
La despedida fue un gesto recíproco. El tributo que se debían las partes. Unos, por el deber cumplido, más allá de la derrota. Otros, por sentirse, al fin, honrosamente representados, aún en la derrota. Así como hasta hace poco tiempo, los finales declamaban sólo frustraciones, éste cruzó a la vereda de enfrente. No hubo honores, tampoco desmesuras, sólo un sentimiento mutuo de agradecimiento, con brazos en alto, aunque cabezas gachas, con palmas enrojecidas, aunque labios mordidos. Si la fiesta no fue completa, si estuvo cerca y no alcanzó, pues son cuestiones que quedarán en la anécdota. Lo importante es que Colón, gracias a esta campaña, recompuso los lazos con su afición.
Si la última actuación no estuvo a la altura, pues la explicación habrá que buscarla en algunos viejos vicios que todavía no han podido superarse. O tal vez el rival haya sido la justa medida. Lo cierto es que en diecinueve fechas, este equipo demostró convicción en sí mismo. Y si la estructura no se quiebra, si lo que viene se moldea a imagen y semejanza de lo que fue, las perspectivas apuntan a muy buenas. Las circunstancias, las condiciones, tan propicias en este torneo, no serán las mismas; no obstante, la posibilidad de mejorar producciones y rendimientos puede marcar una clara diferencia a favor del sabalé, considerando la regularidad numérica sostenida a lo largo del semestre que ya es historia.
Pensando en la próxima temporada, será cuestión de realizar algunos certeros ajustes si es que, tal y como pregona anticipadamente el entrenador, la idea es superar este cuarto puesto en la tabla. No parece tan complicado. Es de suponer que, en esta oportunidad, tendrá mejor ojo para elegir las incorporaciones que complementen el plantel, siempre y cuando no vuelva a quedar preso de los errados manejos dirigenciales. Además, podrá moverse sin la presión que le significó ponerse el traje de calesitero y decidir a quién premiar con la sortija en el carrusel de inferiores para satisfacer un expreso pedido del excelentísimo señor presidente. En definitiva, se espera que haya aprendido de sus errores. Por más y mejores aplausos.
APOSTILLAS




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