viernes, diciembre 24, 2010

domingo, diciembre 19, 2010

LIQP: Por afano

jueves, diciembre 16, 2010

LIQP: 3 - 91.5 - 7

martes, diciembre 14, 2010

Regando el arbolito

Lo buscó toda la noche. Sin embargo, el póstumo triunfo no alcanzó para redimirlo de culpa y cargo. El negro le obsequió a la afición otro fiasco para el conteo. Veintiséis puntos a duras penas conseguidos, nada tienen que ver con lo prometido al inicio del torneo. Haciéndose eco de los argumentos esgrimidos por la dirigencia y la conducción técnica, los esbirros de la falsa pertenencia, consideran que la campaña ha sido buena. Una calificación que intenta disimular un nuevo fracaso de la gestión que encabezan quienes aspiran a seguir mamando de la ubre colonista bajo las ficticias banderas del título que llegará por “decantación”. Una estructura conceptual elaborada por el ex para conformar a una tribuna siempre dispuesta a comprar espejitos de colores.

Un equipo enclenque y un entrenador hábil en la teoría, pero mediocre en la práctica, redondearon una temporada rociada con suculentos billetes que rápidamente pasará a engrosar los anales del olvido. En contraposición con la memoria, las arcas acusarán recibo. El puñado de porotos más caro de la historia institucional, que dejó a los colores suspendidos en la intrascendencia que supone el medio de la tabla, ni siquiera pudo ser levantado en el imaginario colectivo con la avanzada cementicia, impuesta para tirarle una soga a los magros resultados deportivos. Resulta preocupante que la parcialidad, en el devenir de la mediocridad, parezca acostumbrada a las promesas vacías de contenido, repetidas semestre tras semestre, como si de realidades inalterables se tratase.

Caída la continuidad, reemplazada sobre la marcha por causa de fuerza mayor, sobrevino una especie de parche, que no logró encauzar el destino una vez pasada la motivación que suele imprimirle un cambio. Un arquero frustrado, una línea de tres devaluada, un medio campo descompensado, y una dupla ofensiva que nunca terminó de complementarse, un técnico enredado en el doble discurso que lo dejó muy mal parado frente al atento escucha de sus declaraciones, y una directiva que borró de su prédica el tema fútbol deberán replantearse unas cuantas cuestiones de cara al futuro. Pretensiones, objetivos, exigencias, un paquete de determinaciones acorde a los lineamientos e intereses de unos pocos que ambicionan seguir manejando las ilusiones de unos cuantos.


APOSTILLAS

Presión alta. El mazazo que le asestó la coalición opositora lo tiene en estado de shock. Todavía no puede entender cómo siendo él tan eficiente, sus inferiores cometen tantos despropósitos. Intenta evadirse, enfrascándose en múltiples actividades. Visitas ilustres, que pasan sin pena ni gloria; monitoreo de obras, que avanzan a ritmo cansino por falta de financiamiento; aumento del pasivo; y exigencias del dt. ¡Revienta el tensiómetro!

Nervios destrozados. De recorrida por las cabinas de transmisión, el impresentable vice denunció amenazas a su familia y las vinculó con la contienda electoral. Debido al indisimulable estado de alteración que lo afecta, y a su jerigonza indescifrable, en varias oportunidades, en lugar de decir “denuncia”, le salió “renuncia”. El que habla de “chiquero” es porque conoce de revolcadas con chanchos. ¡Lo traiciona el inconsciente!

Peligro de gol. El movimiento opositor salió con los tapones de punta. En conferencia de prensa, destapó las innumerables irregularidades con las que viene manejándose la falsa pertenencia de cara a las elecciones y aseguró que llevará la cuestión hasta las últimas consecuencias. Aunque no parezca confiado en ganar la partida, al advertirle al socio sobre el oscuro proceder de la dirigencia descubrió el camino hacia un posible fraude. ¡Atenti!

Club de fans. Un glamoroso coro de fervientes admiradoras despidió con vítores y aplausos, al momento del cambio, al implacable artillero que desechó la posibilidad de seguir triunfando en la península itálica para hacer dupla con el goleador histórico en la pelea por el campeonato local. Sus actuaciones lo posicionan como una de las incorporaciones más caras e improductivas de los últimos tiempos. La herencia del ex no se agradece, se padece.

miércoles, diciembre 08, 2010

Al borde del precipicio

A días de las elecciones, con un nuevo fracaso deportivo sobre sus espaldas, la estrategia apunta a salvaguardar la imagen de la falsa pertenencia. Para lograr el difícil objetivo, los limitados chupalerches recurren a los mismos argumentos que vienen sosteniendo semestre tras semestre, a excepción de un par de abortos de la naturaleza. Lo que pudo haber sido y no fue. La responsabilidad exclusiva de los jugadores. Las “fuertes decisiones” de fin de torneo del excelentísimo señor presidente. Los futuros refuerzos de jerarquía. Una táctica tan repetida como inconsistente. Sumar derrota tras derrota no figuraba en los planes de la dirigencia, tampoco en los de sus esbirros. Les queda una fecha para remontar. ¿Podrán?

A pesar de los escasos minutos de recuperación futbolística, al negro no le alcanzó para, aunque más no sea, arañar un empate. Con bajos rendimientos y un juego errático y sin profundidad, no hay duda de que el rival le hizo precio. Un arquero encrespado, descargando su bronca contra el árbitro para no señalar a los verdaderos culpables; un goleador histórico impotente, asumiendo la mala campaña; un primer mandatario nervioso, discutiendo con apéndices que no hacen a la realidad; un panorama que marca el cuadro de situación generado por la falta de resultados, algo que no puede tapar el cemento. Nuevamente las promesas de campeonato pasan a la historia, igual que las ilusiones de la afición. ¿Hasta cuándo?

