jueves, marzo 31, 2011

Para dormir sin frazada

El pasquinejo vernáculo reproduce las tan esperadas declaraciones del excelentísimo señor presidente respecto del aciago momento que afronta el primer equipo; aunque, como "tratándose de él, sobran las introducciones", no se sabe ni dónde ni cuándo las hizo. Lo cierto es que a través de un medio adicto, restablece la comunicación con socios y simpatizantes -interrumpida hace tiempo debido a sus múltiples actividades- para llevar tranquilidad, con la sapienza que lo caracteriza y que ha marcado una huella a nivel nacional y, por qué no, internacional. Habló de todo y de todos, no esquivó las preguntas más incisivas (¿?) y siempre mantuvo la calma y la coherencia, tal y como le pide a la masa colonista para afrontar esta pasajera circunstancia.

Acerca de uno de los mejores técnicos del país -otro fue el ex y seguro los próximos que vengan de su mano-, dejó en claro que quiere que le vaya bien y que como no es ningún ingrato, jamás salió a buscarle reemplazante; sin embargo, un párrafo más adelante afirmó que de todas maneras estaba preparado, por si las moscas, para encarar la pesquiza. También halagó al plantel -"uno de los mejores del fútbol argentino", como no podía ser de otra manera-, le echó la culpa de las derrotas a unas "graves desconcentraciones", imaginó que si no se hubieran perdido puntos el sabalé estaría en la cima, emuló a un programejo del monopolio y relató un ping-pong del último encuentro y confió en la remontada. Como son conocidos sus vaticinos, habrá que creer o reventar.

Recuadro aparte, desmitificó una creencia instalada en la cordial, poniendo las manos en el fuego por los jugadores, al asegurar que la muchachada no anda de joda porque él le puso los puntos de entrada. No cabe duda de que las caripelas con las que muchos se cruzan por las noches en los boliches top no corresponden a sus respectivos dueños. Por último, le dedicó unas palabras a las incorporaciones. Al único que rinde lo trajo él, a los demás los trajeron entre todos. Justificó el presente de los tres fiascos y aseguró que hay que verlos como proyecciones "de acá a una o dos temporadas". Probablemente haya olvidado que el cinco vino a préstamo por seis meses, que el defensor ídem, que el delantero ídem y que el nunca visto por un año. El futuro es hoy.

martes, marzo 29, 2011

Mascando chicle

Curiosidades del mundo sabalé. La derrota no alteró los ánimos de nadie. Una imagen valió más que mil palabras. Al término del encuentro, un puñado de testigos presenció la amena charla que, durante unos cuantos minutos, mantuvo el excelentísimo señor presidente con el entrenador visitante y, en contrapartida, el frío saludo que intercambió con quien dijo sentirse "dolido y preocupado" después de una nueva derrota en condición de local. El desinterés de la dirigencia por el momento futbolístico del equipo corre paralelo a su desconocimiento en la materia. Como, por ahora, no hay nada en serio riesgo, este ciclo puede prolongarse, cual goteo intermitente, hasta la finalización del torneo. La paciencia de la afición no está en discusión.

Con la parafernalia que supo vender la falsa pertenencia, suficiente. A esta altura de la competencia, cada vez más distante pueden verse los anhelos de victorias y logros trascendentes, señal de que la mediocridad ha ganado terreno donde hace tiempo no tenía cabida. Por este camino, y a este ritmo, lo único que irá en aumento es el sentimiento de frialidad que la parcialidad está dispensándole al once rojinegro. Por otro lado, no habría que dejarse engañar por la visión de un multitudinario acompañamiento, los encuentros con los grandes siempre convocaron un enjambre de espectadores, incluidos aquéllos que rara vez dicen presente. Tal vez, por ese motivo, resulte más notoria la apatía que baja de las gradas. ¿Otro mérito de esta comisión? Probablemente.

Lo cierto es que sólo las goleadas calan hondo en las tribunas las no amordazadas y se extienden por resonancia al primer mandatario y compañía. Ganando uno, perdiendo otro por la mínima diferencia todos los involucrados aprovechan para estirar el estado anestésico que se arrastra del campeonato anterior, llenando de excusas las crónicas cotidianas. Por lo visto, la propuesta pasa por consolarse con el profundo análisis del parodismo vernáculo rastrero que repitió los argumento esgrimidos por el director de la comparsa. "Era un empate cantado", "el gol fue de otro partido", "se mejoró en algunos aspectos" y demás trivialidades por el estilo. Algunos dicen que hay plan b; la realidad marca que, aunque así fuese, el primer semestre ya huele a nuevo fracaso.


