lunes, marzo 03, 2008

Pendiendo de un hilo


Las cartas están echadas, sólo es cuestión de tiempo. ¿Cuánto? ¿Un par de partidos más, tal vez? Aunque el titular de la pyme haya querido cargar con toda la responsabilidad, sabido es que las culpas son compartidas. Hacedores de este presente hay más de uno y cada quién sabrá llevar sobre su conciencia la parte que le corresponde. Dirigentes, ex dirigentes, cuerpo técnico, jugadores, socios, hinchas, periodistas; todos, en mayor o menor medida, han aportado su granito de arena para que Colón se encuentre atrapado en este callejón sin salida.

Pedir la cabeza de LA resulta fácil, la pregunta del millón es ¿quién tiene la capacidad suficiente para revertir esta situación? Provoca escozor saber que tan trascendental decisión está en manos de una dirigencia inepta. Por otro lado, y considerando el material disponible ¿existirá sobre la tierra algún kamikaze que se anime a tomar semejante riesgo? Lo cierto es que seguir pagando alegremente siderales sueldos a un equipo técnico que no le encuentra la vuelta al embrollo no es coherente. Al fracaso mejor enfrentarlo y a otra cosa mariposa.

Otra cuestión a tener en cuenta. El Brigadier presentó demasiados espacios vacíos. ¿Qué pasa con la afición? La realidad quema, pero no se puede aceptar que también en las tribunas falte compromiso con la camiseta. El equipo necesita el acompañamiento de su gente; aunque al final se lleve la reprobación desde los cuatro costados, durante el partido el conjunto sabalero debe sentirse respaldado. En este caso el “que se vayan todos” no es una opción válida. Tampoco está dicha la última palabra. No está muerto quien pelea y el negro la va a pelear.


APOSTILLAS

Se armó la gorda. Otro quilombete en los palcos y nadie mejor que el matón mayor para relatar lo sucedido. Lo que no cierra es que, según su versión, el agresor atacó al hermano del denunciante. ¡Hay algunos personajes que no sirven ni para contar una fábula infantil!

Lo digo o no lo digo. En la emisora homónima del estadio también hubo rispideces. Enterados del incidente, todos manejaban el nombre de los verdaderos agresores y nadie se animaba a cantar la justa. Hasta que para acabar con el entredicho, por lo bajo, se hizo la luz.

Payaso mediático. El monigote descerebrado tendrá una tarea difícil. Justificar las pavadas atómicas que sostiene cada día para no perder los billetes que salen de la entidad y abultan sus bolsillos le insumirá un desgaste adicional de materia gris. ¿Dónde sobra una neurona?

Dos por uno. El dt se enfrentó con un plateísta y reconoció el error. Bien. También dejó en claro que sólo jugarán quienes tengan la "hombría" para afrontar este momento. Mal. Si apela a tamaño requisito muchos protagonistas quedarán afuera. ¡Ya no quedan machos!