miércoles, octubre 18, 2006

Entre el cielo y el infierno


¿Qué es un ídolo? El diccionario responde: persona o cosa amada o admirada con exaltación. ¿Exaltación? Sigue el mataburros: gloria que resulta de una acción muy notable. Conclusión: un ídolo es una persona amada o admirada por realizar acciones muy notables. ¿Le cabe esta definición a Esteban Fuertes? Si se tiene en cuenta que es el máximo goleador en la historia de Colón, podría decirse que sí. ¿Algo más? Mmmmm. Quizá la costumbre de verlo salir a la cancha cada fin de semana haya provocado una sobre valoración de su condición. Algo así como el sentimiento que despierta la rutina diaria.

Dentro del plantel se lo considera un referente porque, no sólo acumula años en el sentido cronológico del término, sino que también suma unos cuantos dentro del club, situación que lo hace conocer como pocos las internas institucionales y las de los diferentes grupos de los que formó parte. Todo un protagonista-testigo privilegiado de cuanto ha ocurrido en la entidad durante los últimos tiempos.

Endiosado por muchos, reprobado por otros, en estos días ha hecho público su hastío de Colón. Sin embargo, no suenan demasiado convincentes sus argumentos. El hecho de sentirse molesto por los comentarios que son vox pópuli en SF, resulta endeble como para plantear un hipotético abandono de la práctica activa. En sus declaraciones mencionó que “hay otras cosas que suman”. ¿Cuáles? “Eso me lo guardo para mí, algún día las comentaré”. Enigma a resolver.

Es obvio que las lesiones son cada vez más difíciles de superar. El pésimo inicio de campeonato también debe haber minado el ánimo del jugador. Y no se puede negar lo oportuno que fue el tema de su descompensación muscular, lo que en retrospectiva remite a las veces que se hizo expulsar de la cancha cuando el equipo más lo necesitaba. Asimismo habrá que pensar en la rebaja de su sueldo, el trastorno del tema Afip –con allanamiento incluido– y el contrato que venció en junio. Para rematar, las relaciones con esta cd no son del todo buenas. Al respecto dijo: “He hablado lo justo y necesario. Si tengo que hablar algo lo voy a hacer cuando termine el campeonato”.

A pesar de su repetido discurso: “Quisiera terminar mi carrera en Colón”, Fuertes se siente defraudado. Haciendo el ejercicio de poner en una imaginaria balanza la relación bilateral, surge inmediatamente un interrogante ¿quién le dio más a quién? Quizá, en este punto, el resultado sea empate. Mientras tanto, la dirigencia eleva plegarias al cielo para que no se caiga el último negocio que podrían hacer exprimiendo lo que queda de la naranja. La venta al fútbol colombiano está dentro de los planes para obtener algunos dinerillos póstumos. La decisión sigue estando en manos del 20, y con seguridad llegará a fin de año. Sólo resta esperar.


APOSTILLAS

El monje negro es partidario de que los jugadores se hagan cargo de los aportes que les corresponde en la cuestión impositiva. Otro motivo más para pensar en el adiós.

La delgada línea roja. “Cuando el técnico se te arrima por algo es”, dijo en referencia a JCT. ¿Camarillero? ¿Referente? ¿Líder? ¿Caudillo? Todos son sinónimos.

La cabecera local idolatra o defenestra. Congraciarse con la muchachada es una estrategia tan común como corriente. Nadie perdura en el Olimpo sin hacer el aporte correspondiente.

Dicen los chismosos de siempre que el ídolo tendría negocios extrafutbolísticos con el club. Alguna entradita adicional para compensar diferencias contractuales. ¡Money! ¡Money!