viernes, octubre 04, 2013

Aguantando los trapos

Para quienes acostumbran bastardear valores, desnaturalizar conceptos resulta una nimiedad prácticamente cotidiana. En boca de ciertos personajes, la palabra "proyecto" suena tan degradada que parece haber perdido todo significado. Muchos hacen uso y abuso del término pero nadie se anima a definir su verdadero sentido. ¿De qué se trata? ¿En qué consiste? ¿Qué implica? No se sabe. Suena pomposo, importante, pero a nadie escapa que está vacío de contenido. En el plano económico, con las cuentas embargadas, con deudas siderales y sin salida aparente. En lo futbolístico, con un conductor desorientado, un plantel sin jerarquía y un once titular extraviado en el laberinto de la mediocridad.

Una nueva derrota, apoyada en una actuación vergonzosa, obligó al entrenador a tirar la renuncia sobre la mesa, pero sus dirigidos, los mismos que dentro de la cancha no consiguen interpretar la idea que intenta inculcarles -si es que hay alguna-, suplicaron por su continuidad en nombre del plan fundamental que, en la particular visión de los involucrados, guía los destinos de la institución. Más de una hora de febril coloquio terminó con el técnico agradeciendo el maravilloso clima vivido en el vestuario, con los jugadores destacando la extraordinaria comunión de almas que provocó la situación y con los dirigentes tratando de sostener un discurso falaz que puede fenecer en unos días, al ritmo de un reclamo generalizado.

A pesar de los respaldos cruzados, en el próximo round todos los protagonistas saldrán a la arena con la soga al cuello. Otro traspié dejaría al técnico en la calle, a la muchachada cargando sobre sus espaldas la mochila de otro despido y a la dirigencia saliendo a buscar reemplazante, borrando con el codo lo escrito hace pocas horas con la mano. Un prócer contemporáneo anda al acecho. Podría ser la salida perfecta para tapar desaguisados varios y propiciar el nacimiento de una nueva plataforma de jugosos negociados que traigan un poco de calma al avispero revuelto y descontrolado que la gestión supo construir. Es probable que un empate sólo estire la agonía. Para la afición, una victoria no figura en los planes.


APOSTILLAS

Raza fuerte. Abrumado por la mala actuación del equipo y la cuarta derrota consecutiva, el excelentísimo señor presidente daba por descontada la ida del entrenador. Presionado por los jugadores, cambió el chip y sacó a relucir su pretendido cambio de paradigma. Generar conductas y bancar procesos, dos argumentos floridos que han cruzado transversalmente su impecable mandato, aunque a veces la omisión le obnubile la memoria.

Trapitos al sol. El entrenador criticó a las inferiores y el director ejecutivo del fútbol neonato-infanto-juvenil salió a defender su quintita. Por más que uno esté de paso, el otro no puede permitir que nadie le pise la manguera. "Soy un pobre ayudador de futbolistas", sostuvo en su descargo quien percibe una jugosa remuneración por un trabajo con resultados inexistentes. La última venta fue hace tres años y el material disponible está demasiado verde.

Marco legal. Las circunstancias adversas sacaron del ostracismo al líder de la oposición. Cansado de remar contra la corriente, llamó a la unidad y a pensar en un futuro sin la falsa pertenencia. Habrá que ver si todos los que agitan banderas, son capaces de deponer egos y trabajar pensando en encaminar el desmadre. Y si los socios, que tanto critican y nada hacen, se involucran y participan de una vez por todas. El único insecticida efectivo contra las sanguijuelas.

Sube y baja. El chupalerche primero anda un poco mareado. Por un lado, perspicaz como pocos, olfatea un inminente fin de ciclo; por el otro, le bajan línea para que, a través de su influyente opinión, calme las agitadas aguas. Entre "la descomposición futbolística" y "el fenomenal crecimiento del club", intenta hacer equilibrio para no meter la pata y perderse los beneficios presentes y futuros. Hay que hacer el aguante hasta el mundial.