jueves, junio 05, 2008

Sube, sube, la espumita


No hablaba de política. Ayer rompió el silencio. En pocos minutos pareció desahogarse. Y no es para menos. Se acerca la definición. El próximo lunes debe tener conformada la lista, que según sus propias palabras puede armarse en cinco horas. Sonó a más de lo mismo. En ningún momento habló de proyectos. Sólo se dedicó a los anuncios. Micros gratis, compra de un gimnasio para el predio, adquisición de una propiedad lindera al complejo deportivo –que haría las veces de concentración para el plantel profesional–, y una propuesta de pago a los acreedores del concurso. Golpes de efecto.

Está solo. "Todavía no tengo claro qué voy a hacer", dijo. Tiene las manos vacías. "Arreglamos la situación económica del club, mejoramos la calidad institucional, mejoramos la relación con los socios", sostuvo. No puede fundamentar sus argumentos. "Yo gobierno hasta el último día", señaló. Es la despedida. "Colón no está mal (…) En la actualidad se tiene un modelo de administración (…) En estos dos años me he dedicado a plantear con vehemencia y convicción lo que significa Colón", afirmó. No le alcanza. También se quejó de las críticas. En ningún momento reconoció errores.

Es, indudablemente, el último tramo de esta gestión. De cara a lo inmediato, quedan algunos interrogantes por dilucidar. ¿Cómo se llamará la agrupación que impulse su reelección? ¿Insistirá con la falsa "pertenencia"? ¿Quiénes lo acompañarán? ¿Habrá presentación pública? Si bien apuesta todas sus fichas a la memoria selectiva de la masa societaria ¿será suficiente la catarata de buenas nuevas? Si los resultados siguen jugándole una mala pasada ¿se presentará? Por lo pronto puede intuirse una contraofensiva mediática. A prepararse, porque se viene la saturación oficial.