APOSTILLAS

Trastada de nivel. Más allá de la autopista se expandió como reguero de pólvora el trascendido de que el mejor presidente del país se haría el sota respecto del fangote a pagar por los sesenta y cinco minutos más caros de la historia colonista. Quienes se jactan de la opinión que genera entre sus pares deberán ir agregando a "botonazo" y "panqueque", "ratero".

Las cartas sobre la mesa. El goleador histórico dejó al descubierto las fracturas en el seno del plantel. "No tanto firulete", le espetó al mediocampo en general y al diez en particular. Algo así como pedir a gritos más centros a su humanidad, estrategia que venía dándole resultado sin mayores inconvenientes. Al parecer, la tropa se le está amotinando. ¡Qué atropello a la razón!

Otro que tira y pegue. Más evidencias de que algo no anda bien. El ex valuarte de la defensa se hizo echar alevosamente a los cuarenta y dos minutos de la etapa final. ¿El segundo capitán también está en rebelde? Menudo problema deberá afrontar el técnico para armar la ya tambaleante línea de fondo. ¿La roja directa marcará el estado de ánimo de la muchachada?

Una colecta a la derecha. El hemisferio pensante de la dupla que anima los mediodías asoleados, se escuda, para opinar con propiedad, en que no pudo ver "el mejor partido del torneo" de la escuadra sangre y luto, disputado en la última presentación de visitante. Dicen que la tecnología no es su fuerte, pero ¿y con las antiguas videocaseteras, tampoco la va?

viernes, marzo 25, 2011

Diferentes, pero no tanto

Ante la llegada de un grande inmerso en una realidad complicada, el sabalé no la tiene tan fácil como se esperaba. Más allá del último triunfo, que calmó las aguas turbulentas que casi tapan al cuerpo técnico, los inconvenientes siguen acechando a las expectativas resurgidas. En lo que va del torneo, la defensa ha demostrado ser el punto más débil de este modelo veinte once; y el domingo, deberá exhibir lo que hasta ahora no pudo con un debutante falto de fútbol. Menudo problema. Si la actuación de la desconocida cara resulta deficiente, no sólo se verá una nueva hecatombe de local, también quedará en evidencia otro fracaso en cuestión de incorporaciones.

Por el medio también deambulan los interrogantes. A falta del enganche titular, el suplente representa una duda permanente. En su balance personal, la columna del debe resalta en color rojo, aunque el técnico no tenga demasiado que reprocharle debido a sus últimas actuaciones en este ciclo. Como oportunidad, no está para desperdiciar; sólo hace falta una buena dosis de conciencia. Por otro lado, el entrenador presiona para que la dirigencia haga el gasto, se ponga con el fangote, y así contar con el dueño del puesto. Sabe que si amanece encendido, puede enloquecer al rival y ser factor desequilibrante en el resultado. Una carta demasiado valiosa.

Así las cosas, desde las mañanas obsecuentes de la emisora asoleada, el chupalerche primero intentó sacarle provecho a la situación. Fogonear con la alternativa del pibe que nunca despega, resaltando cualidades varias, como si de una joya en bruto se tratase, no estuvo mal considerando la nula proyección de elementos de inferiores con vistas a sanear los números del semestre. Pero poner al joven sustituto casi a la misma altura del vistoso diez, cuando hace apenas unas semanas pedía a gritos que se compre el porcentaje restante del pase del lagunero volante por considerarlo imprescindible en la formación y un buen negocio a futuro, sonó a imposición dirigencial. O flagrante contradicción.

lunes, marzo 21, 2011

Redención provisoria

Una rápida y fría mirada podría reducir el análisis a un puñado de preguntas y respuestas. ¿Tan mal jugaba Colón que el partido del sábado fue considerado por el parodismo vernáculo como el mejor del torneo? ¿Tan bajos eran los rendimientos individuales que lo demostrado en la sexta fecha fue aprobado con altas calificaciones? ¿Tan perdido estaba el entrenador que su cuestionada muñeca recibió halagos al término del encuentro? Lo cierto es que, por ahora, el lienzo bajo el cual se excuda la cabeza del ciclo continúa sirviendo de paraavalanchas. Los números son sus aliados en la guerra que entabló contra la exigencia de la afición. El triunfo, como la música, calmó a las fieras; habrá que ver hasta cuándo resiste su endeble espalda.

