martes, junio 28, 2011

Dirección obligatoria

Nunca una celebración representó tan bien a una dirigencia. Una puesta en escena pretenciosa, carente de alma, que quedó a mitad de camino. Fría, como la noche que le sirvió de cobijo. En un escenario repleto de espíritus vacíos. Aunque el relato oficial hable de "emoción", el sentimiento faltó a la cita. Con un maestro de ceremonias conectado a una marchita sintonía, con un toque humorístico sin sentido de filiación y unos arrítmicos acordes en repetida disonancia. Un híbrido para la masa anestesiada. Nada más parecido a la falsa pertenencia. Como un calco de su propia imagen. Simbolismos de la época. Incluida la palabra ausente.

Más allá de una rereinauguración que sólo congregó a una masa necesitada de festejar algo con el fin de contrarrestar el festejo ajeno, desde que quedó sentenciado el fracaso en el pasado semestre, el interés colonista está centrado en el armado del plantel que enfrentará el próximo campeonato. Y en ese aspecto, la preocupación se manifiesta recurrente. Empezando por la porfiada ratificación del entrenador, poniendo en serias dudas su capacidad para llevar adelante un nuevo proceso, y siguiendo por el analfabetismo futbolístico de un primer mandatario que saldrá en busca de "refuerzos" asesorado por su persistente ignorancia.

Por lo pronto, el primer incorporado ya hizo pie en la cordial gracias a una autonominación en nombre de la identidad. ¡Cuántos interrogantes! ¡Cuánta desconfianza! Una vez superado el reino del cemento, la hora de la verdad comienza a vislumbrarse. El torneo que se avecina asomará desnudo, sin la sistemática parafernalia de distracción impuesta por la política fantoche que decidió, deliberadamente, sepultar el centenario gen institucional. Sólo resta esperar que la bendición de la fe, protagonista de un gélido sábado de fingida ostentación, haya exorcizado los demonios que desplazaron a la mística. Si así no fuese, la afición demandará.

martes, junio 21, 2011

Verdades mentirosas

Habrá que rendirse ante las evidencias y admitir la realidad. El campéon del fútbol argentino envidia el modelo Colón. Envidia a sus dirigentes, ejemplo de probidad, abnegación, compromiso desinteresado, modestia y, sobre todas las cosas, pasión por los colores. Envidia su estructura de inferiores, el predio, la pensión, los recursos humanos al servicio de la formación social y deportiva de los cuadros amateurs y, por supuesto, sus jóvenes talentos que no dejan de sorprender por aptitudes innatas y preparación adquirida. Envidia su estadio, las flamantes y modernas instalaciones financiadas con ingresos genuinos de la entidad y la tecnología de punta que permitirá llegar al mundo entero cuando se ponga en marcha el evento continental orgullosamente organizado.

También envidia su hotel, único en latinoamérica -un sueño del excelentísimo señor presidente-, fuente de futuros recursos y que albergará, en lo inmediato, a las rutilantes figuras del seleccionado mayor que disputarán el segundo torneo más importante del mundo. Envidia su plantel profesional, una acabada combinación de experiencia y juventud, que muy pronto colmará de satisfacciones a su gente. Envidia a su cuerpo técnico, un grupo de meritorios profesionales, altamente capacitados para diseñar el camino a la gloria. Y envidia a su masa societaria, sabia y reflexiva a la hora de elegir una conducción fiel espejo de su sentir. Los honores futbolísticos, única asignatura pendiente, está claro que con semejante fundamento, no tardarán en llegar como corolario de tamaña perfección.

