viernes, noviembre 29, 2013

El calvario de los benditos

Como en un gesto de resignación, la palabra más temida empezó a circular con naturalidad desde que la ignorancia y la buena fe recibieron el tiro de gracia. Los primeros que la sacaron del arcón de los recuerdos fueron los protagonistas. La impusieron de prepo en los medios y de allí empezó a bajar impregnando la piel de la incrédula afición. Los jugadores se sienten descendidos. Para ellos, la pérdida de la categoría es un hecho irreversible. No son los únicos responsables pero, en un intento por mantener a salvo su dignidad, asumen la parte que les corresponde en el descalabro. Bajos rendimientos individuales, malas actuaciones y silencios cómplices representan sólo una porción del combo. En cierto sentido, se sienten los patos de la boda; víctimas y victimarios en la escena del crimen.

Para encarar lo que falta no hay fuerza de voluntad. Las energías han abandonado a los más experimentados y los pibes, que deberían disfrutar de la tan ansiada llegada a primera, sufren en carne propia una herencia no deseada. Algunos ya se fueron, otros están en vías de irse. No hay con qué encarar el próximo semestre. El panorama es desolador. Las gradas tampoco están ajenas. El aliento fue decayendo paralelo al latrocinio. Con la incredulidad a cuestas, los pocos que aún agitan las banderas intentan mostrarse incólumes; sin embargo, los cachetazos no ceden y cada día una mala nueva empuja hacia las profundidades de lo indecible la vapuleada soberbia con que creyeron conquistar un universo que nunca les fue propio. El costo de pretender cambiar la esencia está saliendo demasiado caro.

Así las cosas, las voces que preanuncian males mayores no aceptan someterse a las pautas del silencio y la realidad no deja lugar a la duda. La acefalía es un hecho, las deudas se multiplican, las deserciones no cesan. El fútbol en estado desesperante, la entidad a punto de colapso efectivo. Los únicos que están firmes son los candidatos a administrar los despojos de una institución saqueada con la anuencia de su gente. La fragmentación, otro mérito de la falsa pertenencia, pinta un cuadro de situación inédito. El muestrario incluye de todo un poco. Sobran exponentes del mutismo interesado, que sabían y callaban, que participaron y huyeron; inexpertos bañados de voluntarismo, ignotos bajo sospecha y reincidentes sin culpa. Hay para todos los gustos, hasta para los que quieran repetir la experiencia.


APOSTILLAS

Baúl de sorpresas. Mientras el impresentable vice niega el repudio generalizado del plantel, las malas lenguas andan diciendo que el ex primer mandatario ocupa un lugar en la mesa de negociaciones por sideral deuda en defensa de sus propios intereses. Cuando ingresen las nuevas autoridades, si la impunidad no gana la batalla, la caja más famosa de la mitología griega va a quedar hecha un poroto.

Albañal disponible. El director ejecutivo del fútbol neonato-infanto-juvenil fue otro que se tomó el buque entre gallos y medianoche. La renuncia del líder de la falsa pertenencia y el excremento que no para de aparecer por todos lados, arrastraron a unos cuantos. El modus operandi fue el mismo que el de su mecenas; primero la excusa de la salud, después el adiós sin explicaciones. Antes de que lo rajen, se rajó solo.

Trabajo insalubre. Nunca imaginó que el rol de capitán le traería tantos dolores de cabeza. Primero salió a dar la cara para contar que fueron víctimas inocentes del cuento del tío, después fue el encargado de comunicar el rechazo a viajar en compañía de algún dirigente y por último se despachó con un "no tenemos dirigentes" frente a las cámaras de la televisión impúdica. No ve la hora de hacer el traspaso de cinta.