En la semana, los obsecuentes pagos se encargaron de marcar con balizas fluorescentes el camino señalado por la dirigencia. "Los hombres de bien renuncian", sentenció el chupalerche primero en su rastrero espacio de las mañanas asoleadas. Un mensaje claro y contundente. El primer mandatario no estaba -ni está- dispuesto a poner un mísero billete para sacarse de encima a un cuerpo técnico con el que no tiene afinidad. "Jamás voy a dar un paso al costado", respondió desde su rincón el director de la comparsa. Si la cosa se endereza, esta etapa, vacía de proyectos, seguirá su curso pero siempre pendiendo de un hilo, en un clima poco apto para pensar en grande. Al parecer, la mediocridad fijó domicilio estable en el barrio Centenario.

De la mano de la victoria, la semana transcurrirá sin mayores sobresaltos. Sólo las ausencias obligadas alterarán el ritmo de lo preestablecido. Los cuestionamientos se aplacarán, las críticas dormirán la siesta, los tiros por elevación irán a parar a la tribuna; con seguridad, un tibio pedido de ajuste de tornillos repicará en las conformistas voces que orbitan alrededor del circo. Con eso suficiente, hasta el próximo test. ¿Difícil o simplemente un trámite? La discusión pondrá sobre el tapete un nuevo desafío para todos los involucrados. Con un resultado positivo, jugando mal, habrá vida en tierra yerma. Con un resultado negativo, jugando mal, habrá cisma cantado. Aunque parezca insólito, la victoria impuso condiciones.


APOSTILLAS

Asistencia perfecta. La comisión en pleno dijo presente. Hacía falta la tropa completa por si una derrota definía el destino del conductor y se imponía la apretada. Por ahora se quedaron con las ganas, pero evaluando seriamente la estrategia a seguir en caso de un par de traspiés consecutivos. Antes que pagar una indemnización millonaria, prefieren aumentar las monedas que llenan algunos sobres. Aguante el vil metal.

Dos de cal. Unas de las cuestionadas incorporaciones apareció entre los suplentes. ¿Realidad o puesta en escena? Otro detalle, según pudo saberse hace unos días, la incorporación considerada como una "apuesta" todavía no está habilitada. ¿Quién se hace cargo de los fiambres? Dicen las malas lenguas que el capitán del barco niega su responsabilidad en cuanto a los polizones. Mientras tanto, la lista va en franco crecimiento.

Estrella estrellada. Abrió la tranquera al triunfo y consideró que debía ser el primero en ducharse. Su aporte hasta el momento dispara un par de interrogantes. ¿Tendrá ganas de ser parte del once sabalero? ¿O preferirá calentar banco a cambio del jugoso cheque de los veinticinco? Por lo visto, las ambiciones se fueron todas juntas por otra rama de la familia. El requecho lo padece la afición, añorando lo que pudo haber sido.

Doble personalidad. El guardameta anda un tanto sacadito. De la mano de su bajo rendimiento apareció un lado oscuro antes impensado. No son pocos los colonistas que interpretan ser los destinatarios de sus insultos en la cancha. Tal vez, si descarga bronca con las gradas que cuestionaron sus pobres actuaciones, vuelve al nivel que mereció todos los aplausos. A esta altura ya debería saber que intocable hay uno solo.

martes, marzo 15, 2011

El imperio de los sentidos

Todos buscan un culpable. La culpa es de los jugadores. ¿Y quién elige a los jugadores? La culpa es del técnico. ¿Y quién elige al técnico? La culpa es de los dirigentes. ¿Y quién elige a los dirigentes? La raíz de todos los males es fácilmente identificable. Antes y ahora. Si bien los reclamos y las broncas pertenecen al terreno de la lógica, algunos deberían intentar el ejercicio del mea culpa, aunque más no sea de cara al futuro. ¿Existe alguna forma de revertir la circunstancia? Como está planteada la realidad, no parece haber lugar para el milagro. ¿La solución pasa por cambiar la cabeza? Otro nombre sólo tendría asegurado el veranito de lo nuevo. La historia reciente cuenta que la mediocridad es un imán ineludible.

