miércoles, noviembre 22, 2006

Días de TV


Comenzó disparando un: “Me asombra la inoperancia de la cd de Colón”. Para continuar: “¿GL está esperando que lo venga a buscar el helicóptero?”. Con estas frases punzantes abrió, la semana pasada, el programa Después de la cancha, su creador –y vocero no oficial del monje negro– Ricardo Porta (17 de MC y 13 de CV, miércoles, 22 hs.). Es que desde el inicio de este torneo, los malos resultados han transformado el tema futbolístico en una cuestión aleatoria, poniendo sobre el tapete otro tipo de cuestiones que vienen rozando el género del culebrón televisivo. Porque los conflictos no sólo se han instalado en el primer equipo, también son moneda corriente en el seno de la institución, algo totalmente lógico debido al fracaso de la gestión. En este marco de situación, los medios que pretenden ser más o menos serios no pueden soslayar el todo del presente rojinegro pues quedarían en ridículo.

Ante estos últimos acontecimientos, muchas voces colonistas se han alzado contra el pasteurizado periodismo local, ignorando que las versiones siempre, pero siempre, salen de los mismísimos protagonistas –jugadores, dirigentes y allegados–; los medios simplemente las difunden, y si pueden omitir opinión para evitar jugarse con una postura determinada, mejor. Eso es claro, quien no lo quiera ver adolece de capacidad de discernimiento. En este punto, los simpatizantes deberían estar especialmente atentos y no permitir que la pasión por los colores impida hacer un claro uso de la razón. Simple. Escuchar, mirar y leer todo lo que anda dando vueltas por SF es un excelente ejercicio que ayuda a comprender cuánto hay más allá de lo superficial.

Retomando, el producto en cuestión deja en evidencia que su carismático conductor es sólo un buen vendedor de publicidad; la dureza esbozada en su último envío sin dudas es un mensaje, pero no mucho más. Que el estudio de LH sea uno de sus anunciantes estrella significa que jamás va a tirar dardos en contra del vice; muy por el contrario, en muchas ocasiones suele ser su intérprete directo. Las palmas son exclusiva propiedad de Eduardo Rodríguez, siempre filoso, coherente, escrutador, un auténtico formador de opinión, alguien para rescatar entre tanto personaje insípido.

Completa la plantilla un dúo inefable, que ignora a sabiendas los preceptos básicos del periodismo: Claudio Virgolini y Adrián Brosky. Estos fulanitos han aceptado muy sueltos de cuerpo y sin ponerse colorados, en la emisión del miércoles 8/11 y al respecto de la controversia que se armó en Jujuy con los dichos supuestamente inventados por la prensa, que “nosotros sabemos muchas cosas que no decimos”. Sí, sin palabras y para nada profesional. Ambos han demostrado ser destacados miembros de ese grupete local que por el sólo hecho de resguardar sus espaldas vende una información depurada con sumo cuidado y minuciosidad. El toque humorístico está dado por las incursiones del “profesor licenciado Abelardo González Arias”, un hallazgo. Calificación final: para ver prestando atención.


APOSTILLAS

Un gesto puede más que mil palabras. Virgolini describió la posición de Ramón Mántaras hoy en el club: brazo derecho flexionado, codo pegado al escritorio, mano extendida al frente con movimientos ascendentes y descendentes.

Impresiona un poco escuchar a un periodista serio recitar publicidad. Si bien es cierto que de algo hay que vivir, resulta desagradable la mezcolanza porque resta credibilidad. Zapatero a tus zapatos.

Sería oportuno cambiar las imágenes que corren durante los informes de Diego Terenziani. El trotecito de Giovanni y Sand ya ha saturado a los televidentes. A incrementar el presupuesto, por favor.

Marita, la secretaria, podría evitar la actitud amenazante cada vez que inclina su anatomía hacia delante. Los muchachos tienen que hacer un gran esfuerzo para controlar la mirada y no quedar escrachados ante cámara. Cuestión de buen gusto nomás.