo que cualquiera hubiera podido imaginar. Con descontrol, desmanes, heridos, destrozos y puntos dejados en el camino.

El día después, los señalados con el dedo inquisidor salieron a vociferar su verdad para no quedar como los malos de la película. Venciendo los miedos que impone el sistema, y conscientes del error al que fueron inducidos, decidieron calmar el descontento popular blanqueando destratos, deudas, intimaciones, cheques sin fondos, promesas incumplidas, abandono y una sarta de patrañas en la que, durante meses, se vieron envueltos para no perjudicar a la institución. Ahora les toca evaluar los resultados de tamaña osadía. A pesar de sus sentidos discursos, en apariencia teñidos de sinceridad, entre la parcialidad se cuecen focos de resistencia. Algunos tildan de imperdonable la actitud, mientras otros rescatan lo positivo de la acometida. Lo que no pudieron las masivas convocatorias ni las presentaciones guiadas por el estatuto, lo lograron los bolsillos afectados.

De ahora en más, tendrá que dar comienzo la etapa de reconstrucción. Levantar lo que en siete años se hizo trizas, la dignidad de una asociación sin fines de lucro tal y como la pensaron sus fundadores. Rescatando valores, principios y voluntades. Armando el rompecabezas desde el genuino compromiso con los intereses institucionales. Cambiando perspectivas, pautas y procederes. No será tarea sencilla. Depende de muchos factores que todavía no están definidos. La lógica indica que las elecciones no pueden demorar. A partir del llamado se verá quienes están dispuestos a involucrarse con responsabilidad en la ardua tarea. La unidad, con criterio, de todos cuantos estén dispuestos a trabajar sin condicionamientos por el bien de la entidad, se impone en los momentos de extravío. No hay tiempo que perder, mientras la llama siga ardiendo. Manos a la obra.


APOSTILLAS

Pastorcito mentiroso. Puesto al tanto de la determinación del plantel de no presentarse a disputar el encuentro, el ex primer mandatario, se dirigió hacia la concentración, echando fuego por la boca, dispuesto a disciplinar a la tropa. A los gritos intentó revertir la postura de los rebeldes y como respuesta recibió un "renunciá de una vez por todas". Firme el hombre, volvió a ofrecer recompensa. Nadie le creyó. Fin de la cita.

Retiro efectivo. El impresentable vice resiste atrincherado en un despacho en desuso. Obligado a tapar cuanto pueda, no sabe por dónde empezar. Si pidiendo perdón de rodillas para conseguir un paliativo al triste presente o poniendo todas las energías en disimular los innumerables chanchullos que más temprano que tarde verán la luz. Las dos cosas a la vez no puede. Y los pocos que quedan no alcanzan para darle una mano.

Palabra mayor. El capitán, en uso de sus facultades, pidió pista para dirigirse a la pasión popular. Quebrado, suplicó perdón argumentando que no tenían idea de las consecuencias de la decisión tomada. "A nosotros nos dijeron que el partido se iba a jugar, nos dieron la seguridad de que los puntos no los íbamos a perder", afirmó. Si llega la orden de gambetear el reglamento, se confirmarían ciertas sospechas. ¿Con almohada o sin almohada?

Paren las rotativas. Protagonista involuntario de una noche de disgusto generalizado, el chupalerche primero también salió a contar su verdad. "Nunca cobré un peso", dijo indignado por haber tenido que salir del estadio en patrullero. Bueno es confirmar que su obsecuencia fue libre y gratuita. Atención, la próxima dirigencia podrá disponer de un servicio oficioso de alcance provincial, sin cargo y sin opción. Exito asegurado.

jueves, noviembre 14, 2013

Ladrones de bicicletas

Adentro, la situación está que arde. Afuera, el fuego se va extinguiendo de a poco. Ya ni las derrotas movilizan los reclamos. La desidia que corre por las venas de la masa enajenada le está dando la razón a lo que queda de la dirigencia. Aguantar el embate, esperar que pase la tormenta y volver a la escena cuando el panorama aclare. Con una pizca de fortuna, aparecerá el auxilio que hace falta para que el engranaje corrupto tome impulso nuevamente y siga funcionando sin mayores sobresaltos. El negocio no sabe de límites, aunque la institución acuse una herida de muerte. Los adláteres del axioma del anillo pueden certificarlo. Si llega el combustible necesario para poner en marcha la herramienta apta todo servicio, el cerco pretoriano volverá dispuesto a retomar acciones en defensa de la continuidad del modelo.

Mientras tanto, tapando agujeros a los ponchazos, pretenden extender la sangría por lo que resta del certamen; una vez finalizada la contienda, y con diecinueve fechas por delante para la definición, el receso tranquilizará las aguas y los peticionantes pasarán a un obligado cuarto intermedio, dando lugar al trazado de nuevas estrategias evasivas. Con la cobertura del pasquinejo vernáculo, la dilación está asegurada. En pocos días, los titulares salpicados de nombres rutilantes, candidatos a cubrir el cupo de dos incorporaciones con vistas al próximo semestre, coparán la atención de la afición anestesiada, arrastrándola al debate de trayectorias y preferencias. En un año pueden suceder muchas cosas. Pueden llover billetes frescos, puede caer del cielo una soga salvadora o puede acaecer el descenso a mitad de camino.

Por algo el parodismo mediocre y servil pide a gritos un golpe de suerte. Seis o cinco puntos de doce pueden significar el poco de oxígeno que mantenga al moribundo con alguna esperanza de vida. Pero como el relativismo suele trastocar los planes de los embusteros, una extensión de malos resultados le daría vía libre a la hecatombe sin retorno y con ella a la huida en bandada de los jirones de la falsa pertenencia. Ni en los planes del más optimista figura una remontada salvadora en manos de los pibes, lanzados a la arena cual carneros a degüello, sin capacidad, sin experiencia, sin espalda, sin fortaleza mental, sin la frialdad necesaria para sortear la situación. Menos con un conductor inepto y pusilánime, incapaz de plantarse ante quienes no dudan en usarlo de felpudo. La excusa del siempre listo por amor a los colores no tiene cabida cuando de defender la categoría se trata.


APOSTILLAS

Operativo cerrojo. Mientras algunos juegan al encubrimiento, el excelentísimo señor presidente, todavía autolicenciado, busca las mil y una salidas a la crisis por lo bajo y en silencio. Rematando al mejor postor las joyas de la abuela, o liquidando saldos y retazos en el mercado negro, intenta juntar alguna moneda para sofocar la andanada de demandas. El aroma a tierra arrasada ya es imposible de ocultar. Quiso cambiar la historia, está a un paso de lograrlo.

Rulo de estatua. Al impresentable vice no le importa un pomo la sangría societaria; cuantos menos queden en condición de votar, más sencillo será bancar el aparato que le asegure el respaldo a una candidatura. La tarasca para costear la iniciativa ya la tiene guardada debajo del colchón. Dicen sus íntimos que lo tiene sin cuidado pasar por idiota útil en este aciago momento y que sólo piensa en el futuro. Siempre y cuando, antes, no caiga en la gayola por apañar delincuentes.

Marcha atrás. Siguiendo los pasos del artillero venido a menos, el ex capitán y veterano referente se trenzó con el conductor ante la atónita mirada de propios y extraños. Por suerte, enseguida vino la aclaración y la armonía volvió a reinar en el seno del grupo. No es cierto que le haya susurrado al oído vaticinios truculentos, ni que le haya puesto una mano voladora; el intercambio de opiniones se produjo a raíz de su situación personal. Quiere aportar su granito de arena. Imposible no creerle.

Punto muerto. Empiezan a florecer postulantes para el cargo y el chupalerche primero ya anda tratando de acomodarse con alguno para no perder el conchabo. Después de todo, un obsecuente tan fiel y dedicado no es para despreciar. Especialmente teniendo en cuenta el poder de penetración de una opinión tan influyente. Si las circunstancias lo requieren, sin que se le caigan los anillos, puede pasar a chupahilbert en menos de lo que canta un gallo. Lo pasado, pisado. Sin rencores.

viernes, noviembre 08, 2013

La mentira continúa

Un halo de incredulidad artificial envolvió las últimas horas de espera. Mientras sus secuaces le cubren las espaldas apelando a la estrategia de la evasiva y la dilación, el autolicenciado no tuvo más remedio que salir del ostracismo para ensayar algunas explicaciones. Los que vieron manchado su buen nombre y honor (¿?), afectados por triquiñuelas de baja estofa, exigieron una satisfacción para no quedar pegados a las fechorías que pergeñaron los facinerosos con el propósito de exprimir la carta blanca. Hasta el momento, ningún enroque dio resultado. En el laberinto del billete intangible nadie quiere entrar sin una mínima garantía, menos si la invitación viene de parte de tahúres conocidos, ahora procesados e investigados por la justicia. Todo puede empeorar.

Entre puertas cerradas, renuncias indeclinables y preguntas sin respuesta, la voz de la mendacidad intenta también pedalear la deuda interna con promesas de pago discrecional, atadas con alambre. La estrategia es dividir al plantel, privilegiando algunas necesidades por sobre otras, desafectando a históricos, borrando a rebeldes. La purretada, rueda de auxilio de la indigencia, no sólo juega por descarte, también resulta la herramienta perfecta para disciplinar a los veteranos y sofocar cualquier conato de alzamiento, ya sea por reclamos económicos o diferencias futbolísticas. Por ahora, con la inverosímil oferta, consiguieron neutralizar la intención de los más afectados, de no concentrar para el encuentro del próximo domingo. Todo puede empeorar.

