jueves, febrero 05, 2009

El agujerito sin fin


Hace tres semanas, GL comenzó la operación «soy un león cobrando deudas». En el primer intento, volvió con una mano atrás y otra adelante. En el segundo, al volante de un camión de caudales y acompañado por la gendarmería, la guardia rural los pumas y los bomberos zapadores, también falló. Aunque en esa ocasión, no perdió el tiempo y fue a llorarle la carta al don. Sin embargo, no logró tocarle la fibra íntima al pope máximo; quien, ante el desesperado pedido de ayuda, le respondió, mientras palmeaba su espalda y lo acompañaba hasta la puerta del despacho: "Usted y el resto de los dirigentes del fútbol argentino. Vaya nomás mi'jito". Un sudor helado corrió por su espalda cuando besó la mano engalanada con el anillo más sabio de la asociación. El "todo pasa" definitivamente debía ser una señal.

Entonces se vino la tercera acometida. La vencida, claro. En compañía de su otro yo, concertó una entrevista con uno de los personajes más oscuros del medio. La decisión estaba tomada, si fuera preciso le vendería su alma al diablo. Así llegó la mísera oferta. Unos mangos al contado, el cincuenta por ciento de un párvulo de la casa que hace un tiempo fue vendido (¿?), y el préstamo por seis meses de una incógnita. Hecho. Aunque aún no esté claro a dónde irá a parar la mercancía, el aroma a billete fresco traerá calma y apaciguará a las fieras. Eso es lo importante. Cancelar la deuda con la muchachada, antes del inicio del torneo, era un compromiso insoslayable. Acallado el peligro latente de una rebelión en masa, por atraso en el pago de sueldos, unos cuantos volverán a dormir tranquilos. Por ahora, misión cumplida.

La cuestión es que, a tres días del puntapié inicial, el dt aún no tiene claro si alguien más se irá o si alguien más llegará. No es la situación ideal para un grupo que deberá pelear la permanencia en la categoría. Lo dijo el mismísimo AM a cuanto interlocutor se le cruzara en el camino durante la pretemporada. Está claro que los discursos y las posturas siempre terminan acatando la dictadura que impone el vil metal. Lo cierto es que para Colón, este año no sólo será complicado a nivel futbolístico; las dificultades económicas, que amenazan a todas las instituciones del país, se volverán una constante a la hora de enfrentar las obligaciones contraídas. Es de esperar que el sabalé supere el primer escollo sin demasiados sobresaltos, únicamente una buena posición en la tabla mantendrá la tapa de la olla en su lugar.