martes, mayo 31, 2011

Los índices no mienten

Es una moda nacional; pero, construir un relato de la realidad totalmente opuesto a lo que los hechos muestran, tiene sus contraindicaciones, sobre todo en el fútbol, donde la pasión domina el territorio de la ideología. Vender grandezas intangibles debería ser considerado una estafa. Lamentablemente, así como hay traficantes de ilusiones, especialistas en comercializar artificios, siempre hay desprevenidos dispuestos a comprar ficciones sin dudas ni reparos. Está claro que la afición no exigiría nada si no hiciera diez -¡diez!- torneos que le están asegurando la envidia de los grandes y glorias que nunca llegan. "La paciencia tiene un límite", dice el acervo popular que no sabe de la mansedumbre sabalera.

Es cierto lo que afirmó hace unos días el técnico. El torneo no terminó, todavía hay importantes puntos en juego y nadie debería considerarse de vacaciones. Especialmente cuando en la tabla de promedios los ciento cincuenta y ocho porotos están estáticos, mudos, mientras otros equipos, con el correr de los partidos, acrecientan la cosecha y superan la línea rojinegra. El díficil momento que esta viviendo el entrenador de la casa, mientras los cráneos de la institución siguen abocados a otros menesteres, llama a la reflexión. El acompañamiento del parodismo obsecuente -al que le está costando una enormidad defender lo indefendible- no es suficiente. El eterno «ito» está solo. Se metió en el baile y ahora nadie quiere ser su partenaire.

El síndrome de la omnipotencia, en este caso, es clave. Desde el excelentísmo señor presidente -avalado «por afano» en las urnas-, hasta el último pibe que calienta el banco de suplentes, pasando por todo el arco de involucrados, sufren de un ataque de vanidad excesiva, cada uno por diferentes motivos, que podría condenarlos al fuego del infierno por toda la eternidad. Unos a instancias de otros, quizás los menos pecadores. El olor nauseabundo no perdona, se impregna en la piel de todos, sin discriminar responsabilidades. Y el resultado es nefasto. A la falsa pertenencia sólo le falta un ente indicador de la adhesión que en este momento acapara el "proyecto". Dibujar una falacia más, emulando al modelo, no resultaría extraño.


APOSTILLAS

Bajo consumo. Mientras el equipo no deja de derrapar, el primer mandatario anda enloquecido con los últimos detalles del torneo continental. Todavía está en veremos el cambio de luminarias, porque el grueso de los artefactos está retenido en aduana. A pocos días de la rereinauguración, prevista para mayo y pospuesta para junio, todavía no se sabe qué pasará con el fulgor del estadio.

Marche preso. El impresentable vice levantó las banderas de la continuidad y no descansa en la porfía. "El técnico está firme y no importan los resultados", vocifera ante quien quiera oír. Según sostiene, no hay plan b. Con esta decisión la dirigencia se juega la cabeza. Puede que el receso calme las aguas, pero la fiestita está llegando a su fin. ¿La afición se bancará otro fracaso?

Perdón divino. Al término del encuentro, el entrenador pidió disculpas. Nadie está exento del verso estándar, en el que el conductor ya bracea como un veterano en la materia, en este caso, con un toque de sentimentalismo acorde. Si no consigue resultados, ni la ratificación presidencial, ni la manija del parodismo prostituto, ni la compasión de las gradas, van a sostenerlo en el cargo.

Dieta balanceada. Una vez acallados los silbidos que acompañaron la salida de los derrotados, el guardameta coincidió con recientes apreciaciones del ex endiosado. "No hay hambre", dijo públicamente, en referencia a la falta de compromiso con el objetivo. Si en las próximas horas, no desmiente, o aclara que no quiso decir lo que dijo, se ganará un tirón de orejas del referente histórico.

lunes, mayo 23, 2011

Boleta única

A cuatro fechas del final, una realidad incontrastable se apodera de las ilusiones de la afición y las hace trizas. Equipo de mitad de tabla; relleno, en una categoría donde siempre son otros los que se destacan. Algunas razones empujan la bronca generalizada. Una de ellas, el insoportable discurso que hace diez -¡diez!- torneos cortos se va en promesas vacías de contenido. Otra, la falta de convicción para usufructuar una coyuntura que algunos, en igualdad de condiciones, supieron ver y aprovechar. Mientras tanto, la pasividad le abre la puerta a las elucubraciones con vistas al próximo semestre. Una buena de forma de saltar, sin escalas en la reflexión, hacia el futuro. La memoria no es necesaria cuando el fútbol representa un jugoso negocio para unos pocos y un entretenimiento de bajo costo para muchos.