Párrafo aparte para el despreciable papel que juega el parodismo servil, resistiendo como puede el embate de la realidad, en resguardo de prebendas y beneficios propios. Desde una devaluada sección del pasquinejo vernáculo y contados minutos de aire enviciado, últimos bastiones de la corruptela enquistada en la centenaria entidad, se trata despectivamente a los miles que salieron a defender los colores, se parangonan situaciones económicas para instalar la idea de que la debacle es general, se minimizan los conflictos de vestuario, se desvía el ángulo del análisis camuflando lo importante con temas menores y hasta se soslaya la información que compromete directamente a figuras centrales con posibles delitos. El miedo, a que con la huida de la dirigencia salgan a la luz convenios reñidos con la moral y la ética, no es zonzo. Todo puede empeorar.

lunes, noviembre 04, 2013

El tiro de gracia

Demoró siete años, cinco meses y siete días, pero finalmente la tapa de la olla saltó y nada ni nadie pudo impedir que el olor nauseabundo impregnara los rincones dejando a muchos en estado de shock. La previa del partido se tiñó de negro cuando lo que empezó como un rumor terminó siendo confirmado oficialmente. Quita de seis puntos por una antigua deuda de seis cientos mil verdes. Cuestión desmentida hace apenas unos días, considerada como una difamación por quien hoy está más escondido que nunca, y que paradógicamente puede disparar masivas renuncias. Los que se reacomodaron y vieron la posibilidad de subir un par de escalones, después de semejante noticia, anticiparon que no tienen la más mínima intención de hacerse cargo de culpas ajenas. Una cosa es compartir privilegios y otra quedar pegados a la vergüenza de haber hundido en el fango a la centenaria institución.

Las reacciones tomaron caminos diferentes. Los que no comprenden la gravedad del asunto y que sólo piensan en el qué dirán, disfrutaron de ver a los pibes apremiando al puntero. Los que apañaron todos y cada uno de los chanchullos, empezaron a elucubrar diferentes maneras de salir del atolladero con la menor cantidad de heridas posible. Los que se comprometieron desde que se precipitó la hecatombe y salieron a agitar las banderas de la dignidad, sufrieron en carne viva la mala nueva y ya evalúan con indignación lo que podría acontecer de cara al futuro. Los que la vieron venir, y se jugaron por denunciar a pesar de críticas y acusaciones, respiraron aliviados, con la conciencia tranquila, convencidos de que inclusive cuando fueron vilipendiados, no estuvieron errados al remar contra la corriente. Los pocos que siempre cuestionaron con conocimiento de causa, no ocultaron la satisfacción de haber sido los únicos que nunca se callaron y advirtieron lo que hoy parece irreversible.

Queda por ver quién se hará cargo de los despojos. Si resisten las sanguijuelas que propiciaron este presente o si, ante la imposibilidad de seguir ocultando los desaguisados, dispararán como cobardes dejando el barco a la deriva para que otros se hagan cargo. Al parecer, la increíble novedad es sólo la primera de unas cuantas que irán saliendo a la luz a medida que transcurran las horas. En este duro trance habrá que tener en cuenta, también, la parte que le corresponde a los cómplices. Los que operaron desde adentro, disfrazados de glorias del pasado, y los que lo hicieron desde afuera, enfundados en ropajes de parodistas rastreros. Los que ayudaron a tapar el monumental desmanejo a sabiendas, partícipes necesarios de las innumerables fechorías cometidas, a cambio de beneficios en efectivo o en especie. A esta altura, no hay ingenuidad que valga. Ni siquiera de parte de la afición aplaudidora que tendrá que hacer su propio examen de conciencia.


APOSTILLAS

Sobran pelotas. Puede descansar tranquilo el excelentísimo señor presidente, hoy autolicenciado. Al fin se cumplió su promesa de posicionar a la entidad en los primeros planos de la consideración nacional. A raíz de la quita de puntos copó la tapa de todos los medios. Aunque algunos serviles anuncien por lo bajo su retorno en quince días, después de las últimas novedades, difícil ver asomar su resembrada cabellera por los lugares que solía frecuentar. Falta hombría de bien.

Sólo sé que no sé nada. En una parodia de conferencia de prensa, el impresentable vice confirmó lo que hasta ese momento era un secreto a voces. Su supina ignorancia no se circunscribe solamente a una cuestión de educación. Para zafar momentáneamente, secundado por una galería de antológicas caripelas, apeló a la estrategia del no sabe, no contesta. Ni la convocatoria para tirarle la manga a los socios pudientes, ni los llamados a históricos dirigentes. Cuenta regresiva.

Dieta obligada. Consumido por la falta de efectivo, el artillero venido a menos, salió a desparramar excremento para todos lados. Aparte de pegarle al que desde marzo le tira papelitos incobrables, y dejar aclarado que hoy por hoy no tiene un mango ni para ir al super, le dio para que tenga y guarde al conductor envalentonado. Lo trató de mala persona mientras que el aludido le contestó que los trapos sucios se lavan en casa. Algunos cráneos todavía no entendieron nada. Capacidades cognitivas disminuidas.

Bellos durmientes. El parodismo vernáculo, que quedó fuera del reparto de subsidios, está cabrero. "Nosotros fuimos engañados burdamente", regurgitó el maestro en medio de su devaluada diatriba contra la dirigencia. El que cada vez que opina pide perdón por temor a herir susceptibilidades olvida que un subordinado suyo admitió públicamente, hace un tiempo, callar muchas cosas. Si en reunión de producción no evaluaran autocensurarse por conveniencias varias, a lo mejor serían más creíbles. El oficio en estado de coma.

miércoles, octubre 30, 2013

Pescado rabioso

Ni las masivas concentraciones, ni los pedidos de renuncia. Una nueva derrota precipitó los acontecimientos. Sin embargo, a nadie escapa que la solicitud de licencia por tiempo indeterminado viene atada a los próximos resultados deportivos. La estrategia es descomprimir hasta que soplen vientos más benignos y las enfurecidas hordas calmen su sed de sangre. Mientras tanto, los laderos tratarán de estirar las definiciones lo máximo posible. Algo está muy claro, las sanguijuelas seguirán chupando la sangre de su víctima hasta el último aliento. Si la cosa se pone muy pesada, se atrincherarán en sus puestos, confiados en que la lentitud y los vericuetos de la justicia les tenderán una mano. Las mil y una formas de resistir a la presión ya están puestas en marcha.

Para esperar algún tipo de efecto positivo habrá que armarse de paciencia. Los que viven de la institución no tienen nada más que hacer que cuidar la fuente de su bienestar, mientras que la masa societaria comprometida con la realidad puede desgastarse fácilmente. La idea de dilatar respuestas apostando a que los autoconvocados se cansen de reclamar, a que en cada llamamiento el número de asistentes disminuya, es la primera que aparece en el manual de resistencia de los infames. Otra arista estará dada por una supuesta apertura, que consistirá en tirarle la pelota al líder de la oposición y demás cabezas de agrupaciones menores para terminar, en caso de no acordar, responsabilizándolos por la falta de voluntad para sacar de la coyuntura a la centenaria entidad. Una maña demasiado conocida.

Para hacer tronar el escarmiento hace falta empuñar el estatuto, única munición temida por quienes, paradójicamente, se han cansado de violarlo. Seguir los pasos que indica la biblia de los verdaderos dueños del club, iniciativa difícil de concretar considerando la falta de disposición que suele demostrar el socio activo cuando de poner la cara se trata, no quita que un hecho extraordinario pueda suceder y dar vuelta la historia. Si quedara algún miembro de comisión directiva con una pizca de vergüenza -testigo del latrocinio y que haya callado por lealtad a ciertos personajes-, debería presentar la renuncia para propiciar la acefalía y el consecuente llamado a elecciones. Tal vez, pensando en no quedar pegados a posibles delitos, unos cuantos decidan dejar solos a los pocos que en nombre de intereses espurios hoy la juegan de víctimas.


APOSTILLAS

Meditación trascendental. En ejercicio de un reposo obligado en su confortable residencia, el excelentísimo señor presidente, hoy autolicenciado, está pensando en cómo congraciarse con el don para que no lo desampare en estos momentos aciagos. No quiere volver a la chatita y a vivir de prestado ahora que conoció las mieles de la opulencia. ¡Deschavate farabute, no naciste pa' cafishio!

Blanco móvil. Mientras el impresentable vice, haciéndose el oso respecto de los manejos dirigenciales, disfruta de calentar el sillón que leal y pacientemente esperó durante años, la investigación judicial que puede cortarle el sueño de golpe sigue su curso. Por lo pronto, la noticia ya traspasó fronteras y fue tema de picante artículo en diario deportivo de distribución nacional. ¡Si soy un delincuente, que me perdone dios!

Letra de tablón. Si lo que pasó en el primer tiempo le dio por las pelotas va a tener que acostumbrarse. Con el equipo que armó, difícil revertir la imagen instalada. Por más que insista con que los pibes ya no son pibes, está visto que les falta capacidad y espalda para enfrentar el momento. Especular con que la efervescencia juvenil va a suplir otras carencias es no conocer el paño. ¡El que con chicos se acuesta, amanece bien... resfriao!

