jueves, junio 26, 2008

El final de la impostura


A pocas horas del inicio de la veda electoral, quien hace dos años encumbró a la falsa pertenencia, hoy la sepultó. El innombrable habló desde el sitial donde lo posicionó la historia sabalera y con dedo inquisidor calificó a la actual conducción de mentirosa, mediocre y despilfarradora. "Estoy seguro de a quién no votaría", dijo lapidario y se despachó a gusto contra la prole oficialista, decidido a echar por tierra las paparruchadas que GL y cía. han levantado como bandera en pos de su reelección. El camino lo había iniciado hace unos días JA, amigo personal del ex pope, al exigir públicamente explicaciones respecto de los "escandalosos" números del inconcluso predio.

Así las cosas, podría decirse que el destino del "biondo gnocchi" está sellado. Si algún despistado tenía intención de volver a depositar su confianza en él, la palabra del máximo prócer colonista –tan valorada por los socios que padecen fiaca mental–, pulverizó las ilusiones de la continuidad. Los merecimientos no son casuales. Hay pruebas suficientes del fracaso de esta gestión y de las patrañas que intentaron, por todos los medios habidos y por haber, venderle al socio para inclinar la balanza a su favor, inclusive con matones profesionales tratando de amedrentar a quienes alzaron la voz en contra del embuste generalizado. Las urnas deberán dar testimonio.

Pues bien, de los dos candidatos y medio que quedan saldrá el próximo presidente de Colón. No hay misterios. Las propuestas fueron dadas a conocer, los nombres son conocidos, las trayectorias son públicas. Sería saludable que el domingo los votantes demuestren su compromiso con la institución y que elijan a conciencia quien será el encargado de administrar los próximos dos años de la centenaria entidad, dejando de lado la habladuría barata, priorizando los proyectos. Es bueno recuperar la esperanza en el futuro, renovar las expectativas y pensar que la institución tiene una nueva oportunidad de encaminarse hacia la cúspide. "Hay que volver a las fuentes", se escuchó en estos días. Un apotegma que debería marcar el rumbo del cambio.