miércoles, diciembre 12, 2012

El descanso del guerrero

La situación, de tan recurrente, ya no sorprende ni a los entusiastas de la primera hora. Como no hay nada que festejar, el fin del torneo encuentra a la afición barajando nombres para poner en marcha la ilusión venidera. Ni tiempo para el análisis final; ante la intrascendencia, lo mejor es hacer borrón y cuenta nueva lo más rápido posible. A nadie le interesa lo que el año se llevó, los billetes invertidos en dos campañas mediocres, la parafernalia tejida alrededor, los discursos prometedores, las expectativas desmedidas. El negocio es así, unos pocos reparten dividendos, otros salen empardados y la mayoría sólo gasta saliva a cuenta. Eso sí, todos coinciden en aceitar el engranaje para la próxima vuelta, a la espera de mejores resultados.

Los alegatos de cierre no distaron de anteriores. Que no quedamos conformes, que estamos para más, que merecimos mejor suerte, que igualmente no fue malo. Como se ha hecho costumbre, las argumentaciones discurrieron paralelas al conformismo. Según el entrenador, para rescatar de entre los escombros de la chatura quedaron los purretes con proyección; esos que ciertos personajes pretenden instalar como "consolidados", cuando los hechos no fueron contundentes. Ni siquiera el diamante en bruto reunió las condiciones; aunque con mucho potencial, su torneo lindó con lo irregular, con horas banco incluidas. El resto, quedó demostrado que está para comodín, dependiendo de la ocasión. Todavía tienen un largo camino por recorrer.

Si bien entre los protagonistas quedó la sensación de grupo formado con ganas de revancha, un puñado de encuentros dejaron en claro que tocaron techo. Hacen falta dos buenas incorporaciones para darle el toque de aire fresco y jerarquía que ameritan las aspiraciones. De otra forma correrán el riesgo de repetir la media de veinticinco puntos, algunos más o algunos menos, de cada certamen. El conductor sabe de qué se trata; o acepta las condiciones impuestas para asegurar el futuro económico de la institución -dándole pasarela a los pibes-, o se planta y pide lo que realmente necesita para pelear el campeonato. Los parches le asegurarán nuevas decepciones. Mientras la tropa descansa, comenzó el tiempo de los estrategas.


APOSTILLAS

Llora que te llora. El excelentísimo señor presidente elevó a los cielos su reclamo por más dinero público. Al parecer, el agujero negro ya alcanzó proporciones inauditas, y los principales culpables serían los colados. Las pérdidas que acusan las recaudaciones, cifras insignificantes si se consideran los ingresos y egresos mensuales, resultan una buena pantalla para ocultar la verdad de la milanesa. ¡Sale con fritas!

Paren el mundo. Pensando en el próximo semestre, el conductor plantó bandera. Está tan conforme con sus dirigidos que no quiere que se vaya nadie. Lamentablemente, a la primera oferta decente, cualquiera sea el elegido, las puertas se abrirán de par en par para darle rápida entrada a la moneda fresca. Si empieza el éxodo tendrá que agudizar la creatividad para conseguir en el mercado algo digno y disponible. ¡Se busca!

Carne de diván. El goleador histórico anda pateándose la pera. A pesar de sus esfuerzos, y el de sus patrocinadores, la fiesta de despedida no parece acaparar la atención de quienes, hasta hace muy poco, se derretían coreando su nombre. Al decir de las malas lenguas, la venta de entradas no justificaría ni la apertura de los portones de ingreso al estadio. Menos mal que el primer mandatario se avivó y tercerizó el negocito. ¡A pérdida!

Según el cristal. Algo molesto por no haber sido parte del once titular, el capitán del equipo hizo gala de una mini producción más que efectiva. Después de la faena, y con desgarro a cuestas, se despachó con un análisis muy particular. "Estuvimos muy cerca de pelear el campeonato", dijo ante la atónita mirada del parodismo vernáculo. Décimo cómodo, a quince puntos del campeón y a diecinueve del último. ¡Nunca menos!

miércoles, diciembre 05, 2012

Como pompas de jabón

Tal vez la imagen más precisa de los últimos noventa minutos disputados bajo la atenta mirada del público local la haya dado un veterano relator, acostumbrado a los malos tratos. Afirmar que los protagonistas estaban dando un espectáculo "intransmitible" -aunque la real academia diga que el término no es el correcto- fue una forma fiel de describir lo que reflejaba el campo de juego. Así y todo, con apenas un toque de entusiasmo y algo de fútbol en el segundo tiempo, le resultó fácil quedarse con los tres puntos. Imponer presencia era lo menos que podía hacer ante un rival con pocas luces y demasiadas carencias. Hubiera sido una vergüenza terminar el semestre con sólo dos triunfos en terreno propio. Uno más ayudó a alimentar la escuálida estadística y a fijar el aditivo de la última impresión.

A días del cierre vale echar una mirada al pasado reciente para comprender algunas cuestiones. En los últimos años, los dos picos de rendimiento se dieron bajo circunstancias similares. El primero, de la mano de un conductor que supo sacarle agua a las piedras con una fórmula poco ortodoxa pero efectiva, cantidades industriales de carisma y sobredosis de picardía. Duró hasta que la misma receta se volvió en contra. Con el de la casa, el guante lo recogió el grupo, encarnando el sostén del ciclo; el sobre esfuerzo tiró la toalla cuando la ineptitud técnica se hizo demasiado evidente e imposible de apoyar y sostener. En ambos casos hubo algún que otro atisbo de seriedad que apuntaló el mecanismo de acción, pero al final, como si de un patrón común se tratara, los heridos y despechados fueron más.

La presente etapa es tan ordinaria como otras que pasaron rápidamente sin pena ni gloria. Está claro que el resultado obtenido en el clásico fue su seguro de continuidad. Si en los próximos seis meses no hay resultados importantes, el mismísimo poder de decisión le dará de baja y cambiará el rumbo. Un entrenador, que si bien llegó de la mano de un figura que hasta ahora sólo pudo hacer gala de un ilustre apellido, bastante tibio, que no despierta adhesión de parte de las gradas, al que no hay nada que agradecerle, que no supo afianzar una identidad apenas incipiente, sin referentes positivos en la intimidad que respalden sus lineamientos, a la primera de cambio entrará en el torbellino de los cuestionamientos. Aunque muchos se conformen con migajas y hagan apología de la mediocridad, los resultados están a la vista.


APOSTILLAS

Dibuje maestro. Las maniobras más disparatadas, avaladas desde la entidad madre con mueca socarrona, están pululando entre los necesitados. Para economías al rojo vivo, incluir en el balance una venta que aún no se concretó parece ser una practica aceptada de buen grado con tal de que el circo siga funcionando a pleno. ¿El primer mandatario ya habrá dado instrucciones al departamento contable para que entre los ingresos aparezca la venta del purrete estrella?

Examen de conciencia. Haciendo un análisis del semestre que culmina, el director técnico agradeció a los protagonistas por estar siempre listos, habló de corregir lo negativo y mejorar lo positivo. Por un lado culpó a la falta de regularidad, por el otro destacó la presencia de "muchos chicos que si se acomodan con los grandes tarde o temprano se va a poder obtener algo importante". Algunos todavía se están preguntando qué habrá querido decir con eso de "muchos".

Pájaro en mano. El volante que siempre termina a punto de pulmotor, no descarta repetir malas experiencias si hay un buen billete de por medio. Se habla de algunos interesados dentro y fuera de los límites autóctonos, aunque en cuestión de preferencias, la comodidad tira. Sin demasiadas exigencias, el terruño vernáculo le ofrece un ambiente relajado, en total comunión con sí mismo. Tropezar dos veces con la misma piedra no sería muy inteligente.

Batiendo el parche. La sonrisa cómplice lo dio por hecho. Todo indica que el diamante en bruto no sólo tiene una banda en pugna, sino un comprador definido. Las urgencias no dan tregua, aunque la afición ponga el grito en el cielo. Tantos hilos movieron para ubicarlo que uno habría picado. Es de esperar que la agraciada sea tan rimbombante como las que supo tirar el parodismo rastrero, no sea cosa que termine en las estepas rusas o en algún remoto emirato de medio oriente.

jueves, noviembre 29, 2012

Volver al presente

La jornada empezó torcida. Primero, una triste noticia le hizo piantar un lagrimón a la vieja guardia; acto seguido, un teléfono descompuesto complicó la previa; para cerrar el círculo enrevesado, la muchachada terminó ofrendándole al anfitrión su primer hito en el historial de enfrentamientos. Después del desenfreno que disparó el último triunfo, la mediocre realidad volvió a dominar la escena argumentando a favor de una desteñida imagen en mitad de tabla. Si la euforia duró en las gradas, en la arena los recurrentes defectos que caracterizaron la macilenta campaña cobraron protagonismo como para despejar dudas acerca del pálido presente. La cosecha puede resumirse en una victoria frente al peor del torneo. Poco, casi nada.

Con prácticamente dos torneos cortos en la conducción técnica, y una sola meta conseguida en treinta y cuatro fechas, el entrenador deberá proponer un desafío más ambicioso para el próximo semestre si es que pretende conservar el puesto. Otro certamen en la intrascendencia no sumará adhesiones ni de la masa, hoy resignada pero con permanentes aspiraciones, ni de la dirigencia, necesitada de algún vértice que ofrezca aunque sea un poco de pantalla para seguir cómodamente ubicada en la cabina de mando sin oposición a la vista. Deberá también tener en cuenta que la opinión de la parcialidad no es uniforme; así como una buena parte reconoce su seriedad, otra ha cuestionado muchas de sus decisiones y lo responsabiliza de la pérdida de algunos puntos fundamentales.

La apertura del libro de pases disparará más de un interrogante. A simple viste el plantel podría considerarse completo, aunque si la cuestión fuera tan literal la posición en la lista de merecimientos hablaría de otra cosa. Entonces ¿qué queda? El guardameta todavía tiene contrato, así que habrá que practicar el arte de la relajación y el control mental para soportarlo seis meses más. ¿La defensa necesita algún retoque? ¿En el centro o por los laterales? ¿El medio campo pasa satisfactoriamente una prueba de aptitud o necesita recambio? ¿La delantera colma las expectativas o hace falta mayor poder ofensivo? ¿El banco de suplentes está a la altura? No falta quien pide que se vayan todos. Para los que gustan escudriñar en lo profundo, el ciclo no goza de muy buena salud.


APOSTILLAS

Doble pared. No se sabe si es una estrategia consensuada o si sólo se trata de servilismo en estado puro, lo cierto es que mientras el pasquinejo vernáculo anuncia que varias potencias europeas han entrado en disputa por el purrete estrella, el excelentísimo señor presidente niega la especie públicamente. "No tenemos nada, ni me llamó nadie", confesó al ser consultado. A emisores falaces, receptores desconectados.

Fuera de juego. Al conductor se le están acabando los argumentos. Una campaña tan mediocre amerita atención especial a la hora de los discursos para no parecer desorientado y/o debilitado y/o decepcionado. Que el partido fue parejo, que el resultado fue injusto, que faltó precisión, frialdad y la mar en coche. Ahora empieza el salto de calidad, las incorporaciones quirúrgicas y el campeonato por decantación y cartón lleno.

Roja directa. El delantero menos contaminado no disimuló su fastidio. "Jugamos mal, manejar la pelota todo el partido es hacer fulbito al pedo, hay que ser más vertical si querés ganar", vociferó más encendido que show bengalero. El palo para sus compañeros no pasó desapercibido por los malintencionados de siempre que, con la excusa perfecta, buscaron generar polémica entre los protagonistas. Nunca falta un marrajo desbocado.

