domingo, abril 04, 2010

Sin remedio

La gloria se va alejando, empate a empate. Y la muchachada exuda impotencia. Tal vez en cancha, la actitud y el fútbol parezcan repuntar de a poco, pero es indudable que algo quedó en el camino. La motivación para pelear por objetivos importantes, ese fuego sagrado que sienten en su interior los que aspiran a destacarse y trascender, ya no se manifiesta en las miradas ni en los gestos de los protagonistas. Hoy, hasta las palabras suenan agotadas. Si bien todos apuestan a salir del atolladero, el circuito de generación de juego se corta abruptamente al momento de la definición. Ni siquiera la pelota parada, que tanto rédito dio en torneos anteriores, aporta la posibilidad de quebrar la resistencia del rival. Y las fechas pasan.

El partido se presentó abierto. Pasados los primeros minutos de reconocimiento, ambos coincidieron en no especular. Un toque de inteligencia superior, demostró tener el negro, cuando, al darse cuenta de la tibieza del rival, decidió imprimirle más velocidad al ritmo cansino que dominaba el encuentro. Así llegaron las jugadas más peligrosas que terminaron en el agudo lamento de la desesperanza. En el segundo tiempo, los papeles cambiaron, sin embargo el sabalé tuvo chances de abrir el marcador. Quince minutos antes del final, los dos acordaron tácitamente la igualdad, aunque al visitante, que imperiosamente necesitaba el triunfo, no le sirviera de mucho. Una vez más, el “casi, casi” tomó posesión de las portadas.

El diagnóstico es concreto. Los denodados esfuerzos, las recetas que intentaron revertir el estado catatónico en el que se encuentra sumido el equipo, no dieron resultado. La alquimia de los cambios, que en el punto de mayor ebullición logró convertir lo ordinario en especial, perdió fuerza y efecto; el fin del conjuro volvió las cosas a su lugar original. Lo concreto es que por ahora, a nivel dirigencial, se está cumpliendo el más caro de los propósitos, no declarado pero asumido en el seno íntimo de la ute que maneja los destinos de la institución. La continuidad, a pesar del magro rendimiento futbolístico, tranquiliza y ofrece un amplio margen de maniobra, hasta para acotar la exposición mediática de los astros a fútiles presentaciones sin sentido.


APOSTILLAS

Zona liberada. Quedó claro cuál será el apoyo que desde la intendencia bajará hacia el barrio Centenario. El primer mandatario podrá contar con la presencia de su par de la ciudad en cuanto evento convoque más de una cámara. No habrá efectivo, sólo soporte protocolar y vista gorda en cuanto a control y normativa obligatoria de obra. Lo que se dice, una mano de amigo.

Inimputables crónicos. La filial rojinegra en la cuenca lechera, que iba a nutrir de talentos bien alimentados a la entidad progenitora, está a punto de irse al descenso. El director ejecutivo partió raudamente para aplacar los ánimos ante la inminente debacle. No sea cosa que culpen a la vaca, por el ternero descarriado. El éxito tiene muchos padres, el fracaso es huérfano.

Corchos en el agua. Volvieron los tres pelotazos en contra que deambulan por el área televisiva a la pesca de incautas voluntades dispuestas a apuntalar su fiestucha del deporte. Escenografía renovada, indumentaria identificatoria y la misma mediocridad de siempre. De las tres butacas de bus que contienen sus monumentales figuras ¿la del medio será la asignada al talento?


La Destacada

Inteligencia artificial. La defensa de la postura oficial respecto del entuerto con entidad cremosa, dejó al descubierto, una vez más, la limitada capacidad argumentativa del chupalerche mayor. Como la primera dejó tanto que desear, pensó mejor la segunda. Ahora resulta que los que reclaman una deuda impaga, iniciaron acciones legales por una cuestión de envidia. Según elucubró el ingenioso obsecuente, la firma del convenio de nivel europeo entre Colón y la BH, los dejó con urticaria recelosa, por eso ahora salieron a cobrar venganza iniciando juicio y clamando por embargo. Si continúa esforzándose, capaz que la tercera le sale mejor.