viernes, octubre 08, 2010

Lágrimas de sangre


La justicia procesó al goleador histórico por presunta evasión tributaria y al innombrable y su ex delfín por considerarlos partícipes primarios del delito imputado al primero. La bomba explotó en la emisora asoleada y una vez más, un tema de alto impacto mediático, dejó en evidencia quién es quién en el entuerto de turno. En las mañanas obsecuentes, como primer paso, sacaron al aire al abogado defensor de los declarados cómplices, aunque en realidad estaban más interesados en averiguar todo lo concerniente al veterano veinte. Un día después, y en pos de salvaguardar la posición del principal inculpado, le ofrecieron a su representante legal medio programejo para que intentara presentarlo como un pobre e impoluto contribuyente, acosado sin razón por la voracidad del ente recaudador.

El ave negra en cuestión, curiosamente contactado por el primer mandatario para asistir al jugador en este especial trance, con un tono bastante destemplado e incurriendo en un par de groseras contradicciones, giró el tema hacia la victimización de su cliente, haciendo hincapié en una resolución administrativa pendiente que podría dejar sin efecto el fallo penal. Respecto de la deuda del año 2005, por la cual le sugirió al delantero que adhiriera a una moratoria, dijo que se trató de “una pequeña diferencia” de criterios de 295.000 pesos. En controversia también existía otra cifra demandada, de 268.000 pesos por el 2000, que por fortuna “prescribió”. Respecto de 2002, 2003 y 2004, señaló que el ahora procesado prefirió “aguantarse el escarnio público” antes que aceptar una injusticia.

Por su parte, la dupla animadora de los mediodías avinagrados, desasnó a la audiencia con una esclarecedora nota a la parte denunciante. El entrevistado no sólo dio a conocer períodos y montos reclamados sino que dejó en claro que el dictamen del juez es provisorio, apelable y que la ley prevé la extinción de la acción judicial por pago. Así las cosas, mientras unos cincharon, tal y como acostumbran, mediante argumentos irrisorios e inconsistentes, hacia el lado de la imagen a preservar; otros se dedicaron a presentar el tema desde el lado de la precisión, no sin meter algún que otro bocadillo lacerante. “Yo nunca voy a entender por qué el que tiene para pagar no paga (…) creo que pasa hasta por una cuestión de honor”, asestó el hemisferio pensante del dúo más detestado por la falsa pertenencia.