Saque de arco. Un viejo manual de manipulación parodística instruye que, ante un contexto aciago, no hay táctica de distracción más efectiva que inflar cualquier brizna positiva, aunque se trate de algo mínimo o secundario. "El resultado fue lo de menos", regurgitó el chupalerche primero, para quien lo mejor fue la fiesta en la tribuna, una prolongación de la euforia pasada. Todo vale para combatir la cadena del desánimo.

miércoles, noviembre 21, 2012

Agua en el desierto

La menesterosa realidad transformó una mísera onza de pan en el manjar más suculento y abundante. Con un festejo a la altura de la obtención de una presea dorada, protagonistas y muchedumbre saciaron un apetito reprimido, impuesto desde la falsa pertenencia a fuerza de fracasos ininterrumpidos. Semejante desahogo sólo puede comprenderse anclando en el escuálido presente y sus implicancias directas, todos los involucrados salvaron el pellejo. El cuerpo técnico aseguró su continuidad, la muchachada gambeteó las pertinaces críticas, la dirigencia sorteó al coro insultante y la masa pudo devolverle la mofa sufrida descarnadamente durante trece largos meses a la minoría.

Como aseguraba la indiscutible jerarquía que divide las aguas, desde todo punto de vista, y con las infaltables zozobras, los dos tantos de diferencia bañaron de justicia las costas de la opulencia, permitiéndole recobrar la bandera de la supremacía que el indigente supo usurpar echando por tierra lo que suelen dictar los manuales de la sempiterna lógica dominante. Asistida por la frescura de los purretes que estrenaban clásico y el aplomo de los veteranos que supieron capitalizar las malas experiencias del pasado reciente, la victoria vio la luz en medio de un marco acorde a la revancha tan ansiada; la misma que le concedió a las sufridas gradas la posibilidad de sacudirse la modorra de una historia escrita al margen.

Respecto de los incidentes que dominaron la jornada y empañaron el normal desarrollo de un encuentro único en varios kilómetros a la redonda, sería saludable analizar la cuestión más allá de la permanente e infructuosa búsqueda de responsables en los ámbitos de decisión. Un match de tal interés y magnitud con una tribuna desierta pierde la esencia, pero el resguardo de la integridad de los asistentes está por encima de cualquier espectáculo convocante. Las circunstancias adversas que acompañaron el antes debieron determinar el durante para prevenir el después. Venga de donde venga la sugerencia, los estados alterados son imposibles de controlar sin llegar al descontrol. La tozudez no es compatible con la razón.


APOSTILLAS

Colecta solidaria. Al final se supo a dónde fue a parar la recaudación del día del club. Por decisión del excelentísimo señor presidente, los bolsillos de los ganadores se vieron beneficiados gracias al compulsivo aporte de la afición. Por su parte, y para que las malas lenguas no digan que él siempre saca y nunca pone, colaboró con unos porrones para humedecer el festejo colectivo. El shampú lo reservó para la intimidad.

Más liviano. Del sudor frío corriendo por las blondas sienes hasta el minuto cuarenta y cinco a la euforia infinita del minuto noventa, el entrenador pasó del sufrimiento al éxtasis en una tarde caliente donde se jugaba el todo por el todo. "Este triunfo era lo que necesitábamos", dijo; le faltó agregar «para mantener nuestras cabezas en su lugar». El laburo está asegurado, ahora a diseñar la pretemporada y reformular objetivos.

Negocio redondo. En medio de la adrenalina previa, se realizó la presentación oficial del partido despedida para el goleador histórico. Todavía no se sabe quiénes participarán de la fiestita, lo que sí se sabe es que ya están a la venta las entradas, así como quién es la cara visible de la organización del evento. ¿Lo recaudado será donado a alguna entidad de bien público o irá a parar a las cuentas bancarias del homenajeado y su patrocinador?

Sobre cerrado. En medio de la euforia y los festejos por el triunfo, el chupalerche primero no se olvidó de su benefactor. Siempre listo para succionar con fruición los calcetines del primer mandatario, en medio del comentario final, dedicó varios minutos a reivindicar -algún día se le tenía que dar- la vapuleada figura presidencial. Horas después, pasó a retirar la compensación por los servicios prestados. Enviado especial al superclásico de las américas.

sábado, noviembre 17, 2012

Sueños compartidos

Después de un digno empate con equipo de emergencia, la muchachada se apresta a entrar en las horas previas al clásico choque doméstico sin definiciones. Envuelta en dudas, la afición también enfrenta la cuenta regresiva, desde su vena pasional, tratando de minimizar los efectos negativos de un semestre plagado de decepciones. Poniendo en marcha un mecanismo de defensa, accede a remar en las aguas del doble discurso; uno hacia afuera, soberbio y triunfalista, y otro hacia adentro, por demás cauteloso, casi como buscando cobijo por si pinta nuevamente el fracaso. La historia reciente no da para calzarse por adelantado el traje de la victoria, aunque las circunstancias apuesten todas sus fichas a favor de un resultado arrollador.

Permitir el paso de los clichés, ayuda a soportar la espera. Partidos son partidos, no importa cómo lleguen, son once contra once, los pronósticos no cuentan y lugares comunes por el estilo invitan a ambas parcialidades a no ahogarse en la ciénaga de los posibles infortunios. Uno arrastra una campaña mediocre, el otro una deplorable. El primero está mejor, pero también lo estaba en la temporada anterior cuando supo morder el polvo en dos oportunidades consecutivas. Por lo pronto, el mejor posicionado ya demostró que cierto tufillo a pavura ronda por la cabeza de grupo; una inequívoca señal de que hay cuestiones importantes en juego, como la mismísima continuidad. Del otro lado, sólo se pone en tela de juicio el honor, lo demás está casi perdido.

En cuanto al espectáculo, resta aguardar que la cordura acompañe; que cada cual sepa cumplir con responsabilidad su papel en beneficio de la velada, más allá de ganadores y perdedores, dentro y fuera de la cancha. Si bien el concepto de fiesta, a la vista de lo que cada fecha suele brindar la barbarie enquistada en las gradas vernáculas, resulta anacrónico, la mayoría lleva incorporado el chip del todo pasa. Festejo o desazón, la revancha está a la vuelta de la esquina; los resabios destinados a subsistir sólo servirán para llenar minutos de infantil jactancia del lado anónimo, mientras que del mediático, pasarán a formar parte de las frías estadísticas, nada más que relleno de programejos con pocas luces. El empate evitaría turbulencias en ambas márgenes.

miércoles, noviembre 14, 2012

A pedir de boca

La ocasión pintaba propicia. Ideal para los vientos de mediocridad que suelen soplar cuando se espera a un rival disminuido. Sin embargo, una vez más, el tren pasó sin detenerse en la estación de la victoria Ni la inclusión, desde el inicio, de la joya sin brillo, ni el vendaval ofensivo consiguieron perforar las entrañas de un adversario venido a menos pero firme a la hora de disputar la paridad del resultado. Así pues, en las postrimerías de otra campaña intrascendente, la resignación decidió apoltronarse cómodamente en las gradas para asistir a lo que resta del certamen huérfana de expectativas.

Caídos uno a uno todos los objetivos, el último que sigue en pie apunta a pasar por encima a un condenado a muerte, demasiado poco como para jactarse. Reducir los logros del semestre a noventa minutos de vapuleada a un moribundo parece indigno de quien gusta hacer ostentación de pedigrí. Dadas las circunstancias, el entrenador no tuvo necesidad de pensarlo dos veces; su futuro pendería de un hilo si no logra un triunfo sobre el clásico rival. Lo cierto es que el resguardo de nombres parece exagerado; una movida lindante con una sensación impropia de la calidad y jerarquía que distingue la realidad.

Para el compromiso venidero, una formación de emergencia pondrá la cabeza en un paseo con final anunciado. Algunos estrenarán uniforme de combate y la afición sacará conclusiones acerca de ignotos pasajeros, clavos conocidos, juveniles rostros que asoman desde inferiores y emparches siempre listos. Un cóctel que, si no fuera porque el dt decidió que el choque no reviste la menor importancia, tendría a miles de almas en vilo. Semejante determinación confirma que algunos entendieron el mensaje que sin demasiados preámbulos bajó de las tribunas. Y que la necesidad tiene cara de hereje.


APOSTILLAS

Vacas flacas. Según el excelentísimo señor presidente, casi cuatro mil socios dejaron de pagar la cuota en las últimas semanas. Una ínfima cantidad si se tiene en cuenta que no hace mucho tiempo se anunció con bombos y platillos que se habían superado los veinticinco mil. Salvo, clavo está, que los números hayan sido inflados en consonancia con la línea de gestión. ¿Se acabará la "desestabilización" económica con lo recaudado por el día del club?

Destinos cruzados. Otra vez, por esas casualidades de la vida, la presencia del joven secretario técnico coincidió con la ausencia de la incorporación fantasma con cargo indefinido. No se sabe a ciencia cierta si acuerdan para no entrar en disputa por la misma butaca o si, mediante intermediarios, evitan un incómodo cara a cara. Lo único comprobable es que nunca se los ve juntos, menos tirando para el mismo lado. Al don, al don, al don pirulero.

Intereses encontrados. Mientras los emisarios internacionales continúan gastando timbos por los pasillos del estadio, "el crack para la masía" sigue sin aparecer. El bajón del purrete preocupa sobremanera a todos los que contaban por adelantado los billetes de su millonaria venta. La cuestión también desvela al conductor, quien se encuentra en la disyuntiva de aguantarlo para que explote o sacarlo en beneficio del equipo. Prende y apaga.

Vuelo bajo. Al fin se le dio al guardameta. Como hace tiempo no sucedía, terminó la faena sin tener que ir a buscarla adentro. Y no dejó pasar la oportunidad de destacarlo ante cámaras y micrófonos. Si bien, mirando la lista de objetivos, éste parece ocupar el último puesto, sepultadas todas las metas, algo es algo. De cara al torneo venidero, le conviene congraciarse con la afición; los próximos seis meses serán largos y con padecimiento asegurado.

martes, noviembre 06, 2012

La jarrita del sabor

Los efectos de la improvisación suelen ser letales. En esta ocasión, el entrenador quedó a salvo de los cuestionamientos más feroces gracias a la enjundia de la muchachada que, obstinada en dar pelea hasta el último minuto de juego, lo puso a resguardo de propios y extraños con el agónico empate. Una derrota, de la mano de un novedoso esquema ofensivo pero poco trabajado, lo hubiera dejado malherido, sufriendo los coletazos de un desorientado camino hacia el reencuentro con la identidad. Los desajustes en todas las líneas, producto de una búsqueda hasta el momento infructuosa, generaron zozobra especialmente en defensa; el padecimiento de los cuatro del fondo no sólo se reflejó en los rostros, también en los reproches que abundaron durante la calurosa tarde del domingo.

Si bien unos cuantos defectos fueron opacados por la cantidad de opciones de gol desperdiciadas, no quedó ninguna duda de que el planteo movió los cimientos sobre los que hasta ahora se había construido la estructura de conjunto. La idea puede funcionar, pero necesita tiempo, ensayo y algunos retoques. Se hace difícil soltar tres delanteros sin un habilidoso que abastezca; se hace difícil explotar la rapidez de los puntas sin un habilidoso que sorprenda, haga la pausa y esté capacitado para romper cerrojos a base de astucia y creación. También resultó evidente que a los purretes lanzados a gastar las bandas les falta un universo de técnica, pero en cada arranque son candidatos a la falta en las cercanías del área, una arista válida para explotar y generar pelota parada.

