domingo, julio 19, 2009

Estados alterados


Desconcierto primero, confusión después y alguna que otra suposición más o menos bien rumbeada al final del día, fueron las impresiones que dejó en el parodismo doméstico el comunicado oficial sobre el estado de situación del tema SP. Un texto a través del cual, usando a la parcialidad como excusa y apuntando a los medios como responsables absolutos del vodevil instalado, la dirigencia intentó lavar su desesperada y devaluada imagen ante el objeto del deseo y los interesados en el objeto del deseo. “Se estuvo manoseando mi nombre”, dijo, ayer, el protagonista principal de esta historia en el éter académico. Poderoso el chiquitín.

La reacción de los acusados estuvo acorde al perfil de cada uno. El viernes, en las mañanas obsecuentes de la emisora enredada, silenzio stampa. ¿Acaso nadie le avisó al chupalerche mayor? En consonancia, papelón, tal y como acostumbra, del pasquinejo vernáculo. En los mediodías avinagrados, el hemisferio pensante de la dupla se lavó las manos al tiempo que dejó en evidencia a los obsecuentes que repiten todo cuanto les sopla la dirigencia. En la última, el ego del conductor de turno acusó el golpe. “No somos mentirosos, la info sale de los propios dirigentes”, se lo escuchó lloriquear mientras mandaba al frente a sus altas fuentes.

En otro punto del dial, el maestro, de una, no entendió; al rato tiró que podía tratarse de un pedido expreso del club en cuestión; al día siguiente, ratificó toda la data que al respecto salió de su propia boca. El mayor revuelo se produjo en la tarde-noche de los aires enrarecidos, donde veinticuatro horas antes, el mismísimo impresentable vice se había despachado a gusto sobre ofertas y millones. Con dos de los tres enfrentados a la dirigencia, el festival virtual de puñetes no se hizo esperar. Que el presidente ningunea a su ladero, que la transferencia al exterior se cae, que la venta será acá nomás y por chaucha y palitos, etc., etc., etc. Sin dudas, este show continuará.