jueves, febrero 19, 2009

El quid de la cuestión


Con el inquieto –¿o desorientado?– dt probando cambio de esquema y moviendo piezas de aquí hacia allá, sigue la puesta a punto del team rojinegro de cara al importante compromiso de la próxima fecha. Que entra el enganche, que sale el enganche, que el enganche no es enganche, que línea de tres en el fondo, que línea de cuatro en el fondo, que cuatro volantes, que cinco volantes, enroques más dignos de un confundido que de un experto en tácticas y estrategias. Hasta el momento, el historial indica que lo único que sí tiene definido es el arquero y el nueve titular; el resto puede salir, entrar, rotar en medio de un encuentro o terminar haciendo las veces de aguatero. Este es el estilo AM. ¿El de Colón? Nadie lo conoce.

Los obsecuentes de siempre, ante tanto movimiento, en lugar de intuir desorientación o, viendo el lado positivo, insatisfacción, se deshacen en elogios destacando la versatilidad del carismático conductor. En este punto sería saludable conocer, dejando de lado las posturas complacientes que por diversos intereses cada uno expresa frente al micrófono de turno, la honesta opinión de los protagonistas. ¿Cuánto influyen en el rendimiento los permanentes cambios? ¿Son capaces de desplegar todo su potencial en puestos donde no se sienten cómodos? ¿Qué posibilidad hay de afianzamiento en una posición si ninguno sabe con certeza en dónde va a jugar la fecha venidera? ¿Está bien adaptar el modelo al ocasional rival?

Es sabido que todo profesional tiene motivaciones diferentes para salir cada fin de semana entre los once y, por lo tanto, apoyar cualquier concepto que salga de la bocota del entrenador como si fuese palabra santa. Los más jóvenes buscan congraciarse para ganar una oportunidad, los veteranos asienten porque anhelan cerrar sus carreras lo más dignamente posible, y los que andan flotando en la medianía aceptan de buen grado lo que venga porque su fin es permanecer, soportando una realidad que puede mudar de color una vez finalizado el torneo. Así las cosas, puede vislumbrarse un futuro bastante incierto para este conjunto sabalero que sabe cuál es su norte y el camino para llegar, pero, hoy por hoy, ignora cómo.