Claro que en la búsqueda de la perfección hace falta aceitar todos los engranajes para que el sistema no rechine en medio del test público. Esta vuelta de tuerca pergeñada por el técnico, desprendida de una que otra actuación relevante, significa que todavía le quedan algunas instancias por librar antes de aferrarse al clásico gesto de tirar la toalla. Por lo pronto, los protagonistas que asumieron los nuevos roles le ofrecieron un gesto de confianza al entregar una esforzada actuación en pos de la remontada. La paridad fue meritoria, pero más lo fue la búsqueda, la intención de demostrar que siempre queda en depósito un resquicio de dignidad para acallar las voces que insisten con achacarles la repetición de un guión vetusto y gastado. Habrá que ver si la gasolina alcanza para finalizar en una posición decorosa en la tabla.


APOSTILLAS

Necesidad y urgencia. En medio de la vorágine del encuentro, surgió un rumor que paralizó cientos de corazones. El próximo partido, el excelentísimo señor presidente echará mano de un recurso recaudatorio compulsivo. Día del club y todos a pasar por ventanilla sin chistar. Que ningún malintencionado vaya a pensar que la caja tiene problemas de liquidez. Tampoco que la movida es para recuperar lo invertido en el operativo repatriación. ¡Las penas son de nosotros, las vaquitas son ajenas!

De tin marín. Los cambios del técnico convirtieron a la última línea en un tembladeral. El sobre esfuerzo hasta causó la salida de un baluarte a los veinte minutos del primer tiempo en condición de lesionado. Cuando todo volvió a la normalidad, los marcadores de punta siguieron sin marcar y los centrales a dejar jirones cubriéndoles las espaldas. Para la próxima es probable que el técnico adhiera a la conocida máxima del mejor malo conocido que bueno por conocer.

Dos en uno. El guardameta sigue batiendo marcas. No sólo se está manducando dos por partido, ahora también deglute dos en la misma jugada. La afición arde de ira y pide a grito pelado un aire de renovación para los tres caños. Al parecer, a poco del final, el conductor no piensa jugarse tanto. No es lo mismo cambiar un puesto neurálgico a mitad de torneo que faltando un par de fechas para el clásico choque. ¡Qué sufrimiento!

Verdad revelada. Mientras algunos que se creen caciques prefirieron el silencio, el delantero que va de frente no se anduvo con chiquitas. Estuvo duro consigo mismo y con sus compañeros, a quienes les dedicó buena parte de las críticas. "Por momentos jugamos muy tranquilos", "nos acordamos tarde" de salir a buscar el partido y "no quiero más sumar de a uno". El menos contaminado la tiene clara.

miércoles, octubre 31, 2012

Propulsión a chorro

Con el sueño de la copa transformado en pesadilla y el tan mentado protagonismo reservado sólo para bochornos dentro y fuera de la cancha, la muchachada salió a ponerle el pecho a la realidad para demostrar que un golpe no es caída y que la pasión carece de memoria. El objetivo fue confirmado por el entrenador una vez finalizado el encuentro. Revertir el mal momento -dos derrotas consecutivas y despedida del campeonato doméstico e ídem en la instancia internacional-, era la prioridad, a falta de un triunfo por lo menos con un empate. Después de un primer capítulo para la lágrima, resultó clave la charla del entretiempo; había que demostrar interés por cambiar la imagen y reemplazar la falta de juego, como mínimo -parafraseando un pedido presidencial-, con actitud.

Dos caminos condujeron a que, al cabo de los noventa minutos, parodismo y afición coincidieran en que los méritos debieron decretar el triunfo. Los relevos que el técnico decidió para encarar la segunda etapa y la picardía de sacarle partido a la máxima que fondea en la memoria reciente. Después de la vertiginosa secuencia final, nadie se acordó del paupérrimo rendimiento con que se abrió el match ni de los murmullos que tibiamente comenzaron a inundar un espacio vacío de fútbol. La temperatura y la humedad, por un lado, y el bajo rendimiento, por otro, hicieron estragos en el par reemplazado; y la velocidad y potencia del que ingresó le cambiaron la dinámica al equipo. Así llegó el empate y con él una pizca de tranquilidad a todos los presentes.

Rescatar la reacción y la igualdad como un bálsamo reparador después de los tragos amargos, da la pauta de la devastación que causó en el seno del plantel la pérdida de la posibilidad de pelear en los dos frentes. Aunque cueste reconocerlo, una utopía considerando antecedentes y capacidades. En ese sentido, la tabla de posiciones no deja resquicios para la duda. Lo cierto es que el "demostramos que estamos vivos" sonó como una arenga descarnada en un intento por levantar la moral de la tropa. Habrá que ver hasta dónde alcanza; si bien todavía queda un mínimo consuelo, las predicciones no parecen estar alineadas a favor. Por lo pronto, las metas sufrieron una lamentable depreciación, de ir por todo a salir de una coyuntura negativa. Casi nada.


APOSTILLAS

Evacuación masiva. Las gestiones encaradas por el excelentísimo señor presidente para poner en marcha el operativo repatriación apuntaron a no quedar pegado con la banda que terminó en la gayola a raíz de los malos entendidos suscitados antes, durante y después de la aventura internacional. Haciendo gala de su habitual maestría para resolver contingencias, metió mano en la lata y abonó la reparación correspondiente. Y colorín colorado...

Talentos emergentes. El desfile de emisarios del viejo mundo no cesa. Las grandes potencias han quedado prendadas de la extraordinaria revolución de inferiores, por lo que andan dando vueltas a la caza de futuras estrellas y billetes frescos. Aunque con el "crack para la masía" y el "cuatro que puede ser mundial" en baja el "éxito de gestión, modernidad y refundación" parece haber entrado en un cono de sombras, el humo sigue en alza.

Cartón pintado. Según vocearon los rastreros de siempre, el joven secretario técnico hizo acto de presencia después de la hecatombe copera, le dio las condolencias a su amigo y volvió a desaparecer. La peculiar relación que lo une al club no consigue salir de la nebulosa. Sin contrato, sin función visible y específica y sin resultados tangibles. Uno de los montajes propagandísticos más grandes de la falsa pertenencia. ¡Glup!

Intervención quirúrgica. Otra vez la dupla más ácida del parodismo vernáculo fue conminada al rincón de las ánimas. Las lapidarias críticas que decoraron el éter de los mediodías asoleados, a raíz de la fugaz experiencia internacional y sus consecuencias -futbolísticas y de las otras-, volvieron a caer como cross de derecha en ciertos dirigentes. Pueden mandarla a transmitir al foso, pero de los palos no los salva nadie. ¡Uggh!

martes, octubre 23, 2012

Sin el pan

Un prócer contemporáneo, quien supo acuñar célebres sentencias para la posteridad, solía decir que la duodécima fecha definía aspiraciones y potencialidades. En esta oportunidad, el capítulo anterior, marca una tendencia difícil de revertir. Mitad de tabla y a seguir penando en la intrascendencia. Después de un buen comienzo, todos se preguntan qué pasó, por qué el equipo cayó en un tobogán individual y colectivo. Las opiniones están divididas. Responsabilidad del entrenador, bajos rendimientos en puestos clave con injerencia directa en la producción de conjunto, la exigencia física que implica la doble competencia, la falta de mentalidad ganadora, los desencuentros entre asesores con pedigrí, la dispersión dirigencial, las barrabasadas del primer mandatario.

El mejunje que demuestra la escasa cohesión general para enfocar los esfuerzos en un objetivo importante, habla a las claras de los intereses personales que siempre se anteponen a los logros institucionales. Una marca registrada de la falsa pertenencia. A esta altura parece que ni la intervención de un cuerpo técnico serio y responsable puede torcer la historia en favor del máximo anhelo de las gradas. Lo peor del caso es que con el "momento negativo", tal y como lo definió el capitán del barco, no sólo se vino abajo la cosecha de puntos, también se desplomó la cotización de la joya que, según la visión de ciertos gurúes de la humareda, tenía destino estratosférico. Algunos, pensando en el color de los billetes, están lamentando más el decaimiento del purrete que el del equipo.

Así las cosas, con un panorama sombrío, el plantel enfrenta en pocas horas la definición copera. Un resultado adverso, complicado de rectificar considerando las circunstancias. De visitante y arrastrando la pesada carga de las últimas derrotas que acechan amenazantes, pretendiendo arruinar cualquier intento de superar obstáculos. El "partido clave" puede darle al conductor una pauta para decidir su futuro respecto del ciclo. Sin la posibilidad de pelear por los primeros puestos del torneo y sin el pase en el certamen paralelo, sus propias expectativas pueden caer en picada. No sería el primero en abandonar una nave debido al desgaste natural que se da cuando las metas van cayendo una a una sin despeinarse. Si decide seguir remando, deberá tomar conciencia de que lo hará solo y contra la corriente.


APOSTILLAS

Intrusos. A raíz del revuelo que se armó por su pedido de más compromiso y entrega, el primer mandatario puso de cabeza al parodismo vernáculo. Lo culpó de armar un escándalo para compensar la falta de noticias durante el receso. Dijo que los protagonistas que le salieron al cruce no dijeron lo que dijeron y defendió su forma de comunicarse con la gente. Demagogia barata.

Aplazados. La sucesión sigue siendo el tema que le pone los pelos de punta a más de uno. Ante los insistentes rumores que indican que ninguno de sus impares de comisión directiva sería el ungido, los cuchicheos de desaprobación tintinean cual campanada de domingo en el mismísimo círculo íntimo. Al parecer, quien más rechazo genera es el goleador histórico. La ingratitud al palo.

Convicciones. Sin querer queriendo, el entrenador tildó al excelentísimo señor presidente de ignorante. "A veces se confunde actitud con juego", señaló en un intento por interpretar el tuit de la discordia. Luego de la derrota, defendió a sus dirigidos y, como es costumbre, asumió la responsabilidad por el mal trance. Frente a las cámaras reconoció la cruda realidad: "Es inútil pensar que vas a pelear allá arriba".

Infama. Al maestro le cayó torcida la acusación del pope rojinegro. Todo lo malo siempre es culpa de la prensa. No le molesta tragarse cualquier sapo, pero cuando le echan la culpa de armar tole tole salta como leche hervida. Su relator, conocido lengua suelta, no se anduvo con chiquitas. "Palabras que no le ganan a nadie, con cero beneficio para Colón", regurgitó en su particular jerigonza, acusando recibo.

martes, octubre 16, 2012

A las brazas

El receso se calentó vía tuiter. Otra vez, la red de los ciento cuarenta caracteres -en realidad no hicieron falta tantos- fue la vía elegida por el excelentísimo señor presidente para dar a conocer la sensación que le dejó la última derrota; según los serviles de siempre, en comunión con el sentimiento de las gradas. Al parecer, y desde su particular óptica, faltaron a la cita "compromiso y entrega"; por tal motivo, para la próxima, conminó a la muchachada a cumplir con "la obligación" de recobrar el "buen juego" y de poner, "como mínimo", un poco más de actitud. Los medios pueden ser de última generación, pero la metodología, a la hora de deslindar responsabilidades, sigue siendo la misma. Una advertencia que indica por dónde empezarán a repartirse las culpas a la hora de un nuevo fracaso.

A los protagonistas no les gustó ni un poco. El primero en opinar al respecto -un defensor al que no le agradan las críticas- le restó importancia a la acusación, una forma elegante de descalificar los dichos sin necesidad de faltar el respeto a la investidura, por lo menos ante los micrófonos. En segundo lugar habló el entrenador, quien, sin obviar el requiebro de ocasión, dejó en claro que determinadas cuestiones deben plantearse entre cuatro paredes. Si bien el detalle no garantiza que lo confidencial quede a buen resguardo -puesto que del seno íntimo suelen tomar aire los trascendidos más jugosos-, el hombre abona la idea de evitar los cuestionamientos públicos a fin de preservar al grupo de la horda que con su reprobación puede generar un clima poco favorable en casos puntuales.