Este torneo, al igual que en anteriores ocasiones, ha sido producto de la mala fortuna. Las condiciones estuvieron dadas, sólo faltó suerte. De todos modos, como vaticinó un prócer de la casa, el título se dará por decantación, naturalmente y como consecuencia de una conducta ejemplar de todos los estamentos involucrados en el objetivo. La envidia -sana envidia- es un síntoma inequívoco de que las cosas se están haciendo bien, de que éste es el camino. La próxima temporada deberá tomarse como una nueva oportunidad para trasladar a la cancha los éxitos institucionales. El proyecto, gracias a las políticas que lo sostienen, está firme y direccionado a cristalizar en la faz deportiva un proceso de crecimiento sin precedentes en ciento seis años de historia. Cualquier opinión en contrario, es puro cuento.


APOSTILLAS

Rasguña las piedras. La paupérrima cosecha del eterno "ito", mereció una nueva ratificación de parte del excelentísimo señor presidente. Quien sacó ocho puntos de treinta, tendrá entonces a su cargo el armado del próximo plantel. Teniendo en cuenta que el gasto importante está descartado, la combinación de lo que puede venir con un técnico que carece de respeto profesional entre sus dirigidos puede ser letal.

Confesiones de invierno. En la previa, el impresentable vice, reconoció que "hemos sido un desastre en los dos últimos campeonatos", evitando mencionar la tan temida palabra «fracaso». Calificó de "injustos" los recientes insultos hacia el primer mandatario y le restó importancia a la conformación de una subcomisión de fútbol y a la figura del mánager. Según estimó, con su rol dentro de la estructura es suficiente.

Quizás porqué. Lo que en la semana fue considerado como "una preparatoria para cosas importantes", tras la derrota se transformó en un mar de dudas. Vacío de argumentos, el entrenador dejó pagando a los medios que esperaban ansiosos sus declaraciones post partido. Mientras la dirigencia y sus esbirros hacen su parte, la afición ya evalúa la posibilidad de que el ungido encabece la lista de eyectados del próximo torneo.

Fabricante de mentiras. Dicen los que saben que quiere retirarse con una campaña digna, cosa que el destino, arteramente, le viene negando. Como cada fin de torneo, las incomprobables ofertas de medio oriente lo pondrán en una nueva disyuntiva. De todos modos, tres camellos y un barril de petróleo, difícil que puedan superar la oferta de jugar un clásico. Eso sí, la condición está fijada, nada de formar un "equipito" porque se pudre todo.

martes, junio 14, 2011

Cenizas en el paraíso

Cae el telón de un nuevo fracaso, esta vez con un tinte diferente. Colón dejó de enterrar rivales en su cancha. Ahora sólo sepulta el ánimo de su gente. Un logro exclusivo de la falsa pertenencia, cristalizado gracias a la complicidad de quienes aceptaron canjear el fuego sagrado por unos cuantos flashes de grandeza sin sustento. La puesta en escena de una obra bochornosa y decadente, huérfana de respeto por los colores, terminó con un coro de insultos hacia protagonistas y dirigentes, que ni siquiera la banda que ameniza el espectáculo pudo tapar. Una despedida acorde al padecimiento que el equipo le propinó a las gradas en cada presentación de local.

Mientras la institución que envidia el modelo pergeñado por el excelentísimo señor presidente, festeja, el sabalé termina el campeonato posicionado apenas por encima de los que están condenados al descenso y a pelear la promoción, dejando una imagen vergonzosa, difícil de revertir, bajo la conducción de un empleado funcional a la mentira y el engaño. A pesar de todo, los cráneos de esta realidad pestilente, siguen corriendo con ventaja. El receso siempre oficia de tranquilizante; como un alambique destilador de ilusiones, decreta el fin del padecimiento, calma los espíritus y renueva expectativas con vistas a un futuro más auspicioso.

A la luz del "objetivo no cumplido", y con una dirigencia que aplica la misma estrategia cada fin de semestre, la afición asiste al acostumbrado viraje que la deposita frente a un grifo de dos llaves; por un lado, nombres gastados nominados al destierro como escarmiento propio de una gestión de mano dura; por otro, nombres conocidos -en lo posible, los mejores en sus puestos- para alentar una rápida renovación y así insuflarle oxígeno a las metas. Respecto de la "apuesta", el peligro de perder lo poco que queda puede palparse a la distancia. El «todo a ganador» está peligrosamente cerca de dejar al compulsivo tahúr con una mano atrás y otra adelante.