Como este torneo ya es cosa juzgada, y a nadie se le ocurriría pedir las explicaciones del caso, el tiempo de la dirigencia está a punto de largada bajo la atenta mirada de los desesperados por lo que vendrá. Hace falta una limpieza profunda, formar un plantel competitivo y salir en busca de un entrenador serio y con aspiraciones. Los antecedentes no auguran un cambio de dirección en quienes deben tomar decisiones y definir ambiciones. De todos modos, en el inicio, descuentan que contarán con las expectativas renovadas de la masa que apoya sin cuestionamientos de ninguna especie, tal y como se ha dado hasta el día de la fecha, a pesar de los sucesivos fracasos. Los replanteos, las autocríticas, seguirán siendo parte de una humildad inexistente; peligroso cuando lo que está en juego es la identidad de una institución centenaria.

Para el análisis quedan las palabras del entrenador una vez sentenciada la derrota. "Soy consciente de que estos cuatro partidos son importantes", señaló respecto de la continuidad. Sus propias limitaciones le están marcando un plazo. Y sin querer, sus dichos exponen la ineptitud del primer mandatario en cuanto a determinaciones futbolísticas. Vale recordar que hace pocos días, según publicó el pasquinejo vernáculo, en medio de una convocatoria patrocinada por el técnico, le pidió que comenzara a delinear la pretemporada venidera. Como si esto fuera poco, y prácticamente al unísono, el parodismo obsecuente, lanzó como primicia que el promovido ya tendría agendadas sus primeras incorporaciones. En el universo dominado por la de cuero, los papelones, así como resultan moneda corriente, pasan al olvido a velocidad luz.


APOSTILLAS

Haciendo cumbre. La figura del excelentísimo señor presidente está siendo reconocida a nivel nacional. En la edición digital de un medio porteño, de perfil independiente, apareció en tapa sindicado como uno de los "bufones del rey". Respecto de su rastrera postura "síjulista", un par opinó que "está convencido de que si sigue así, Colón va a salir campeón". ¡Está al caer la decantación!

Epidemia de estación. En medio de los micrófonos post partido, el conductor del equipo se dedicó a relatar las incidencias del juego cual comentarista de campo con problemas de visión. "Debió haber sido empate", sentenció, tratando de ponerle un manto de piedad al bochorno. Si el análisis sincero no pasa por la toma de conciencia de la realidad, difícil será encontrar la salida. ¡Va de nuevo!

Trozo de pan. Uno de los más criticados fue el juvenil seleccionado que aún hoy sueña con el rival que le tocó marcar. Sería bueno saber qué responsabilidad les cabe, en lo que a formación se refiere, a los entrenadores que lo tienen bajo su ala. Porque la historia no termina cuando a un purrete se lo tira en primera. Sin perfeccionamiento no hay desarrollo. ¿Ser o no ser? Esa es la cuestión.

Salvavidas de plomo. El chupalerche primero está jugado al mango. Al parecer, la consigna es bancar la continuidad, a costa de lo que sea. Antes que su sobre mengüe, que el recorte pase por otro lado. "Aunque pierda los cuatro partidos que quedan, por lo menos se merece la oportunidad de armar un equipo", sentenció, en apoyo del técnico, con vistas a la próxima temporada. ¿No será mucho?

sábado, mayo 21, 2011

Se viene la noche

El fútbol argentino es el fiel reflejo de la sociedad que lo cobija. Y el "todo pasa", como nunca antes, el slogan que guía sus destinos. Arbitros corruptos, dirigentes en rebeldía ocasional, corporativismo interesado, premios y castigos, silencios cómplices, cinismo en cantidades siderales y un negocio multimillonario sin control. El aroma nauseabundo que emana de la entidad madre ya se siente en todos los rincones, aunque el don minimice por un lado e intente tapar por otro. El poder construido a lo largo de más de treinta años está en el ocaso, lo grave es que el maestro, como buen docente, ha sabido sembrar la semilla con constancia y aplicación. Cualquiera de sus discípulos está capacitado para continuar en la misma línea y hasta profundizarla.