El último en expresarse fue un volante, hoy relegado al banco de suplentes. No anduvo con vueltas. Además de manifestar su molestia por la imputación presidencial, se animó a pedir explicaciones. "Cuando venga nos dirá por qué lo dijo", desafió con voz de pocos amigos. De paso, aprovechó para mostrarse compungido por lo que considera, en cierta forma, una injusticia. No merece ser el único inmolado por el bajón general, mucho menos cuando le piden que cumpla una función que no siente y lo expone demasiado al error. Así las cosas, como previa de instancias definitorias, la atmósfera generada por el primer mandatario no parece la mejor. En tren de apretar a los actores, con la impronta que lo caracteriza, sembró la semilla que más aborrecen quienes hacen un culto de su imagen.

martes, octubre 09, 2012

Más que amor es un sufrir

La última y resonante victoria, más la posibilidad de ascender a los puestos de vanguardia, llenaron de expectativas la noche. Un rival conocido, al que ya había superado en el torneo paralelo, en terreno propio, sonaba a trámite relativamente sencillo. Rodeada de un marco acorde, a la espera del festejo que limpiara la desazón sufrida en el primer test de carácter internacional, la muchachada salió a dar cátedra de aspirante y quedó pagando en medio de un océano de dudas. Y de nuevo brincaron a la palestra las críticas, los reproches, los cuestionamientos para los quiénes y los por qué. Los que jugaron, los que deberían haber jugado, el cuerpo técnico, la aptitud física, el planteo táctico, la imprecisión, la displicencia, los errores repetidos.

Con una formación retocada, el dedo acusador apuntó al entrenador. Nadie entendió los cambios después de una producción que llenó de satisfactorios titulares los medios nacionales. Y los resultados quedaron tan expuestos como las decisiones. Un arquero que nunca se viste de héroe, un dúo de centrales en baja, un par de marcadores de punta que ataca mejor de lo que defiende, un medio campo inconexo, un habilidoso entre paréntesis y una ofensiva inofensiva. Los relevos del segundo tiempo, también fueron discutidos; esta vez, no por el minuto en que se hicieron, sino por el nulo aporte a la causa. Ante tamaño panorama, no causó sorpresa el gol visitante, que, a pesar del aliento que bajaba desde los tres costados, venía anunciándose desde el inicio del encuentro.

Como en ciclos anteriores, la preocupación va y viene. Signo de la asimetría en la que se encuentra inmersa la realidad del equipo. Consumadas diez fechas, no hay duda de que el técnico supo imprimirle un toque de coherencia al caos que en determinado momento imperó, pero no ha sido suficiente para coronar de regularidad el rendimiento. Así las cosas, parece inalcanzable una recuperación que vuelva a posicionar los anhelos en el torneo local y totalmente improbable el batacazo en la instancia sudamericana. Queda, como en un repiqueteo persistente y agotador, seguir sumando para gambetear zozobras; y con viento a favor, conseguir arañar algún puesto en otra copa. Por lo pronto, caídas las ilusiones, vuelven a sonar los conocidos y nostálgicos acordes de siempre.


APOSTILLAS

Picoteo caliente. Como buen generador de conductas, el primer mandatario le mandó un claro y contundente mensaje a la muchachada a través de tuiter. Mayor "compromiso y entrega" para refrendar la imagen de liderazgo que su figura encarna a nivel nacional. Unas cuantas figuritas que están de paso no pueden arruinar la construcción del relato presidencial. No tienen derecho a dejarlo en orsai. ¿O necesitan una transfusión?

Incompatibilidad de caracteres. Cuando uno va el otro viene, cuando uno viene el otro va. El joven secretario técnico y la incorporación fantasma con cargo indefinido no encuentran puntos de contacto. Más allá de las desmentidas oficiales, los malintencionados que nunca faltan no dejan de poner en duda la continuidad de ambos. A pesar de los elogios públicos, en privado no se pueden ni ver. ¡Marche un audiencia de conciliación!

Honestidad brutal. Apesadumbrado por la derrota, el conductor le cedió un lugar privilegiado a la reflexión certera. A partir del lapidario "jugamos mal", brotó una cascada de críticas que fondeó en el consabido "soy el primer responsable". Nadie duda de su seriedad, tanto en el trabajo como a la hora de enfrentar los micrófonos, pero debería tener un poco más de ojo a la hora de semblantear a algunos protagonistas que no cazan la onda. ¡Atenti!

Globo aerostático. Ya aparecieron las primeras notas de desaprobación hacia la joyita de la corona. Dos malas producciones alentaron las voces que hablan de agrande y exceso de individualismo. Por el bien del equipo y de la institución, las gradas esperan que el técnico encauce lo que corre serio riesgo de desborde. No sea cosa que, como en casos anteriores, la estrella se apague antes de alcanzar su máximo brillo. ¡Cruz diablo!

miércoles, octubre 03, 2012

Milagros inesperados

Acallados los ecos de la decepción, que no pudo ocultar ni siquiera el despliegue de parafernalia copera, el lance ofrecía una posibilidad para la recuperación en términos futbolísticos y numéricos. En la previa, un compromiso complicado, atendiendo a la calidad y aspiraciones del rival y al duro golpe que se hacía necesario superar en el menor tiempo posible. Sepultar las dudas de la afición, que a raíz de los últimos resultados ya le había bajado el pulgar a las potenciales ambiciones, parecía una empresa harto espinosa debido a la merma en el rendimiento, el agotamiento físico y el golpe anímico que le propinó la derrota en la contienda internacional. Para el asombro general, el trámite resultó tan simple como expeditivo.

Con el encuentro prácticamente liquidado a los treinta y dos minutos del primer tiempo, la incrédula parcialidad no entendía quién estaba más sorprendido, si el irreconocible local, por verse superado en todas sus líneas, o el singular visitante, ante tanto derroche de efectividad y contundencia. Luego de salvar un minúsculo sobresalto, la indiscutible victoria movió los cimientos de lo que horas antes parecía sentenciado; no sólo levantó la autoestima de la muchachada, también reavivó las esperanzas de quienes habían firmado la resignación en los dos frentes. Después del triunfo sobre uno de los serios candidatos al título, la mayoría confía en que es posible revertir la adversidad en la competencia paralela y escalar en la vernácula.

Lo cierto es que el triunfo podría calificar como un sacudón imprescindible para retomar el camino emprendido en las primeras fechas, y abandonado debido a los últimos traspiés, o como una repentina y fugaz reacción con fecha de vencimiento en el corto plazo. Teniendo en cuenta el fallo de la historia reciente, pocos apuestan por la primer opción. En cuanto al entrenador, movió algunas fichas y logró salir airoso de la engorrosa coyuntura; relegó al banco de suplentes a tres pesos pesados y depositó su confianza en un par de viejos conocidos que no lo defraudaron. El desafío ahora es enfrentar los trances venideros con el mismo espíritu con el que se aprovechó de uno de los mejores equipos del certamen. Pavada de reto.


APOSTILLAS

En la clandestinidad. Ofuscado por los rumores malintencionados, el excelentísimo señor presidente salió a desmentir los problemas de cartel entre los goleadores históricos; sin embargo, uno todavía no firmó contrato y el otro aún no tuvo presentación oficial. Las desprolijidades, emblemas de la gestión, pueden ocasionar más de un dolor de cabeza. Para colmo, en la guerra fría, todavía no está todo dicho. ¡Atenti!

En el horno. El impresentable vice está enfrascado en la lucha, que es cruel y es mucha, por la sucesión. Lamentablemente, aunque intente cambiar el tono y la postura, no figura ni a placé en la consideración del primer mandatario, quien necesita un candidato potable y el interesado no da con el perfil adecuado. Los últimos cortocircuitos, mellaron la relación que nunca fue del todo incondicional. Por interés siempre bailaron los monos.

En la mira. El guardameta está siendo observado con lupa. En cualquier momento puede acompañar a los históricos que hoy decoran el sector de relevos. La situación lo tiene algo alterado, por tal motivo cortó el diálogo con la prensa, a la que culpa por las desmedidas críticas. Intimamente está convencido de que cierto sector del parodismo pone a la parcialidad en su contra y hasta puede inclinar la balanza a favor del segundo.

En el chiquero. Chapaleando en el lodo de la obsecuencia, el chupalerche primero aprovechó la abultada victoria para levantar la alicaída imagen de la muchachada. Entre exageración y exageración, no ahorró elogios para el pobre desafectado de la celeste y blanca alternativa. Se nota que no está muy acostumbrado a ver jugadas de excelente factura, cuando entra en éxtasis con una más o menos decente. ¡Enorme, monumental, brillante!

jueves, septiembre 27, 2012

La chatita empantanada

Así como la carrera ascendente, exclusiva dominadora de la escena durante los capítulos iniciales, entusiasmó por demás, la descendente está poniendo en duda todo lo que antes resultó motivo de elogio. En la previa, el encuentro agotó los boletos por lo que ambos podían ofrecer de diferente en un contexto donde noventa minutos de mediocridad saturan antes de cumplido el tiempo reglamentario. Y arrancó como para no defraudar al impresionante marco, con lujos incluidos. Hasta que a los doce golpeó de lleno la realidad. De un lado, mucho dominio de juego pero cero efectividad; del otro, precisión y adentro en el primer avance profundo. La más acabada expresión de un trabajo colectivo inteligente frente a otro en vías de parecerse.

Frente a la coyuntura, los protagonistas insistieron en minimizar lo que algunos ya se animan a calificar de bajón. Sumar dos puntos de doce y recibir siete goles en contra en cuatro partidos no parece una cuestión tan liviana como para sintetizar que todo se arregla con un simple ajuste de "detalles". Algo no funciona como al principio. Lo peor del caso, es que el punto muerto llega en un momento crucial. La doble competencia no da respiro y el rival del torneo paralelo aparece como uno de los obstáculos más difíciles de superar. Tras cartón, uno de los mejores equipos del lote protagonista local espera con los colmillos afilados para seguir su camino a la cima. Dos compromisos que pondrán a prueba el temple y la capacidad futbolística de la muchachada.

Por su parte, el entrenador habló de virtudes del adversario y de defectos propios. Echó mano al consabido subterfugio del merecimiento y decoró su discurso con obviedades. Algo confundido, primero equiparó rendimientos y después reconoció una mala tarde. Lo cierto es que la tranquilidad de los primeros triunfos comienza a diluirse y la preocupación a dominar la escena. Para completar la ventisca en contra, como es costumbre, aparecieron rumores acerca de descontentos, malas influencias y hasta abandonos a punto de ser consumados. Para superar el mal clima, un resultado positivo en el próximo compromiso copero sería suficiente. Retomar la línea perdida, daría un buen espaldarazo para remontar también en el certamen doméstico.


APOSTILLAS

Anuncio opacado. En lugar de vapulear el micrófono para hacer lo que más le gusta, tuvo que ocuparse de desmentir rumores, como siempre, malintencionados. Cansado de los que ponen palos en la rueda, de los que permanentemente generan dudas, desestimó problemas de cartel entre los goleadores históricos. Somos todos los que estamos y estamos todos los que somos. Palabra santa.

Asunto sellado. Sentado a la siniestra del padre, el flamante "correveydile" también expresó su disgusto por el runrún del momento. Nada más falso que el bisbiseo que lo involucra en mezquindades, personalismos o intereses poco claros. Quien dude de su amor incondicional a los colores debería arder en el infierno, aunque entiende que son gajes del oficio, esto le pasa sólo a los famosos.

Dos en uno. Con la lucidez que lo caracteriza, el guardameta explicó el por qué de la alicaída actualidad. "La liga que tuvimos en los primeros partidos no está de nuestro lado", balbuceó con un dejo de nostalgia. Por su parte, el defensor charrúa no ocultó su fastidio por lo que consideró críticas desmedidas hacia la línea de fondo. Las malas rachas y las voces en contra no son bien recibidas.