APOSTILLAS

Relaciones carnales. La prensa nacional ya lo menciona como uno de los candidatos a suceder al don. Su juventud, no debería considerarse un impedimento. Ha hecho los deberes como el mejor alumno y lleva con orgullo el mote de "síjulista". No le importa el qué dirán, porque confía en que la obsecuencia pronto dará frutos. Para Colón o para él. El orden de los factores no altera el producto.

Elegante sport. Ya está todo preparado para la "megafiesta" de la rereinauguración del estadio. ¿Le cursarán invitación al innombrable? ¿O las participaciones especiales sólo serán para los representantes del más rancio cholulaje que en cualquier ocasión están siempre listos para la foto? ¡Atenti con el detalle! No sea cosa que dejen afuera al hacedor de la re. La de verdad.

Palabra mayor. A través de voceros que la van de parodistas creíbles, el director ejecutivo del fútbol neonato-infanto-juvenil negó haber dicho lo que dijo. Desgraciadamente sus afirmaciones quedaron estampadas en letras de molde para toda la posteridad. Si quiso decir "potenciales", el pasquinejo vernáculo no lo registró. Otro charlatán que debería hacerse cargo.

Silencio cómplice. En las mañanas obsecuentes de la emisora asoleada, los esbirros de la dirigencia, se limitaron a comentar mínimamente la indecente derrota. Así como en la página oficial, cuando el resultado es negativo, los comentarios brillan por su ausencia, en el programejo que animan los chupalerches a sueldo, el oprobio se toca de compromiso. No da pa'criticar.

martes, junio 07, 2011

Latiendo a contramano

El ser humano es dual por naturaleza. Espíritu, materia; amor, odio; bueno, malo; blanco, negro; así como infinidad de contrastes que le impiden tener una mirada más abarcadora de su propio universo. Tal vez por esa característica inherente a los fanáticos mortales es que buena parte de la afición creyó ver un planteo inteligente donde otra vio una temerosa mezquindad. Frente a un rival que de «grande» sólo mantiene el histórico mote, muchos esperaban una actitud futbolística más agresiva. Sin embargo, el sabalé prefirió meterse atrás y atacar de contra. Con un adversario tan necesitado, decididamente volcado al ataque, alguna iba a salir. ¿Esa es la identidad que pretende el entrenador? ¿No será que es lo único a lo que puede aspirar con este plantel tan limitado?

Inevitablemente, una pregunta se desprende del melindroso discurso post partido. Si éste es el Colón que el técnico quiere ¿se animará a repetir el sistema en condición de local? Ofrecer un espectáculo amarrete en el cementerio de los elefantes no debería figurar en los planes de quien pretende encarnar el gusto de una parcialidad exigente y perdurar en el puesto. Por lo pronto, si es que la dirigencia insiste con su ratificación al "proyecto" (¿?), habrá que acostumbrarse a declaraciones efectistas, pro jugadores, en lugar de hechos concretos que se traduzcan dentro del campo de juego como el toque de un conductor sapiente y trabajador. Porque hasta ahora, no hay diferencias con la etapa anterior; con aumentar las horas de entrenamiento no alcanza.

La dualidad también se puso de manifiesto respecto de la actitud del goleador histórico para con los hinchas del club de sus amores. Golazo, manos juntas sellando los labios para ahogar un grito ignorando a su gente e implorar perdón por la osadía a la parcialidad en desgracia. ¿Respetuoso con la banda o desagradecido con la sangre y luto? ¿Agradecido con la banda o irrespetuoso con la sange y luto? ¿Héroe o villano? Lo cierto es que al futuro gerente técnico se lo vio, contrariando la esencia que lo identifica, demasiado preocupado por los nervios ajenos, calmando y poniendo paños fríos ante los exaltados ánimos de los protagonistas con destino de promoción. Al final, para la televisión impúdica, lo traicionó el subconciente. Aunque intentó enmendar, lo dicho, dicho estaba.