El entramado que supo tejer a lo largo de las décadas, le permite disfrutar hoy de un apoyo descomunal de parte de los involucrados. No hace falta aclaración alguna. El salvataje, en la medida que sea, implica respaldo incondicional sin necesidad de acuerdos previos. Códigos mafiosos. Los dirigentes hace rato dejaron de ser hombres que ofrendan tiempo y dinero a cambio de nada. En la actualidad, la actividad es, veladamente, rentada. La dedicación, de por sí, cotiza en alza. Quien acepte formar parte del círculo virtuoso tiene, en mayor o menor medida, y según las circunstancias, su compensación. "Los dirigentes son mártires", suele decir quien supo estar bien con dios y con el diablo en la carrera por permanecer. En consecuencia, actúa; y a cambio de lealtad, reparte favores.

El caso vernáculo, mal que le pese a muchos, es conocido a nivel nacional. Nadie ignora que la inversión en el "estadio más lindo del país" no salió de las arcas sabaleras. La obsecuencia es «sine qua non». Una minúscula muestra comparada con lo que puede suceder en el futuro. "Es como mi padre", deslizó el excelentísimo señor presidente hace unos días, en un medio adicto. Calzarse el mote de heredero no entraña una actitud inocua. Es su aspiración. Y dentro del cambalache, todo es posible. Mientras la afición en general asiste perpleja al desarrollo de los acontecimientos que por estas horas dominan la escena pública, una certeza comienza a dar vueltas por el ambiente del espectáculo más redituable del planeta. El «roba pero hace», sin excepciones, está dando frutos.

lunes, mayo 16, 2011

Morosos incobrables

Las deudas futbolísticas, tarde o temprano, se pagan, por esa sencilla razón que los propios protagonistas esgrimen cuando un resultado les es adverso. La cuestión de la revancha cada fin de semana posibilita las amortizaciones, la clave está en mantener la regularidad. Ahí es donde se establecen las diferencias entre los equipos que pelean por algo y los que navegan en la intrascendencia. Para propiciar el reencuentro con el triunfo en condición de local, y de paso achicar el pasivo, nada mejor que un rival en descenso directo. La debilidad del oponente no admitía excusas. Así lo entendió el entrenador, quien aprovechó la oportunidad para poner en marcha el "replanteo táctico y de nombres" con que intentó hacerle frente a las críticas luego de la última y estrepitosa derrota.

La afición demandaba a gritos un cambio. Nada del otro mundo. Un medio campo comprometido en la ofensiva y más compañía para el goleador histórico. Basta de estrellas somnolientas y mayor presencia de la casa. Un par de retoques fueron suficientes para arrollar a un adversario que no ofreció resistencia. Con el resultado asegurado, y un panorama desolador enfrente, la pista se abrió para la entrada de un piberío ansioso por saborear las mieles del éxito, aunque en este caso servido en bandeja. Buena medida si la verdadera intención es ir mostrándole el camino; si la idea pasa por otro lado, si sólo se trata de una puesta en escena, el futuro caerá con el mismo peso que en anteriores ocasiones, dejando al descubierto otra manipulación fríamente calculada.

Como en una historia de suspenso, el próximo desafío entrañará una serie de interrogantes con aroma a entramado enigmático. De visitante, se impone una vuelta al medio de marca, lo que implicaría un sacrificio en la delantera. Aunque, visto y considerando los antecedentes respecto del próximo contrincante, al veterano veinte no le importaría arreglárselas en soledad. Otra alternativa sería conservar al dúo filoso en detrimento del purrete que asoma con interesantes condiciones. Sea cual fuere la decisión, uno de los juveniles volvería al banco. Por un lado, se cumpliría el pedido de algunos protagonistas, hace un par de fechas, en cuanto a los diferentes sistemas según la ocasión. Por otro, volvería a cortarse la posibilidad de mostrar más de una cara fresca en cancha. ¿Revolución o "statu quo ante"?


APOSTILLAS

Techito por si llueve. Mayúsculo papelón protagonizó la dirigencia, con el excelentísimo señor presidente a la cabeza, la noche del diluvio. Mientras unos hablaban de suspensión "para preservar el campo de juego" del evento continental, el árbitro anunciaba el aplazamiento por "falta de pararrayos" y en defensa de la integridad física de jugadores y público. ¡Vaya diferencia!

Lo primero es la familia. La confianza en sí mismo lo llevó a prepararse un festejo especial. Camiseta con saludos para los seres queridos en cada gol. La confianza en el equipo lo obligó a pedirle a la parentela que se quedara en casa por seguridad. "Como no veníamos bien... por las dudas", dijo en un ataque de sinceridad frente a las cámaras de la tv impúdica. ¡Ciérrate boca!

