domingo, agosto 20, 2006

Y se fue la tercera


Una tarde fría, un resultado helado. ¿Pudieron ser muchos más que dos? Seguramente, pero a un visitante tranquilo le fueron suficientes para llevarse los tres puntos jugando contra un rival más inofensivo que un gatito de peluche. Encontrar las palabras adecuadas para describir este momento de Colón de Santa Fe es difícil cuando lo que se vislumbra es un problema de conducción. Así como es cierto que los jugadores son los actores principales, los que hacen gala del talento sobre el escenario, no existiría puesta en escena sin el director de la obra. Y en este caso se nota, con absoluta claridad, la falla del director… técnico. El común denominador de la semana fue la desorientación, la falta de ideas, tanto así como quedó demostrado hoy en el campo de juego.

Cambiar el esquema puede ser lo correcto pero hay que saber cómo hacerlo para sacarle el mayor rédito posible. Unos días atrás se afirmaba que el DT no pedía nada de otro mundo, sino algo tan sencillo como cada jugador en su puesto. Sin embargo, esta tarde se vio una mezcolanza irrisoria, donde jugadores profesionales daban muestras de una confusión sin precedentes. Y el responsable de ese fenomenal desconcierto es uno solo. Es indudable que el bajo rendimiento es una constante en esta realidad rojinegra, pero estos señores no pueden haberse olvidado de jugar al fútbol. Más allá del escaso nivel futbolístico puede apreciarse algo más grave… este equipo no tiene un conductor idóneo. El técnico no sabe cuál es el camino. Lamentable, pero cierto.

Cuando no hay nombres para rescatar significa que la cosa es grave. Y llegado este punto no hay declaraciones que valgan. ¿Más palabras? ¿Para qué? Hace tres fechas que se está escuchando la misma cháchara. Puede entenderse el sentimiento, pero a esta altura el tiempo está acechando como un verdugo. El destino quiere que la cuarta fecha sea la decisiva, con Troglio y Gimnasia enfrente. Así como Toresani lo usó de ejemplo, puede ser el DT del lobo quien selle el futuro de Julio César. Son muchas las frases que pueden sonar a perogrullo en crisis como ésta pero estos jugadores no pueden irse, no se los puede despedir, no se los puede reemplazar. Esto es lo que hay y con ellos se deberá aguantar hasta la finalización del campeonato. Lo que viene cae de maduro.

La dirigencia sabalera está demostrando que no es fácil aceptar un fracaso. En una áspera reunión acaba de determinar la continuidad del técnico. Simplemente se trata de dilatar la agonía, que no por más lenta dejará de tener un final irremediable.


APOSTILLAS

Lo que se vio en el Brigadier: la más exacta diferencia entre un equipo y un rejuntado mediocre con el que no se sabe qué hacer. No hay tutía, sería un milagro digno de Mandrake encontrarle la salida a esta estadística sin parangón.

¿De qué vale reconocer las culpas? Sand dejó a sus compañeros con un hombre menos por un exceso verbal. Ni que hubiera sido premeditado, después del mal momento que le obsequiara el gorila de turno.

Dijo Juan Fernández en la semana: “Adentro de la cancha los que deciden son los jugadores”. ¿Cómo debería interpretarse semejante declaración? ¿Acaso son ellos quienes están bombeando al DT?

¡Otro gran negocio de las autoridades colonistas! Atlético Rafaela, a tres partidos de iniciado el torneo, quiere comprar a Bieler. Cuatrocientos mil dólares y adiós a una semilla del club. ¡Flor de bicoca!