Parafraseando al ex, hay situaciones que se están dando por “decantación”. Tarde o temprano los apócrifos principios enarbolados por la falsa pertenencia iban a caer por su propio peso. Contratos largos a veteranos que hace rato cumplieron su ciclo. Pibes inmaduros tirados a la cancha para dar testimonio de una revolución inexistente. Decenas de incorporaciones improductivas. ¿A cuánto asciende el capital futbolístico del club? Una renovación a fondo resulta imperiosa. ¿Con qué sustento económico podría llevarse a cabo? Si nadie se perfila para ponerse el traje de salvador del semestre, el futuro puede avizorarse oscuro. La mentira se desgaja ante los perplejos ojos de la afición y los pedazos arrastran jirones de esperanza.

La comisión está preocupada porque se sabe sin salida. Una obra faraónica, un evento internacional, no alimentan el ánimo de la gente si el fútbol profesional avergüenza. Y está visto que tampoco sirven de escudo frente a los alaridos reprobatorios de cada fin de semana. Hoy, como en sus turbulentos comienzos, la plana mayor se aferra al “todo pasa” que le asegura la calma después de cualquier tormenta. Sólo es cuestión de pasar el mal trago atornillada a sus puestos. Después de todo, hace apenas tres meses que arrasó en las elecciones, gracias a la masa encandilada por una cortina de pirotecnia evanescente y a una multitud poco comprometida que sólo vocifera cuando los resultados brillan por su ausencia.


APOSTILLAS

In fraganti. La transmisión kaka dejó al descubierto otra mentira dirigencial. Según dieron a conocer los parodistas del fútbol para pocos, el último juvenil elevado a la categoría de crack, debutante absoluto en primera, fue “descubierto” por el progenitor de un ex delantero que huyó en términos poco agradables de la cordial. ¡No contaban con su astucia!

De amianto. El entrenador no quiso dar la cara y el goleador histórico tomó su lugar. Enfrentó a los micrófonos con la mejor cara de “hablo yo porque soy el único que se salva”, escudado en la hipócrita bandera del “todos somos culpables”. El “no lo entendemos o no lo queremos entender” sonó como un lapidario “queremos que se vaya”. Mensaje encriptado.

Astrología pura. Enfrascado en uno de sus tantos precisos y concienzudos análisis, el maestro dio su diagnóstico acerca de la experiencia europea de los dos baluartes que hicieron posible el crecimiento de la institución. “No tuvieron suerte”, dijo, cual erudito en la materia que guía los destinos de las personas. Ojalá los próximos consulten un oráculo antes de partir.

Acólito fiel. El encargado de contenidos de la web oficial cumple con esmero la liturgia impuesta por los mandos naturales. La portada de la página ofrece un simpático popurrí de informes acerca del fútbol neonato-infanto-juvenil, obras, convenios y demás anecdotario que hace a la rica vida de la entidad. No se le puede enrostrar falta de coherencia. De fútbol profesional ni mú.

sábado, marzo 12, 2011

martes, marzo 08, 2011

Hasta que el corazón aguante

Después de una semana convulsionada, la afición quedó perpleja. Todavía no entiende si el partido lo ganó Colón o el club social y deportivo goleador histórico interminable. Por otro lado, despejó dudas. Aún con seis soldados protegiendo la retaguardia, en defensa, el sabalé, es un colador; sólo que esta vez el rival estuvo tibio en los metros finales al padecer la falta de inspiración del mejor nueve del país (excelentísimo señor presidente dixit), tal y como ocurría en épocas no tan lejanas, cuando le tocó vestir la sangre y luto por estos pagos. En lo que a creación se refiere, recuperó un poco de volumen futbolístico de parte del diez que juega cuando quiere y, casi caída del cielo, recibió una manita de parte de los hombres de negro.

Para analizar ¿cuántos escenarios podrán plantearse de la misma manera? Ninguno. Para tener en cuenta, como al final del torneo pasado, al técnico lo salvo un pibe descartado -ninguneado la fecha anterior-, abriendo el camino hacia la victoria y mostrándole al veterano delantero que desde afuera del área también se pueden hacer goles. Y no mucho más. Los mismos problemas. Chispazos individuales. Una pizca de actitud. Si el entrenador mantiene la disposición táctica será una especie de borrón y cuenta nueva, por lo que habrá que esperar a que el engranaje se aceite para saber si funciona o no. Por lo pronto, ganó tiempo para encarar los próximos compromisos, aunque una derrota contundente volvería a encender el hervidero.