Olor a cala. El chupalerche primero está desesperado. No soporta la idea de perder las prebendas que elevaron exponencialmente su nivel de vida y en especial la posibilidad de seguir acumulando millas de la mano del primer mandatario. Apelar al lloriqueo de otros que están en su misma situación es una táctica pueril que no va a dar resultado. Ya no quedan abombados. ¡Exhalaron notas tristes los gangosos bandoneones!

martes, octubre 22, 2013

Atrapado sin salida

Nadie debería sorprenderse. Este es el resultado de casi una década de imposturas, gustosamente deglutidas sin el más mínimo sentido crítico. Vivir de apariencias fue lindo mientras duró, ahora toca reconocer la desidia intelectual que le dio carta blanca a los hacedores de este triste presente. Tal y como presagiaba el derrotero de la falsa pertenencia, agotados los recursos económicos, el relato quedó entrampado en el cepo que le impuso la realidad. Un plantel macerado en el zumo de la mediocridad, un entrenador siempre listo para colaborar con el ocultamiento de la miseria enquistada en las venas institucionales y una dirigencia inepta a la que se le descubrió, de pronto y toda junta, la mugrosa basura que intentó ocultar durante años bajo la alfombra.

Son muchos los responsables, son muchos los cómplices, son muchos los afectados. Destapada buena parte de la purulencia, el dilema que se presenta tiene el rostro de la incertidumbre. ¿Cuánto queda por salir a la luz? ¿Cuán dañino es el perjuicio? ¿Hasta dónde son capaces de llegar? ¿Qué posibilidades existen de revertir el estrago? ¿Y si la patología fuera terminal? Demasiadas preguntas para ninguna respuesta. Lo único concreto es que la mesa chica se encuentra atrapada en su propia telaraña. Algunos ingenuos piden apertura, olvidando un principio básico del derecho penal. Correr el velo del oscurantismo que hoy reina sobre los manejos de la gestión significaría declarar contra sí misma. Ninguno, partícipe directo o indirecto, está dispuesto a inmolarse a lo bonzo.

Confiados en la costumbrista pasividad de la masa societaria, los cráneos que están hundiendo a la centenaria asociación sin fines de lucro, seguirán aferrados a la anodina expresión que ha sido su precepto de cabecera desde que desembarcaron en el terreno de lo posible sin control. Apostar a un golpe de suerte que disuelva el malestar reinante y por ende cualquier intento de interferencia no deseada. Si durante tanto tiempo supieron gambetear cada uno de los embates que, por todos los medios posibles, emprendió en soledad la oposición en defensa de los intereses de la entidad, está claro que sólo un certero camino al descenso es capaz de empujarlos a la huida sin retorno. Así como sabiamente suele describirlo el acervo popular.


APOSTILLAS

Estado irreversible. Mientras siguen apareciendo pústulas de podredumbre por todos lados, el excelentísmo señor presidente no para. Hace acto de presencia en un entrenamiento pero se pierde los saludos el día de partido. Viaja a suplicarle un mango al don en nombre de la obsecuencia y recorre los pasillos de tribunales en calidad de procesado. ¡Ojo con el bobo!

Hasta las manos. Dicen las malas lenguas que la justicia cachó en paños menores al impresentable vice y ahora le está haciendo marcación hombre a hombre. Conocida es su predilección por las callejuelas de los bajos fondos y no precisamente para catequizar a ovejitas descarriadas. Lo de alma caritativa no se lo cree nadie. Las malas compañías pueden llevarlo a la perdición.

Primeras armas. Una cosa es la actuación para el under y otra es dar la cara ante el gran público. Lo que no quiso hacer el conductor envalentonado lo hizo un purrete por amor a la camiseta. Con hidalguía enfrentó a las cámaras y se cargó al hombro la responsabilidad de explicar la derrota. El profesionalismo no es un disfraz impuesto pero por algo se empieza. No todo está perdido.

Camisa de fuerza. El chupalerche primero también está para la internación. Primero no entendía cómo, si la barra estaba paga, cantaba en contra del primer mandatario; días después, reconoció que la banda que anima la fiestita "anteriormente adepta o afín, ahora se le dio vuelta" por razones económicas. Prestarle atención cuando habla es un trabajo insalubre. Leerlo, la muerte segura.

miércoles, octubre 16, 2013

A la guerra en pañales

La afición pedía a los pibes y el conductor de la casa le dio el gusto. No por convicción, sino por descarte. Una intención que la dirigencia venía madurando hace tiempo. Hacerse eco de la voz popular puede ser la mejor coartada en caso de fatalidad. De paso, si sale bien, podrá agitar la bandera de la revolución; si sale mal, se habrá perdido la guerra pero bajo el arrullo de la pertenencia. Tirar a la cancha a la purretada resulta un arma de doble filo, especialmente para quienes se han llenado la boca hablando del trabajo en inferiores. El riesgo de dejar en evidencia la mentira del relato, con una banda más de jóvenes no aptos para la alta competencia, es demasiado alto y comprometería la continuidad de la gestión.

Para hacer pie en el profesionalismo no sólo hay que tener una excelente relación con la pelota, también hace falta pensar, requisito indispensable del que adolecen las camadas menores y que los formadores no han sabido enseñar en la teoría, ni transmitir en la práctica. Prototipos de potrero, abundan; inteligencia para justificar un lugar entre titulares de primera división, no tanto. El voluntarismo es una cosa, la capacidad otra muy distinta. En el empate que, al decir de los mediocres, por lo menos cortó una racha negativa, se vio un exceso de individualismo, demasiadas ganas de demostrar, y ninguna idea en favor del juego asociado. La imperiosa necesidad de sobresalir también es una mala consejera.

Párrafo aparte para quien supo desertar, abrumado por las vicisitudes del cargo. Hoy vuelve recargado de cháchara en oferta y salpicado por una impronta perimida. La relación de confianza con los medios no va a salvarlo del golpe si no cambia rápidamente la imagen que dejó la última vez que intentó interpretar un papel demasiado grande para su medida. Dice saber a qué se enfrenta, dice tener la confianza necesaria, dice conocer el paño y las fichas, dice estar seguro del sistema y las variantes, dice lo que las gradas quieren escuchar. Así las cosas, una pregunta se hace inevitable. ¿Qué pasaría si el manotazo de ahogado no alcanza para sobrevivir en las tumultuosas aguas de la categoría?


APOSTILLAS

Pongui pongui. Que las incorporaciones no hayan rendido lo esperado no le quita el sueño al excelentísimo señor presidente, total cada una ya hizo el aporte correspondiente a la causa instantes antes de estampar la firma. Lo que sí lo tiene un tanto alterado es la falta de fondos disponibles y las deudas acumuladas. La convalecencia le viene de perillas para tirarle la manga al don. Pronóstico reservado.

Noche de brujas. Los cráneos que se autoeligieron para formar la subcomisión de fútbol sólo buscaron apagar el incendio con demagogia en estado puro. Ni ellos creen que vayan a tomar alguna decisión más allá de lo que permita quien realmente corta el bacalao, que bien se aseguró de rodearse de sanguijuelas con pocas luces para que no le hagan sombra, llegado el caso. Hombre precavido vale por dos.

Asalto en masa. Un conglomerado opositor pretende meterle presión a la falsa pertenencia. Pedidos de asambleas por aquí y por allá, advertencias varias, gasto de energía al divino petardo. La gestión ya avisó que no dará un solo paso contra sí misma. Para sacar la basura escondida debajo de la alfombra hace falta el masivo apoyo de los socios, todavía poco convencidos del peligro inminente. La comodidad es más fuerte.

Asesino serial. El chupalerche primero se cobró otra víctima. Fiel a su costumbre, apuñaló por la espalda a un indefenso. Esta vez le tocó el turno al ex gerente técnico, a quien responsabilizó por la última capitulación del entrenador reincidente. "Después que no venga a decir que no le daban pelota", fulminó con un dejo de animosidad. Lástima que no lo dijo en su momento. Hoy un juramento, mañana una traición.

miércoles, octubre 09, 2013

Medio pelo

Lenta pero inexorablemente los mitos van cayendo. La exigencia. Hoy la afición se conforma con tan poco que hasta acepta darle una nueva oportunidad al entrenador que tiempo atrás ajustició en nombre de la autoestima. El paladar negro. Hace una década que soporta la mediocridad sin oponer resistencia, más allá de alguna que otra reprobación tibia y pasajera. La grandeza. Su compromiso se ha reducido a noventa minutos, dos veces al mes. El aliento. Unos cuantos no saben qué aplauden cuando termina un partido. Nada de lo que la pretenciosa historia relata como pilar fundamental de la centenaria asociación sin fines de lucro tiene asidero de unos años a esta parte. Tal vez sea el resultado de una realidad empeñada en cachetear las aspiraciones siempre emergentes, nunca consolidadas. O la penitencia por tratar de aparentar un estatus superior al que en realidad posee.

De la mano de la ineptitud dirigencial, que sin embargo ha demostrado una especial habilidad para llevar de las narices a la voluble masa vacía de firmeza y convicciones, los colores pasaron de eterna promesa a fracaso infalible, en el plano deportivo. Y de unidad de negocios para unos pocos a vergüenza para quienes todavía conservan algo de memoria y dignidad, en lo económico. Apoyada por un sorprendente número de profesionales de responsabilidad laxa y medios lambiscones, siempre bien dispuestos al servilismo por una prebenda, sin los que hubiera sido imposible la sustentabilidad de la incompetente corruptela en la que reposaron todas y cada una de las decisiones auspiciantes de la decadente actualidad. La estrategia puesta en marcha, la única viable dadas las circunstancias, puede tener un final aterrador.

