miércoles, noviembre 29, 2006

La basura bajo la alfombra


Los intentos por ocultar el incidente duraron cinco días y cuando trascendió, como no podía ser de otra manera, fue minimizado. “Es un hecho aislado, hay que restarle importancia”, dijo GL. Cuando los hechos aislados se suceden, dejan de ser obra y gracia de la casualidad para pasar a ser consecuencia directa de una causalidad. Cobijar bajo el ala institucional a una caterva de “caracterizados socios que colaboran desinteresadamente con Colón” –eufemismo con el que GL gusta referirse a los miembros de la barra brava sabalera–, puede resultar un juego peligroso y hasta volverse en contra en el momento más inesperado, como quedó en evidencia con el agresor «encendedoril».

Consultado por Clarín (05.09.06) acerca de si existía un acuerdo con la barra, GL contestó: “Los ayudamos a buscar los mecanismos para que junten el dinero para viajar y la cuota-partido es más baja que la cuota social. Pero ninguno está incorporado como personal del club”. Ahora bien ¿a qué “mecanismos” se refiere? ¿Acaso la cd, de alguna manera, solventa los viajes de estos personajes? ¿Por qué estos sujetos pagan una cuota diferenciada? Sin duda, este tipo de artilugios –por llamarlos de alguna manera– van en detrimento del socio que abona religiosamente, y en su totalidad, la cuota cada mes y también de cuantos gustarían de acompañar al primer equipo de visitante pero el bolsillo no se los permite. Con este panorama es dable concluir que los manejos de la comisión no son ni correctos ni equitativos, mucho menos transparentes.

La intención de los dirigentes es que este suceso quede circunscripto en la esfera de lo privado, como si se hubiera tratado de una cuestión a dirimir entre el insurrecto y su víctima –el gerente del club– en un ámbito cualquiera, para evitar que la gravedad de lo acontecido los salpique dejándolos en evidencia. Inclusive, sólo piensan aplicar medidas ejemplificadoras contra el barra si la justicia determina su culpabilidad en los hechos. O sea, si el amenazado no puede probar la amenaza, aquí no ha pasado nada y siga, siga el baile. En este marco de situación puede intuirse la sensación de desamparo que debe estar rondado en quien hace tantos años que trabaja para el club.

El fútbol argentino está inmerso en una gran crisis. Como nunca antes, la violencia se ha impuesto por sobre el espectáculo. Bajo estas circunstancias, mientras aquéllos que tengan la obligación de tomar decisiones para terminar con el flagelo de los irascibles miren hacia otro lado, lejos de encontrar una solución, el problema tenderá a agravarse en el próximo campeonato. Las estrechas relaciones entre dirigentes y barras bravas son una realidad innegable; si los primeros se confían en tener bajo control a los segundos con prebendas varias, cometen el error de soslayar la verdadera esencia de estos grupos, para quienes las posibilidades que abre el roce con el poder pueden resultar infinitas.


APOSTILLAS

Un operador periodístico de la cd dejó entrever que algún personaje de la oposición estaba gestionando la libertad del barra brava. ¿Sería para tapar la verdadera identidad del miembro de cd que se preocupó por su situación?

Mientras la noticia del día copó casi todos los medios gráficos y radiales vernáculos, la emisora afín a GL ignoró olímpicamente el tema. ¿La información? Bien, gracias. ¿Con qué cara hablarán en un futuro de la violencia?

GL le está huyendo a La del medio de la Red. No quiso salir al aire para el programa del vocero del monje negro, mientras que sí lo hizo para programa competidor. ¿Le estarán doliendo los dardos que le están arrojando?

¿Los cráneos de la cd habrán pensado en qué pasaría si apareciera algún barra arrepentido? ¿Será por eso que no está en los planes inmediatos expulsar del club al nacido en la provincia de la yerba mate y el algodón?