jueves, diciembre 14, 2006

La danza de los refuerzos


Mientras el plantel rojinegro ya disfruta de su merecido descanso, después de haberle brindado a la afición colonista uno de los peores torneos de la historia, el dúo dinámico recursa la materia refuerzos en un intento por revertir el vergonzoso reprobado del inicio de gestión. Aunque esta vez, con la tranquilidad de saberse mejor asesorados, lo que posibilita achicar el margen de error en las contrataciones. JCF no tendrá la bola mágica, pero sí la claridad suficiente para distinguir los objetivos y saber cómo alcanzarlos más allá del condicionamiento económico. Eso sí, a no esperar nombres rimbombantes, la billetera sabalera está más seca que los cerebros de la sección deportes del pasquinejo local.

Ya arreglaron Marcelo Goux (defensor, 31 años) y Juan Carlos Falcón (mediocampista, 27 años). Uno llega huyendo de La Plata, el otro retorna al país después de su paso por México. Resulta obvio que se traen jugadores de experiencia para salir de la coyuntura, de esos que cumplen –o no– y al toque vuelan en busca de otro aire. La realidad de Colón indica que la promoción de juveniles tendrá que seguir esperando tiempos mejores, lo que no significa ajustar hoy el trabajo en las divisiones menores para terminar con el socorro de elementos foráneos que nada sienten por el club y su gente. Esa debería ser la clave, potenciar el elemento santafesino. Nada mejor que retornar a las fuentes para hacer un club en serio. Mirar hacia adentro, tan simple como eso.

Lamentablemente, el rendimiento de los chicos de inferiores, que en este campeonato funcionaron como rueda de auxilio para el primer equipo, dejó en evidencia la deficiencia con que se ha manejado el fútbol amateur en la institución. Mucha gente, muchos sueldos, ningún resultado con proyección de futuro. Ejercitando la memoria, se extraña la época en que los equipos grandes se disputaban los jugadores salidos de la cantera rojinegra. En la actualidad, no sólo se ha cortado la cadena de exportación sino que el propio club tiene que apelar a profesionales forasteros cada vez que pretende formar un grupo competitivo, con todo lo negativo que semejante situación acarrea. Un panorama complejo que merece un profundo análisis, inclusive más allá de considerar importante el tan bastardeado sentido de pertenencia.

En definitiva, la cuestión a plantear sería ¿qué clase de refuerzos necesita Colón de Santa Fe? De más está mencionar que los nombres en cuestión deberán reunir las condiciones mínimas de competencia deportiva, aptitud física y capacidad anímica. A lo que habrá que sumarle una serie de aportes indispensable desde cada uno de los sectores involucrados en el proceso de recuperación, a saber: el técnico tendrá que encontrar la forma más convincente de transmitir una idea futbolística que prenda en los protagonistas y que resulte eficaz a los intereses del equipo, los dirigentes deberán cumplir con los compromisos asumidos para que nadie plantee disconformidades durante el desarrollo del próximo campeonato y los simpatizantes sabaleros tendrán que saber contagiar, a quienes se calcen los cortos del negro, la pasión de vestir los colores sangre y luto. Un combo perfecto pensando en el Clausura 07, como para tener la seguridad de que se dará batalla hasta el final.


APOSTILLAS

¡Totono víctima inocente de los manejos de una dirigencia inepta! A no engañarse, si bien es cierto que el delfín caído no estaba capacitado ni para manejar un sulky, todo SF sabe que Grisales está lejos de ser una carmelita descalza.

Causó desazón la noticia de los juveniles dejados en libertad de acción. “Fue una determinación consensuada”, dijo Mántaras. “A mí nadie me consultó”, dijo Restelli. ¿Cuándo se tomará en serio el trabajo en las inferiores?

Se intuye incierto el regreso de Giovanni. Corre por SF la versión de que el colombiano devolvió la propiedad donde residía antes de viajar de descanso a su tierra. Los dirigentes lo niegan. ¿Qué pasará?

Mientras el ídolo K deshoja la margarita el monje negro exige un resarcimiento económico para el club. ¡Te queremos muuuuucho pero… poniendo estaba la gansa! Ah… y la despedida… ¡te la debemos!