La memoria es el último bastión de la resistencia. No sirve la pantomima de correr de la escena a la figura cuestionada si los que quedan abrevaron en sus mismas aguas. Son su espejo. Por eso la salida sigue las pautas establecidas para situaciones de similar envergadura. ¿Qué indicios hay de que la crónica no transite por los carriles conocidos? Las probabilidades de agravamiento de la crisis son tan palpables como frágil la calidad institucional. Una renovada postura, en apariencia confiada y segura, no cambia la cuestión de fondo, que en un par de fechas puede estallar sin ilesos. En el terreno de la dinámica de lo impensado los milagros no existen. La descomposición avanza haciendo estragos y no se advierte en el corto plazo una luz de esperanza. Aunque muchos se nieguen a verlo, el cadáver está siendo llevado en andas por la mano homicida.


APOSTILLAS

Para el cachetazo. Ultimamente, el excelentísimo señor presidente está de liga. Ni el raid mediático emprendido durante la pasada semana, ni la fantochada de la internación. Ni los gritos desencajados, ni las declaraciones envalentonadas. Nada pudo evitar que el destino siguiera su curso. Otro gran trabajador, con hambre, que dice adiós dejando huérfano al proyecto. Algunos ya empiezan a ver la luz blanca al final del túnel. ¡Que en paz descanse!

Pasantía no rentada. El conductor, que supo hablar maravillas del club, sus dirigentes y sus dirigidos, se tomó el buque con una frase que no pasó desapercibida. "Cobraré hasta el día de hoy y no se cuándo cobraré", dijo en el tedioso y estirado final entre agradecimientos varios. Las malas lenguas, esas que nunca faltan en los momentos de confusión, afirman que todavía no embolsó un peso por su sacrificada labor. ¿Dónde hay un mango?

El silencio es salud. El capitán, y calienta banco, salió apurado, con la cabeza gacha y sin hacer declaraciones. El apoyo incondicional de hace unos días se transformó en un silencio sepulcral del que pocos se animaron a salir. Es dura la tarea de hacerse pasar por líder cuando no da el piné. Cómo se extraña al referente histórico que la pasaba bomba en un palco entretanto la muchachada sufría en campo los avatares de la cruel e impiadosa realidad. ¡No habrá ninguno igual!

A buen entendedor. Mientras el chupalerche primero edita una nota para que el primer mandatario no sea quemado públicamente en la hoguera, el hemisferio pensante de la dupla que anima los mediodías asoleados le tira indirectas para que tenga y guarde. Enardecido, lanzó al aire una confidencia que ciertos miembros de comisión le hicieron fuera de micrófono: "El presidente le hace más caso a los adulones o tomadores de café que a nosotros". ¡Patapúfete!

viernes, octubre 04, 2013

Aguantando los trapos

Para quienes acostumbran bastardear valores, desnaturalizar conceptos resulta una nimiedad prácticamente cotidiana. En boca de ciertos personajes, la palabra "proyecto" suena tan degradada que parece haber perdido todo significado. Muchos hacen uso y abuso del término pero nadie se anima a definir su verdadero sentido. ¿De qué se trata? ¿En qué consiste? ¿Qué implica? No se sabe. Suena pomposo, importante, pero a nadie escapa que está vacío de contenido. En el plano económico, con las cuentas embargadas, con deudas siderales y sin salida aparente. En lo futbolístico, con un conductor desorientado, un plantel sin jerarquía y un once titular extraviado en el laberinto de la mediocridad.

Una nueva derrota, apoyada en una actuación vergonzosa, obligó al entrenador a tirar la renuncia sobre la mesa, pero sus dirigidos, los mismos que dentro de la cancha no consiguen interpretar la idea que intenta inculcarles -si es que hay alguna-, suplicaron por su continuidad en nombre del plan fundamental que, en la particular visión de los involucrados, guía los destinos de la institución. Más de una hora de febril coloquio terminó con el técnico agradeciendo el maravilloso clima vivido en el vestuario, con los jugadores destacando la extraordinaria comunión de almas que provocó la situación y con los dirigentes tratando de sostener un discurso falaz que puede fenecer en unos días, al ritmo de un reclamo generalizado.

A pesar de los respaldos cruzados, en el próximo round todos los protagonistas saldrán a la arena con la soga al cuello. Otro traspié dejaría al técnico en la calle, a la muchachada cargando sobre sus espaldas la mochila de otro despido y a la dirigencia saliendo a buscar reemplazante, borrando con el codo lo escrito hace pocas horas con la mano. Un prócer contemporáneo anda al acecho. Podría ser la salida perfecta para tapar desaguisados varios y propiciar el nacimiento de una nueva plataforma de jugosos negociados que traigan un poco de calma al avispero revuelto y descontrolado que la gestión supo construir. Es probable que un empate sólo estire la agonía. Para la afición, una victoria no figura en los planes.


APOSTILLAS

Raza fuerte. Abrumado por la mala actuación del equipo y la cuarta derrota consecutiva, el excelentísimo señor presidente daba por descontada la ida del entrenador. Presionado por los jugadores, cambió el chip y sacó a relucir su pretendido cambio de paradigma. Generar conductas y bancar procesos, dos argumentos floridos que han cruzado transversalmente su impecable mandato, aunque a veces la omisión le obnubile la memoria.

Trapitos al sol. El entrenador criticó a las inferiores y el director ejecutivo del fútbol neonato-infanto-juvenil salió a defender su quintita. Por más que uno esté de paso, el otro no puede permitir que nadie le pise la manguera. "Soy un pobre ayudador de futbolistas", sostuvo en su descargo quien percibe una jugosa remuneración por un trabajo con resultados inexistentes. La última venta fue hace tres años y el material disponible está demasiado verde.

Marco legal. Las circunstancias adversas sacaron del ostracismo al líder de la oposición. Cansado de remar contra la corriente, llamó a la unidad y a pensar en un futuro sin la falsa pertenencia. Habrá que ver si todos los que agitan banderas, son capaces de deponer egos y trabajar pensando en encaminar el desmadre. Y si los socios, que tanto critican y nada hacen, se involucran y participan de una vez por todas. El único insecticida efectivo contra las sanguijuelas.

Sube y baja. El chupalerche primero anda un poco mareado. Por un lado, perspicaz como pocos, olfatea un inminente fin de ciclo; por el otro, le bajan línea para que, a través de su influyente opinión, calme las agitadas aguas. Entre "la descomposición futbolística" y "el fenomenal crecimiento del club", intenta hacer equilibrio para no meter la pata y perderse los beneficios presentes y futuros. Hay que hacer el aguante hasta el mundial.

sábado, septiembre 28, 2013

El eterno retorno

Tres derrotas consecutivas hacen tambalear a cualquiera, aunque frente a los micrófonos se intente mantener la compostura e inclusive porfiar en una pose rígida como si de una competencia de obstinación se tratara. En especial a quien llegó con un aval difuso, envuelto en la certeza de la falta de recursos para contratar un nombre de experiencia y jerarquía. Ni la seguidilla de victorias consiguió que la aceptación fuese irrestricta; el desempeño del equipo fue demasiado explícito, ganar sin fundamento sólo entusiasmó a los aplaudidores consuetudinarios. Así las cosas, resulta inevitable que los sucesivos traspiés desafíen a la negación y obliguen al replanteo de ideas y concepciones establecidas. Si ganando intentó innovar, perdiendo más todavía.

La cercanía del helado filo de la guadaña será el motor que impulse el cambio, de piezas, de esquema, de estrategia, de lo que sea necesario; en estos tiempos nadie muere con las botas puestas, las batallas por un conchabo de privilegio agotan hasta el último cartucho. El problema está en que bajo la superficie no hay mucho para elegir. Los suplentes no están a la altura, si ocupan un lugar secundario es porque sus rendimientos no conforman ni en las prácticas, y los pibes no están preparados para asumir una responsabilidad que no les corresponde, el certamen de reserva que los tiene como protagonistas es una competencia menor en todo el sentido de la palabra. Para que las variantes disponibles funcionen como ruedas de auxilio hace falta una serie de condiciones hoy inexistentes.

Un indicio de lo que podría deparar el futuro no pasó desapercibido. La justificación del porcentaje de puntos acumulados y la confirmación de las escasas expectativas barajadas de antemano, y aceptadas como condición de trabajo, dejaron en evidencia las verdaderas intenciones del ciclo. De todos modos, si los resultados continúan salpicando las costas de la mediocridad, el destino de la conducción técnica quedará en manos de la afición. Cuando los pulgares apunten hacia abajo, la dirigencia, siempre alerta para dejar a buen resguardo su propio pellejo, aplicará el tratamiento básico para estos casos. Fin del ciclo y a otra cosa mariposa. El detalle a tener en cuenta pasará por la evaluación de los riesgos de cara al futuro.


APOSTILLAS

Abogado exitoso. Después del extraordinario resultado de las acciones judiciales emprendidas por el excelentísimo señor presidente para cortarle la carrera al goleador que hoy es titular con otro colores se viene el desesperado intento por torcer la balanza de la justicia en la causa que propició el embargo. Para bajar los cheques voladores mejor probar con una honda.

Bien puesta. Frente a una consulta disparatada, el defensor fue contundente. "¿Cómo le voy a echar la culpa a la suerte si el gol fue por un error mío?", ilustró la sangre charrúa para dejar en claro cuál es su postura cuando del azar se trata. Puede que en el puesto donde está jugando los rivales lo pasen como poste, pero a la hora de la franqueza no le gana nadie.