Por la vuelta. Durante la transmisión de la emisora asoleada, se supo del regreso del ex encargado de seguridad, aquél que se fuera por disidencias con el impresentable vice en cuanto al manejo de las relaciones carnales con ciertos socios caracterizados. La reacción del hemisferio pensante de la dupla no se hizo esperar. Pidió a los gritos una comunicación para pedir explicaciones. ¿Le habrán atendido el teléfono?

martes, septiembre 18, 2012

Pájaros en la cabeza

El carácter y la convicción futbolística que le posibilitaron cosechar diez de los doce puntos en juego en las primeras cuatro fechas, entraron en un peligroso rellano. La operación matemática que determinó dos de los últimos nueve disparó controversias en una afición que le había tomado el gusto a bajar la pendiente a toda velocidad. Y no existe nada más decepcionante, para quienes gozan conduciendo un bólido descontrolado sin cinturón de seguridad. que colisionar con la certidumbre de un obstáculo insalvable. Luego del empate, las discusiones circularon por el carril de las disyuntivas. Perder puntos por no renunciar a la búsqueda o ganarlos aplicando la ley de la mezquindad.

Es innegable que todos disfrutan de la consolidación de una idea determinada expuesta con criterio en cancha, pero la puja que enfrenta a la búsqueda permanente de la superación, aunque no rinda lo esperado, con la ansiedad por sumar resignando lo que sea necesario, acorrala el análisis teñido de pasión en un callejón sin salida. En el foco de la contradicción, el técnico fue el apuntado. Falta de reacción para cerrar el partido cuando el triunfo era un hecho consumado y lentitud a la hora de hacer los cambios. La defensa ancló en un páramo indefinido. Que sí pero no, que no pero sí. Conforme pero preocupado. Dudas, explicaciones poco convincentes, reflejos del desconcierto.

Por su parte, los protagonistas coincidieron en minimizar los síntomas de alarma. Se negaron a hablar de "bajón", prefirieron llenar el espacio vacío con conceptos tales como "errores" y "bronca". De todas maneras, fue imposible ocultar la inquietud del momento, especialmente por lo que el corto plazo les tiene reservado. No es buen momento para titubeos, salvo que el inicio haya sido producto de un envión anímico sin una verdadera base sustancial. Para el entrenador, la más mínima sospecha es un problema. Si el rendimiento sufre una retracción en estas instancias, la historia menos añorada corre riesgo de repetirse. Los próximos rivales serán la medida para encuadrar el futuro.


APOSTILLAS

Pasadizo secreto. No todo es un lecho de rosas, en ocasiones el crecimiento trae aparejadas consecuencias desagradables. El excelentísimo señor presidente sigue preocupado por los colados que no le permiten recaudar lo suficiente para retener a los buenos valores de inferiores. Algunos sospechan que la sideral cifra que tiró se escapa por otro lado.

Se viene el estallido. Durante el fin de semana, los rumores corrieron como reguero de pólvora. Problemas de cartel entre goleadores históricos habrían causado la renuncia del joven secretario técnico. Sin necesidad de contar con palabra oficial alguna, el pasquinejo vernáculo se encargó de desmentir cualquier mala nueva. La casa está en desorden.

Pelotazo en contra. Otra vez la artillería pesada apuntó al guardameta. Las voces más críticas no dejan de reclamarle mayor compromiso y decisión a la hora de enfrentar a un rival con intenciones "non sanctas". Cuando el arco resulta violentado sin encontrar demasiada resistencia, sus condiciones técnicas quedan en el ojo de la tormenta. Ojo al piojo.

Diamante en bruto. El purrete no sólo es habilidoso, también es sincero. Primero hizo un golazo y después se responsabilizó por la jugada que terminó en el empate del local. Las veces que enfrentó los micrófonos demostró aplomo y sensatez, dos cualidades que lo destacan entre el piberío que anda en la pavada. Si no descarrila, le espera un porvenir promisorio.

miércoles, septiembre 12, 2012

Paredón y después

La inesperada derrota dividió las aguas por donde navegan las sensaciones. Entre quienes a lo largo de cinco fechas cabalgaron airosamente sobre el lomo del triunfalismo dejó una herida profunda, pero de cicatrización rápida y casi indolora. El popular lema, aunque trillado, sirvió para pasar el mal trago con la dignidad que la postura requería. Un tropezón no es caída y la recuperación está a la vuelta de la esquina. La idea futbolística tiene permiso para abrirle un resquicio al ocasional traspié porque no es infalible, sí firme y segura. También echaron mano a las justificaciones que suelen regurgitar los serviles de siempre. El cansancio hizo lo suyo, afectando el rendimiento de una muchachada desacostumbrada al ritmo de la doble competencia. Con el debido descanso, vuelve la normalidad.

En la otra orilla, los reproches por el resbalón arreciaron. Ni siquiera el invicto de diez encuentros consecutivos menguó las críticas de los que se resisten a apostar fuerte a favor del ciclo. Las frustraciones están tan frescas que parecen negarle un lugar al optimismo. Junto al resultado adverso resurgieron las dudas. En medio de un aquelarre de conocidos demonios, saltaron los dardos envenenados para todos y cada uno de los actores. No se salvó ni el técnico. Que otra vez los viejos vicios del guardameta, que los centrales fallaron en la coordinación, que los laterales se diluyeron en un mar de yerros, que la contención estuvo desacertada y lenta, que la creación perdió ante la estrategia local, que la presencia ofensiva fue intrascendente y que los cambios resultaron tardíos.

El toque de moderación, como para derramar un poco de cordura y calmar a los extremos, lo puso el entrenador una vez finalizado el cotejo. Habló de falta de sorpresa y movilidad, defendió a la dupla de ataque en un intento por resguardarla de las reprobaciones, reconoció las virtudes del rival y aseguró contracción al trabajo para corregir errores. Lo cierto es que después de dejar en el camino cinco de los últimos seis puntos disputados, el concepto de juego, el impulso anímico y la consecuente andanada de elogios, sufrieron un freno significativo. Está en los protagonistas demostrar la predisposición necesaria para retomar el camino perdido, si es que la intención y el compromiso puestos de manifiesto en las primeras fechas sigue intacto. Los escollos son parte de la travesía, la superación también.


APOSTILLAS

Navegación por instrumentos. Favorecido por el viento de cola, el primer mandatario dejó la nave en piloto automático para dedicarse a menesteres más gratificantes. Mientras las buenas nuevas dominen la escena, los enconos intestinos permanecerán en estado latente. En cuanto las ráfagas roten volverá a ponerse en peligro la sustentación. ¡A disfrutar del momento!

Tren fantasma. Para desmentir los rumores que anunciaban una traición en potencia, el goleador histórico conversó con los rastreros todo terreno. De paso, entre insólitos tartamudeos, procuró explicar su rol dentro de la ociosa estructura. Una especie de "che pibe" con injerencia en espacios ya ocupados. La superposición de figuritas, otra bomba de tiempo.

Sin comentarios. Los rostros de la derrota no son para nada agradables. Escudándose en la incomodidad del escenario, ningún intérprete quiso poner la trucha para explicar, ante los micrófonos vernáculos, las causas del desliz. Calladitos la boca, en fila india, subieron al bus masticando bronca. Calma, en la próxima victoria se pelean por hablar.

Pocas nueces. El hijo pródigo se hizo cargo del papel que en cancha encarnaba el líder negativo, porque el capitán no tiene ni el carácter ni el peso específico necesario para asumir la responsabilidad. Protestas y berrinches más que juego y actitud. Por ahora las alegrías esperadas por el excelentísimo señor presidente brillan por su ausencia.

miércoles, septiembre 05, 2012

El fuego sagrado

Sellado el pase a segunda fase del torneo paralelo entre vítores y elogios merecidos, continuó su empecinado camino en aras de confirmar por qué ya aparecen las primeras tibias voces que hablan del mejor equipo del torneo. Como en los viejos buenos tiempos, sin estridencias, tratando de sepultar los estigmas y sorprendiendo hasta a los más optimistas, el equipo expuso en cancha la versión que las gradas exigían hace años. Buen manejo cuando la ocasión lo amerita, actitud cuando falta calidad, y por sobre todas las cosas ese plus que se espera de quienes están convencidos de, y comprometidos con, una idea. Mérito del entrenador y también de los protagonistas que, lejos de las influencias negativas que dominaban la intimidad, dimensionaron el poder de sus propias condiciones.

Más allá del empate, la respuesta, en todo sentido, a la continuidad de responsabilidades de los últimos días, reconcilió a la muchachada con su gente en una demostración recíproca de sentimientos. El campo de juego es un proscenio donde indefectiblemente queda expuesto un combo de voluntades y capacidades que tiene su natural correlato en las tribunas; si uno irradia lo que las otras reclaman, no importa el resultado porque la conexión se manifiesta expresa e inalterable. Por primera vez en mucho tiempo, la afición está recibiendo lo que reclamaba. La pasión impide ahondar en los cuestionamientos de tiempo y lugar. ¿Por qué ahora sí y antes no? Mientras los responsables evitan reconocer errores y se enfocan en el triunfalismo de ocasión, algunos ensayan explicaciones en voz baja.

Los requisitos para salir campeón no están escritos en ningún decálogo; sin embargo, los factores determinantes pueden encapsularse en un puñado de enunciados que delinean el camino a seguir a los interesados. Así como las fórmulas exactas no existen, ciertas acciones conjuntas inyectan una buena dosis de convencimiento hacia la consecución de las metas. Si este ciclo no alcanza la presea máxima pero sigue dejando su huella en cualquier arena, igual se llevará el reconocimiento de la gente. La exigencia es un mito creado por los mismos que después, a la hora del fracaso, buscan refugiarse en alegorías bastardas para huir del escarnio público y seguir su derrotero trashumante sin mácula ni remordimiento. En el llano lo más importante es la dignificación de los colores, ni tanto ni tan poco.


APOSTILLAS

Alegre mascarita. Agitando la bandera de la revolución de inferiores, el primer mandatario aprovechó las cámaras para ensalzar no tanto a los purretes representantes de la asonada, sino su condición de estadista visionario y el trabajo que bajo sus lineamientos se está llevando a cabo en las canteras. Lástima que se olvidó de contar que algunos tenían destino de destierro y quedaron de resaca.

Buena gente. Acorralado por el hemisferio pensante de la dupla que anima los mediodías asoleados, un bufón del rey quedó patitas hacia arriba en un fallido intento por disfrazar de impoluta a la podredumbre. Con un séquito tan limitado resulta lógico que su majestad cristianísima saboree en soledad las mieles del poder. El que nace para batir el parche nunca llega a tocar el piano.

Kung fu panda. El hijo pródigo volvió al ruedo, entró a los veintidós minutos de la etapa final y mandó la bocha a guardar ciento veinte segundos después. Al final se descontroló y vio la amarilla en el tercer tiempo. Frente a las cámaras vapuleó al hombre de verde. "Cuando jugás contra los grandes no te cobran igual", sollozó. Posteriormente reconoció que "la protesta fue desmedida". Punto a favor.

Peso pesado. La frustración por el empate en el final calentó los ánimos de los protagonistas que consideraron oportuno reclamarle respetuosamente a la terna arbitral por una jugada previa al gol de la visita. En el tumulto, el guardameta se desquitó con un escudo policial al que le dio una clase de urbanidad y buenos modales. Y pensar que hace unos días los energúmenos venían de la sierras.

martes, agosto 28, 2012

Barriletes cósmicos

Después del espectacular y contundente debut en el torneo paralelo y con el pase a segunda fase en su poder, la muchachada se lanzó en clavado mortal a certificar los fundamentos que le permitieron abrazar la punta en soledad al cabo del cuarto capítulo inicial. Apuntalando virtudes, repitiendo errores, pero poniendo en evidencia una capacidad que antes no conseguía verter al momento de trazar sobre el lienzo la estratégica conjugación de tiempos y oportunidades. Pensando el partido, defendiendo con criterio a la hora de retroceder, aprovechando las ocasiones que se presentaron para ir tras la victoria y concretándolas con la tranquilidad que da la certidumbre de estar interpretando un argumento meticulosamente armado.