Así las cosas, y de cara al último partido del año, el clima se percibe enrarecido. La tribuna amenaza con hacer estallar el Brigadier, pero esta vez no como expresión de un estado de ánimo exultante, sino como fiel reflejo de una bronca contenida que se arrastra desde hace tiempo. La contienda electoral aporta sus propios condimentos al estado de situación. Ya comienzan a circular rumores sobre la presencia de fuerzas de choque distribuidas en distintos puntos del estadio con la disimulada misión de acallar posibles conos de protesta. Una derrota contundente podría desatar la debacle total. Conservar la calma será fundamental si la adversidad se da una vuelta por el barrio Centenario. Los colores merecen respeto.


APOSTILLAS

Un as en la manga. El “biondo gnocchi” no quiere que otro resultado negativo termine de cavarle la fosa con vistas a las elecciones. Está pensando en incentivar al plantel con un suculento premio para asegurarse una victoria que le cambie la imagen al equipo y por ende mejorar su proyección entre el electorado. ¡Todos a decir whisky!

Transplante de médula. Dicen los que saben que el entrenador ya pidió oficialmente un central, un cinco y un delantero. Al parecer, la férrea e intocable columna vertebral de antaño ya no es considerada como lo que era entonces. Otra vez la palabra “jerarquía” comienza a anteponerse al concepto de “revolución”. La calidad no empieza por casa.

Movimientos desintegrados. La coalición opositora está dándole de comer a las fieras. No sólo por las impugnaciones a la lista presentada, sino porque las explicaciones, hasta el momento, brillan por su ausencia. En tan trascendentes instancias, el cuidado de las formas debe ser fundamental. Para que la opción sea válida hay que demostrarlo.

Management político. Sin ponerse colorado, el chupalerche primero hizo campaña por la falsa pertenencia en la previa. Su discurso proselitista apuntó a ensalzar la avanzada cementicia como logro primordial de una dirigencia que de fútbol no habla. En cuanto a lo que pudo ser, si el genio de la música no hubiera sido asesinado, todavía estaría vivo. ¿O no?

lunes, diciembre 06, 2010

Demasiado tarde para lágrimas

Tres estados de ánimo dominaron la cálida noche vernácula. De la euforia por el triunfo parcial, la tribuna pasó al conformismo por el empate transitorio hasta terminar en la decepción por la derrota en tiempo de descuento. Pasado el minuto fatal, las gargantas enmudecidas le abrieron paso a los alaridos de protesta. Contra los jugadores, contra el técnico y, por supuesto, contra la dirigencia. En momentos como éste la falsa pertenencia observa desesperada cómo baja su cotización a niveles subterráneos. La afición defenestra lo que antes de iniciar el encuentro eran maravillas incomparables y se acuerda de reclamar el campeonato, o por lo menos una muestra advertible en cancha de la ambición.

Y la pregunta surge espontáneamente. ¿Cómo repercutirán en las elecciones los últimos resultados? Si la semana anterior hubo lavado de cabeza, mejor ni pensar lo que puede pasar en los próximos días. La cantera de anuncios está agotada. El excelentísimo señor presidente se quedó sin proclamas con que endulzarle el oído a la masa societaria. Y está que trina. Cada derrota, en estas instancias preelectorales, le significa un desgaste adicional para dar vuelta una imagen chata, amarga, bochornosa que empuja hacia atrás lo que tanto le costó edificar. ¿Qué más puede anunciar? ¿Inauguraciones espectaculares? ¿Contrataciones rimbombantes? ¿Acontecimientos internacionales? Los cráneos buscan, pero no encuentran.

A la hora del análisis, muchos coinciden en que el entrenador se equivocó. Que la línea de tres no da para más; que armó mal el mediocampo, dejando afuera al único volante de marca; que a la delantera se le quemaron los cartuchos; que hizo mal los cambios; que el estado físico sigue siendo deplorable y mil cuestionamientos más. Es común en toda empresa seria determinar un organigrama que establezca, jerárquicamente, las responsabilidades de la estructura que conforman los recursos humanos afectados. Si algo no funciona como corresponde, si los objetivos no son alcanzados, si los fracasos resultan recurrentes, el primero que salta es el que ocupa el primer casillero –allá, en la soledad de la cúspide– y del que se desprenden las ramificaciones menores. Más claro, echarle agua.


APOSTILLAS

A mil revoluciones. Si la semana pasada fue un champú, ésta será un lavado completo con centrifugado incluido. Al parecer, las “duras” palabras del primer mandatario no impactaron en el plantel como se esperaba. ¿O sí? En la intimidad, a la muchachada le resbalan los palos de quien no sabe un pomo de fóbal, aunque ése sea el mismo que le abona el sueldo.

Remolacha azucarera. El entrenador ya no sabe de qué disfrazarse. Mucha teoría en la previa, dando cátedra frente al rastrero parodismo vernáculo que en las ruedas de prensa sólo le tira centros para que cabecee; pero a la hora de la verdad, su expresión vale más que mil palabras. Esta vez eligió el silencio; se fue sin hacer declaraciones, echando espuma por la boca.

Resucitando muertos. El arquero dijo sentirse amargado y dolorido. “Hicimos todo para ganarlo”, se consoló ante las cámaras. Salvo en el último segundo, cuando la línea de tres completita rodeó a un habilidoso que, con una simple maniobra, la dejó pagando y de paso le despejó el camino a un solitario y alicaído artillero que lo fusiló sin remordimientos.