Haciendo roncha. Los medios nacionales se acordaron de que hay vida más allá de sus narices y por un par de días hicieron foco en la catástrofe vernácula. Las caídas venden y las estruendosas ni qué hablar. Un puñado de notas bañadas de acuosa moralina bastaron para darle la razón al ex primer mandatario. "Vengo a cambiar la historia del club porque me sobran pelotas para hacerlo." Dicho y hecho.

miércoles, noviembre 20, 2013

El infierno tan temido

Todos se quedaron solos y vacíos. La dirigencia, sola con su soberbia e ineptitud; los jugadores, solos con su candidez e ignorancia; la afición, sola con su bronca y su pena; y el parodismo servil, solo con su conciencia. Los acontecimientos se precipitaron por decisión del plantel profesional, harto de engaños y mentiras. Convalidadas por el gremio, en una movida con un extraño aroma a redada, las acciones emprendidas por los jugadores dejaron en evidencia, en vivo y en directo para los cuatro puntos cardinales del país, la caótica y vergonzosa situación en la que la falsa pertenencia sumió a la centenaria entidad. Y los gritos desencajados se convirtieron en renuncia indeclinable. La caída resultó más estruendosa de lo que cualquiera hubiera podido imaginar. Con descontrol, desmanes, heridos, destrozos y puntos dejados en el camino.

El día después, los señalados con el dedo inquisidor salieron a vociferar su verdad para no quedar como los malos de la película. Venciendo los miedos que impone el sistema, y conscientes del error al que fueron inducidos, decidieron calmar el descontento popular blanqueando destratos, deudas, intimaciones, cheques sin fondos, promesas incumplidas, abandono y una sarta de patrañas en la que, durante meses, se vieron envueltos para no perjudicar a la institución. Ahora les toca evaluar los resultados de tamaña osadía. A pesar de sus sentidos discursos, en apariencia teñidos de sinceridad, entre la parcialidad se cuecen focos de resistencia. Algunos tildan de imperdonable la actitud, mientras otros rescatan lo positivo de la acometida. Lo que no pudieron las masivas convocatorias ni las presentaciones guiadas por el estatuto, lo lograron los bolsillos afectados.

De ahora en más, tendrá que dar comienzo la etapa de reconstrucción. Levantar lo que en siete años se hizo trizas, la dignidad de una asociación sin fines de lucro tal y como la pensaron sus fundadores. Rescatando valores, principios y voluntades. Armando el rompecabezas desde el genuino compromiso con los intereses institucionales. Cambiando perspectivas, pautas y procederes. No será tarea sencilla. Depende de muchos factores que todavía no están definidos. La lógica indica que las elecciones no pueden demorar. A partir del llamado se verá quienes están dispuestos a involucrarse con responsabilidad en la ardua tarea. La unidad, con criterio, de todos cuantos estén dispuestos a trabajar sin condicionamientos por el bien de la entidad, se impone en los momentos de extravío. No hay tiempo que perder, mientras la llama siga ardiendo. Manos a la obra.


APOSTILLAS

Pastorcito mentiroso. Puesto al tanto de la determinación del plantel de no presentarse a disputar el encuentro, el ex primer mandatario, se dirigió hacia la concentración, echando fuego por la boca, dispuesto a disciplinar a la tropa. A los gritos intentó revertir la postura de los rebeldes y como respuesta recibió un "renunciá de una vez por todas". Firme el hombre, volvió a ofrecer recompensa. Nadie le creyó. Fin de la cita.

Retiro efectivo. El impresentable vice resiste atrincherado en un despacho en desuso. Obligado a tapar cuanto pueda, no sabe por dónde empezar. Si pidiendo perdón de rodillas para conseguir un paliativo al triste presente o poniendo todas las energías en disimular los innumerables chanchullos que más temprano que tarde verán la luz. Las dos cosas a la vez no puede. Y los pocos que quedan no alcanzan para darle una mano.

Palabra mayor. El capitán, en uso de sus facultades, pidió pista para dirigirse a la pasión popular. Quebrado, suplicó perdón argumentando que no tenían idea de las consecuencias de la decisión tomada. "A nosotros nos dijeron que el partido se iba a jugar, nos dieron la seguridad de que los puntos no los íbamos a perder", afirmó. Si llega la orden de gambetear el reglamento, se confirmarían ciertas sospechas. ¿Con almohada o sin almohada?

