domingo, enero 24, 2010

Palito, bombón, helado


Los próximos cuatro meses serán decisivos en muchos aspectos. Respecto de lo estrictamente futbolístico, si el sabalé consigue ingresar en la fase de grupos de la copa, una triste verdad podría quedar al descubierto. Una menuda muestra pudo verse el pasado jueves, durante los primeros cuarenta y cinco minutos que disputó el equipo alternativo en el deslucido torneo de verano que sirvió para ver en acción a un arquero que pinta para tercer suplente; a un par de personajes a quienes no se les conocía ni el rostro; a un juvenil que, según la avezada dirigencia, fue recuperado por alrededor de un palo y medio verde; a dos incorporaciones que tendrán que remarla bastante; y a un viejo conocido que demostró estar en buena forma, entre otros.

El baile que sufrió el combinado rojinegro en el primer tiempo, la tenue levantada del segundo y la consecuente derrota, sembraron la duda hasta en los lambiscones más rastreros, quienes le pusieron paños fríos a la cuestión dejando en claro que “éste no va a ser el equipo que enfrente el torneo local” con la firme intención de llevar tranquilidad a la parcialidad colonista. Afirmación que sonó un tanto contradictoria –considerando que durante el transcurso de los noventa minutos, ocho pibes de las inferiores pasaron por la cancha– con la defensa a ultranza del “proyecto claro, firme y definido” que, gracias a los billetes que reciben, se encargan de promover. Cabría preguntarse cuál sería el aval si no corriera una mísera moneda.

Lo cierto es que entre los paquetes que fue trayendo el dt y el piberío incipiente, deberá armarse el once que afronte los compromisos del clausura si el primer equipo se mete de lleno en el certamen continental, ya que será difícil que alguno de los titulares –teniendo en cuenta las quejas por la seguidilla de partidos de fines del torneo pasado–, refuerce la formación sustituta. Un hipotético fracaso correría el velo con que se cubre de logros la falsa pertenencia. De todos modos habrá que ver cuáles serán los ases que el técnico sacará de su manga si es que ocurre lo que la afición espera. Y si el destino le diera la espalda a la alegría, con un plantel tan numeroso no tendrá excusas para pelear el campeonato y así equilibrar la balanza.