Carne freezada. El conductor ya había tirado algunas pistas y las malas lenguas lo habían adelantado. A raíz de sus malas actuaciones, el ex crack para la masía no fue ni al banco. Al parecer, su bajo rendimiento y su exagerado gusto por los bienes suntuarios fueron determinantes al momento de la decisión. Con la cabeza llena de pajaritos no se llega a ningún lado.

Incógnita develada. Una de las incorporaciones mostraba sus aptitudes en el partido de reserva. "Ahora entiendo por qué no juega en primera", descerrajó el maestro cuando planteaba la necesidad de encontrar un suplente para darle descanso al marcador de punta por izquierda. Los combos dos por uno sólo sirven para reforzar ciertos bolsillos abiertos al negociado.

viernes, septiembre 20, 2013

La comedia del arte

Las crónicas rastreras dirán que los primeros veinte minutos fueron un dechado de virtudes y que sólo faltó una pizca de fortuna para traducir en goles la ráfaga de superioridad puesta de manifiesto frente a un rival con pocas luces. Con eso les bastará para tomar la minúscula anécdota de referencia cada vez que sea necesario y así barnizar las futuras derrotas tal y como lo han hecho en pasadas ocasiones. Una andanada de juego asociado y actitud arrolladora les sirve todo el semestre, y hasta a veces el año, para matizar la medianía imposible de desterrar. Sin embargo, la realidad, como siempre, las pondrá en caja. Los partidos duran noventa minutos y lo demás es puro cuento.

Si bien el entrenador intentó jugar a otra cosa, la fórmula sólo pudo sostenerse por un lapso tan breve que apenas alcanzó para insinuar intenciones; una vez agotado el estandarte que rompió los moldes y se cargó el equipo al hombro, se acabaron las ideas. No encontró, entonces, mejor opción que replegarse y apostar a un contragolpe; de última, aguantar el empate no disgustaba como alternativa, pero la táctica mezquina tampoco funcionó. Lo cierto es que la historia de desencuentros no termina. Cuando se consigue acople en una línea, el desajuste aparece por otro lado; cuando el guardameta resulta confiable, la ofensiva navega en la intrascendencia; cuando el cinco genera fútbol nadie le cubre las espaldas.

Con semejante panorama, el entrenador deberá desempolvar el manual de la imaginación para encontrarle la vuelta a un combinado que todavía se resiste a alcanzar el estatus de conjunto. Por lo menos, ya tomó nota de que el habilidoso en retroceso debe guardar banco aunque le cueste el acoso dirigencial. Antes que nada está la preservación de su propio pellejo. Y en ese sentido, el próximo compromiso será de capital importancia, ya que puede marcar el comienzo del fin si el triunfo se niega a mostrar su mejor cara. Tres derrotas consecutivas echarían por tierra el crédito ganado gracias a tres victorias consecutivas. Sin mayor recambio, las posibilidades de mejorar parecen acotadas. La confianza pende de un hilo.


APOSTILLAS

Garante solidario. Menos mal que los honores que trajo consigo el estreno del nuevo sistema de ingreso a los estadios le salvaron el año porque después de enterarse del embargo casi le da un soponcio. Por suerte queda su cuenta personal, siempre disponible para tapar los agujeros, en caso de fuerza mayor. Al fin y al cabo todo volvería al lugar de donde salió.

Menos uno. Dicen las malas lenguas que las actitudes extra deportivas de la joyita devaluada no sólo tienen en estado de alerta al conductor, los compañeros también lo tienen en la mira. Los veteranos no se bancan la displicencia con que juega y entienden que resta cada vez que la redonda besa sus botines. Las críticas en negro superan al apoyo en blanco.

Mundo cruel. El volante de marca que se transformó en volante de creación salió del vestuario con cara de pocos amigos. "Es lo que tenemos", balbuceó con un dejo de bronca al ser requerido por los micrófonos vernáculos. Justo ahora que se decidió a transpirar la camiseta, sus compañeros no lo acompañan. Paradojas del universo donde la mediocridad se siente a gusto.

Alma en pena. La autoestima de algunos está en baja. El chupalerche primero salió a buscar una voz que apoye la operación mediática que encabeza en busca de levantar el ánimo del ex crack para la masía. Lamentablemente parece que el mal ya está hecho. Como cómplice debería hacerse cargo, pero el subsidio es más fuerte. Que pase el que sigue.

miércoles, septiembre 11, 2013

El efecto resaca

Iba entonado pero un medio pelo le bajó el copete de un hondazo. La arrolladora trilogía de triunfos, junto al entusiasmo desatado por el vertiginoso ascenso en la tabla de posiciones, quedó reducida a un triste lamento prendido a la solapa de la derrota. Con la velocidad con que un resultado cambia el ánimo de las gradas, el inteligente y sagaz conductor se transformó en un inepto que no está a la altura de los colores y los protagonistas en unos buenos para nada, entregadores del anhelo más postergado. Semejante cambio tiene sus raíces en el termómetro que mide la intensidad de la pasión desmesurada. Seis fechas son suficientes para mostrar los resultados de una idea consolidada pero pocas para emitir un veredicto concluyente.

Cuando se esperaba un despegue definitivo, la escuadra volvió a morder el polvo de la peor manera. Sin fútbol, sin convicciones, difícil sostener un concepto de juego con el convencimiento necesario como para desplegarlo en cualquier cancha imponiendo una identidad sostenible en el tiempo. La actitud y demás cuestiones, que suelen acompañar los análisis triunfalistas con que se pretenden disimular las carencias fundamentales, resultan pasajeras; si la pelota no desempeña un papel preponderante dentro del planteo táctico los caminos se estrechan y no conducen a otro lugar que no sea un intrascendente puesto donde siempre termina estancándose, durmiendo el sueño de los comodines, satélite menor de los destacados.

El entrenador tendrá que lidiar, entonces, con dos demonios. Su obstinación, si es que insiste con el sistema implementado hasta ahora; y la respuesta de sus dirigidos. Está visto que, en la zona donde la creatividad debería tener vía libre, el encargado de generar no genera y el que debe acompañar no acompaña; así es muy difícil que el equipo funcione como para merecer el mote de protagonista del certamen. Dentro de la mediocridad existente, son mayoría los equipos que apelan exclusivamente a noventa minutos de lucha sin tregua, por lo que saltar ciertas vallas no va a resultar tarea sencilla. Para dejar la insignificancia, habrá que poner lo esencial en estos casos. Sin la dinámica de lo impensado no habrá lugar para un destino diferente.


APOSTILLAS

Jamón del medio. Como el excelentísimo señor presidente anda ocupado en otros menesteres, le dio instrucciones precisas a su propaladora oficiosa para que intente sacudir la humanidad de la joyita devaluada. Piensa que un lavado de cabeza mediático puede levantarle la autoestima y que le vuelvan las ganas de valer once millones de euros. O cinco, o dos y medio, o medio. Alguito es mejor que nada.

Operación torniquete. El conductor también está empecinado en recuperar al purrete en desgracia, no sólo pensando en las urgencias económicas de la institución sino en la necesidad de contar con un conductor para el equipo. Cuestionó la descomunal inflada que le propinaron cuando tuvo su cuarto de hora y le pidió a la afición un trato preferencial. Igual, como no come vidrio, dejó sentado que "si no seguramente entrará otro".

Mucho gusto. Aunque desde que empezó el torneo no dio pie con bola, fue agraciado con el doscientos veinticinco. Anda tan perdido en el campo que hasta los laterales le resultan un karma. Para justificar bajos rendimientos no encontró mejor pretexto que decir que recién se están conociendo con los cuatro titulares que llegaron hace dos meses. No aclaró cuánto tiempo necesitarán para entrar en confianza.

Brocha gorda. No sólo se trata de una servil propaladora del discurso presidencial, también de un insignificante lambiscón que hace suya la bajada de línea convencido de que su ordinaria homilía forma opinión. Después de desgañitarse vendiendo a un crack para la masía, ahora resulta que fueron otros los que lo inflaron y que eso no debería hacerse con tanta liviandad. La hipocresía de algunos no tiene límites, igual que la estupidez humana.

jueves, septiembre 05, 2013

Acelerador a fondo

Los protagonistas coincidieron en que la vergonzosa derrota de la segunda fecha resultó un punto de inflexión. Dar pena en los albores del certamen no era bueno para nadie, así fue que el entrenador planteó las alternativas a futuro. Un simple cambio de actitud podría resultar beneficioso hasta que la cuestión futbolística entre en terreno de definición. La mediocridad de los exponentes vernáculos permite que la ausencia de juego sea suplantada por una buena dosis de orden y solidaridad. A partir de tamaña premisa aparecen la humildad, el sacrificio, el esfuerzo, la entrega, la voluntad y demás apéndices por el estilo. ¿Y el fútbol? Bien, gracias.

Los tres triunfos consecutivos le dan aire al conductor para pensar un modelo sustentable de acuerdo a los actores con que cuenta. Extender en el tiempo la fórmula que propició la ráfaga positiva es el desafío que todos deberán enfrentar a partir del próximo choque. No sería la primera vez que el entusiasmo bulle por unas semanas para terminar desinflando las expectativas cuando no es posible sostener los eufemismos con que se intenta ocultar el estigma de equipo chico. Mientras tanto, en el limbo del triunfalismo, la afición se babea mirando la tabla y espera con optimismo que a la garra se le agregue una cuota de calidad.