Así las cosas, el triunfo baja el grado de agitación y le permite a la muchachada responder, en cierta medida, a las críticas que arrasaron con su impertinente tranquilidad. ¿Hijos del rigor? Tal vez. Mientras no sea una reacción pasajera; mientras no hayan exhibido algo de amor propio -a falta de identidad-, con la sola intención de acallar las críticas y los rumores de relajación colectiva, todo bien. La próxima parada será un buen examen para comprobar si los cambios que elucubró el técnico no fueron un manotazo de ahogado, y si la actuación de los protagonistas no fue pan para hoy y hambre para mañana. Al fin y al cabo, los involucrados deberían tener en cuenta que el deseo de un veinte eterno, no da para hacerse los rulos.


APOSTILLAS

No vale arrepentirse. Las últimas declaraciones del dt dejaron muy mal parada a la dirigencia. Que no hubo bajada de línea, que las incorporaciones llegaron por descarte debido a la falta de billetes, que los pibes de inferiores no están para primera, que hay que nivelar hacia abajo, etc., etc., etc. Sería bueno recordar que se los recomendó un hijo dilecto de la casa.

Sin aliento. Un bus repleto de caracterizados hinchas fue demorado por la policía. El impresentable vice hizo su descargo entre íntimos. "Yo no tengo nada que ver con la agencia de turismo que los trasladó, ni con la armería que los pertrechó, ni con el dealer que los surtió". Por lo bajo, una voz anónima preguntó: "¿Y qué hacemos con los testigos?".

Pum para abajo. Las huestes del maestro, sin el maestro, se llevaron la transmisión a diciembre. A la ya reconocida y laberíntica jerigonza del relator se le sumó el compendio de lugares comunes que desplegó el perpetuo preguntón de vestuario, esta vez en el traje de comentarista. Algunos deberían largar un poco la pelotita y agarrar los libros que no muerden.

Cuestión de piel. No hay química entre los chupalerches primero y segundo y el entrenador. A la desapasionada defensa del ciclo habría que sumarle la exclusiva que aún brilla por su ausencia. ¿O será que el avispado conductor de la murga ya se dio cuenta que el defensor número uno de la causa habla -y escribe- por cuenta y orden del primer mandatario?

miércoles, marzo 02, 2011

Mano dura

La bazofia que escribió el chupalerche primero en el pasquinejo vernáculo acerca del "polvorín de las ocho horas" es un claro ejemplo de lo que la dirigencia piensa de los socios y la afición en general. Un texto de preescolar para criaturas de preescolar. La subestimación de unos hacia otros es tal, que la transmisión del mensaje no requiere, ni siquiera, de un mediocre vehículo comunicador. Con la perorata obvia, absolutamente superficial, sin el más mínimo valor en cuanto a riqueza informativa, le basta y sobra a quienes consideran que con una puesta en escena de pacotilla pueden bajar la temperatura en medio de una atmósfera caldeada.

De todas maneras alcanza para marcarle la cancha al entrenador. Dos partidos para revertir el rumbo y sino... chau chau adiós. Eso sí, nada de despidos; el agradecimiento por los servicios prestados se corporiza en el gesto de saltear el telegrama y dejar sentado que quienes deciden abandonar el barco lo hacen por determinación propia. Una hipocresía. Tal vez esta pantomima le ayude al entrenador con vistas al futuro. Succionar los calcetines de los empleadores no sirve, ya que en las malas, para salvar el pellejo, siempre entregan en bandeja, y sin remordimientos, la cabeza de quien se esmeró en construirles públicamente un pedestal.

En cuanto a la muchachada, la cosa no es tan sencilla. La banda que digita los destinos del plantel podrá apoyar -si tiene ganas y si no acuerda serrucharle el piso al técnico por cuestiones varias-, pero el físico ya no le da. Si a eso se suma la falta de idea futbolística, los troncos a quienes ni la voluntad les alcanza y los pibes que no saben manejar la ansiedad por una rápida consolidación y la consecuente partida en busca de mejores horizontes, puede vislumbrarse un trance inmanejable. La solución no pasa por armar un circo mediático y difundirlo a través de personajes funcionales a la causa. El tema es más profundo, pero sin solución durante los próximos cuatro años.