lunes, mayo 03, 2010

Tarde de perros

Las tan mentadas aspiraciones del primer equipo se redujeron al impulso que tomó la afición presente en el Brigadier para silbarlo una vez sellados los noventa minutos de juego. El híbrido que el entrenador puso en cancha no dio para otra cosa. Reprobación y más reprobación. Tanto así, que quien no pudo alcanzar la gloria ni siquiera tuvo cara para enfrentar los amigables micrófonos que gusta empalagar cuando el resultado le es favorable. Otra oportunidad, servida en bandeja –por el rival y por los resultados que supieron conseguir los otros dos candidatos a ocupar un lugar en la copa–, que el negro deja pasar sin inmutarse, como si diera lo mismo alcanzar o no el objetivo, como si la cabeza estuviera ya en otra cosa.

La actuación de ayer pareció decirle adiós al compromiso por la meta; incluso pudo percibirse un tufillo a resignación respecto de los partidos que restan. Tal vez semejante estado sea consecuencia del efecto sopor, la residual secuela que sobreviene después de haber inhalado tanto gas tóxico proveniente de los cráneos conductores. Entre los delirios de grandeza del “biondo gnocchi” y el verso permanente del entrenador, no hay humanidad centrada que aguante. Al final, ni los pibes –aquéllos que tuvieron una fugaz oportunidad–, pueden sentirse satisfechos. El manoseo, disfrazado de “convencimiento con el proyecto”, tarde o temprano queda en evidencia. A esta altura, la chiquilinada ya sabe quién queda y quién se va.

Lo que esta dirigencia parece ignorar, a pesar de la experiencia que carga sobre sus hombros, es que el éxito de la continuidad no está asegurado, mucho menos cuando los involucrados esconden intereses personales muy alejados del exclusivo beneficio a la institución. Los modelos fructíferos y perdurables en el tiempo, han tenido dirigencias serias y austeras y cuerpos técnicos sensatos y consecuentes con una idea. Dos premisas fundamentales que en Colón nunca se tuvieron en cuenta. Ahora, lo importante es aguantar hasta diciembre y con el entrenador como bandera, siempre y cuando cuatro derrotas consecutivas no echen a perder el plan maestro de la re-re. La otra cara de la moneda no figura en la agenda. Demasiado riesgo.


APOSTILLAS

Oscuro, oscurísimo. El parodismo doméstico no se cansa de repetir que “hay necesidad de vender para incorporar”. Nada más alejado de la realidad. Las faraónicas obras que se están llevando a cabo, más las previstas para el futuro inmediato, gracias al incomparable ingenio del excelentísimo señor presidente no hablan de falta de fondos. La maledicencia no para.

De selección. La cantidad de nombres rutilantes que echó a correr la dirigencia para mantener ocupada a la gilada, y hacerla olvidar rápidamente de este fracaso, ha superado todos los intentos anteriores. El dt pide, el primer mandatario toma nota y los obsecuentes difunden. Si el “salto de calidad” sigue en el freezer, no habrá humo que consiga tapar otra frustración.

En el blanco. Pasado el torneo, quedó en evidencia que desbocado presidente de entidad asentada más allá de la autopista cantó la justa cuando aclaró los motivos por los cuales el albino se negó a arreglar con el club de sus desvelos. Al parecer, los problemas físicos que le impidieron jugar por amor a la camiseta, todavía lo aquejan. Mientras, el rojinegro lo padece.


La Destacada:

Camino al confesionario. La mentira del excelentísimo señor presidente acerca de no haber hablado de incorporaciones con el dt quedó al descubierto al conocerse los nombres que los medios vernáculos hicieron circular durante la semana. En ese sentido, lo más patético fue la explicación del empleado del club, encargado de contenidos de la web oficial, quien en su triste papel de parodista a sueldo de la falsa pertenencia –por algo nunca pasa de vestuarista en un medio privado–, quedó en ridículo frente a la dupla conductora de los mediodías asoleados. Ante la desorientación de sus interlocutores debido al cambio de estrategia dirigencial, se escudó en el “secreto de las fuentes” para zafar de inquietante requisitoria. ¡Como si nadie supiera que el oficialismo le paga para que haga de megáfono replicante!