Paren las rotativas. Protagonista involuntario de una noche de disgusto generalizado, el chupalerche primero también salió a contar su verdad. "Nunca cobré un peso", dijo indignado por haber tenido que salir del estadio en patrullero. Bueno es confirmar que su obsecuencia fue libre y gratuita. Atención, la próxima dirigencia podrá disponer de un servicio oficioso de alcance provincial, sin cargo y sin opción. Exito asegurado.

jueves, noviembre 14, 2013

Ladrones de bicicletas

Adentro, la situación está que arde. Afuera, el fuego se va extinguiendo de a poco. Ya ni las derrotas movilizan los reclamos. La desidia que corre por las venas de la masa enajenada le está dando la razón a lo que queda de la dirigencia. Aguantar el embate, esperar que pase la tormenta y volver a la escena cuando el panorama aclare. Con una pizca de fortuna, aparecerá el auxilio que hace falta para que el engranaje corrupto tome impulso nuevamente y siga funcionando sin mayores sobresaltos. El negocio no sabe de límites, aunque la institución acuse una herida de muerte. Los adláteres del axioma del anillo pueden certificarlo. Si llega el combustible necesario para poner en marcha la herramienta apta todo servicio, el cerco pretoriano volverá dispuesto a retomar acciones en defensa de la continuidad del modelo.

Mientras tanto, tapando agujeros a los ponchazos, pretenden extender la sangría por lo que resta del certamen; una vez finalizada la contienda, y con diecinueve fechas por delante para la definición, el receso tranquilizará las aguas y los peticionantes pasarán a un obligado cuarto intermedio, dando lugar al trazado de nuevas estrategias evasivas. Con la cobertura del pasquinejo vernáculo, la dilación está asegurada. En pocos días, los titulares salpicados de nombres rutilantes, candidatos a cubrir el cupo de dos incorporaciones con vistas al próximo semestre, coparán la atención de la afición anestesiada, arrastrándola al debate de trayectorias y preferencias. En un año pueden suceder muchas cosas. Pueden llover billetes frescos, puede caer del cielo una soga salvadora o puede acaecer el descenso a mitad de camino.

Por algo el parodismo mediocre y servil pide a gritos un golpe de suerte. Seis o cinco puntos de doce pueden significar el poco de oxígeno que mantenga al moribundo con alguna esperanza de vida. Pero como el relativismo suele trastocar los planes de los embusteros, una extensión de malos resultados le daría vía libre a la hecatombe sin retorno y con ella a la huida en bandada de los jirones de la falsa pertenencia. Ni en los planes del más optimista figura una remontada salvadora en manos de los pibes, lanzados a la arena cual carneros a degüello, sin capacidad, sin experiencia, sin espalda, sin fortaleza mental, sin la frialdad necesaria para sortear la situación. Menos con un conductor inepto y pusilánime, incapaz de plantarse ante quienes no dudan en usarlo de felpudo. La excusa del siempre listo por amor a los colores no tiene cabida cuando de defender la categoría se trata.


APOSTILLAS

Operativo cerrojo. Mientras algunos juegan al encubrimiento, el excelentísimo señor presidente, todavía autolicenciado, busca las mil y una salidas a la crisis por lo bajo y en silencio. Rematando al mejor postor las joyas de la abuela, o liquidando saldos y retazos en el mercado negro, intenta juntar alguna moneda para sofocar la andanada de demandas. El aroma a tierra arrasada ya es imposible de ocultar. Quiso cambiar la historia, está a un paso de lograrlo.

Rulo de estatua. Al impresentable vice no le importa un pomo la sangría societaria; cuantos menos queden en condición de votar, más sencillo será bancar el aparato que le asegure el respaldo a una candidatura. La tarasca para costear la iniciativa ya la tiene guardada debajo del colchón. Dicen sus íntimos que lo tiene sin cuidado pasar por idiota útil en este aciago momento y que sólo piensa en el futuro. Siempre y cuando, antes, no caiga en la gayola por apañar delincuentes.