Estilo barra. El hemisferio pensante de dupla asoleada, encargado de comentar el encuentro, denunció que bandera característica de la platea este estaba ausente con aviso. Según explicó al aire, los portadores del trapo fueron amenazados por manifestar preferencias opositoras. “Si lo cuelgan, se lo choreamos”, dicen que les advirtió un enviado del impresentable vice.

viernes, diciembre 03, 2010

Declaración de principios

La misma semana en que se presentaron las dos listas que competirán en las próximas elecciones, el goleador histórico mostró la hilacha. Dijo, muy suelto de cuerpo, que si el “biondo gnocchi” no se impone en la contienda, él lo acompañará en la retirada. Tal vez pensando que sus palabras tendrían el mismo impacto que en otro momento, y ante las mismas circunstancias, hiciera carismático ex entrenador, el veterano veinte tiró la bomba y esperó las repercusiones. Lamentablemente, la onda expansiva tuvo exactamente el efecto contrario al esperado. La afición nunca dejará de agradecerle sus goles, pero esta vez lo crucificó sin miramientos. Quedó muy claro cuáles son los intereses que defiende.

En su afán, no sólo violó descaradamente el estatuto –que tanto dice conocer, y defender, la falsa pertenencia–; también insistió –como lo viene haciendo desde que tomó partido por esta comisión– en tergiversar los hechos para engañar a la tribuna. Es verdad que el excelentísimo señor presidente lo bancó en tiempos de su lesión –así como bancó la decisión del entrenador de turno que lo borró por considerarlo un “líder negativo”–; pero de igual modo es cierto que de tierras trasandinas no le quedaba otra que volver a Colón porque lo suyo sólo fue un préstamo. Después de todo, bien valdría destacar que por cada tanto que convirtió un buen dinero recolectó. Y los billetes no salieron precisamente del bolsillo del primer mandatario.

Como broche de oro, se presentó un voluminoso librejo en su homenaje. Financiado por la institución –imposible creer que haya corrido por cuenta de las excelsas plumas hacedoras– y de autoría de fina estirpe rastrera. El empleado del club, que hace las veces de parodista asoleado, chupalerche confeso y agradecido, en colaboración con un relator del montón, despuntó el vicio de la obsecuencia pergeñando una insulsa, previsible y edulcorada recopilación de datos y hechos que marcaron la carrera del “último ídolo”. Doscientas páginas a sesenta y cinco pesos, disponible en todos los kioscos de diarios y revistas. ¿Venderá la misma cantidad de unidades que el exitosísimo hit intitulado “El Bichi Gol” de Los Palmeras?

martes, noviembre 30, 2010

Cachetazo demoledor

Si se trazara un paralelo entre la gestión institucional y la deportiva podrían descubrirse muchas coincidencias. Una cabeza que gusta del parloteo ante cámaras y que se esfuerza en sostener una imagen de erudito en la materia. Un gasto sideral en estructura vacía de contenido. Resultados que ya ni siquiera provocan disgusto, sino indiferencia. La falsa pertenencia sólo tiene para mostrar una maqueta del proyecto; en concreto, las manos aparecen vacías. El entrenador sólo tiene una parva de nombres importantes; en definitiva, ni un atisbo de la idea de conjunto. Ambas caras de la misma moneda, con tantos puntos en común, deberán hacerse cargo de un porvenir sin demasiadas alternativas.

El excelentísimo señor presidente tendrá la posibilidad de seguir edificando un futuro personal promisorio; pero si en cuatro años no consigue un título, ésta será su última re-re. La masa societaria no le renovará la confianza. El técnico tendrá la posibilidad de formar un grupo a imagen y semejanza; pero si en el corto plazo no consigue un título, su ciclo estará terminado. La afición no le tendrá tanta paciencia como al ex. Tanto uno como otro saben que la parafernalia pasa, sólo los logros quedan. ¿Qué podrá esperarse cuando las inauguraciones y los eventos acaben? ¿Qué podrá esperarse cuando los torneos se sucedan y la intrascendencia persista? Hasta la mejor cháchara se agota en sí misma.

El lunes, el sabalé sufrió una derrota contundente a base de juego simple y colectivo. Características que, a pesar de las victorias recolectadas, no aparecen en sus actuaciones. Muy por el contrario. En este ciclo, los triunfos han sido ajustados, los rendimientos intermitentes y el funcionamiento irregular. Si en un principio se habló del orden que el dt supo imprimirle al equipo, hoy podría decirse que perdió lo poco que obtuvo en una primera instancia. En sus últimas declaraciones, destacó la jerarquía de la defensa, el buen nivel futbolístico de un par de protagonistas que no venían siendo titulares y que aparecieron en cancha desde el inicio y la “radiografía perfecta” que había hecho del rival. La realidad mostró otra cosa.


APOSTILLAS

Satisfacción garantizada. El primer mandatario lanzó a la venta los palcos corporativos. La cotización es tan elevada que intermedia una institución crediticia a fin de facilitar las operaciones en cómodas cuotas. Es de imaginar que la mente brillante se habrá apoyado en un estudio de mercado para asegurar el cartelito de “localidades agotadas”. ¿O habrá pensado en obsequiar los que queden de clavo con tal de no verlos vacíos?

Fuga de cerebros. El eficiente director ejecutivo del fútbol neonato-infanto-juvenil, afirmó que en las inferiores hay “veintidós jugadores que pueden llegar y triunfar”. Entre la revolución, las escuelitas, los convenios y la mar en coche dicen tener bajo la lupa a más de ocho mil promesas. Números desproporcionados. Por lo pronto ya amenazó con renunciar si el “biondo gnocchi” no gana las elecciones. ¡Que alguien cierre la puerta!

Reculando feo. Al final, después de tanto amagar, el innombrable se fue al mazo. Hizo alharaca con pedidos de informes, salió a los medios a gritar su verdad y pegar donde más duele, pero a la hora de los bifes se bajó del carro dejando a medio mundo plantado. Otra vez se la dejó servida a la falsa pertenencia. Al parecer no quiere volver hasta borrar sus máculas o hasta ver cómo se lo imploran de rodillas. ¿Aparecerá para emitir su voto?