Curiosidades al margen, en ninguna de las victorias se puso de manifiesto una superioridad evidente sobre el adversario; muy por el contrario, la paridad de fuerzas predominó en las tres oportunidades. Incidencias más, incidencias menos, las definiciones no fueron ni por asomo contundentes. Pistas inequívocas de carestía en muchos aspectos. No se vieron jugadas preparadas, ni coordinación entre líneas, ni juego asociado, ni cambio de ritmo, ni variantes de ataque, mucho menos una identidad definida. Hasta el momento alcanzó con un arquero confiable, una zaga central compacta, un cinco iluminado, la velocidad de un delantero y la efectividad de otro. La combinación de mezquindad y oportunismo sabe a poco.


APOSTILLAS

Bomba de tiempo. El excelentísimo señor presidente le enciende velas a todos los santos para que alguno de los pibes explote de una vez por todas y pueda ser rematado al final del semestre. Las siderales cifras del rojo se han transformado en una bola de nieve imposible de detener y de ocultar. Si por casualidad llegaran a trascender los seis dígitos, ardería Troya.

Lengua de trapo. A cococho de la buena racha, el impresentable vice retomó la operación lavado de imagen de la mano de quien no puede lavar ni la propia. Chorreando falsa humildad, entre otras cosas, intenta sacar partido de las circunstancias favorables para posicionarse en la carrera por la sucesión. Ya no quiere conformarse con migajas.

Amores desaforados. Pocos técnicos logran construir en tan poco tiempo un lazo tan fuerte con su nuevo lugar en el mundo. Al igual que en su paso por anteriores instituciones, los elogios hacia dirigentes, jugadores y simpatizantes dejaron al descubierto el extraordinario poder de mimetización del conductor con su entorno. Un profesional comprometido.

Cañita voladora. Es la estrella del momento. Todavía no se sabe si sus superlativas actuaciones se deben a que la madurez lo cachó de pronto y le hizo ver los beneficios de la responsabilidad o si son pan para hoy y hambre para mañana. No es la primera vez que amenaza con romperla para después tirarse a chanta. Si quiere volar la tendrá que transpirar.

jueves, agosto 29, 2013

La agonía y el éxtasis

Ganarle la compulsa a un grande es una hazaña; hacerlo por segunda vez en la historia, en su propio campo, una hazaña por partida doble. Considerando los antecedentes de ambos contendientes, el nivel de proeza supera al estándar cuando el vencedor es un equipo por el que, en la previa, nadie daba ni dos centavos. Los más satisfechos, los simpatizantes que, impedidos de acompañar, se comieron los codos sentados frente a la pantalla atravesando dos estados de ánimo totalmente diferentes sin percatarse de la gravedad de la exagerada sintomatología. En noventa minutos de puro escepticismo, el monstruo bicéfalo alcanzó su máxima expresión entre improperios y ditirambos.

Las incidencias del encuentro pusieron de manifiesto el trastorno bipolar que aqueja a las gradas en momentos de incertidumbre. Todavía no se sabe cuál será la identidad que adopte el modelo, si logrará imponerse o si pasará sin pena ni gloria. Por tal motivo, los primeros terroríficos cuarenta y cinco minutos acopiaron una andanada de cuestionamientos que posicionaron a jugadores y cuerpo técnico en un imaginario cadalso a prueba de fugitivos. Desde inútiles hasta mercenarios, desde desastre hasta vergüenza ajena. Un muestrario de vituperios dibujaron el vívido sentir de una afición desgastada de tanto lidiar con señales insípidas carentes de representación.

En el segundo tiempo, con el tanto que le abrió la puerta a la victoria, el semblante viró al extremo contrario. Lo que hacía pocos minutos era la exteriorización del oprobio más deleznable, pasó a ser el producto de una inteligencia superior que entendió el desafío y de unos actores que supieron interpretar el libreto a la perfección. Al parecer, los horrores de la primera etapa fueron adrede, como parte de un plan ideado para despistar al rival, enloquecerlo con los pases errados, los pelotazos a ninguna parte, la confusión generalizada; todo resultó una pieza de ficción para desgastar al rival y asestar el golpe una vez desorientado el contrincante. Algunos ya se prueban el traje de candidato. 


APOSTILLAS

Aprestos destituyentes. Mientras el primer mandatario sigue enfrascado en llevar el nombre de la institución a lo más alto de la consideración mundial, algunos ingratos, escindidos del riñón, andan confabulando en las sombras, tratando de sacar rédito de las continuas y prolongadas ausencias del excelentísimo. Habrá que alistar las fuerzas de choque.

Desajuste económico. Preocupada ante la posibilidad de caer en default, la dirigencia mete mano en el bolsillo del socio. Con la excusa de que la cuota es la más baja del país y alrededores, apela, sin miramientos, al saqueo del chanchito popular. Las víctimas ya no son tantas como eran; con este golpe, menos quedarán. Lo que mata es la inflación.

Fríamente calculado. En el primer tiempo lo querían quemar en la hoguera por inepto, en el segundo lo elevaron a la categoría de estratega napoleónico. Son los mismos que votan chamulleros profesionales, que avalan contrataciones sospechosas, que aceptan el choreo a cuatro manos y que gustan empacharse con sapos sin chistar. Coherencia total.

Parabólica humana. Fue el blanco de todos los dardos. Hasta el instante previo a la pirueta que terminó en el segundo grito, su descomunal figura resultó atacada con los calificativos más descalificadores. Abombado, chitrulo, zanguango, farabute, paparulo y similares cambiaron en un tris a "un excelente definidor". Menos mal que el conductor ignoró las súplicas.

jueves, agosto 22, 2013

Obsequio del cielo

Una lúcida y certera máxima popular afirma que "cuando hay hambre no hay pan duro". Después del primer triunfo en el torneo, la afición la masculla por lo bajo, entre un sinfín de dudas y con un dejo de resignación. Ganar con ayuda -gol legítimo anulado al rival y un penal regalado-, no es del agrado de quienes aspiran ver al equipo en una posición de privilegio por merecimiento propio. Siguiendo la misma línea, se consuela con un triste "peor es nada". Tres puntos de local pueden ser el elixir que despabile anhelos dormidos. Lo cierto es que el once titular no aparece y lo poco que hasta ahora ha mostrado se asemeja demasiado al que todos querían ver desmembrado y fuera de circulación. Por el momento, lo único que parece afianzarse son los consabidos discursos de ocasión.

Llamó la atención el extenso y soporífero monólogo que el conductor brindó una vez finalizado el encuentro. Con la satisfacción del resultado favorable en el bolsillo, dando fe de su compromiso con la causa y buscando estrechar lazos con las gradas. manifestó lo feliz y orgulloso que se siente de trabajar en la entidad más hermosa por la que le haya tocado pasar en su corta carrera, rodeado de simpatizantes exigentes pero maravillosos. Demasiado empalagoso, considerando un vínculo por demás reciente. El discurso pareció la declaración de principios de quien con acciones todavía no puede justificar su presencia en el banco de un club con aspiraciones. La verborragia suele ocupar esos espacios vacíos. Le falta percibir el nivel de hartazgo que sobrevuela cuando las palabras superan a los hechos.

Para los dirigidos también hubo repartija de flores. El más elogiado, el único que como bien negociable concentra la atención dirigencial. Al respecto, las cartas se tiraron sobre la mesa con la debida antelación. Si logra recuperarlo -y sobrevivir para contar la hazaña-, será parte interesada a la hora de la redistribución del ingreso. Negocios son negocios. Así las cosas, habrá que ver cuánto de su toque personal conseguirá imprimirle al plantel con el correr de las fechas. Aún está a tiempo de demostrar capacidad y compromiso más allá de la tediosa homilía engendrada tras el debut en la victoria. El próximo compromiso le pondrá un toque de claridad al futuro. Cuatro fechas resultan suficientes para armar un boletín de calificaciones donde las excusas no estén contempladas.


APOSTILLAS

Bendición celestial. El excelentísimo señor presidente y el impresentable vice anduvieron a los empujones por una foto entre sotanas y solideos. Todavía no se sabe si fueron a pedir perdón por sus impudicias públicas o si simplemente fueron de tour a dar vergüenza ajena auspiciados por la caja de todos y todas. Absolución denegada.

Bomba desactivada. Dos figuritas se salvaron de la reprobación generalizada. El guardameta se reivindicó después de estar en la picota durante un par de semanas y el artillero con la pólvora mojada zafó gracias a un regalo de quien impartió injusticia. El grito fue como una descarga de tensiones acumuladas. Para evitar la sequía hace falta una buena regadera.

Honestidad brutal. El delantero entró para cambiar la historia. No hay dudas de que aprendió de su pasado reciente; si se hace imposible por derecha, bienvenido sea probar por izquierda. "Me tiré", dijo sin ponerse colorado, al dar su versión de la polémica jugada ante la avidez de los micrófonos. Ojo con el abuso, porque los hombres de negro se pueden avivar.

Enviado especial. Donde no se puede llegar por capacidad, se puede llegar por servilismo. El chupalerche primero patentó una nueva máxima aplicada al ámbito del parodismo vernáculo. Con la sensibilidad, el ingenio, la inteligencia y el talento que lo caracterizan cubrió un acontecimiento histórico que se pareció demasiado a un brote de cholulismo berreta. Festín criollo.

sábado, agosto 10, 2013

El peso de la ley

La pregunta encontró eco demasiado pronto. ¿Es más de lo mismo o es peor? La afición está que arde porque lo demostrado hasta el momento parece abrirle camino al sufrimiento sin escalas. Los malos ejemplos sobran y los espejos reflejan demasiadas similitudes. Si bien no es la primera vez que un comienzo arranca pálido y sombrío, la acumulación de fracasos y la intensa sensación de frustración actúan como potenciador de las predicciones más truculentas. En esta ocasión ni siquiera sirve como paliativo aferrarse a la pueril costumbre de aventurar las mil y una combinaciones para dar con la formación que devuelva las expectativas a su lugar. Hoy la mayoría de las predicciones se juegan por un futuro teñido de negro.