Marcha atrás. Siguiendo los pasos del artillero venido a menos, el ex capitán y veterano referente se trenzó con el conductor ante la atónita mirada de propios y extraños. Por suerte, enseguida vino la aclaración y la armonía volvió a reinar en el seno del grupo. No es cierto que le haya susurrado al oído vaticinios truculentos, ni que le haya puesto una mano voladora; el intercambio de opiniones se produjo a raíz de su situación personal. Quiere aportar su granito de arena. Imposible no creerle.

Punto muerto. Empiezan a florecer postulantes para el cargo y el chupalerche primero ya anda tratando de acomodarse con alguno para no perder el conchabo. Después de todo, un obsecuente tan fiel y dedicado no es para despreciar. Especialmente teniendo en cuenta el poder de penetración de una opinión tan influyente. Si las circunstancias lo requieren, sin que se le caigan los anillos, puede pasar a chupahilbert en menos de lo que canta un gallo. Lo pasado, pisado. Sin rencores.

viernes, noviembre 08, 2013

La mentira continúa

Un halo de incredulidad artificial envolvió las últimas horas de espera. Mientras sus secuaces le cubren las espaldas apelando a la estrategia de la evasiva y la dilación, el autolicenciado no tuvo más remedio que salir del ostracismo para ensayar algunas explicaciones. Los que vieron manchado su buen nombre y honor (¿?), afectados por triquiñuelas de baja estofa, exigieron una satisfacción para no quedar pegados a las fechorías que pergeñaron los facinerosos con el propósito de exprimir la carta blanca. Hasta el momento, ningún enroque dio resultado. En el laberinto del billete intangible nadie quiere entrar sin una mínima garantía, menos si la invitación viene de parte de tahúres conocidos, ahora procesados e investigados por la justicia. Todo puede empeorar.

Entre puertas cerradas, renuncias indeclinables y preguntas sin respuesta, la voz de la mendacidad intenta también pedalear la deuda interna con promesas de pago discrecional, atadas con alambre. La estrategia es dividir al plantel, privilegiando algunas necesidades por sobre otras, desafectando a históricos, borrando a rebeldes. La purretada, rueda de auxilio de la indigencia, no sólo juega por descarte, también resulta la herramienta perfecta para disciplinar a los veteranos y sofocar cualquier conato de alzamiento, ya sea por reclamos económicos o diferencias futbolísticas. Por ahora, con la inverosímil oferta, consiguieron neutralizar la intención de los más afectados, de no concentrar para el encuentro del próximo domingo. Todo puede empeorar.

Párrafo aparte para el despreciable papel que juega el parodismo servil, resistiendo como puede el embate de la realidad, en resguardo de prebendas y beneficios propios. Desde una devaluada sección del pasquinejo vernáculo y contados minutos de aire enviciado, últimos bastiones de la corruptela enquistada en la centenaria entidad, se trata despectivamente a los miles que salieron a defender los colores, se parangonan situaciones económicas para instalar la idea de que la debacle es general, se minimizan los conflictos de vestuario, se desvía el ángulo del análisis camuflando lo importante con temas menores y hasta se soslaya la información que compromete directamente a figuras centrales con posibles delitos. El miedo, a que con la huida de la dirigencia salgan a la luz convenios reñidos con la moral y la ética, no es zonzo. Todo puede empeorar.

lunes, noviembre 04, 2013

El tiro de gracia

Demoró siete años, cinco meses y siete días, pero finalmente la tapa de la olla saltó y nada ni nadie pudo impedir que el olor nauseabundo impregnara los rincones dejando a muchos en estado de shock. La previa del partido se tiñó de negro cuando lo que empezó como un rumor terminó siendo confirmado oficialmente. Quita de seis puntos por una antigua deuda de seis cientos mil verdes. Cuestión desmentida hace apenas unos días, considerada como una difamación por quien hoy está más escondido que nunca, y que paradógicamente puede disparar masivas renuncias. Los que se reacomodaron y vieron la posibilidad de subir un par de escalones, después de semejante noticia, anticiparon que no tienen la más mínima intención de hacerse cargo de culpas ajenas. Una cosa es compartir privilegios y otra quedar pegados a la vergüenza de haber hundido en el fango a la centenaria institución.