Estrategia previsible. Las derrotas le abren la puerta a las buenas noticias. Vuelve el fracasado torneo internacional de verano, ha sido puesta en marcha la organización de la “mega-fiesta” de reinauguración y el hotel de campo ya tendría agendadas sus primeras reservaciones de carácter internacional. El chupalerche primero no da abasto con los anuncios. Como cada fin de torneo, el fracaso futbolístico se esconde rápidamente bajo la alfombra.

miércoles, noviembre 24, 2010

Como con bronca y junando

Desde que comenzó esta nueva etapa, la ilusión de la tribuna sube y baja, al ritmo de los resultados Las buenas producciones alimentan la esperanza, elevándola a niveles insospechados; las malas, la bajan de un hondazo a velocidad luz. El escenario previo se planteó ideal. Un rival disminuido, tal y como les gusta a los mediocres. Algo más de sesenta minutos en superioridad numérica, tal y como les gusta a los ventajeros. Sin embargo, el negro sufrió –superado en el juego– en el primer tiempo y empujó –a fuerza de amor propio– en el segundo. Sólo le alcanzó para un desabrido empate, justo cuando las expectativas apuntaban a torcer el mal comienzo de torneo. Esta vez, no supo capitalizar ni las favorables condiciones del trámite.

Por lo pronto, no es un buen síntoma que el entrenador continúe añorando cuarenta y cinco minutos que hace rato pasaron a la historia. A esta altura, ya se habrá dado cuenta de que no es tan fácil alcanzar un rendimiento colectivo equilibrado y pasible de ser sostenido en el tiempo. No es tarea sencilla imprimirle una identidad al equipo, que hasta ahora sólo apareció en contadas ocasiones. En su defensa, bien valdría considerar que está moviéndose en un escenario que no delineó ni preparó, pero la excusa comienza a diluirse cuando de “proyecto” se habla. Si las bases y los lineamientos configuran una construcción única, como sostiene la dirigencia, el barajar y dar de nuevo componen una discordancia, aún contemplando el recambio en la conducción.

Es cierto lo que dicen los protagonistas. Como están dadas las cosas, lo mejor es sumar para remontar la idea de fracaso que mancilló la primera parte del torneo. Con el mayorista de humaredas, de veintiún puntos sólo seis se anotaron en el haber. En el presente ciclo, de veintiún porotos, catorce pasaron a incrementar la cuenta. Los números son indiscutibles, pero futbolísticamente la muchachada está en deuda. Si la recuperación en algunos aspectos ha sido producto del envión anímico que siempre acarrea un cambio de técnico, las cosas pueden complicarse. Faltan cuatro capítulos para cerrar un semestre en el que mucho se invirtió y nada se cosechó. Así las cosas, hablar de refuerzos, con nombre y apellido, es un indicio elocuente del balance final.


APOSTILLAS

Hasta la coronilla. Nadando en las aguas que más le gustan, el primer mandatario se rodeó de un selecto auditorio para monologar sobre su brillante gestión en pos del crecimiento, ya no de la institución sino, “de la región”. Salvo quienes viven de sus dádivas, y quienes esperan ansiosos un turno, el resto de los presentes intentó disimular el hartazgo que le produce el discurso presidencial. ¡Aflojando un poco!

Unidad de negocios. La dirigencia debería explicar qué papel cumple en la comisión empresario gastronómico famoso por hacer piruetas colgado de un cable. Sin ponerse colorado, el vocero mudo le pasó la posta para que diera detalles del evento que, al parecer, se ocupó de organizar, cuando desde la emisora enredada le pidieron precisiones al respecto. ¡Marche una especial de jamón y morrones!

Caído en desgracia. El patrón del rectángulo de juego no puede creer que esté perdiendo su influencia en los hombres de negro. Después de agotar la paciencia del de turno, no tuvo más remedio que ver la amarilla. Aunque debería estar agradecido; zafó de verse condicionado desde el inicio por tirar la pelota afuera con fastidio luego de que el línea le marcara su segunda posición adelantada. ¡Relajate y disfrutá!

Peligro de extinción. Mientras le apuestan hasta sus propios calcetines a la continuidad de la falsa pertenencia –en resguardo de lo que pescan gracias a su interesado apoyo–, los chupalerches intentan salvarse de un posible naufragio. A la pérdida de sus pobres espacios de propaganda paraoficial ahora deben sumarle la caída en la audiencia de las mañanas obsecuentes. ¿Para cuándo la exclusiva con el entrenador?

viernes, noviembre 19, 2010

En el limbo


La sorprendente y vertiginosa realidad acostumbra envolver a los mortales con un manto de crueldad. A contramano de empeñosas voluntades, le extendió demasiado rápido la partida de defunción a un acontecimiento que pretendió ser instalado en la escena corriente a perpetuidad. Acalladas las fingidas emociones, desprendidas de la presentación llevada a cabo la pasada semana, la afición celebra la convocatoria a la selección local de un pibe nacido en el club. No producto de una ficticia revolución, sino fruto de años de sacrificio y perseverancia. Tampoco obra y gracia del engañoso “proyecto”, sino a pesar de él. Sólo hace falta recordar las decisiones que hasta hace poco lo dejaban afuera de todo.

Así las cosas, el primer mandatario sigue “trabajando” para hacer de Colón la mejor institución del planeta. La última novedad pasa por la organización de una francachela, puesta en manos de empresarios que revisten en la categoría de amigotes presidenciales, donde el socio brillará por su ausencia. Delimitando la pista de un ámbito exclusivo en el cual los negociados son la prioridad, y con vistas a un gerenciamiento no muy lejano –con cabezas dirigenciales a sueldo blanqueado–, la cd se encamina a las elecciones haciendo foco en la captación de adeptos armando una parafernalia atrapa-incautos. El escaparate está listo para que los verdaderos dueños miren apoyando la ñata contra el vidrio.

