lunes, noviembre 20, 2006

Abracadabra, apareció el equipo


Un respiro. Una bocanada del más puro oxígeno infló los pulmones de los socios colonistas que presenciaron el triunfo de Colón en un Brigadier sin visita. Después de tantas malas que parecían no tener fin, el equipo demostró que puede jugar como le gusta a la gente, que puede ofrecer esa cuota de buen fútbol tan preciada para el simpatizante rojinegro, que puede deleitar a los espectadores con innumerables opciones de gol hasta alcanzar el grito más deseado. Aunque, como no podía ser de otra manera, una duda quedó picando en el atardecer santafesino: ¿Por qué es tan difícil repetir un rendimiento como el de ayer? No hay respuesta. Quizá se trate de esa arista indescifrable que el fútbol regala cada domingo para mantener viva la pasión.

En una tarde revuelta, con marchas y contramarchas, y en un marco inédito, el sabalero salió a la cancha con dos delanteros: blanco y negro –como el alfajor–, uno por afuera y el otro por adentro, con la intención de ir al frente, de arriesgar más y hacerse dueño de los tres valiosos puntos en juego. Y lo logró. Hasta con un gol para el recuerdo, con derroche de calidad, con toque, con pared, con excelente definición. Así, la tranquilidad se apoderó de los protagonistas, tan necesitados de satisfacciones como la sufrida afición sangre y luto. Círculo cerrado y a festejar. Sólo habrá que esperar que JCF se haya convencido del planteo, y del rendimiento de Enría, como para mantener este esquema hasta el final del campeonato. Por lo menos, para no saberse tan conservador.

De todas maneras no hay que olvidar el objetivo: sumar, sumar y sumar. Este fue sólo un paso. Quedan aún nueve puntos en juego, nueve difíciles puntos en juego. Si las intermitentes individualidades mantienen la mejoría evidenciada, las posibilidades de aumentar las cifras del promedio serán mayores. Si la actitud de entrega y compromiso supera al desgano y al descontrol, Colón estará más cerca de repetir los buenos resultados. Si la suerte se digna a concederle una pizca de buena fortuna, el camino torcido podrá enderezarse algo en el final. Si el equipo funciona como tal, la sonrisa volverá a pasearse por el barrio Centenario.

Vuelta de página, entonces, y a empezar de nuevo. Se espera, para hoy, una reunión de los actores principales del gran espectáculo. Seguramente el bochorno continuará, por lo que se viene una semana de trabajo con la mirada puesta en el casi campeón. ¿Sería tan descabellado pensar en arruinarle la fiestita? Hay antecedentes, por lo que la esperanza se mantendrá intacta hasta el último minuto. Puede sonar a ilusión, pero a esta altura… soñar no cuesta nada.


APOSTILLAS
¡Intemperante! ¡Intemperante! El máximo ídolo K devolvió insultos y gestos nada pacíficos a hincha sacado en la tribuna sabalera. Es verdad, a veces, la experiencia no suma, resta.

¡Qué tristeza sin fin! El fútbol sin visita no es lo mismo. El color que trae el huésped de turno le pone calor al espectáculo. Ayer, los locales no tuvieron a quién dedicarle el triunfo.

No hubo conferencia de prensa. Pelusa aplicó la táctica de la doble ere: se rajó raudamente. Eso para que no digan que habla cuando gana y calla cuando pierde. ¡Tomá!

Bajo el microscopio. El puntaje que el pasquinejo local le asigna a los protagonistas siempre ronda los 5 puntos, jueguen bien o jueguen mal. ¿Dónde está la diferencia?