viernes, diciembre 08, 2006

Chau, chau, adiós


Ninguna estrella soporta mirar un partido desde el banco, aunque para la platea reconozca que no está en su mejor momento futbolístico. Al técnico no le gustan los privilegios y al ídolo K le fascina su rol de “star” con las prerrogativas que semejante estado amerita. Circunstancias más, circunstancias menos, el adiós está oficializado. No debería sorprender, ya que ofreció un adelanto allá por octubre cuando hizo público su fastidio por los “comentarios boludos” que corrían –corren y correrán– por SF acerca del estigma que carga sobre sus hombros desde hace bastante tiempo. Y así nomás, como si su condición de deidad rojinegra estuviera por encima de Colón, esta semana se descolgó con la confirmación, faltando un encuentro para la finalización del campeonato. Más desafortunado, imposible.

Si la decisión ya estaba tomada ¿por qué no esperar al cierre del torneo? ¿Por qué esta actitud tan alejada del respeto que dice tener por el club? Posiblemente, el resultado de las encuestas que circularon en los medios hace unos días haya precipitado su determinación. No debe ser fácil para un ego tan grande, asimilar la opinión mayoritaria de los colonistas que juzgaron terminado su ciclo en la institución. De cualquier manera, sus compañeros merecían mayor consideración. Lo correcto hubiera sido esperar el último partido y después sí, despacharse con su sentida despedida por cuanto micrófono se cruzara en su camino. Sin embargo, priorizó sus intereses personales a los del conjunto. Línea de conducta, que le dicen.

Es innegable que el máximo goleador sabalero quedará por siempre, no sólo en los registros históricos de la entidad del barrio Centenario, sino también en el recuerdo de todos los aficionados; pero, tal como sentencia un himno inolvidable, «todo tiene un final, todo termina» y en este caso específico, Colón debe estar por sobre cualquier nombre, más allá de trayectorias o sentimentalismos. Quizá convendría tener presente que en paralelo con sus bien ganados laureles, discurre un flanco menos agradable. Ese que resulta inaceptable para una minoría incondicional que hoy llora su alejamiento y que pecando de ingenua admite, cual palabra santa, un discurso a todas luces banal e inconsistente. Ni modo, la gente cree lo que quiere creer.

Por estas horas algunos reclaman un partido despedida, un homenaje a la pertenencia. Sin embargo, un interrogante se presenta como obvio: ¿se arriesgará el crack a enfrentar un estadio semivacío? Nones. A pesar de la ilusión de sus seguidores, la realidad indica que el referente no cuenta con la simpatía generalizada de la afición sangre y luto. Tal vez la dirigencia lo distinga con alguna plaqueta que, con seguridad, terminará arrumbada en algún rincón de ¿Qatar? Sí, al parecer la balanza se inclinaría por el exótico destino para regocijo de sus ambiciosos bolsillos, ya que fiel a su estilo tribunero-demagógico ha sostenido su negativa a vestir, dentro del país, otra camiseta que no sea la rojinegra. Hubiera estado bueno otro final, claro que para eso las actitudes tendrían que haber sido diferentes. Al fin y al cabo los ídolos no son perfectos.


APOSTILLAS
El representante de JCF confirmó los rumores: se habló de plazos y de la necesidad de rever la política deportiva del club. Por ahora parece que las aguas se han calmado. ¡Por favor, no más sobresaltos!

¡Mentiroso! Mal momento le hizo pasar GL a operador periodístico de la cd, desmintiéndole en la cara las declaraciones del representante del DT. ¡Desagradecido! A los olfas no se los trata de esa manera.

La pretemporada en Paraná no era del agrado del entrenador. En lugar de un cartel luminoso deberían haber invertido esos mangos en satisfacer a JCF y viajar a la costa. ¡Siguen las decisiones erradas!

Honda preocupación ha causado, entre la afición sabalera, el no haber encontrado en la lista de los posibles “rescindidos” el nombre de Juan Fernández. ¿Habrá que juntar firmas, hacer una manifestación o contratar un sicario?