Por el lado de la contra, los plazos se acaban y todavía está en veremos. Es tiempo de terminar con el coqueteo y aprestarse a dar pelea. Si el innombrable estuvo esperando ansiosamente el momento en que sería aclamado como “el salvador”, pues ha llegado la hora. Sin él, el resto, ante las tristes evidencias, es la nada. Aunque haya buenas intenciones, el aparato está preparado para renovar las ínfulas de quienes han tomado a la entidad como coto de caza. Los errores cometidos han sido muchos –entre ellos figura este presente–, pero es de esperar que haya aprendido. La única forma de pagar culpas es poniéndose al frente de una gran avanzada opositora. ¿O volverá a ser el artífice de cuatro años más de falsa pertenencia?

domingo, noviembre 14, 2010

Nunca taxi

Desde que comenzó esta nueva etapa, el sabalé apareció en cuenta gotas. Hasta el momento, no ha sido capaz de sostener la dinámica pretendida ni el criterioso manejo de pelota que lo convierta en un conjunto equilibrado durante los noventa minutos de juego. Para quien debe imprimirle su sello personal, los primeros cuarenta y cinco de la pasada fecha –por él calificados como “maravillosos”– fueron los que expresaron su modelo ideal de equipo. En esta oportunidad sólo lo conformó el resultado. Una vez finalizado el encuentro, reconoció el bajo nivel futbolístico desplegado por sus dirigidos y desgranó los pormenores suscitados en cancha cual avezado comentarista deportivo. Otro candidato a engalanar la caja boba.

A pesar de los altibajos, los resultados le marcan una tendencia favorable. Si el inicio de torneo trajo aparejado un cisma con final tragicómico, el cierre va transitando el camino de la estabilidad sin otra expectativa que no sea la de sumar. Por ahora cosecha puntos y se acerca a la meta deseada, con probabilidades de superarla sin mayores sobresaltos. La próxima fecha parece servida. El rival ya avisó que visitará el Brigadier con suplentes, por lo que los veinticinco puntos estarían asegurados mucho antes de lo que hubiera pensado el más optimista de los simpatizantes. La nota de color quedará en manos de la claque oficial, que recibirá al ex con los honores correspondientes a un prócer de la casa. Desagradecidos abstenerse.

Los protagonistas han coincidido en que cambiaron las cosas. Algún pensamiento periférico se atrevió a trazar extremos. Antes jarana, ahora trabajo. Por lo pronto, el desafío está asumido y ya se piensa en función de futuro, aunque las elecciones podrían dibujar una parábola en contrario. Según adelantaron los que saben, mientras el excelentísimo señor presidente se encuentra enfrascado en otros menesteres, el técnico ya tendría “todo arreglado” con un defensor, dos volantes y un punta con vistas al torneo venidero. Tanto dirigentes como cuerpo técnico coinciden en proyectar acciones más allá de fin de año; habrá que ver lo que el destino les tiene reservado. Lo cierto es que la escoba está preparada para barrer a unos cuantos.


APOSTILLAS

El reposo del guerrero. En la presentación del evento a disputarse el año próximo, quedaron al descubierto los más profundos sentimientos del primer mandatario, exclusivo hacedor de la mayor bendición que pudiera recaer sobre estas tierras. Entre conmovedores sollozos le pasó la posta a los funcionarios de turno para que rompan el chanchito y colaboren con su gesta. ¿Y si prueba con una alcancía en la puerta de su despacho?

Marquesina disputada. Envalentonado, el día después de la ceremonia en cuestión, el chupalerche primero insistió en sacarle al jefe de gobierno de la cordial un explícito apoyo económico a la “patriada” del excelentísimo señor presidente. Con un discurso a prueba de balas, el apurado desvió el hecho hacia los hechos de su impecable gestión, eludiendo con cintura de enganche el acoso del rastrero obsecuente. Otra vez será.

En la mira de los asesinos. Hace pocos días el entrenador desmintió categóricamente cortocircuitos con el valuarte de la defensa. Sin embargo, en ausencia del goleador histórico, le sacó la capitanía para dársela a quién le está demostrando mayor contracción al trabajo. Para recuperar el protagonismo perdido, como primera medida, el susodicho anda haciendo buena letra. Nada de exquisiteces en la zona peligrosa.

Mano y contramano. Mientras volante de categoría internacional, recibido con bombos y platillos, duerme el sueño de los justos e histórico, otrora pieza fundamental, calienta banco; un desterrado emocional, catalogado como el mejor jugador del plantel por el ex, vuelve a la nómina de suplentes. El paso al costado de un asumido delantero le abrió las puertas para retornar a la palestra. ¿Sabrá aprovechar esta nueva oportunidad?

martes, noviembre 09, 2010

Adiós a las armas

En el fútbol de hoy, la versatilidad es condición indispensable. Un delantero, durante noventa minutos de juego, no sólo justifica su presencia cuando convierte un gol. También colabora defendiendo en jugadas de pelota parada y de diversas formas en la ofensiva. La cuestión comienza a ponerse oscura si resulta intranscendente. O, lo que es peor, si al finalizar el encuentro, la afición se retira con la sensación de que el equipo jugó con uno menos. Es cierto que una mala tarde la tiene cualquiera, pero hay estadísticas que son implacables. Once partidos en cancha, tres tantos. Más allá del triunfo, la gente se fue mascullando bronca porque la diferencia en el marcador debería haber sido mayor para no terminar sufriendo.