Pegue que no duele. El hemisferio pensante de la dupla asoleada que cubrió la transmisión, le cayó como un rayo al agradecido entrenador. Con su acostumbrada enjundia, y sin medias tintas, lo trató de "chupamedias" por nombrar reiteradamente al primer mandatario en cada uno de sus contactos con la prensa. ¿Obediencia debida? ¡Naaaaaa! Vocación de tapete, nomás.

Ninguneo a la carta. La página oficial está siendo muy injusta con el hombre que aceptó ponerle el pecho a las balas. ¿Qué pasa que todavía no figura el entrenador y su ayudante de campo entre los miembros del cuerpo técnico del plantel profesional? Un par de fotos para la posteridad no va a alterar el presupuesto institucional. ¿O será que el encargado de contenidos no les tiene fe?

viernes, mayo 13, 2011

Fantasmas en la azotea

La decisión tomada parece encubrir un oscuro trasfondo. En la instancia definitoria, no sólo habría pesado la certeza de que un hombre de la casa obraría como escudo ante el insulto generalizado en caso de hecatombe total. El excelentísimo señor presidente no sabrá nada de fútbol pero en cuestión de matufias, está comprobado, es mandado a hacer. No cabe duda de que, antes de la unción, todos los escenarios fueron evaluados. A saber. Si le va bien, "ganamos todos". El elegido tocaría el cielo con las manos y el autor intelectual se llevaría todos los aplausos. Si alcanza la media, "zafamos". Podría seguir, como no. Según las circunstancias, cabría evaluar la continuidad; un premio que, de paso, escondería los problemas económicos. ¿Y si le va mal?

No hace falta portar un coeficiente intelectual demasiado elevado para darse cuenta de que la revolución de inferiores es una mentira más de la falsa pertenencia. Tal vez la peor, porque descaradamente juega con las esperanzas y ambiciones de un montón de purretes criados bajo el ala de la institución. Si el eterno "ito" no da pié con bola, estaría facilitando su propia despedida, no sólo de la conducción del plantel profesional, sino de la entidad. Un buen blanco para endilgarle el fracaso de los pibes en el paso previo a primera. En los pasillos rojinegros, se murmura que el ahora promovido nunca fue del agrado del director ejecutivo del fútbol neonato-infanto-juvenil, quien vería con mejores ojos a alguien afin a sus manejos, en la división reserva.

Otro frente de tormenta quedó abierto en las últimas horas. Un papelón de proporciones inauditas. Por "decisión" del primer mandatario, hace apenas unas horas, se conoció el despido de un kinesiólogo con una antigüedad importante en el club. Increíblemente, ayer, el parodismo vernáculo informó que fue reincorporado y ascendido. Dicen los que saben que la marcha atrás de la medida se produjo luego de una reunión, llevada a cabo frente a los ojos de media cordial, entre el goleador histórico, la cabeza del cuerpo médico y el cesanteado. ¿Causa común con el amigo? ¿Temor ante la probable aparición de un arrepentido? ¿Muestra de poder del veterano veinte? De todo un poco. Queda claro que el futuro manager ya está haciendo una pasantía rentada.

domingo, mayo 08, 2011

Como hojas en otoño

El día después, la afición aún no consigue determinar qué le dolió más; si el clásico "ole" que el público local le dedicó al once sabalero en medio de una actuación deplorable o la tomada de pelo que, con motivo de un nuevo aniversario fundacional, le propinó el excelentísimo señor presidente al comparar realidades con una entidad porteña posicionada entre la elite del fútbol argentino por méritos institucionales, sociales y deportivos. La primer vapuleada de visitante en lo que va del presente torneo dejó a todos perplejos, no tanto por el resultado -la derrota figuraba en los planes hasta del más optimista- sino por la forma en que se dio la goleada. Con un equipo abatido, sin respuesta anímica y sin idea de juego, en clara pendiente futbolística.

Con un empate, un triunfo y dos derrotas consecutivas, la proyección del entrenador comienza a diluirse junto con su discurso de la mística y la pertenencia. Ni siquiera fue capaz de sostener el envión que provocó en la muchachada el cambio. A esta altura, cuando debería verse la mano del técnico, lo único apreciable es un vacío en la conducción. Y en el caso de que la batuta ya esté en manos de la logia veterana, pues tampoco resultó efectiva la estrategia puesta de manifiesto en campo por la sustitución encubierta del mando. Los males son conocidos -dirigencia inepta, entrenadores inadecuados, plantel mal armado, masa societaria desinteresada, barra comprada-; de semejante conjunción, negativa por donde se la mire, nada bueno puede esperarse.