Una exploración de años que ha comenzado a rendir los primeros beneficios reales. Sin lucimiento, pero con orden y disciplina táctica, y sin virtuosismo, pero con la dósis suficiente de sutileza y desparpajo, logró doblegar a un rival al que le empezó ganando desde las estadísticas. De la mano de un protagonista que, ante las desmesuradas retinas de ciertas conciencias parciales afectas al exorcismo divino repentino, hoy goza de una redención definitiva, y que tal vez nunca ocupe un lugar preferencial en la fría columna de las amortizaciones varias, y de quien hasta ahora ha sabido canalizar la herencia del liderazgo negativo en energía positiva, los tres puntos untaron de miel el conocido salar de los preludios frustrados.

Ahora arranca el sinuoso camino que suele imponer la búsqueda de la regularidad. Ajustar el funcionamiento del sistema al fin primigenio es el obstáculo a vencer en ambos frentes. Desterrar, con el correr de las fechas, el estigma de aspirante fracasado desvelará las noches de la habitual mediocridad. Imponer, entre tantos otros pretendientes, la presencia consolidada de una identidad hambrienta de logros no será fácil para el equino que acostumbra quedarse en las gateras; todo un desafío para el entrenador que ha sabido sembrar una idea coherente entre lúmpenes y decanos. Para matizar la espera, los medios corrosivos plantearon la anécdota del caso. La guerra declarada entre el parodismo incrédulo y el obsecuente será parte de la escenografía dominante en el país de las maravillas.


APOSTILLAS

Medidas precautorias. Rápido de reflejos, el excelentísimo señor presidente instruyó expresamente a su cohorte de asesores para "reformular" los términos de la contratación del delantero proveniente de ignota institución charrúa. No sea cosa que, aprovechando la volada, a los sabuesos se les ocurra husmear donde no deben. ¡Ojo con los canes!

Cancha marcada. El joven secretario técnico se encargó de poner en caja al último pasajero fantasma. Despues del elogio de ocasión, aclaró que se encargará de las divisiones menores, conminándolo a una posición de segunda categoría. ¿Será por eso que los amigotes del prócer hablan de disconformidad porque los altos mandos "le cambiaron la bocha"?

Tiro por elevación. En medio de la algarabía triunfalista, el guardameta se acordó de los ausentes con pedigrí histórico. "Este es un plantel en el que no hay caciques, somos todos indios", dijo en obvia alusión a un par de referentes del pasado reciente. Siempre es bueno congraciarse con el líder de turno; pero muerto el rey, se acabó la monarquía.

Cabecitas pintadas. Los serviles consuetudinarios que orbitan alrededor de la usina de noticias buena onda están que se salen de la vaina por encender la mecha de la bomba. Desde el universo celeste y blanco estarían apuntando el catalejo hacia un nombre que causará sorpresa. Si los anteriores fueron por puro marketing ¿a éste de qué lo irán a disfrazar?

martes, agosto 21, 2012

Rebelde con causa

En el plano de las especulaciones, el arranque con puntaje ideal disparó, entre los que acostumbran embriagarse con pócimas triunfalistas, un regadío de apetencias sin control. En esta ocasión, la realidad frenó el acelere del bólido en la tercera vuelta. Como en anteriores oportunidades, cuando correspondía cristalizar la consolidación de una idea de conjunto, apareció el descalabro desnudando viejas falencias empecinadas en permanecer más allá de las buenas intenciones. Para desconsuelo de quienes aspiran a acaparar la atención y el respeto de los medios masivos al momento de considerar a los aspirantes al título, el liderazgo en soledad se transformó en compartido antes de que el reloj marcara las doce.

A la hora de analizar lo estrictamente futbolístico, las voces fueron coincidentes. A pesar de no haber ofrecido la solidez defensiva tan elogiada en las primeras dos fechas, la intención de no bajar los brazos y arremeter en busca de un mejor final resultó un punto digno de destaque. El entrenador también se encargó de resaltar la capacidad del equipo para recomponer el ánimo en la adversidad y el esmero en explotar todos los recursos disponibles para llegar al empate primero y al posible triunfo después. Aunque la paridad haya llegado por intermedio de un tanto cedido por la visita, que ya jugaba con un hombre menos, la meritoria insistencia obligó al error y encontró su premio. En definitiva, el dos a dos pareció justo.

Los incidentes desatados sobre el final no sólo le cortaron el hilo a las ambiciones de victoria, también dejaron en evidencia la desidia de los encargados de la organización del espectáculo y el fracaso del operativo de seguridad. Como siempre sucede en estos casos, las acusaciones cruzadas, la minimización de la violencia y el deslinde de responsabilidades coparon los titulares durante y después. El fútbol vernáculo, diluido intencionalmente en una zona gris con entrada vedada a la justicia, goza de una impunidad tal que permite el encumbramiento y permanencia de una casta de mafiosos y delincuentes -y un entorno ídem-, que nunca tiene la culpa de nada. En ese marco, sobrevive pero herido de muerte.


APOSTILLAS

Cepo monetario. Para que no queden dudas, el primer mandatario está encargándose personalmente de aclarar de quién es el mérito de que la muchachada corra y ponga lo que tiene que poner. "Los premios que arreglamos con los jugadores son entre el primero y el cuarto puesto. Quinto o peor, no les pago nada", sentenció el que maneja la caja. ¡Tomá!

Zona liberada. El impresentable vice, a través de un esbirro de poca monta, le puso el pecho a las balas pidiendo la detención del parodismo cordobés involucrado en la violencia vip. Por un momento hizo cambio de roles, guardó la faca y la tumbera y se puso el traje de defensor de plateistas víctimas del vandalismo foráneo. ¡Buchón de la yuta!

Caciques en retirada. Ni el joven secretario técnico, ni el director ejecutivo del fútbol neonato-infanto-juvenil, ni el coordinador de inferiores, ni la nueva incorporación fantasma con cargo indefinido, han dado señales de vida en los últimos días. Nadie sabe qué hacen ni en qué andan. Los maliciosos de siempre temen una desbandada en masa. ¡Atajenlós!

Paka-paka. Con el comienzo de la doble competencia el entrenador piensa en ir prendiéndole velas a todos los santos para que los soldados le aguanten las batallas por venir. Dicen las malas lenguas que cada vez que mira el banco de suplentes le sobreviene un ataque de pánico pensando en las viscitudes que podrían presentarse. ¡Todo culpa de la malaria!

martes, agosto 14, 2012

Sacando viruta al piso

El punto donde confluyen las pasiones no es nuevo. Hoy disfrutan del momento aquéllos que alcanzan el clímax mirando la tabla de posiciones, poco importa si se trata de una segunda fecha. Es tal la ansiedad por dejar de correr mirándole la espalda a los líderes que dos triunfos consecutivos en el inicio del torneo resultan una especie de panacea universal. La certeza de que en esta oportunidad no habrá que esperar el tan mentado período de adaptación, el entendimiento entre piezas nuevas y estables, la incorporación de conceptos técnicos desconocidos -nada de lo que en el pasado solía marcar un comienzo errático-, potencia los estados de éxtasis sostenidos al son de una marcha triunfalista.

En rigor, la actuación del equipo no rozó lo descollante ni mucho menos; simplemente se puso de manifiesto una expresión defensiva firme, del medio hacia atrás, y adelante se explotó la velocidad de un tiernito que tendrá la trabajosa tarea de escaparle al estigma de inferiores, si no evoluciona va a terminar como otros tantos que lo precedieron; cuestión que ya está sufriendo en carne propia quien asomó como un habilidoso volante creativo, en este comienzo con presente deslúcido. A pesar de los elogios desmedidos, para protagonistas que no dejan de arañar un puntaje de aprobado a secas, todavía está por verse cuánto más puede mejorar el trabajo de conjunto y crecer el rendimiento de las individualidades.

Sumar puntos en los primeros encuentros del certamen, cuando muchos recién están acomodándose, asegura un respaldo que puede salvar las papas cuando las competencias se superpongan y el desgaste empiece a pasar factura. Resulta importante tener presente que estos mismos protagonistas, que en la tarde sanjuanina tuvieron un despliegue físico significativo, dentro de poco deberán afrontar obligaciones en dos frentes. Habrá que ver si se decide priorizar alguna de las dos o si se apunta al todo o nada. Por lo pronto, si de la parcialidad dependiera, la colecta para solventar la fiesta bengalera no haría distinción de tinte. Las ambiciones colectivas, en cuanto quimera irrenunciable, no tienen límite.


APOSTILLAS

The only one. Al excelentísimo señor presidente le importan un bledo los pataleos de sus impares de comisión directiva. Hay que tener tupé para hacerle algún tipo de reclamo a quien desinteresadamente, y hasta ahora con el mayor de los éxitos, está dejando jirones de vida para hacer de la institución un paradigma a todo nivel. ¡Los ingratos que vayan a llorar a la iglesia!

Corto mano, corto fierro. Encabezados por el impresentable vice, un puñado de dirigentes anda sollozando por los rincones. Al parecer, muchos recién caen en la cuenta de que el estilo del primer mandatario contempla ignorar a todos los que se ubican por debajo de su inigualable figura. Si tienen alguna duda acerca de la impecable gestión ¿por qué no le preguntan por tuiter?

Murciélago hematófago. El goleador histórico ni tiempo tuvo de saborear la dulzura del retiro. Como buen admirador de la cultura fenicia, sabe que los resentimientos deben quedar a un lado cuando de negocios se trata, por eso ya está de vuelta en el ruedo. Aunque todavía no hay anuncio de presentación oficial, "manejará todas las categorías formativas". El lobo cuidará del rebaño.

Ni frío, ni caliente. Con la impresionante capacidad de análisis que lo caracteriza, el maestro expuso su opinión respecto de las desavenencias dirigenciales del momento. Amor y paz para todo el mundo y a otra cosa mariposa. Ahora que lo futbolístico marcha sobre ruedas no debería haber espacio para rencillas internas, mucho menos entre tan buena gente. Los hermanos sean unidos.

martes, agosto 07, 2012

Alta en el cielo

No se sabe si fue por la ansiedad que provoca la falta de fútbol o por el resultado de los primeros noventa minutos de juego. Lo cierto es que el triunfo con que el equipo debutó en el torneo llenó a la parcialidad de auspiciosas expectativas. Por unas horas, quedaron postergadas las discusiones acerca de qué puestos faltarían reforzar y qué nombres serían los indicados para dar paso a las coincidencias. Elogios al por mayor recibió la cuestión más valorada en tiempos de crisis; mantener una base que se conoce y lleva adelante una idea básica de conjunto resulta una ventaja por sobre quienes deben empezar de cero, con plantel renovado y esquemas por ensayar.

Como siempre, las ilusiones puestas en marcha parten del optimismo que genera una nueva etapa. En este comienzo, no sólo la victoria activó las argumentaciones en favor de reflotar el latiguillo que se impone cuando de llenar espacios con vaticinios y especulaciones sobre batacazos y otras yerbas se trata. El aceptable funcionamiento revelado en el segundo tiempo también contribuyó a desempolvar esas ansias de concretar lo que hace años suele quedarse en decepcionante amague. Insuflada por los obsecuentes a sueldo desde los medios y por los rastreros de vocación en el llano, la candidatura se transformó en un hecho con mayor velocidad que de costumbre.

