miércoles, agosto 27, 2008

Días de vino y rosas


Mientras la afición colonista disfruta mirando a cada rato una tabla de posiciones que le devuelve la mejor de las imágenes, el incansable GL sigue a full con las gestiones en varios frentes. Primero, la revolución del fútbol amateur. Una misión por la que se comprometió a no dormir la siesta –cosa que, por lo visto, sí hizo durante los primeros dos años de mandato– y para la cual, aunque en un principio le restó importancia al nombre, anda buscando un responsable idóneo. Si bien iniciado agosto los medios mencionaron a RR, trascendió que el susodicho candidato no contaría con el aval del actual secretario técnico. Por el momento, el tema sigue sin definición.

Segundo, el caso MB. Para ello puso en marcha el andamiaje que desde el pasquinejo vernáculo tan buenos resultados le ha dado hasta ahora. Contrarrestar el efecto cosa juzgada con una noteja donde se pone énfasis en la sagaz estrategia planteada por los letrados sabaleros en pos de arañar unas monedas es una maniobra efectista y bastante remanida pero funcional al imaginario colectivo. El modus operandi de abrir pomposamente el paraguas antes de que llueva, haciendo hincapié en "el dinero que Colón cobrará de cualquier forma", contribuye a instalar la idea de la capacidad de conducción del "biondo gnocchi" y aminora las consecuencias del ridículo.

Más allá de las cuestiones institucionales por resolver, continúa a un ritmo arrollador la conscripción de socios. De esos colonistas que están sólo en las buenas y desaparecen en las malas. Esos que al primer traspié dejan de pagar la cuota y vuelven al porrón y a la radio. Esos que con su actitud demuestran que la entidad les importa un rábano. De todos modos, las perspectivas son buenas, el rival a enfrentar el sábado llega de capa caída a raíz de su última actuación, una ventaja que el sabalé no puede desaprovechar. El dt espera confiado en repetir el mismo equipo ganador del viernes pasado y los simpatizantes apuestan a seguir disfrutando de una posición de privilegio. ¡Bien ahí!