En el marco de campeonatos devaluados, pero apasionantes, con los grandes flotando en el limbo de la mediocridad, el sabalé no ha sabido aprovechar la coyuntura. Este plantel, que se conoce demasiado, no es, como repite el primer mandatario "uno de los mejores del país", pero tampoco es el peor. Evidentemente no ha encontrado un cráneo idóneo que sepa individualizar sus potencialidades y amalgamarlas en un estilo que lo represente en todo momento y lugar. Por decisión dirigencial, el negro sigue en estado vegetativo, a la espera de un iluminado que se digne a tomar las riendas de este descalabro con la suficiente personalidad como para hacer borrón y cuenta nueva. Difícil que apareza si la prioridad siguen siendo los negociados.


APOSTILLAS

Temporada de caza. En su éter preferido, el más fiel discípulo del don no paró de elogiarse a sí mismo, como es su costumbre. Entre tanto autobombo, se filtró una sentencia elocuente. "No hay forma de que el club pueda financiar los micros de visitante", señaló, tratando de justificar la desidia dirigencial para con el acompañamiento al equipo. Para eso no, para otras cosas sí.

Cartas marcadas. Al técnico se le vino el mundo abajo. Las dos derrotas consecutivas lo obligan a tomar decisiones drásticas para encontrar una rápida salida si es que no quiere ofrendar su cabeza en bandeja de plata. "Puede haber un replanteo táctico y también de nombres", adelantó, una vez consumada la derrota. Por las dudas, antes lo va a consultar con sus jugadores. ¿Mano blanda?

Patas cortas. No hace mucho, el director ejecutivo del fútbol neonato-infanto-juvenil dijo que en inferiores había veintidós pibes "en condiciones de llegar a primera y andar muy bien". Sería bueno que urgentemente le pase la lista al entrenador para que el eterno «ito» pueda encarar el "replanteo" anunciado. Los simpatizantes están ansiosos por comprobar su invalorable trabajo.

Aserrín, aserrán. El discriminador, que no habla con el parodismo vernáculo, se despachó con los medios porteños. "Debe haber un recambio si queremos pelear algo", dijo, haciendo foco en la paja del ojo ajeno. Su posición en la cancha, su escasa participación en el juego, hasta su resignación ante los fallos arbitrales, parecen marcar el camino de un final anunciado. ¿Será?

jueves, mayo 05, 2011

Ataque de pánico

Los malos resultados de local han disparado, entre la afición, una serie de alocadas teorías. Desde miedo escénico hasta conjuro de bruja. Desde escasas condiciones futbolísticas hasta actuaciones adrede. Desde oscuros complots hasta falta de motivación. Desde falencias estratégicas hasta desobediencia convenida. Desde desinterés colectivo hasta cismas internos. Lo cierto es que, una vez iniciada la cuenta regresiva, la resignación vuelve a instalarse en las gradas como en torneos anteriores. Los aspectos positivos que se rescataron en el partido anterior no pudieron repetirse en vivo y en directo. Si bien las ausencias podrían considerarse como un atenuante, los simpatizantes se quedaron con las ganas de comprobar la veracidad de determinadas imágenes televisivas.

Para un diagnóstico certero vale analizar si el entrenador se equivocó en la elección de las piezas o en el ensamble de las mismas, si la táctica fue la correcta o si los protagonistas no se identificaron con la propuesta. Al decir de algunos actores, el disconformismo por el planteo quedó de manifiesto y al rojo vivo. Así expuesta la situación, al técnico no le quedan muchos caminos. A través de un par de voceros, la muchachada salió a exigir protagonismo de local y cautela de visitante. Contundente. Otro tema que quedó claro es que más vale pibe de las inferiores por conocer que figurita conocida sin alma. El fracaso en cuestión de incorporaciones sigue a la vanguardia en la lista de desaguisados dirigenciales, no obstante está comprobado que con dineros ajenos el error es un detalle nimio.

