viernes, enero 16, 2009

Azul de vergüenza


El pasquinejo vernáculo sigue batiendo récords. Que no es confiable, todos lo saben. Que es proñoqui, y que cobra unos buenos billetes por serlo, todos lo saben. Que manipula la información, según su propia conveniencia, todos lo saben. Que el nivel de sus más fieles exponentes es lastimoso, todos lo saben. Que sus pliegos no sirven ni para hacer fuego, todos lo saben. Sin embargo no deja de sorprender, visto y considerando sus febriles intentos por superarse cada día en el campo de la ignominia. Así es que, aún con el monigote de vacaciones, los acólitos a cargo, que bien aprendida tienen la lección, se esmeran en cumplir al pie de la letra con los postulados de cabecera, aún a riesgo de quedar en ridículo.

El último oprobio lo desencadenó un legítimo reclamo, que desenmascaró el verso de las cuentas ordenadas tan pregonado por el impresentable vice. Hete aquí que en su edición de ayer, publicó, en una nota con marcado tinte de melodrama baratieli, que el desacatado "legalmente no está en condiciones" de inhibir a Colón como consecuencia de lo adeudado. Hoy, recurrió a la fuente idónea y no tuvo más que aceptar que no sólo puede hacerlo, porque de sueldos se trata, sino que además puede considerarse en libertad de acción e iniciarle acciones a la institución por falta de pago. A raíz del mismo conflicto, también salió a la luz que la entidad le debe al susodicho, como ya han trascendido otros casos, parte del pase.

Seguramente el conflicto se arreglará y el tema no pasará a mayores. Lo que no habrá que dejar pasar es el nuevo perjuicio que este "modus operandi" le acarrea al club. ¿Quién responde por los dineros que Colón pierde gracias a estos desmanejos dirigenciales? También habrá que tener en cuenta que resta pagarle al plantel parte de noviembre, diciembre y el aguinaldo. Si el artillero de Margarita no se vende ¿de dónde saldrán los billetes para cancelar el incumplimiento? Por otro lado, que el jugador no haya rendido en la medida de lo esperado no es excusa para que algunos ignorantes consideren ilegítimo su reclamo. A la luz de los hechos, queda claro que muchos personajes, a pesar del tiempo transcurrido, no han aprendido nada.