miércoles, diciembre 14, 2011

Las bondades del modelo

La emoción del final fue elocuente. Abrazó el cierre al límite. Acostumbrado al clima soporífero de las divisiones menores, la voracidad de la primera lo plantó frente a frente con los peores demonios sin yelmo ni armadura. Sobrevivió, pero a un costo muy alto. En la despedida dijo sentirse "tranquilo", sin embargo su lenguaje corporal irradiaba un mensaje totalmente distinto. Una inocultable fragancia a alivio brotaba de sus poros. Se quejó de los "golpes" recibidos y agradeció a jugadores y dirigentes, quienes, aseguró, en un momento fueron su sostén. Admitió que muchas veces tuvo que poner la cara para "explicar lo inexplicable" y que "la única deuda fue el clásico y tal vez la localía".

Nadie está obligado a declarar contra sí mismo, pero ante una evidencia tan espontánea no hace falta recurrir a pericias de adn. No está capacitado y lo sabe, aceptó imposiciones y lo sabe, se recibió de sofista y lo sabe. Quiso tirar la toalla y no lo dejaron, le dolieron las críticas pero es conciente de que no fueron erradas, apela al análisis superficial porque el fondo es demasiado resbaladizo. Para contrarrestar las pruebas condenatorias, la defensa presenta un atenuante. Aprendió, gracias a un dogma institucionalizado, que el secreto de la longevidad se halla en dos pociones fundamentales. Resistir los embates y vender migajas como exótico manjar. Una fórmula, hasta ahora, imbatible, en medio de un océano domesticado.

Más allá de los esfuerzos, ningún mortal ha logrado sortear las reglas de la naturaleza. Así como el azar, la eterna juventud no existe. El nuevo paradigma que impone la mediocridad emergió saludable pero con fecha de vencimiento. Como testigo de cargo, el pasado reciente sube al estrado y expone su testimonio ante la justicia divina. La del hombre, espera veredicto. Sin acuerdo unánime, dos líneas opuestas presentan dictamen. Por un lado, absolución perentoria y salvaguarda del buen nombre y honor del imputado. Por otro, culpabilidad, aunque con condena en suspenso. La puja no termina, ni siquiera con el golpe de efecto con el que el caso se dio por cerrado, porque las condiciones del futuro aun determinan la debilidad.


APOSTILLAS

En el limbo. Después de un nuevo papelón en la entidad madre, el excelentísimo señor presidente, en pleno ejercicio de un curioso perfil bajo, anda abocado a un tema que lo tiene un tanto preocupado. El cierre del balance -dibujo de números incluido-, no es tarea fácil, aunque cuente con la asistencia del mejor departamento jurídico-contable. Raro que todavía no se haya filtrado el "superávit".

Medalla al mérito. El delantero enclenque se floreó con el último. En el primero, feliz de la vida, festejó regalándose una amarilla que en algún momento deberá pagar. En el segundo, demostró la calidad de quien sabe colocarla sin la más mínima resistencia. La afición se sale de la vaina por disfrutar de su jerarquía internacional frente a rivales de fuste. Para amortiguar la espera, queda en el aire el espíritu tribunero.

Pichón de la casa. El volante que todavía no sabe si se va o se queda, quinto en la línea sucesoria, ya está sacando chapa de experto en sarasa. "Con humildad y sacrificio sacamos el partido adelante, sabíamos que iba a ser duro", deliró. Acto seguido, se deshizo en elogios para con su compañero de fórmula. "El polaco es un hermano", dijo, con hondo sentimiento fraternal. Que nadie separe a los siameses así venga el enganche.

Primicia exclusiva. La advertencia ya está hecha. "No se sorprendan si no viene nadie", adelantó el chupalerche primero en referencia al tema incorporaciones. Los rumores dan cuenta de la posible repatriación de un joven a quien el primer mandatario, en complicidad con un prócer contemporáneo, le arruinó la carrera. La ley de las compensaciones indica que se abrirán las puertas de la clínica de rehabilitación.