Si en el próximo partido de visitante, el sabalé se reencuentra con el triunfo, habrá que pensar seriamente en algunas alternativas que le ayuden a sobrellevar la penosa circunstancia de jugar en su propia casa. O al revés. Ya que las potencialidades se despiertan lejos del terruño, los privilegiados podrían destinar una parte de sus suculentos sueldos -a unos cuantos debería darles vergüenza pasar por ventanilla- a rentar micros que acerquen a los resignados simpatizantes a disfrutar de una victoria aunque más no sea en tribuna ajena. Por el lado del conductor, deberá repensar los pasos a seguir si aspira a sobrevivir hasta fin de semestre. Está visto que la sanata de la pertenencia no cala tan hondo como pretende. O madura de golpe o vuelve a los orígenes.


APOSTILLAS

Tour de compras. Mientras el excelentísimo señor presidente anda pavonéandose por tierras extrañas en su nuevo rol de embajador de buena voluntad de la cordial, con vistas al evento continental, la parcialidad anda buscándolo para hacerle saber su opinión respecto del momento futbolístico del equipo en condición de local. ¿Se habrá traído un plasma?

Otra vez será. A pedido de la dirigencia, el entrenador concentró a la "joven apuesta" que llegó de la mano del último ex, aunque a la hora de los bifes quedó afuera del banco. Según murmuran sus compañeros de hospedaje, la incorporación no tiene categoría ni para jugar en reserva. Demostrar permeabilidad a ciertas imposiciones no le va a allanar el camino.

Así, no. Como el goleador histórico le cortó el rostro al parodismo vernáculo, el que salió a poner la trucha, y a hacer pública la calentura generalizada, fue el desdichado al que siempre le toca la peor parte. "De local tenemos que proponer nosotros", dijo el dueño de los tres caños, plantando bandera. Los mal pensados ya están pronosticando motín a bordo.

El gran deschave. El chupalerche primero no tuvo más que admitir la realidad que lo condena. "Se me quemaron los papeles", sentenció, al no encontrar argumentos para justificar los vaivenes del equipo. De tanto ponerle el hombro a la falsa pertenencia, la distorsión que lo embarga terminó empujándolo al sincericidio. Mejor que siga vendiendo entradas.

domingo, mayo 01, 2011

Matrimonio por conveniencia

Cada cual tiene su libreto. Y Colón probó con casi todos. Primero le dio una oportunidad a un entrenador sin "handicap" pero barato. Bajo la falsa bandera de la pertenencia duró menos que un estornudo. Después le abrió las puertas a un duro que intentó recuperar el tiempo perdido y poner orden. La muchachada le puso fin al ciclo con una decisión de conjunto. El siguiente transitó su camino inmerso en un mar de permanente confusión y partió dejando al "team" en zona roja. El click vino de la mano de quien se puso como ejemplo para animar a los alicaídos protagonistas. Zafó y comenzó a remar apelando a su carisma. Se hizo amigo de todos, le sacó agua a las piedras y se puso el traje de ceo de la institución. Tanto jolgorio terminó mal.

El último, sin el atributo que consagró entre los simpatizantes al anterior, intentó engrosar su escuálido curriculum haciendo del chupamedismo, hacia dirigentes y dirigidos, un ejercicio diario. Espacio para el trabajo y la búsqueda de un patrón de juego, escaseó. Por votación unánime de las gradas, y a pesar de la buena sumatoria de puntos, lo eyectaron de la cordial porque de local el equipo daba pena. Ahora le tocó el turno a un hombre de la casa, quien ya expuso sus argumentos. Hasta encontrar la identidad, va a echar mano del sentimentalismo para arrancarle a este plantel lo que, mezquinamente, tiene escondido. Y otra vez vuelve a ponerse sobre el tapete la palabra mágica que define el hecho de vestir con orgullo una camiseta.

Con algunos matices, la historia parece volver al inicio. Si bien esta etapa comenzó mejor que la primera, la máxima autoridad le fijó un límite. Hasta fin de torneo. Considerando el fixture que le espera al sabalé, y si se mantiene el envión que generó el cambio, el panorama no parece que vaya a inclinarse hacia el lado de lo dramático. Superar la mitad de tabla sería un logro que, de todas maneras, no avalaría la continuidad más allá del término impuesto. Bracear en la medianía, ídem. ¿Pelear el campeonato? Semejante situación pondría en una disyuntiva a los cráneos de la comisión. Por ahora, la "apuesta" apunta a cerrar en paz el semestre, celebrar el acontecimiento continental y tal vez, quizás, en una de esas, que del futuro se ocupe otro presidente.