Desde que comenzó el armado del nuevo ciclo todo fue reproche y disconformidad. Un entrenador condicionado por sus antecedentes, unas incorporaciones de mediocres hacia abajo, una pretemporada lindante con la indigencia, partidos preparatorios contra equipos de inferior categoría y resultados preocupantes. Para completarla, los pocos valores que lograron destacarse en el semestre pasado no fueron tentados con la continuidad por razones que ligan estrechamente a la ineptitud dirigencial con la falta de recursos, producto de un vaciamiento lento pero sostenido del capital institucional. El panorama no es alentador. Ni siquiera los tradicionales optimistas pueden sostener su incondicionalidad a la luz de los resultados.

Con unos cuantos días para poner al trabajo en el pedestal de las prioridades, los protagonistas enfrentan la encrucijada de revertir las opiniones negativas que, con confusión y displicencia, supieron cosechar. Dentro del farragoso terreno de la perplejidad, el entrenador deberá enderezar una historia que no sólo empezó torcida sino que también, de continuar sin los debidos e imprescindibles cambios, puede desembocar en un futuro comprometido. Las voces de alarma se dispararon, tanto como para alertar acerca de consecuencias desagradables que nadie tiene intención de afrontar. En tela de juicio estará el desempeño y la capacidad del conductor y la aptitud del plantel de cara al futuro inmediato. No hay lugar para titubeos o marchas y contramarchas. El tribunal está impaciente.


APOSTILLAS

Transmisión de pensamiento. Mientras el excelentísimo señor presidente recorre tribunales y gambetea rumores de negociados espurios, el pasquinejo vernáculo se encarga de darle una mano de blanqueador a la realidad. El moderno e inútil sistema de ingreso a los estadios debutará en terreno rojinegro. Según el parodismo rastrero, un orgullo que reemplaza a otros logros.

El muro de los lamentos. Evitó caerle al hombre de negro, tal vez pensando en la fecha anterior, y fue sincero a la hora del balance. "El equipo jugó mal", argumentó abriéndose paso entre los buitres que buscaban su opinión. Sonó a crítica feroz una vez consumado el vergonzoso espectáculo. Preocupado, avisó que se vienen cambios. Si la fórmula no funciona, hay que buscarle la vuelta.

Como anillo al dedo. La estrategia es conocida y está muy trillada. Para no quemar a algunos elementos que no son del agrado del conductor de turno, la excusa de una lesión siempre viene de perillas. Resulta lógico darle prioridad al que trae consigo un curriculum más o menos pasable pero a la hora de los bifes sólo vale el que transpira la camiseta. Otro suculento contrato al banco de relevos.

Alta traición. Después de borrar con el codo lo que escribió con la mano, el goleador histórico tiró una sentencia para la posteridad. "Mi historia con Colón ya terminó", dijo al ser consultado por el servilismo consuetudinario respecto de su vuelta al ruedo. Eludió enumerar las razones de su reincidencia, para quienes lo conocen no hizo falta. En el exterior hay verdes, en suelo criollo hay cepo.

martes, agosto 06, 2013

Cenizas al viento

No hay comienzo que consiga eludir al optimismo. El efecto de la abstinencia es tan devastador que una andanada de confianza se dispara y multiplica aunque la realidad implore una buena dosis de mesura. Bajo los efectos de una pretemporada escuálida por donde se la mire, la primera experiencia dejó un tendal de dudas y, a pesar de que las expectativas intentaron poner paños fríos, le abrió la puerta a una conocida sentencia que asomó tímida pero contundente. Más de lo mismo, se escuchó por lo bajo en medio de los murmullos que dominaron la escena una vez consumados los hechos. La experiencia acumulada sirve para emitir dictamen antes de que las justificaciones de ocasión empiecen a cobrar protagonismo.

Cerrado el capítulo inicial, el fútbol sigue siendo la única víctima. Los retoques no alcanzaron para cambiarle la cara a un equipo cuya base está perimida. ¿Cuánto más pueden dar quienes terminaron el semestre pasado con un pie afuera? Los que dijeron abiertamente que su ciclo estaba terminado o los que apostaban a una transferencia para engrosar sus cuentas bancarias, a raíz de la desnudez de ofertas, quedaron anclados a la espera de mejores vientos muy a su pesar. Habrá que ver si a unos y otros les quedó algún resto para seguir batallando bajo la misma bandera o si los recién llegados consiguen contagiar los nuevos bríos que siempre acompañan hasta dilucidar de qué va la cosa y definir intereses.

Por el momento, la distracción pasa por armar la mejor combinación. Sale uno, entra otro; el movimiento de piezas mantiene entretenida a la afición mientras el flamante conductor intenta trazar un diseño decente. Cinco fechas piden los entendidos para sacar conclusiones y así condenar o extender el crédito. Muy poco considerando el mejunje de nombres y las posibilidades que brindan. Demasiado si se toma en cuenta la preparación previa y la extensión del torneo. Armonizar capacidad de un lado y predisposición -ya no jerarquía- del otro en poco tiempo puede resultar una tarea complicada. No hay margen de error si el objetivo es permanecer, manteniendo viva la ilusión de la exigencia.


APOSTILLAS

De eso sí se habla. Dicen las malas lenguas que el porcentaje para el excelentísimo señor presidente está considerado de antemano a la hora de acercar refuerzos. No existe oído que escuche ofertas ni silla para cerrar negociación si no está contemplado el billete correspondiente. Es que ya lo dijo bien clarito, no trabaja, vive del club, una posibilidad que pueden darse sólo los dirigentes.

De eso no se habla. El impresentable vice anduvo tratando de explicar las contrataciones a quien quisiera ofrecerle el micrófono. Todos préstamos, por supuesto, y ningún elemento de categoría ya que en la institución no hay un cobre partido al medio para comprar absolutamente nada. Vino al pelete entonces la justificación, el hambre de gloria es la excusa perfecta para disimular la mishiadura.

El costo del éxito. La reserva campeona se quedó sin el técnico campeón. No da el perfil, le comunicaron los sicarios del primer mandatario. La obtención de un título no figura en los lineamientos del proyecto y el hoy ex y sus dirigidos se salieron del molde. Desviarse de la forma de trabajo impuesta desde la ineptitud tiene sus consecuencias. La revolución está buena, los revolucionarios no, menos si son foráneos.

Terreno baldío. El liderazgo del gran capitán, ese que iba a dejar el fútbol con la camiseta de sus amores y ahora resulta que está facturando en el altiplano, parece imposible de reemplazar. Primero fue el ingrato guardameta que terminó huyendo por la puerta de atrás, ahora le tocó el turno a otro histórico que si no levanta el nivel tendrá los días contados en la formación titular. La arenga se va quedando huérfana.

lunes, julio 29, 2013

Grotesco al cuadrado

Durante uno de los recesos más gélidos de los últimos tiempos, la gestión y su propaladora oficiosa quemaron las naves en un intento por calefaccionar el ambiente con un par de sainetes dignos de quedar en los oscuros anales de la institución. Duchos en el asunto -antecedentes los avalan- , armaron unas historietas de ficción increíbles para desviar la atención de la parcialidad, por un lado agotada de tantos fracasos y por otro en estado de shock por el puñado de incorporaciones que no despertó el interés esperado. Ni siquiera el regreso de un estropeado conocido, que primero provocó hilaridad y después desazón y bronca, consiguió levantar los alicaídos ánimos.

Para entender uno de los guiones habría que repasar la graciosa saga que pretendió imponer el pasquinejo vernáculo para elevar a la categoría de intriga en capítulos la supuesta llegada de un viejo lobo de mar con mucho pasado y poco presente. Resulta que primero vino a llenar la entidad de fútbol, después se hizo un paseíto por las instalaciones, más tarde se tomó el buque para consultar a la almohada y al final se acordó de que tenía otros compromisos. Eso sí, antes del adiós definitivo tiró unos elogios de ocasión parecidos a los espejitos de colores con que los dominadores solían contentar a los dominados. Al parodismo rastrero no se le da ni una. Esfuerzo al divino petardo.

El otro todavía puede tener consecuencias inesperadas. La animosidad con que se trató el tema del goleador sin opción resultó lamentable. No sólo por la inescrupulosa jugada que se mandó el excelentísimo señor presidente para poner a buen resguardo su osamenta y complicarle la vida al delantero, sino por la obscena connivencia de los serviles todo terreno que ofrecieron sus dotes para denostar al jugador desde los medios en los que hacen pie. Curiosamente regurgitaron todo lo que se callaron cuando la víctima en cuestión llegó a engrosar las filas rojinegras hace exactamente un año. La novedad de último momento es que la razón por la cual se distrajo la atención de la justicia parece haberse esfumado como la dignidad de unos cuantos.

lunes, julio 08, 2013

A la luz de un farol

Pasó la escoba y el desfile de caras frescas, bien dispuestas a llenar las vacantes que dejó el octogésimo fracaso, sigue alimentando la maquinaria del borrón y cuenta nueva. El buzo de entrenador quedó en manos de un destacado portador del perfil predilecto de la gestión, experto en intrascendencia. Los soldados rasos recién incorporados, como corresponde, van a tono con el legajo profesional del flamante conductor. Dentro de la monotonía impuesta por la mediocridad abonada a la falsa pertenencia, la afición saca a relucir su máximo poder de confianza y le pone unas cuantas fichas a la novedad, venga de donde venga. Es la única forma legítima que encuentra de sacudir la modorra reinante, descendiente directa de las continuas frustraciones.

