jueves, febrero 16, 2012

Mensajes satánicos

Si algo dejó en claro el primer test del campeonato es la distancia que separa el relato oficial de la realidad lisa y llana. Pretenden mostrar idoneidad, donde hay ineptitud; pretenden mostrar cohesión, donde hay una permanente puja de egos; pretenden mostrar un paradigma, donde sólo hay un engranaje corrupto nutrido a base de mentiras y engaños. Sostener tamaño entretejido no es fácil cuando todo depende de noventa minutos en los que la desnudez además de impúdica resulta reveladora. Es así como lo que muchos aceptan, buscando parecer algo que no son, se transforma en una espina clavada en la garganta; síntoma inequívoco de un profundo complejo de culpa. Lidiar con una erupción latente será el calvario prometido para quienes se ufanan de ultrajar el sentimiento.

La desorientación que se percibe en cancha, también forma parte de una intrincada madeja de intereses que tiene anclado al conductor en medio de una tormenta traicionera. Con afán no alcanza, hace falta conocimiento. Con pretensiones no basta, hacen falta ideas. Un ejemplo mínimo, el diccionario que maneja parece básico pero todavía le ha sido imposible demostrar en la práctica lo que recita de memoria en la teoría. "Estamos tranquilos", enfatizó una vez finalizado el encuentro. Los nervios de los protagonistas, durante todo el encuentro, vociferaron lo contrario. La impotencia, a medida que pasaron los minutos, les ganó la partida y un par terminaron fuera antes del tiempo reglamentario. Después la culpa fue del árbitro, del sistema del rival, del agotamiento, de la suerte esquiva.

Un condimento extra condicionará el corto plazo. El tan temido arrastre presionará las clavijas de un dispositivo endeble, a un tris de colapsar. Los treinta y un puntos ya son historia; sin embargo, la orfandad de fútbol se ha convertido en un estigma de presencia palpable. La afición está saturada del palabrerío embriagador que hasta ahora sirvió para oxigenar una gestión herrumbrada pero dispuesta a todo por perdurar. Los primeros indicios de cortocircuito se corporizaron en un coro de advertencia. Si el último lazo se rompe, la falsa pertenencia entrará en zona peligrosa. La infinita paciencia de las gradas contrasta con el delgado cordel que sujeta la sintonía fina de la dirigencia a las entrañas de la cabecera local. No sea cosa que el hilo se corte por donde se cree más grueso.


APOSTILLAS

Cría cuervos. Le está costando conciliar el sueño al excelentísimo señor presidente. La cuarta fecha y la tensión con la banda que anima la fiestita lo mantienen en vela toda la noche. Para aliviar la situación está pensando seriamente en la posibilidad de un incentivo extraordinario. Mejor romper el chanchito antes de que se desboque la manada.

Figurita decorativa. Buena parte de la afición todavía se pregunta cuáles son las funciones que desempeña el secretario técnico, aparte de viajar con el plantel en el transporte oficial y de ocupar un lugar preferencial en el palco. Por lo pronto él ya sacó los timbos italianos del plato. Las incorporaciones fueron una decisión de todos y todas.

Agua bendita. Conmovedora la imagen del guardameta elevando una plegaria al cielo bajo los tres caños. Aunque a muchos los dejó un tantito confundidos. No supieron dilucidar si estaba encomendándose al asesor esotérico del plantel profesional, a algún pai umbanda o simplemente a la diosa fortuna. Lo cierto es que sus rezos fueron escuchados.

Temporada de premios. El delantero enclenque sigue sorprendiendo. No sólo lleva más minutos lesionado que transpirando la camiseta, sino que también ofrece actuaciones de alto impacto emotivo. Primero fueron lágrimas, ahora un golpe con espectacular caída. Lástima que no convenció al hombre de negro. Lo del tobillo es una especie de "bonus track".