Sólo una minoría, amparada en la experiencia que proporcionan los constantes fracasos, apostó a la mesura. Esperar por una formación estable y consolidada y una definición en el diseño de la identidad parece ser un acierto en la posición adoptada por unos pocos, más allá de eventuales sacudidas impulsadas por la pasión inalterable. La historia reciente dictamina que quienes se frotaron las manos anticipadamente, terminaron mascando bronca o dibujando un relato a medida de mediocres. Lo mejor, para aquéllos que canalizan sus ansiedades hacia otro punto cardinal, es abrir un compás de espera dándole una oportunidad al desarrollo de los acontecimientos. Para el resto, queda el embale.


APOSTILLAS

Cemento alisado. Escuchar al excelentísimo señor presidente declarando, ante un servil consuetidinario, acerca de lo acertadas que resultarán las medidas de seguridad a implementar en el ingreso a los estadios para evitar "colados", provoca cierto escozor y dispara un interrrogante. La banda que anima la fiestita, buena pa'lo que guste mandar ¿pasará el control?

Duda existencial. El estilo medido del entrenador transmite tranquilidad de cara a una proyección a futuro. Lo que todavía no queda muy claro es si el "necesitamos recambio", a la hora de justificar algunas incorporaciones, corresponde a un argumento sostenido por convencimiento o por resignación. Cuando de proteger la fuente de trabajo se trata, todo es posible.

Ojos hambrientos. Recién llegado, y luego de poner en marcha un emprendimiento de lo más innovador en la madre patria, el goleador histórico estrenó banca en sector vip desde donde rememoró tiempos idos. Para que la falta de protagonismo no sea un bocado difícil de digerir anda buscando un resquicio donde meter mano. Atenti con el serrucho.

Puñal asesino. Empezó picante el hemisferio pensante de la dupla más ácida del parodismo vernáculo, a cargo de la transmisión asoleada. En su apertura, se acordó de los "dirigentes que deberían estar presos o prófugos" por los desmanejos que gestaron el actual punto crítico del fútbol doméstico. ¿Habrá incluido al que los quiso mandar a la cabina de la desgracia?

jueves, agosto 02, 2012

La esencia de un estilo

Nunca tan oportuno. Justo cuando arreciaban los insultos, se despachó con el puñado de caracteres que la afición tanto esperaba, demostrando su habilidad para sacar adelante las negociaciones más complicadas. Al fin llegó el sucesor del goleador histórico, "el hijo pródigo" que vuelve en busca del abrazo del padre misericordioso y por la reivindicación de sus condiciones. Dedicado a quienes piensan que pierde el tiempo haciendo acto de presencia, aunque más no sea en la segunda fila de aplaudidores seriales, en una cadena de optimismo donde hasta las bandas que animan la fiestita cosecharon elogios. Para esos ingratos va el resultado de ambas acciones, que a simple vista hablan de la capacidad de gestión de quien supo posicionar a la entidad como ningún otro en la historia.

El problema es que nadie sabe cómo frenar su entusiasmo cuando algo le sale a pedir de boca. El embale que se pega cada vez que acierta una hace que quiera salir a romper el mercado sólo con la intención de superarse a sí mismo. Para divertirse, en el mientras tanto, aprovecha a despistar utilizando como herramienta fetiche su juguete nuevo. Dice que va en busca de un volante por izquierda y trae un volante central, dice que con el delantero baja la cortina y trae un defensor. Sacando pecho, argumenta que gracias a la estrategia del «vanellus chilensis» tiene a todo el mundo pendiente de sus meneos; incluso, con un dejo de malicia, se jacta de obligar a sus más rastreros obsecuentes a zambullirse de prepo en el universo de las redes sociales para tener acceso a las primicias. Así se hace.

Para quien se sabe líder, acaparar la atención no es una tarea difícil, especialmente cuando lo que hay abajo no le llega ni a los talones. Será por eso que tanto el secretario técnico como el entrenador quedaron excluidos de los primeros planos -algunos dicen que hasta de las decisiones-, resignados al papel de elenco estable a la espera de lo que vendrá. De todos modos, se lo tienen merecido, por tibios; la sintonía fina dicta que hay que desconfiar de los que no sienten pasión por nada. En cuanto a la ansiedad de la afición, eso se lo deja a los pocos serviles que quedan después del recorte presupuestario; con que los "incompetentes, buenos para nada" salgan a justificar cada movida, suficiente. Total las gradas son de cemento, no razonan. Y las que todavía esperan las "extraordinarias novedades", que sigan esperando.

domingo, julio 22, 2012

Fumando bajo el agua

Mientras otras penan por la crisis, la afición sabalera debería agradecer. Visionarios como el excelentísimo señor presidente, pocos. La figura del secretario técnico no sólo se pergeñó para levantar la imagen institucional en cuanto a proyección hacia el afuera, también se ideó para calmar las aguas en el adentro. Un acierto más del primer mandatario. Buena pilcha, faroles claros, voz pausada, conceptos simples y certeros, honestidad brutal pero con clase. De paso, las metidas de pata corren por su cuenta y orden. Primero fue el noventa y nueve por ciento de posibilidades de despedida para el guardameta titular; después, una grata sorpresa que todavía no apareció; y por último, la factibilidad de una dupla ofensiva monocolor.

Lo bueno del caso es que el gran tuiteador queda libre de pecado y la prensa malintencionada sin "puchinball", porque no da para vapulear a un prócer nacional aunque lo pillen en orsai. Excelente estrategia. En tanto, el parodismo vernáculo hace malabares para pasar el invierno escaso de primicias que valgan la pena, pendiente de un "trending topic" de entrecasa; cuestión que le provoca una inmensa satisfacción, hay que ver cómo se entusiasma cada vez que usa la red para mofarse de los medios pretendidamente bien informados. Por lo pronto, entre tuit y tuit, sigue en la dura, ardua y trabajosa tarea de remar en la indigencia, confiado en que su innato don de dirigente sagaz le permitirá traer bueno y barato, cuando la oferta esté regalada.

Otra interesante movida, aunque no de su autoría, lo tiene ocupado. La venta de porcentajes de juveniles, que intentó manejar bajo el más estricto hermetismo -anda buscando quién fue el que filtró el plan para desterrarlo de su círculo íntimo-, es un as que tiene en la manga. Haciendo caso omiso a los manuales que dan cuenta de los desenlaces que suelen deparar este tipo de prácticas, pretende llevar adelante una política agresiva en materia de captación de recursos para ponerle la tapa a los agujeros económicos y mantener a flote la nave, agitando el libreto de la austeridad. Como broche de la semana, otra pegada; una donación para demostrar compromiso social y cerrarle el pico a los que hablan de reconocimiento de culpa. Notable.

sábado, julio 14, 2012

El jardín de los cerezos

Otra estupenda idea. No podía esperarse menos de una figura predestinada al bronce. Incorporarse al universo de los ciento cuarenta caracteres para hacer más estrecho el contacto con los simpatizantes, no sólo es una iniciativa de avanzada en materia de comunicación directa y masiva -aunque pinte como moda pasajera-, también es una forma elegante de acabar con los "incompetentes, buenos para nada" que hasta ahora sólo le han ocasionado disgustos y enormes pérdidas económicas -plata tirada, que le dicen-; y de paso, le viene de perillas para dar rienda suelta a su narcisismo galopante. Este humilde servidor, después de felicitarlo, le aconsejó ser constante en el uso; ésa es la clave para mantener a todos los interesados comiendo de su palma, incluso a la caterva de obsecuentes que ya ve cómo una mente brillante le arruina de un plumazo el negocio.

En materia de irritación, estos últimos días los ejemplos sobraron. Primero pactó una disculpa pública con el hereje en huida. Una patada al hígado le resultó el misérrimo titular que pergeñó el chupalerche primero -que, entre paréntesis, le costó un perú- en el pasquinejo vernáculo después de no haber conseguido la rectificación deseada. Para borrar rápidamente de la memoria colectiva -y de la propia- la fallida operación, ordenó una larga exposición para la posteridad del joven secretario técnico a fin de tirar algunas puntas buena onda y concentrar la atención en las gratas sorpresas por venir. En cuanto a incorporaciones, nada de suministrar nombres concretos, lo mejor en estos casos es crear un halo de misterio, largar datitos de a poco como para incentivar la imaginación; del resto se encarga la afición, barajando apellidos orgásmicos que ayuden a pasar el receso invernal.

El nuevo chiche tiene otra valiosa aplicación. Poner en evidencia a los indisciplinados, ningunearlos y, en última instancia, gastarlos por volver con la cola entre las patas demuestra un manejo de las relaciones humanas, con incidencia inmediata en las laborales, privativo de una inteligencia superior. Una estrategia infalible para aleccionar a los cuadros desacatados y guay de que durante el desarrollo del torneo se insinúe algún solapado pase de facturas, porque ahí se vendría el escrache en versión retuiteado. Lo mismo corre para los que coquetearon con otros destinos y no les quedó otra que bajar el copete. Se trata, como sabiamente suele expresar el primer mandatario, de generar conductas. En igual sentido fluye el aviso para el parodismo rastrero. Ahora las primicias tienen exclusividad; como fieles mascotas falderas, no les quedará otra que trotar detrás de la primera mano. Admirable.

miércoles, julio 04, 2012

Al mal tiempo, buena cara

En épocas de vacas flacas es cuando comienza a complicarse la interesada tarea de los defensores a ultranza del modelo; por tal motivo, el excelentísimo señor presidente ha resuelto ampliar la lista de sus más estrechos colaboradores cooptando la calidad de la presente pluma. Sabido es que el minúsculo grupete de rastreros que hasta ahora enarboló con inusitada vehemencia la bandera de la gestión, deja mucho que desear en materia de excelencia comunicacional, tanto que el propio pope sabalero suele llamarlos en la intimidad "incompetentes, buenos para nada" -dice que le traen reminiscencias de su poco feliz pasado laboral-; así que, con la impronta que lo caracteriza, tomó la decisión de dar un golpe de timón para poner en manos de los que saben el cuidado de su imagen con vistas a afrontar la larga y escuálida temporada que se avecina.

Dando inicio al encargo, y como primera medida, este humilde servidor -que a partir de la fecha, siguiendo los inmaculados preceptos del estatuto que guía los destinos de la institución y que tan fervientemente honra esta benemérita dirigencia, prestará servicios «ad honorem»-, acaba de acercarle los lineamientos a seguir para contrarrestar los rumores que andan circulando acerca de ataques depresivos por una situación inédita que lo sorprende rascando la olla. En principio, salir a dar la cara; táctica infalible para empezar a despejar dudas. La recomendación de aceptar charlas de café con monigotes que entran en éxtasis cada vez que lo escuchan dar cátedra, siempre resulta efectiva. Un punto a favor, divertirse a instancias del parodismo vernáculo es un deporte que le fascina y le sale de maravillas, aunque a muchos, por puro resentimiento nomás, les pese.

Respecto de los movimientos orientados a la conformación del próximo plantel, una mirada bastó para fijar la estrategia. Tirar nombres, esperar la reacción de la masa y salir a echarle la culpa de los trascendidos a los medios si el matungo generó amplio rechazo en las redes sociales, es como un cuatro-cuatro-dos, se sabe de memoria y nunca falla. Después, sólo resta dilatar y no dar mayores precisiones, salvo que el negocio sea redondo; en tal caso, aunque el protagonista no entusiasme, siempre habrá tiempo para inflarlo, de eso seguirá ocupándose el cabotaje. En cuanto a la domesticación de la tropa, su estilo roza lo insuperable y no ofrece resquicios para la objeción. Si no quiere concretar, el vaticinio de un destino de categoría inferior -como le tocó a algunos que quisieron pasarse de listos- suele ser sumamente convincente. Todo un mojón en cuanto a generar conductas se refiere. Cuando hay química, la perfección es contagiosa.

miércoles, junio 27, 2012

Heridos y chamuscados

El triunfo, la cantidad de puntos cosechados en el torneo, la despedida definitiva del goleador histórico, todo quedó en un segundo plano, eclipsado por el nuevo "affaire" que hoy jaquea a la falsa pertenencia. Ningún otro caso, de los muchos que anteriormente cobraron notoriedad, golpeó a la cúpula dirigencial como el protagonizado por quien, hasta hace unas pocas horas, ostentó el primer lugar en la línea sucesoria a la cinta de capitán. A la luz de los acontecimientos, muy atrás parece haber quedado el apoyo incondicional del -ahora ex- referente a la gestión y la cobertura que, en un claro gesto de agradecimiento por los servicios prestados, le fue brindada cuando se transformó en el artífice del mayor bochorno de la historia institucional.

