miércoles, mayo 08, 2013

Desdoblando el cambio

Venía tan dulce que la amargura en forma de goleada dejó un tendal de heridos. El equipo, el conductor y la afición lagrimean por el golpe recibido, tratando de procesar las explicaciones del caso. Engolosinados con la seguidilla positiva, los protagonistas apostaron a meter miedo sólo con la camiseta. Error de principiante, ahogado en las aguas del triunfalismo. Por su parte, subido al carro de la buena fortuna y convencido de haber superado la prueba del más apto, el entrenador tropezó con su propia arrogancia. Apenas noventa minutos después de haber pedido a gritos un poco de reconocimiento, terminó resbalando en el charco de la derrota. Trascender o perdurar, será la cuestión a resolver.

En la parcialidad, la derrota cayó como un balde de agua helada, justo a horas de celebrar un nuevo aniversario. Cuando se entusiasmaba con los resultados y el rendimiento de la muchachada, un certero cachetazo la devolvió a la cruda realidad. La estrepitosa caída frente a un rival de poca monta, revivió los viejos cuestionamientos arrastrados desde procesos anteriores. Nuevamente apareció la certidumbre del fin de ciclo de algunos jugadores, las objeciones al planteo y las dudas respecto del técnico y sus decisiones. Tampoco cayeron bien las declaraciones del final. Adular al once que dejó una pésima imagen volviendo a recorrer caminos en apariencia superados, en lugar de minimizar, exacerbó el desencanto.

A poco del derrape, la idea de mover piezas comenzó a tomar consistencia, inequívoco síntoma de que la actuación individual y colectiva no conformó a pesar del discurso de ocasión. El primer traspié, que en algún momento iba a llegar, resultó un buen termómetro para medir la temperatura de los partícipes necesarios de la nueva etapa. Los jugadores son los mismos que sumaron dos puntos en seis fechas, el capitán del barco recién empieza a pilotear naves de gran porte, los simpatizantes se entusiasman con la misma rapidez con que se decepcionan y los dirigentes especulan con que la mediocridad enquistada no pone en riesgo la permanencia. Por el momento, la maquinaria sigue funcionando con total normalidad.


APOSTILLAS

Pergeñando represalias. No le gustó al excelentísimo señor presidente el trato que a los festejos por los ciento ocho años de pasión le dispensó el parodismo vernáculo. Darle mayor trascendencia a los hechos de violencia que a la caravana multitudinaria desvirtúa el espíritu de su gestión. Si algunos siguen privilegiando las noticias negativas se van a empezar a recortar los subsidios. Atenti el rastreraje.

Muy bien diez. Ante la adversidad, el dt repartió elogios a diestra y siniestra. Dijo sentirse "muy contento y orgulloso" de sus dirigidos y de paso también aduló a las gradas que siempre acompañan. Que esté dando sus primeros trancos como cabeza de grupo no significa que no sepa recitar de memoria el libreto usual en estos casos. No sea cosa que por un resbalón decaiga el ánimo de la tropa o la masa se le ponga en contra.

Inadaptado social. El pibe que quiere jugar por derecha, mientras el conductor insiste en ponerlo por izquierda, se retiró fastidioso, pero no fue el único. El volante que con la anterior conducción siempre era el primero en pagar los platos rotos también salió con cara de pocos amigos. Si en la derrota empieza a ser moneda de cambio cantada, el próximo tiro al arco que acierte volverá a dedicárselo al banco. Del amor al odio hay un paso.

Presión mediática. Férreo, e interesado, defensor de la falsa pertenencia, el chupalerche primero sostuvo con tenaz convicción, desde el minuto cero y en consonancia con el primer mandatario, la titularidad de quien todavía se siente interino. Ahora también lo propone como alternativa a partir de junio. Las bajadas de línea en boca del obsecuente suenan a chascarillo perimido. Para su desdicha, muchos ya se dieron cuenta.