La mayoría coincidió en añorar al veterano veinte. Un emblema que en pocos días cumplirá treinta y ocho abriles. Inevitablemente surge una pregunta. ¿Colón es “goleador-histórico-dependiente”? Dos aristas complementarias podrían explicar el fenómeno. Por un lado, un ego exacerbado que se piensa irremplazable. Por otro, una revolución de inferiores huérfana de candidatos con condiciones. Así, pasan los entrenadores, pasan los compañeros de fórmula, y él firme como rulo de estatua; a esta altura, apelando a la experiencia que el oficio otorga para administrar correctamente la energía, para estar en el lugar preciso en el momento indicado, para abusar de la picardía, para imponer mañas y, en definitiva, seguir rompiendo marcas.

Será, entonces, un problema la sucesión. En el corto plazo no parece vislumbrarse nada en el patio trasero donde anidan los juveniles y tampoco en el escuálido y sobrevaluado mercado interno. Una alternativa podría darse echando un vistazo tras las fronteras, pero no será fácil encontrar algo bueno y barato. Por lo pronto, habrá que asumir que el retiro está a la vuelta de la esquina; pues aunque pretenda abusar de su buena estrella, el físico suele ser el que impone los límites. Según supo declarar hace un tiempo, mejor decir adiós por decisión propia y no porque lo clama la tribuna. Más allá de cómo pretenda diseñar su futuro, es innegable que el equipo sufrirá su partida. Con la corona vacante, habrá que ver quién lo sucederá en el trono.


APOSTILLAS

Bloque de mármol. El helado de crema que estaba apostado a la diestra del don durante reciente visita al congreso, con la mejor cara de piedra dijo haber sido amenazado –él y su familia–, en varias oportunidades, por los barras. ¿Habrá hecho las correspondientes denuncias? Una pena la ausencia del impresentable vice, a quien los muchachos le dicen “boludo, apurate” cuando se demora en entregar las entradas de favor las veces que Colón hace de visitante.

Levantando banderas. El técnico ya se comprometió con la campaña electoral. En oportunidad de acto con alto contenido social, llevado a cabo en el predio, se deshizo en elogios hacia el “proyecto”, al que calificó de “maravilloso”, y señaló que el entorno le trajo reminiscencias de tiempos pasados. “Estar acá hoy me remonta a mis inicios, cuando yo nací y crecí en piso de tierra”, comentó, tal vez sin darse cuenta que estaba en un complejo del primer mundo. Película repetida.

Salita verde. Las previas de la emisora universitaria suelen ser incoloras, inodoras e insípidas. Ni siquiera con el tema político de fondo, que tanta tela da para cortar, fueron capaces de imprimirle una pizca de interés al par de horas de precalentamiento. Las opiniones y/o reflexiones, los aportes y/o comentarios al respecto parecieron más acordes a un éter de preescolar que a uno académico. Quienes repiten, cual adiestrados periquitos, la liturgia oficial ¿no se sentirán unos felpudos?

Por la vuelta. En su momento, el chupalerche tercero, explicó que la señal de la difusora enredada pasaba a mejor vida por obra y gracia de la ley de medios. Mentira. La onda retornó a la cordial y con personajes que deberán cambiar el chip de la obsecuencia si pretenden trascender. De todos modos no da para apostarle demasiadas fichas, pues algunas voces sólo aseguran más de lo mismo. Si la línea editorial baja dura y aprieta, quedará en evidencia el panquequismo de unos cuantos.

jueves, noviembre 04, 2010

Una tormenta perfecta


Mientras el excelentísimo señor presidente participa de la fantochada más hilarante de los últimos tiempos –y sus esbirros se encargan de destacar lo honroso de la cuestión–, en la cordial siguen adelante las gestiones para conformar una lista aplastante, que acabe rápidamente y sin dolor con la falsa pertenencia. La info la tiró al aire el hemisferio pensante de la dupla que anima los mediodías asoleados. ¡Otra que el seleccionado mayor! Al parecer, con el innombrable como punta de lanza, irían los principales referentes que, de una u otra forma, siempre han sido parte de la vida institucional. Y como si esto fuera poco, también tiró al aire la novedad de que habría comenzado el desbande oficialista. ¿Lo mejor estará por venir?

Es saludable que el arco opositor en pleno haya percibido la unidad de esfuerzos, deponiendo periféricas disputas de cartel, como único camino para enfrentar a la ilícita y nefasta organización que desde las últimas elecciones ha montado –y multiplicado– la actual dirigencia, con la intención de persistir en el desarrollo de intereses personales. Habrá que confiar en que entre todos, criteriosa y atinadamente, sabrán determinar espacios y funciones en procura de sumar aportes y sortear estériles enfrentamientos. Las figuras son muy fuertes, sin embargo los veteranos tendrán la oportunidad de sentar las bases para la dirigencia del futuro, si de una vez por todas entienden la necesidad de construir un modelo de gestión perdurable.

En cuanto a la inminente campaña, deberán tener mucho cuidado. Estudiar una estrategia en común; sin exabruptos; sin el entusiasmo que provocan las aspiraciones y que puede llevar a la altisonancia desmedida y por consiguiente a grietas evitables en el seno del grupo; sin confrontación con el adversario, que indudablemente sabe cómo sacarle rédito a la victimización; evitando las denuncias en el aire; desterrando las acusaciones sin sustento; y sobre todo, sin subestimar el poder que supo edificar gracias a la estructura. Si aspiran a un triunfo contundente deberán abocarse, en la previa, al socio, al que vota, al que siempre demostró estar comprometido, que es en definitiva el que determina la elección. Semejante sinergia debería ser imparable.

jueves, octubre 28, 2010

Declaración de guerra


Irrumpió en el campo de batalla y tiró con munición gruesa. Se sintió “difamado” y salió a defender su gestión. Y fue hasta el fondo. Se animó a plantear públicamente lo que muchos colonistas aseguran por lo bajo. “A mí no me cambió la vida Colón (…) algunas personas dieron un salto en la vida, que si hubiesen seguido con su actividad privada tal vez no lo hubieran dado”, disparó, invitando a la réplica, que no se hizo esperar. Llegó de la mano del impresentable vice, quien totalmente descontrolado, y ofreciendo una penosa imagen, lanzó patadas al aire como tratando de acabar con el fantasma que atormenta su existencia. Quedó claro que cada aparición mediática suya, deja a la falsa pertenencia tambaleando sobre sus propios cimientos.