APOSTILLAS

Perejil en maceta. Dicen las malas lenguas que el excelentísimo señor presidente está muy deprimido. A las paupérrimas actuaciones del primer equipo -que precisamente no causan envidia a nivel nacional-, el primer mandatario suma la falta de un juvenil apto para la venta que le salve el próximo semestre. Se viene una pretemporada en carpa y bolsa de dormir.

Saldo negativo. Entre divisiones inferiores, programas "sociales" reclutadores de talentos, convenios con instituciones de todo el país y las constantes pruebas a cargo de las áreas especializadas en la materia, la cantidad de pibes que pasa por el club no se condice con los resultados obtenidos hasta el momento. Y pensar que algunos piden veinte años de paciencia.

Gato por liebre. En la previa, las huestes del maestro estuvieron como locas tirando nombres de posibles incorporaciones. Como siempre, cuando faltan algunas fechas para finalizar el torneo y con el equipo dando pena, comienza a correr el tsunami -ya no la ola- de rumores respecto de los probables arribos. La soplada de la dirigencia no dejó afuera a ningún talento.

Asuntos internos. Al parecer, el servilismo consuetudinario del chupalerche primero está generando malestar en el pasquinejo vernáculo. Llamó la atención nota crítica hacia la dirigencia y el entrenador, firmada por un director y publicada en la edición digital del domingo pasado; así como también la falta de precisión en la primera línea. Uno peor que el otro.

viernes, junio 03, 2011

Operativo clamor


Ya está en marcha la movida "Marito eterno". No importan las razones -aunque resulte fácil intuirlas- por las cuales un entrenador sin trayectoria en primera, y sin espalda para enfrentar a la logia veterana que maneja el plantel, tiene que hacerse cargo del trabajo sucio que los dirigentes no se animan a liderar. Lo importante es instalar la idea de que es el indicado para llevar adelante el "proyecto" que intenta emular -y muchos ya envidian- a las instituciones modelo del fútbol argentino. En eso están compenetrados todos. El presidente, ratificando la confianza a cada rato; el impresentable vice, haciendo campaña por los medios; y el chupalerche primero, taladrándole el cerebro a oyentes y lectores con su apoyo a ultranza de la flamante etapa.

Curiosidades de la falsa pertenencia. Al comparar el discurso de los dos últimos surge una sugestiva coincidencia que lleva a pensar en dos alternativas posibles; o se juntaron a planificar estrategias o uno copia, con premeditación y alevosía, el chamuyo del otro. Más allá de cuestiones aleatorias, sería bueno saber ¿por qué el jefe de deportes del pasquinejo vernáculo se juega tan abiertamente a favor de esta gestión? Nunca una crítica, ni siquiera tangencial; nunca un análisis cuestionador; nunca una mirada profunda a los abismos del fracaso sucesivo. Lanzar todos los dardos hacia los ocasionales protagonistas es cortar el hilo por lo más delgado. Argumento simplón, dirigido intencionalmente a desviar las verdaderas responsabilidades.

Repasando el pasado reciente, un caso emblemático, que generó un escándalo de proporciones, hace pie en la memoria. Parodista porteño, estrella en canal de cable ex apropiador de goles, cobraba una suculenta suma mensual de uno de los grandes -hoy en promoción- en concepto de "asesoramiento institucional" por defender ante cámara a una administración corrupta, finalmente premiada por el don. ¿Cualquier parecido con la realidad doméstica será pura coincidencia? ¿Qué grado de credibilidad puede tener un personaje que, cada vez que abre la boca o escribe una línea, parece más un empleado de la entidad que un digno representante del oficio? Determinadas prácticas no despiertan sospechas, sencillamente abonan la certeza.