Las reacciones tomaron caminos diferentes. Los que no comprenden la gravedad del asunto y que sólo piensan en el qué dirán, disfrutaron de ver a los pibes apremiando al puntero. Los que apañaron todos y cada uno de los chanchullos, empezaron a elucubrar diferentes maneras de salir del atolladero con la menor cantidad de heridas posible. Los que se comprometieron desde que se precipitó la hecatombe y salieron a agitar las banderas de la dignidad, sufrieron en carne viva la mala nueva y ya evalúan con indignación lo que podría acontecer de cara al futuro. Los que la vieron venir, y se jugaron por denunciar a pesar de críticas y acusaciones, respiraron aliviados, con la conciencia tranquila, convencidos de que inclusive cuando fueron vilipendiados, no estuvieron errados al remar contra la corriente. Los pocos que siempre cuestionaron con conocimiento de causa, no ocultaron la satisfacción de haber sido los únicos que nunca se callaron y advirtieron lo que hoy parece irreversible.

Queda por ver quién se hará cargo de los despojos. Si resisten las sanguijuelas que propiciaron este presente o si, ante la imposibilidad de seguir ocultando los desaguisados, dispararán como cobardes dejando el barco a la deriva para que otros se hagan cargo. Al parecer, la increíble novedad es sólo la primera de unas cuantas que irán saliendo a la luz a medida que transcurran las horas. En este duro trance habrá que tener en cuenta, también, la parte que le corresponde a los cómplices. Los que operaron desde adentro, disfrazados de glorias del pasado, y los que lo hicieron desde afuera, enfundados en ropajes de parodistas rastreros. Los que ayudaron a tapar el monumental desmanejo a sabiendas, partícipes necesarios de las innumerables fechorías cometidas, a cambio de beneficios en efectivo o en especie. A esta altura, no hay ingenuidad que valga. Ni siquiera de parte de la afición aplaudidora que tendrá que hacer su propio examen de conciencia.


APOSTILLAS

Sobran pelotas. Puede descansar tranquilo el excelentísimo señor presidente, hoy autolicenciado. Al fin se cumplió su promesa de posicionar a la entidad en los primeros planos de la consideración nacional. A raíz de la quita de puntos copó la tapa de todos los medios. Aunque algunos serviles anuncien por lo bajo su retorno en quince días, después de las últimas novedades, difícil ver asomar su resembrada cabellera por los lugares que solía frecuentar. Falta hombría de bien.

Sólo sé que no sé nada. En una parodia de conferencia de prensa, el impresentable vice confirmó lo que hasta ese momento era un secreto a voces. Su supina ignorancia no se circunscribe solamente a una cuestión de educación. Para zafar momentáneamente, secundado por una galería de antológicas caripelas, apeló a la estrategia del no sabe, no contesta. Ni la convocatoria para tirarle la manga a los socios pudientes, ni los llamados a históricos dirigentes. Cuenta regresiva.

Dieta obligada. Consumido por la falta de efectivo, el artillero venido a menos, salió a desparramar excremento para todos lados. Aparte de pegarle al que desde marzo le tira papelitos incobrables, y dejar aclarado que hoy por hoy no tiene un mango ni para ir al super, le dio para que tenga y guarde al conductor envalentonado. Lo trató de mala persona mientras que el aludido le contestó que los trapos sucios se lavan en casa. Algunos cráneos todavía no entendieron nada. Capacidades cognitivas disminuidas.

Bellos durmientes. El parodismo vernáculo, que quedó fuera del reparto de subsidios, está cabrero. "Nosotros fuimos engañados burdamente", regurgitó el maestro en medio de su devaluada diatriba contra la dirigencia. El que cada vez que opina pide perdón por temor a herir susceptibilidades olvida que un subordinado suyo admitió públicamente, hace un tiempo, callar muchas cosas. Si en reunión de producción no evaluaran autocensurarse por conveniencias varias, a lo mejor serían más creíbles. El oficio en estado de coma.