La respuesta a “una persona que quizá el paso de los años le está haciendo daño”, incluyó calificaciones tales como “chimentera de barrio”, “mal intencionado”, “falso colonista” e “hipócrita”, entre otras. También lo invitó a que “actúe como un hombre que tiene lo que hay que tener y vaya a la justicia”. Recalcó que “estos son tiempos nuevos, estamos dejando atrás el Colón del pasado, la época del desprestigio, de los procesamientos, de los allanamientos”. Cuando le pidieron un semblante del ex dijo: “Fue un presidente que ha hecho cosas, pero todo lo que ha hecho lo está perdiendo por esa inconsistencia verbal (reconstrasic) que tiene y por agredir y dañar a los dirigentes”. En todo momento, insistió en mimetizarse con la institución: “Nosotros somos Colón”.

Para variar, no faltaron las contradicciones. Si bien enfatizó, como artificioso latiguillo de campaña, que “el club es de los socios”, confirmó que la nota presentada, pidiendo explicaciones, no recibirá contestación. “Es un error garrafal, me alarma que en doce años no haya respetado el estatuto, ni aprendido el estatuto (…) se pasaba el estatuto por allá abajo”, vociferó fuera de sí, justificando el ninguneo. Para finalizar, aclaró que tanto él como el primer mandatario residen en los mismos lugares de siempre. “Antes de decir pavadas, que averigüe, y si duda, que vaya a la justicia, lo vamos a estar esperando”, desafió, al borde del colapso. La construcción que tenga en mente el arco opositor ya sabe a qué se enfrenta. ¿Será capaz de actuar con inteligencia?

lunes, octubre 25, 2010

Un toque de distinción

Los antecedentes no presagiaban un resultado favorable. En la previa, las apuestas corrieron hacia el lado de la resignación, avaladas por diez años de infortunio. Sin embargo, el equipo fue capaz de torcer la historia con una cuota de calidad. No tanto como para embriagar de lujos a la afición que acompañó, pero sí con mucho de voluntad y sacrificio. Al parecer, la muchachada está enviando mensajes de recuperación luego de haber tocado fondo al compás de una goleada histórica. Acarreando problemas de lesiones y con la novedad de un protagonista que se plantó y le dijo “no” a la posibilidad de jugar en un puesto que no siente, el sabalé comenzó su camino hacia los veinticinco puntos con los que pretende cerrar el torneo.

Todavía es prematuro para hablar de una versión a imagen y semejanza del nuevo entrenador, porque, entre otras cosas, es una incógnita –más allá de lo que pueda declarar para la tribuna–, el estilo que pretende imprimirle al conjunto, pero en los números se va perfilando. Para destacar, la actuación del enganche, quien mostró destellos de la magia con la que supo conquistar tierras trasandinas. Aunque, si bien supo ser desequilibrante en un partido propicio, no habría que entusiasmarse demasiado con una seguidilla de actuaciones sobresalientes; la tendencia a excederse en firuletes y cañitos, e inclusive a desaparecer por momentos del match, indica que su rendimiento tendrá tantas subas como bajas en un medio generalmente hostil.

En cuanto a lo que el viento no se llevó, sería saludable que alguien se dignara a dar explicaciones públicas. El técnico, cuestionando la preparación física del plantel; el goleador histórico, deslizando que el grupo fue mal armado; pibes del club relegados injustamente y el parodismo rastrero y cómplice mirando hacia otro lado; son apenas una muestra del fracaso que aún nadie asumió. Esta etapa no es una más, es la que marcará el destino de la falsa pertenencia; si alcanza el objetivo de mínima –replanteado por causa de fuerza mayor–, la dirigencia y sus esbirros –gracias a las providencias que ya han tomado– seguirán mamando de la ubre colonista. Sólo una avanzada opositora –despojada de nocivos egos– podría torcer el rumbo.


APOSTILLAS

Pescador de hombres. Ante un panorama gris en lo económico, el excelentísimo señor presidente ya tiene planificada la estrategia. Las obras, que según la web oficial, “avanzan a buen ritmo”, corren el riesgo de quedar inconclusas si no se consigue el financiamiento necesario. De todas maneras seguirán los anuncios en busca de incautos. Atenti con los faroles.

Bozal ilegal. Según manifestó al aire el hemisferio pensante de la dupla que anima los mediodías asoleados, el goleador histórico le tiene prohibido al plantel hablar con la del medio. Y pensar que alguien, alguna vez, injustamente, lo tildó de “líder negativo”. El sólo habla, y permite que el resto hable, con el parodismo rastrero que le rinde pleitesía. Críticos abstenerse.

Vade retro. El presidente de la entidad anfitriona le dio el pié que andaba buscando. “Nosotros tardamos quince años para que el proceso empiece a dar sus frutos”, señaló. De ahí en más, la repetición exasperante, cual nefasto método de convencimiento, no tardó en llegar. “¡Quince años! ¡Quince años!”, comenzó a replicar casi en un grito. ¿Le habrán ofrecido un sobre extra por cada año adicional?

