viernes, agosto 19, 2011

Envasado al vacío


Puso primera y amagó con llevarse a todos los muchachos por delante. Terminó marcha atrás, espiando por el retrovisor la indiferencia de su gente. El discurso del entrenador en cada previa suena a lección aprendida de memoria por un estudiante que aspira a zafar del reprobado con un miserable cuatro. Cayendo en todos los lugares comunes que dicta el manual del mejor fútbol, dice querer un equipo agresivo, con buen manejo de pelota, que ejerza mucha presión en la mitad de la cancha, equilibrado en todas sus líneas, que priorice el orden y jugadores versátiles que sepan interpretar el libreto. Los obsecuentes suelen emparentarlo con un ex técnico de la celeste y blanca como si de un discípulo dilecto se tratase; otros, lo destacan como estudioso, obsesivo y trabajador. Hasta ahora, sólo demostró calificar para aprendiz de mediocre.

Después del híbrido empate, en la conferencia de prensa post partido, la homilía se tornó nebulosa. "Me voy preocupado por el resultado pero satisfecho porque en el primer tiempo me parece que fuimos aceptables", divagó. Demasiado poco para una alineación de características ofensivas, que consiguió pasar al frente en el marcador gracias a un regalo del rival, que después decidió hacer tiempo y que planteó una estrategia mezquina para aguantar los cuarenta y cinco minutos finales en su propio "templo". Una mención especial merecen las lesiones que golpearon a tres protagonistas que no estaban aptos para encarar el compromiso. El feroz delantero había avisado con anticipación que no llegaba a los noventa, el veterano defensor fue incluido sin pasar el test del ciento por ciento y el seleccionado merecía descanso. Error tras error.

Los optimistas apelaron al trillado "esto recién comienza" para no entrar en la vorágine de la ansiedad descontrolada; los exigentes, ya empezaron a mascullar bronca con la magra estadística del técnico pegada en la frente. El conjunto está en formación y en manos de un conductor inepto y sin personalidad para poner en caja a un grupo desgastado al que se intentó remendar con un puñado de caras nuevas que recién está pispeando cómo viene la historia. De todas maneras el torneo se presenta interesante. Habrá que ver si las incorporaciones de jerarquía confirman en el campo lo que exhiben en los pergaminos; si podrán amalgamarse con justeza a los soldados del fracaso reciente; si la enfermería no estará más atestada que de costumbre; si los objetivos se tornarán comunes a todos los involucrados o si sólo quedarán en la mera declamación afectada.


APOSTILLAS

Bajo control. Dicen las malas lenguas que el primer mandatario quedó efervescente con el jefe de la cordial por lo que consideró falta de apoyo para con el evento continental. Esa habría sido la razón del desplante en la primera reunión logística previa al clásico. No obstante, el mejor presidente del país ya tiene todo friamente calculado, sin necesidad de perder tiempo en inútiles tertulias. Acordar un plus con la banda que anima la fiestita y santo remedio.

Adhesión multitudinaria. ¡Qué lindas son las buenas noticias que tapan los malos desempeños futbolísticos! En concordancia con la estrategia que tan exitosos resultados le ha dado en cinco años de gestión, la falsa pertenencia sigue haciendo historia. Veinticinco mil socios sirven para fundamentar el extraordinario crecimiento en infraestructura; pero atenti, comprar votos le va a resultar cada vez más caro. A generar ingresos se ha dicho.

Apoyo espiritual. Pudo saberse que en el entretiempo del primer partido del torneo, el asesor a tiempo completo del eterno «ito», entró al vestuario y arengó a la muchachada provocando un efecto pum para arriba. Todavía no queda claro cuáles son sus funciones como integrante del cuerpo técnico. Aunque la fórmula tiene la confianza del excelentísimo señor presidente, un grupúsculo de malintencionados susurra que entre los dos no hacen uno.

Poniendo los puntos. El goleador histórico defenestró públicamente a su compañero de ataque en el primer partido del torneo. Según dejó sentado ante cámaras, prefiere hacer dupla con alguien de característicias similares a las suyas. Concedido el deseo, no se lo vio demasiado feliz al término del encuentro; al parecer, no fueron de su agrado los arrestos de excesiva individualidad del ahora desgarrado. Líder hay uno solo, el resto acompaña.