En rigor, salvo para la masa anestesiada y el parodismo obsecuente que se arrastra por un incentivo mensual, este escándalo no revela ningún secreto de estado. Que no hay convicción para apuntar a grandes logros y que las prioridades pasan por otro lado, hace tiempo que es un secreto a voces. Lo cruel del asunto, como siempre en estos pleitos, es que hayan tomado estado público semejantes cuestionamientos al modelo y que hayan salido de la bocota de la que salieron. Para los afectados, recibir en la cara una impugnación por los intereses que se preferencian, por la calidad de las prestaciones, por la hipocresía imperante y la mediocridad establecida, es una traición imperdonable; y si viene de parte de un acólito del régimen, peor. De ahí las represalias.

La nota hilarante del entuerto la puso el impresentable vice, al salir a contragolpear por los medios. En consonancia con el discurso que suele enarbolar el primer mandatario ante situaciones por el estilo, la palabra "ingratitud" fue la más pronunciada. En el fragor de la réplica, no pasó desapercibido el blanqueo del papelón que facilitaron y apañaron hasta con ridículas operaciones de prensa. "El tendría que haberse hecho cargo de lo que pasó el año pasado y pedir perdón", vociferó como si no hubiera sido parte de la fantochada que, por ineptitud, ni siquiera supieron manejar. Con la perspicacia que lo caracteriza, olfateó una oscura intencionalidad en los dichos y rechazó de plano la guía para salir campeón. La deuda de más de un millón de pesos es apenas un detalle que no estuvo en discusión.


APOSTILLAS

Rojo furioso. Los hocicudos y maliciosos que nunca faltan, y que sólo buscan empañar una administración impoluta, salieron a decir que la ejemplar entidad mantiene deudas con el personal efectivo, que está haciendo retención indebida de aportes y que esconde empleados en negro. El excelentisimo señor presidente, como corresponde, negó todo. ¡A llorarle a papá!

De liga. La relación entre el joven secretario técnico y los referentes del plantel no es color de rosa. A los palos lanzados por el hereje en desgracia se agrega una data tirada, rapidito y al pasar, por las huestes del maestro. Mientras el primer equipo empataba tristemente su encuentro por la decimoquinta fecha, el susodicho despuntaba el vicio por otro deporte de élite. ¡Hoyo en uno!

Pura cepa. En su última semana de exposición, el goleador histórico se fue al mazo. A raíz del revuelo que provocaron sus manifestaciones en contra del rival de la última fecha, por un pedido de arriba, salió a aclarar que no quiso decir lo que dijo. De paso, y por si las moscas, desestimó la posibilidad de otra cuestión a la que supo adherir en su momento. La incentivación es mala palabra.

Duda existencial. Al parecer, con la ida del líder negativo dio comienzo el éxodo de la camarilla. A pesar de recientes declaraciones, que daban cuenta de un arreglo casi consumado, la renovación del guardameta todavía está en veremos. Una deuda -otra- dilata el cierre del acuerdo. Sus íntimos susurran que el desmembramiento de la banda también lo inquieta. Prioridad en suspenso.

jueves, junio 21, 2012

Por quién doblan las campanas

Cada uno, desde su lugar, se preparó con esmero para la cita; se abrigó con los colores y salió rumbo al convite con la idea de hacer de mil voces una sola. Cada uno estrujó su tristeza y la guardó en el bolsillo para el día después. Cada uno quiso ser testigo privilegiado, parte indivisible de un auditorio incondicional. Nadie quiso perderse el cierre de la obra que batió todas las marcas habidas y por haber a nivel local. Como en una historia donde sólo valen los encuentros, el protagonista siguió los mismos pasos que cada espíritu anónimo en la noche de la despedida. Se preparó con esmero, se abrigó con los colores y guardó su tristeza para el día después. Encabezó como siempre la fila, aunque esta vez sabiendo que era la última; levantó los brazos al cielo y se dispuso a ofrecer la última función.

La emoción dominó por completo el entorno, brotó por los poros, invadió cada partícula de la fría atmósfera. Tanto así que hasta el rival decidió unirse a la festiva gala, no iba a ser quien arruinara semejante puesta en escena. La celebración debía ser mágica y lo fue. Con todos los flashes apuntando al héroe de cientos de epopeyas, con todas las jugadas buscando su definición, con todas las gargantas coreando su nombre, con todos los gritos cantando su gol. Y fueron dos, uno en cada arco, para dejar su indeleble huella en el fondo de las mallas que tantas veces sacudió con potencia de titán. Para que no lo olviden, ni los cuerpos inanimados, que supieron cobrar vida salpicados por su contundencia, ni los animados, que supieron lagrimear al compás de sus interminables corridas de alas desplegadas al viento.

Quedará para siempre en el recuerdo, en la añoranza de sus fieles devotos. Con el paso del tiempo, cruel y despiadado, irá diluyéndose en la certeza del presente para pasar a formar parte de la nostalgia del pasado. Su lugar en el mundo, como tan tiernamente definió a la tierra que le dio cobijo y lo llenó de honores, podrá cambiar por obra y gracia de las volteretas del destino, pero su rastro permanecerá intacto en perenne comunión con el eco de la gente. Más allá del legado, el sentimiento de orfandad resulta inevitable. Aceptar que con su retiro se cristaliza el fin de una era, no será fácil. Aunque único e irrepetible, no fue una isla, fue una pieza importante del continente y su ausencia se hará sentir en el todo. Por eso, mejor no preguntar. Se fue, se despidió, ya es historia. Doblan por él.


APOSTILLAS

Adiós al amigo. El primer mandatario esperaba la devolución de gentilezas en público y llegó. No como quería, pero peor es nada. A micrófono abierto, el agradecimiento "a la dirigencia" retumbó en el final de la velada. Para guardar las apariencias, más allá de no haber escuchado su nombre en sonido envolvente, lo esperó en la manga y lo estrechó en un abrazo. De todos modos, aunque no se vea, el resentimiento está.

Servicios exequiales. En medio de los festejos, buena parte de la afición se preguntó si la suculenta suma que dejó el paso de los incentivados -a pesar de haber sido encubierta con mentiras por el parodismo rastrero y los serviles que se babean por un canje-, solventó el cotillón de despedida o si fue a parar a algún bolsillo sin fondo. Por la austeridad de la parafernalia, la segunda opción parece la más factible.

Ultima voluntad. Para dejar sentado su amor e interés por la institución, antes de la partida definitiva el goleador histórico hizo público un deseo póstumo. Le "encantaría" la vuelta de un ex compañero de fórmula a quien le tocó salir por la puerta de atrás a raíz de una relación algo tormentosa con las gradas. Viendo el estado general del artillero en cuestión, muchos se fueron gritando «¡cruz diablo!».


Merecido homenaje. Las transmisiones vernáculas participaron de un maratón para ver cuál de todas se llevaba el premio al chupabichi del año. Producciones previsibles, audios de mala factura, sobadas de diferente calibre y cantidades industriales de sentimentalismo barato coronaron la jornada de despedida radial. La creatividad, la originalidad, la calidad, brillaron por su ausencia. Para rematarla, el autobombo posterior. ¡Puajjj!

jueves, junio 14, 2012

De perros y burros

Rescatar un punto de visitante no es un mal resultado. La ecuación varía cuando entre los considerandos pertinentes, el primer lugar lo ocupa el misérrimo nivel que el adversario desplegó en cancha. Claro que para cortar la paridad con un indigente, hace falta no verse reflejado en el mismo espejo. Tal vez el efecto relajante, ese que siempre ataca a los protagonistas cuando no compiten por nada en la recta final de los torneos, haya hecho estragos en ánimos propensos al descanso anticipado; lo extraño es que el entrenador no haya podido evitar el contagio. Los maliciosos que nunca faltan andan aventurando que al técnico le sobrevino un ataque de chucho al momento de pergeñar la formación para enfrentar el compromiso.

Lo cierto es que con tanta gente de marca, un delantero sin gol -que en el último minuto consiguió cortar una racha indigna para quien pretende ser considerado como tal- y otro retirado, se hace difícil llevar adelante un planteo agresivo y con la mira puesta en el arco contrario. Salir de visitante dispuesto a no perder no hace más que darle la razón a quienes, desde el otro lado de la autopista, afirman que el conductor, en ciertas ocasiones, suele caer bajos los efluvios del julepe repentino. Si en el segundo tiempo cambiaron las cosas fue porque el rival cedió terreno y pelota a la espera de un contragolpe que liquidara el trámite. Para festejo de la parcialidad, con el transcurrir de los minutos, lo que llegó fue el empate, merecido por insistencia, no por calidad.

Aunque en el cierre la suma de puntos aparezca remolona por demás, todos los involucrados están satisfechos. Otra vez, un puestito en mitad de tabla, sin nada para festejar pero tampoco para sufrir. Así las cosas, la muchachada se entregará al merecido descanso; la dirigencia seguirá propagando humaredas varias, que la afición inhalará alegremente; el parodismo servil colaborará en lo que sea necesario y el cuerpo técnico -¿junto al virtualmente desaparecido secretario técnico?- se quemará las pestañas tratando de sobrevivir en un medio donde la hipocresía impone las reglas. Con poco presupuesto, pero mucho aire viciado, tendrá que armar la hoja de ruta para la próxima temporada, confiando en no tener que tirar la toalla antes de lo previsto.


APOSTILLAS

Amor descartable. Las relaciones carnales entre el primer mandatario y el goleador histórico están en un punto muerto. Ambos ya sembraron la semilla de la duda en la tierra de la incondicionalidad. El excelentísimo ansía el retorno del agradecimiento al mejor presidente del país, que misteriosamente desapareció del discurso del veterano veinte con la llegada del joven secretario técnico. Hoy un juramento, mañana una traición.

Montón de nada. El cansancio de fin de campeonato no sólo afecta a los jugadores, el técnico también acusa algún tipo de deterioro, especialmente en el aspecto mental. Las declaraciones post partido no dejan lugar a dudas. O alucina o se le acabaron los argumentos para justificar lo que no puede mejorar. Ahora resulta que jugar a nada es "jugar difícil". A esta altura, las ideas cotizan a precio de dólar blue.

Dame una señal. Acostumbrado a prepotear a árbitros y jueces de línea, esta vez el goleador histórico bajó el copete y le pidió al hombre de negro, al borde del pucherito, que fuera considerado con su situación de retiro efectivo. Si las protestas, después de sofocientas posiciones adelantadas, no se pasaron del límite de lo permitido, no fue por falta de ganas sino por obra y gracia de la inercia. La decadencia tiene esas cosas.

Angelitos culones. Al contrario del parodismo buena onda, las huestes del maestro no dejan de tirar pálidas. Que buena parte de la dirigencia piensa que el ciclo del guardameta está cumplido, que el hereje ahora pretende rezar el rosario, que el negocio de la venta del delantero sin gol sería a pérdida, que el cinco de la casa está molesto y no descarta la posibilidad de emigrar. Así no hay corazón que aguante una previa.