Información silenciada. La revolución de inferiores no está atravesando un buen momento. En 12 partidos disputados, la reserva lleva ganados 2, empatados 4 y perdidos 6. Con 10 puntos en su haber, ostenta el último puesto en la tabla de posiciones del torneo, según reza la página oficial de la entidad madre. ¿Qué explicación tendrá al respecto el eficiente director ejecutivo del fútbol neonato-infanto-juvenil?

jueves, octubre 21, 2010

Cada cual atiende su juego


Algunos tendrían que hacer un curso para aprender a armar una operación de prensa y no morir en el intento. Usar al abogado colombiano del enganche procesado por evasión tributaria para salpicar la figura de quien hiciera las veces de “apoderado” del ausente en el tema en cuestión no sería mala idea, siempre y cuando fuera llevada a cabo por sujetos inteligentes. En cuatro años, su cliente no fue anoticiado del avance de la causa; sin embargo, se adhirió a una moratoria y dejó de pagar. En lo inmediato, tiene previsto designar como encargado del asunto al representante legal de quienes, a expreso pedido del jugador, procurará llevar a la justicia por incumplimiento de contrato. Cuanto más intentan, peor les sale.

Por otro lado, pudo saberse que el innombrable presentó un pedido de informes bajo amenaza de iniciar, en los próximos días, un raíd mediático si no recibe respuesta. Pues a preparase, porque esta comisión no acostumbra a dar explicaciones a los socios. Llama la atención semejante movida, cuando hace unos días negó cualquier tipo de participación en las próximas elecciones. De todas maneras, sabe que su nombre pesa y que cada aparición suya hace temblar a la actual dirigencia. Debería dejar de lado los rodeos y decidirse de una vez a apoyar una lista de unidad que aglutine a los principales referentes de la oposición. De lo contrario habrá que pensar en cuatro años más de falsa pertenencia.

Para cerrar la semana, una prueba irrefutable de que la justicia existe. Apareció la columna del excelentísimo señor presidente en el pasquinejo vernáculo. La estrategia de llegar a todos los colonistas a través de un medio masivo de comunicación, evitando la intermediación del parodismo que él considera inepto, es otra aguda muestra de la decisión con la que aspira a encarar su promisorio futuro. Mientras muchos comienzan a preguntarse cuánto le costará a la entidad el capricho del primer mandatario, otros se frotan las manos apostando a que la saturación provoque un indeseable efecto búmeran. Es alta la probabilidad de que los votos que estima sumar le vuelvan en forma de repudio generalizado.

lunes, octubre 18, 2010

Mal de muchos

La afición se fue conforme. Un empate, después de la vergonzosa goleada, frente al puntero, no es para despreciar. Sin embargo, una vez estabilizadas las pulsaciones, y ya inmersa en la frialdad del análisis posterior, una sensación de inquietud, con vistas al futuro, sobrevoló la observación generalizada. Los veinticinco puntos que pretende sumar la dirigencia, para negar un nuevo fracaso, pueden ser factibles en los cálculos forzados pero no en el ánimo de la masa colonista que siente estafada su confianza. Este torneo se vendió con demasiada parafernalia triunfalista como para alentar, a la hora del quebranto de ilusiones, el consuelo de una campaña aceptable. Cuanto más profundo es el corte, más cuesta cicatrizar la herida.

Si algo queda para destacar, además del resultado, es la voluntad del grupo, que intentó en todo momento demostrarle a su gente disposición para revertir este momento. Es cierto que algunos no están a la altura –señal inequívoca de que algo no se hizo bien–, que otros atraviesan un bajón en su rendimiento –una preocupación extra para el entrenador– y que para finalizar el torneo lejos de los últimos puestos hace falta trabajo, pero no habría que olvidar que este presente es consecuencia de la política que se quiso vender como excepcional en todos los frentes. Nada es producto de la casualidad. Todo tiene una génesis y sus correspondientes derivaciones. La cháchara ocupa mucho espacio, pero los hechos son contundentes.

Quedan ocho fechas y el torneo, aunque el excelentísimo señor presidente diga que “no están ni agotadas ni terminadas las expectativas”, está perdido. Pero no como uno más, está perdido en el contexto de una campaña para la cual se invirtió muchísimo dinero, en cuerpo técnico, en jugadores de supuesta jerarquía y en toda la parafernalia que inventó la falsa pertenencia para perpetuarse en la conducción de la entidad, tal como la engañosa revolución de inferiores; los convenios absurdos, como el firmado con la institución de la cuenca lechera; los indemostrables programas sociales para competir con el poder político de turno en busca de un rédito específico; y las artificiosas campañas solidarias que quedan en el enunciado impactante y terminan en la nada. El cambio, como siempre, está en manos de los socios.


APOSTILLAS

Yira yira. El primer mandatario anda desesperado buscando billetes frescos para continuar con las obras en el estadio. Al parecer el don cerró un tantito el grifo por lo que está abocado a repartir palos a nivel local sin encontrar eco. “Estoy dando una batalla bastante solo (…) el estado se tiene que involucrar más en recursos”, lloriqueó. Cuando la suerte que es grela…

Metiendo presión. Una vez finalizado el partido, un veterano dirigente se dedica a recorrer las cabinas, según dice, “para saludar”. Llama la atención que lo haga en medio de los comentarios finales, momento en que los parodistas vernáculos necesitan concentración para decir algo coherente. Más que una visita de cortesía parece una marcación hombre a hombre.

Poniendo el hombro. El goleador histórico pierde el pelo pero no las mañas. Sabe que el equipo lo necesita, entonces pone a disposición toda su andanada de artilugios en favor del resultado. Así como cualquier parte de su anatomía está al servicio del gol, sus declaraciones están al servicio de lo que muchos quieren escuchar. ¿El “fair play”? Bien, gracias, de nada.

Dedicatoria exclusiva. En su comentario final, el hemisferio pensante de la dupla que anima los mediodías asoleados se acordó de los chupalerches que todo lo justifican. “No comencemos a tocar la mandolina de que Colón tiene un buen plantel”, regurgitó, tratando de no caer en el conformismo generalizado. “Yo no soy blandengue”, disparó. Al que le quepa el sayo…