La aparición del despechado de turno, moneda corriente cada fin de temporada, le puso un toque de sazón al desteñido receso, producto de una economía deprimida a punto de internación. Haciendo público lo que muchos saben, instaló en primera plana la nefasta metodología llevada a cabo, con inepta insistencia, desde que la revolución de inferiores funcionó como eslogan caza bobos. Los procesos comienzan con la debida autonomía hasta que la realidad cachetea con fuerza; cuando el ocaso comienza a vislumbrarse en el horizonte, los purretes a la cancha funcionan como soporte de la sarasa y de paso, si a los planetas se les ocurre alinearse en tiempo y forma, hasta pueden resultar la encarnación potencial de una salvadora venta. Y así sucesivamente.

Por último, la monumental payasada que se pretendió disfrazar de política activa, con el primer mandatario pidiéndole a la justicia un ayuda memoria para recordar a quién ¿le pagó?, hace un año, el préstamo por un jugador imposible de retener. De sostén, el vocero oficioso en el papel de patético propalador a sueldo. Para completarla, con la intención de vestirse de ingenuo sorprendido en su buena fe, reflotó la oscura triangulación que en su momento no dudó en avalar para contar con los servicios del delantero. El goleador, responsable de salvar las papas de una campaña para el olvido y que pretende seguir su carrera en otro lado, agradecido. Si todo fuera cuestión de corporativismo, hace rato que el primer equipo estaría integrado sólo por amateurs.

jueves, junio 27, 2013

Ni el tiro del final

En el cierre, de poco le sirvió hacer apología de su trabajo, tal y como él mismo definió al eje del monólogo que utilizó al momento de despedirse del interinato. Terminar a sólo tres puntos de la cola, jugando un fútbol inexpresivo, sentenció el destino de otro experimento basado en estricta economía de guerra. Ni siquiera le jugó a favor la decisión de tirar a la cancha a todos los purretes juntos para reafirmar su sintonía fina con el "proyecto". Todavía estaba tibio su cuerpo cuando la dirigencia lanzó, a través de ocasionales voceros, un nombre rutilante como sucesor, aunque más no fuera pirotecnia barata para calmar a las fieras siempre dispuestas a arrojar dardos contra los artífices de un nuevo fracaso.

Después de trece partidos, con tiempo suficiente para imprimirle al equipo ciertas características básicas orientadas a abrir el camino hacia un estilo definido e identificatorio, el entrenador prefirió asirse a los atenuantes para justificar su propia ineptitud. La dificultad que implica sacar a un equipo de una situación difícil es parte del trabajo, no debería ser el argumento insignia de los descargos. "Tuve la personalidad, el carácter, los huevos para poner a los juveniles", vociferó, disfrazándose de mártir por la causa. "Tengo la desazón de que nadie defendió el trabajo que hicimos", lloriqueó, poniendo en evidencia la soledad típica del ido. "Hemos hecho mucho más que algunos técnicos que siguen con su trabajo", suplicó, en las últimas estrofas de un reclamo sordo.

Cualquiera sea el designado, sabrá con antelación de la escasez de recursos humanos y especialmente económicos para engordar el escuálido plantel. De todos modos, aunque la realidad indique un futuro con mínimas expectativas, habrá unos cuantos detrás del ofrecimiento, por paupérrimo que sea; el negocio más fructífero de estos tiempos atrae hasta en las circunstancias de mayor adversidad. Lo cierto es que con billetera raleada, lo que venga deberá afrontar un desafío a prueba de incapaces y aportar mucha imaginación pensando en sumar a favor del promedio antes que apuntar a objetivos ambiciosos. Ante semejante panorama, acaso será hora de ir derribando algunos mitos; el de la exigencia, uno de ellos.


APOSTILLAS

Guitarras al viento. El excelentísimo señor presidente lamenta comunicar a socios y simpatizantes que no le quedó otra que borrar con el codo lo que escribió con la mano. La formación de entrenadores de la casa quedará en stand by hasta que la coyuntura obligue a desempolvar nuevamente la ideita. Mientras, la danza de nombres mantiene entretenida a la afición que pasó por alto el frustrado puntal de su exitosa política.

El que nace para pito. Dicen las malas lenguas que el impresentable vice, cansado de hacer el trabajo sucio y recibir migajas, ya no se banca al primer mandatario. Anda pensando en cortarse solo con vistas a los próximos comicios pero, salvo por el electorado cautivo, sabe que no lo vota ni el loro. Cree que el parodismo a sueldo puede ayudar a lavar su imagen, pero los elegidos no pueden lavar la propia menos van a poder con la ajena.

El sueño del pibe. La purretada de reserva, de la mano del entrenador que llegó con un ex, se dio el gusto de ponerse el traje de campeón. El reto está en insertar, equilibradamente, a los más aptos en el plantel de primera; tarea complicada si las urgencias siempre son las que mandan. La vertiginosidad y el compromiso que genera la máxima categoría suele deglutirse a los habilidosos sin fortaleza mental. Una cosa sin la otra es signo de tarea inconclusa.

No tiene precio. En la previa había dicho que quería terminar el certamen demostrando su real valía. Y lo hizo. Deleitó a las gradas con un exquisito tanto de taquito. El crack para la masía, el mayor fiasco de los últimos tiempos, tiene ganas de emigrar para desplegar su talento lejos de los silbidos y las reprobaciones. Préstamo sin cargo y sin opción. Contrato a cargo de la institución formadora para salvaguardar el patrimonio, por si las moscas.

jueves, junio 20, 2013

Los agujeros de la memoria

Fue una semana tumultuosa, donde predominaron las agresiones y las desmentidas. Las sufridas por la familia del primer mandatario obligaron a la inmediata aclaración; no hay por qué preocuparse, nada detendrá el exitoso camino que hace siete años emprendió la falsa pertenencia. Las sufridas por la afición, merecieron una memorable reculada. Por otro lado, los rumores, que nunca faltan cada cierre de temporada, también tuvieron su primera plana. Incentivación, escuchas telefónicas, investigaciones judiciales, la institución quedó en la mira en medio de un final caldeado. Y la muchachada estuvo a la altura de las circunstancias, una nueva derrota para coronar otro final para el olvido.

Llegado el tiempo del balance y la reflexión, todo se conjuga para que la cabeza sea nuevamente la apuntada. La seguidilla de fracasos ya no puede enmascararse con charlatanería presidencial. Muy por el contrario, la memoria colectiva aprovecha la ocasión para poner en valor las palabras con las que se decoraron los ciclos sin provecho alguno y saca sus propias conclusiones. Evalúa las promesas incumplidas, observa crecimientos patrimoniales injustificados, intereses personales como prioridad, abandono de la problemática institucional, cosmética barata para disimular coyunturas, decisiones acomodaticias, mentiras descaradas y un sinfín de desaguisados soportados con la esperanza de un golpe de fortuna que nunca llegó.

Los procesos largos, sin resultados concretos, terminan dejando en evidencia los desmanejos que, en la vorágine con que se manifiesta la pasión, pasan desapercibidos o son ignorados a sabiendas. Agotados los fuegos artificiales, la gestión pasó a estar en la picota en cada crisis gracias al estilo de conducción y las apetencias individuales expuestas sin el menor prurito. Los hechos consumados abonan sentencias de peso. Las dirigencias elegidas a través del voto no son las que merece la masa societaria que las ungió, son las que se le parecen. Muchos disfrutaron de la verba grandilocuente, las obras, las inauguraciones, las comparaciones absurdas, y se tragaron con gusto el sapo de la bienaventuranza. Entre tanta mediocridad, los velos comienzan a correrse y la paciencia a agotarse. Para cambiar los representantes primero deben cambiar los representados.


APOSTILLAS

Techito por si llueve. Por fin se le dio al excelentísimo señor presidente. Ahora sí puede gritar a los cuatro vientos, sin temor a equivocarse ni a las mofas de ocasión, ese lapidario enunciado que tan sabiamente supo acuñar acerca de la envidia de una institución porteña. No es lo mismo hacer ostentación de sembradío que de terreno yermo. Pa'que aprendan.

Reciclaje automático. Como cada fin de temporada, con fracaso indisimulable a cuestas, el impresentable vice salió a hablar del "nuevo Colón" que con incansable y desinteresada dedicación la dirigencia está gestando. Si los abocados a la tarea son los ineptos de siempre, la afición ya sabe con qué se va a encontrar en los próximos meses. Historieta repetida.

Que pase el que sigue. Para sostener el sueño de su continuidad, el conductor interino se transformó en un férreo defensor del "proyecto". Veteranos afuera y piberío adentro pasó a ser la bandera de las últimas batallas. Un buen cierre sería con los once de la cantera; aunque ya se barajen nombres para reemplazarlo, por lo menos quedará como un duque.

Guarda que quema. El capitán terminó huyendo por la puerta trasera. Si bien gastó saliva en aclarar lo que quiso decir, no convenció a nadie. "Yo de la gente nunca hablé", balbuceó. El peor de los pecados se paga con la peor de las penitencias. "Me lo dejo para mí", dijo al ser consultado sobre lo que pasó durante la semana. Antes de que lo rajen, se rajó solo.