domingo, enero 10, 2010

Los números cantan


Los puntos cosechados por Colón durante el ciclo AM son irrefutables, así como las circunstancias que propiciaron tal producción. El hecho de haber sido “protagonista” –como gusta etiquetar a la performance rojinegra el impresentable vice– de los últimos dos torneos estuvo determinado por causas bastante ajenas al llamado “proyecto” de la falsa pertenencia. Es más, hasta la continuidad del dt estuvo atada a los resultados que, gracias a la coyuntura, el equipo supo conseguir. Basta recordar que por lo menos en una oportunidad, el entrenador confesó haber querido tirar la toalla. El desafío sigue siendo superar el nivel alcanzado, pero esta vez contemplando que los llamados grandes intentarán retomar el protagonismo perdido

Esta historia comenzó allá por fines de marzo del dos mil ocho, en la octava fecha del clausura, con plantel armado. Para el apertura, al abrírsele la posibilidad de montar un conglomerado a imagen y semejanza, el entrenador trajo diez aspirantes a refuerzo. A saber: Pablo Garnier, Nicolás Torres, Sebastián Sciorilli, Robert Franco, Diego Pozo, Salustiano Candia, Lucas Valdemarín, Matías Oyola, Diego Crosa y Pablo Rodríguez. Con el clausura dos mil nueve arribaron Alexis Ferrero, Daley Mena, Omar Merlo y Marcelo Guerrero. Para el recientemente pasado apertura hicieron pie Federico Nieto, Ricardo Gómez, Cristian Pellerano, Juan Manuel Lucero, Pablo De Miranda, Maximiliano Caire y Cristian Barinaga.

En definitiva, un total de veintiún profesionales, en año y medio, de los cuales podría decirse que sólo cuatro se ganaron un lugar indiscutible y un par más cumplieron cuando les tocó demostrar. El resto, que implica porcentajes comprados, préstamos, sueldos, estadas y demás yerbas, habrá que asociarlo directamente al verbo dilapidar, que tan bien sabe conjugar esta cd. Medida en porcentajes, la puntería no llega ni al veintinueve por ciento. Queda la duda de saber cuánto más podría haberse acertado si los negociados no hubieran estado por encima de la institución. A las partes se les abre una última chance de despejar el humo, con un equipo veterano, en lo que a promedio de edad respecta, y escasa capacidad de reventa. Reto al destino.